Capítulo 7
—Por favor, eviten hacer mucho ruido, no quiero despertar a mis papás. -Shinsou se sorprendió que incluyó a Mic en la palabra papá.
Midoriya refregó sus ojos.
—¿Sigues teniendo mi muda de ropa no? No quiero dormir con ésto puesto. -Murmuró el peliverde antes de bostezar.
—Sí, creo que aún está por ahí, ¿Ustedes quieren cambiarse? Puedo prestarles ropa. -Y otra vez Shinsou se sorprendió a sí mismo al mostrarse amable, definitivamente debía ir a dormir.
Los cuatro subieron al cuarto del pelimorado donde Midoriya asaltó su armario y sonrió al ver que su ropa estaba allí.
—Bendita sea mi madre y su idea de que dejara ropa en tu casa Toshi. -El pecoso la tomó y se dirigió al baño para cambiarse, Shinsou tomó un pijama para él y otro para los dos chicos.
Denki no podía creer la suerte que tenía.
Él usaría ropa de Shinsou, su crush.
Quería ponerse a dar saltitos y a llamar a Mina para contarle todo, pero se contuvo.
—Puedes cambiarte aquí Todoroki y también dormir aunque... Sólo hay una cama por lo que tendrás que compartir con Izuku. -Denki podría jurar que vió una sonrisa maliciosa asomarse en el rostro de Shinsou.
De repente el cerebro de Denki pareció conectar las cosas y sonrió.
Shinsou también pudo notarlo y se giró hacia el rubio, tragando saliva.
—¿Nos vamos a dormir ya? -Preguntó el de ojos dorados con un falso tono de inocencia.
Hitoshi puso una mano en su nuca y Kaminari tuvo que contener un suspiro de tonto enamorado.
—Sí... -Se giró hacia el bicolor que los miraba curioso. —Supongo que nos veremos más tarde, descansen. -Le dijo antes de salir por la puerta seguido de un muy alegre Kaminari.
La habitación de Eri era de un color azul precioso y sus paredes había decenas de dibujos de la niña, en muchos se veía a Shinsou sonriente y de la mano de la que Denki supuso que era Eri, aunque la niña se dibujaba más alta y con los labios pintados de algún llamativo color.
Kaminari rió al ver los peluches en la cama y tomó un pequeño gato de peluche y lo abrazó.
Shinsou lo invitó a sentarse en la silla del escritorio mientras él arreglaba la cama.
—Puedes usar el baño para cambiarte, aunque no sé si Izuku ya salió de allí... -Murmuró el pelimorado mientras dejaba todos los muñecos de felpa en un estante.
Denki sonrió malicioso.
—Yo no tengo ningún problema en cambiarme aquí, así que no te preocupes. -Dijo con tranquilidad mientras se deshacía de la chaqueta y comenzaba a levantar la camiseta, con lentitud dejando ver perfectamente su trabajado abdomen.
Los ánimos de Kaminari decayeron estrepitosamente al notar que el otro chico no había visto su espectáculo, con un pequeño puchero se puso una camiseta negra y unos pantalones cortos del mismo color, aunque todo le quedaba un poco grande debido a la diferencia de tamaño entre ellos.
Hitoshi terminó de preparar y murmuró algo sobre que ya podía recostarse antes de salir de la habitación para cambiarse.
Denki se acostó con algo de vergüenza y notó lo pequeña que era aquella cama para ellos dos.
—Por lo menos estaremos cerca. -Murmuró mientras apoyaba su cabeza en la cómoda almohada.
Hitoshi entró a los pocos minutos con una camiseta morada y unos pantalones cómodos de un blanco hueso.
El pelimorado no entendía por qué estaba tan nervioso, incluso sus manos temblaron un poco al entrar a la habitación y ver al rubio aún despierto.
No era la primera vez que dormía con alguien más, después de todo siempre dormía con Eri o tenía algunas pijamadas con sus amigos, ¿Por qué con Kaminari era diferente?
Decidió no darle más vueltas al asunto y se acercó a la cama, el rubio le hizo espacio y Shinsou se acomodó de lado quedando así los dos acostados, juntos, cualquier mínimo movimiento generaba una especie de cortocircuito en la piel del pelimorado.
El rostro de Kaminari estaba a sólo unos centímetros del suyo, sus ojos dorados parecían brillar.
—Creo que te debo una explicación. -Le dijo únicamente para poder conversar con él. —Sobre lo que dijo... Monoma. -Casi gruñó aquel nombre.
Shinsou relamió inconscientemente sus labios.
—Sí, la verdad es que no entendí mucho lo que pasó allí. -Dijo con el ceño fruncido, notablemente confundido.
Denki no pudo evitar reír bajo ante la cara del pelimorado.
—Bueno, supongo que no debe ser sorpresa para tí que le gustes a muchas personas del instituto, incluso creo que las de primero tienen un club de fans o algo así. -Al ver que el rostro de Shinsou seguía mostrando su confusión abrió la boca, sorprendido. —¿En serio no lo notaste? Vamos, es bastante obvio aunque bueno... Si no notaste que nos gustabas a mi y al otro rubio asqueroso no es mucha sorpresa, eres algo distraído. -Le comentó divertido.
—Yo no soy distraído. -Murmuró el otro y Kaminari simplemente rodó sus ojos.
—Ajá, sí claro. -Le dijo con una sonrisa aunque ésta se disipó enseguida. —Como sea, lamentablemente Monoma tiene razón... Tienes muchas personas de las cuales enamorarse, puede que incluso mejores que yo... -El rubio mordió su labio inferior, se veía triste, cosa que alarmó a Hitoshi.
—¿Eso quiere decir que te rendirás? -Preguntó, sus ojos se volvieron a encontrar. —Ya sabes... Dijiste que me conquistarías y eso... -Murmuró con nerviosismo.
La sonrisa de Kaminari volvió a aparecer para alivio de Shinsou.
—Eso no, definitivamente no me rendiré, es más... -Lo miró con diversión y pegó aún más sus cuerpos. —¿Me dejas abrazarte Toshi?
Hitoshi sintió que su rostro comenzaba a calentarse, para su suerte (¿O mala suerte?) Denki no esperó que le contestara y lo envolvió con sus brazos, escondiendo su rostro en el pecho del pelimorado, así también ocultaba su sonrojo.
Shinsou tragó saliva, no abrazó al rubio pero tampoco lo apartó, eso alegró al rubio quien, escuchando los latidos del otro, se durmió con una rapidez envidiable.
Para Hitoshi no fue tan sencillo, estaba sorprendido por la descarada acción del rubio, incluso lo había llamado Toshi.
Luego de meditarlo unos minutos, el sueño le ganó y terminó cerrando los ojos.
Shinsou sintió un agradable olor a coco y algo suave contra su mentón, abrió sus ojos con lentitud y terminó ahogando un grito.
Denki, que le daba la espalda, no pareció percatarse del pequeño barullo del otro.
A Shinsou no le sorprendía ver al rubio a su lado, lo que lo sorprendió fue el hecho de que él abrazaba por la cintura a Kaminari y apoyaba su mentón sobre la cabeza del chico.
El pelimorado tragó saliva y comenzó a separarse con cuidado de no despertar a Denki, entre sueños, éste se dió la vuelta y se movió un poco para buscar el calor del otro, por lo que terminó acurrucado en su pecho.
Incluso dormido, Denki le mostraba una sonrisa.
Shinsou se levantó de la cama y puso una mano en su nuca.
¿Cómo habían terminado así?
¿Empezaba a hacer calor en la habitación o sólo era el bochorno del pelimorado?
Hitoshi salió silenciosamente y se dirigía al baño sumido en sus pensamientos cuando chocó estrepitosamente con alguien.
Midoriya estaba completamente sonrojado e iba murmurando algo antes de chocar con Shinsou.
—¡Hitoshi! -Exclamó el peliverde, luego se giró y vió en dirección de la habitación de su mejor amigo para luego susurrar:—¿Fuiste tú verdad?
El pelimorado sonrió de lado.
—¿Yo? No sé de qué hablas... ¿Hablas de Todoroki? Porque por lo que ví tú solito disfrutaste sentarte en las piernas de Todoroki... Vaya, incluso lo besaste... -Comentó con inocencia y el rostro del pecoso enrojeció aún más. —Izuku, pareces una fresa. -Le dijo divertido.
—Y-yo... T-tu... Luego hablamos. -Le dijo antes de encerrarse en el baño con rapidez.
Hitoshi se recostó sobre la pared a esperar a que su mejor amigo saliera para así poder cepillar sus dientes.
Izuku salió murmurando cosas, apenas se alcanzaba oír: Sólo fue culpa del alcohol.
Shinsou bufó y se adentró al baño.
Estaba terminando de asearse cuando escuchó un grito en la cocina y salió disparado allí, al llegar se encontró con Mic riendo alegremente mientras servía dos tazones de cereales y se los entregaba.
—¿Qué pasó? -Preguntó Hitoshi mientras se sentaba y comenzaba a comer, Midoriya carraspeó un poco y se sonrojó.
—Bueno Mic, digo, el tío, él... -El hombre sonrió y, divertido, levantó su celular de la mesa sin dejar de observarlo.
—Verás Hitoshi... Yo iba tranquilo a despertarte y mucha fue mi sorpresa cuando no te encontré ahí, sólo estaban Todoroki y Midoriya pero lo más sorprendente no es eso, mejor te lo muestro. -Hizashi les mostró su teléfono y Shinsou abrió los ojos sorprendido.
La pantalla mostraba una foto de Todoroki y Midoriya, durmiendo juntos y abrazados, Izuku rodeaba al bicolor con sus brazos y con sus piernas.
—Pareces un koala. -Comentó Hitoshi mientras reprimía una risa.
El pecoso tapó sus mejillas rojas con sus manos y le frunció el ceño a su amigo.
—Oh pero no deberías burlarte Hitoshi... Verás, luego de sacar las fotos...
—¡¿Hay más de una?! -Mic ignoró olímpicamente al chico y miró su celular mientras deslizaba el dedo por la pantalla.
—Como sea, por obviedad debías estar en el cuarto de Eri y cuando entré... -Shinsou ya sabía lo que iba a mostrarle pero aún así no pudo evitar que la sangre se le acumulara en las mejillas.
Allí, antes sus ojos, estaba una foto de él y Kaminari en la misma posición en la que se había despertado aquella mañana, el pelimorado abrazando al otro por la espalda y con su mentón tiernamente apoyado en los rubios cabellos.
—Aww... -Dijo Izuku mientras su sonrojo se iba y sonreía maliciosamente. —Eres un tierno Toshi, estando dormido parece que se te pasa la vergüenza.
Los dos se miraron fijamente.
—¿Quieres hablar de cosas que hacen pasar la vergüenza? Porque a mi mente viene algo... -Los dos iban a comenzar a pelear infantilmente cuando el ruido de alguien bajando por las escaleras los hizo trabajar en equipo, ambos jóvenes bloquearon rápidamente el celular de Mic y lo alejaron lo más posible del rubio que reía escandalosamente.
—Ay el amor joven... -Murmuró para sí.
Todoroki llegó con su seriedad habitual y murmuró un vago Buenos días, al parecer no se encontraba tan afectado como Midoriya, que había vuelto a sonrojarse.
Un auto se estacionó fuera y desde lejos ya se escuchaban los gritos de Eri.
—¡El hermano de Ichigo es un tonto! -Gritó la niña mientras ingresaba a la casa.
Hizashi sonrió y fue a recibir a su esposo y a su hija.
La niña entró refunfuñando a la cocina hasta que vió a los tres jóvenes.
—¡Izuku! -Exclamó la niña mientras se lanzaba a los brazos del pecoso hasta que sus ojitos se posaron en Todoroki y se sonrojó.
Shinsou y Midoriya se miraron con una sonrisa, la primera vez que Eri vió al de ojos heterocromáticos les había confesado que deseaba casarse con él.
Aizawa frunció el ceño.
—Buenos días. -Murmuró y luego se giró hacia su hijo. —¿Al final vinieron los tres juntos?
Hizashi sonrió.
—Bueno de hecho son...
—¡Dios mío Mei deja de gritar! -Exclamó la voz de Kaminari quien estaba bajando las escaleras. —Fue culpa de Naomi, lo juro, así que no te enojes conmigo. -Hizo un pequeño puchero e ingresó a la cocina y cuando los vió a todos reunidos, en especial a sus profesores se sonrojó ligeramente. —Te escribo un rato y golpea a Naomi de mi parte, gracias. -Agregó antes de cortar la llamada.
Aizawa entrecerró los ojos y miró a su hijo, quien había encontrado de lo más interesante los cereales en su tazón, por suerte, Eri evitó la situación de incomodidad porque al ver al rubio rió con alegría.
—¡Denki estás aquí! -Le dijo antes de ir y abrazarlo, el de ojos dorados sonrió y acarició el cabello de la niña.
—Así es Eri, vine de visita. -Carraspeó un poco y miró a los adultos. —Eh... Buenos días... -Dudó en cómo llamarlos.
¿Profesores?¿Futuros suegros?
Ninguna de las dos se oía bien.
—Oh sólo dime Hizashi, no estamos dentro de la escuela. -Dijo el rubio mayor y rió. —¿Por qué estabas tan enfadada Eri?
La niña recordó su enojo y soltó a Denki para cruzarse de brazos y fruncir el ceño.
—¡El hermano mayor de Ichigo, Kota, es malo, lo odio! -Mic frunció el ceño.
—¿Y eso por qué cariño? -Preguntó Mic, era poco usual que la niña dijera que odia a alguien.
—¡Estábamos jugando y siempre me molestaba, sólo a mí! -La niña frunció aún más el ceño. —Toshi, ¿Tú no tratarás así a mis amigas no?
El pelimorado fingió pensárselo.
—Tal vez Ichigo también olvida saludar a su hermano mayor y lo ignora justo como tú me hiciste... En ese caso tal vez sea como Kota. -La niña soltó una exclamación al notar su error y corrió a los brazos de su hermano mayor para así sentarse en su regazo.
Eri comenzó a jugar con los cabellos de Shinsou y le sonrió.
—¿Me perdonas Toshi? -Preguntó la niña, Hitoshi no pudo reprimir la sonrisa y apoyó su frente sobre la cabeza de la niña.
—Por supuesto que sí. -La niña rió alegremente.
Denki miró enternecido la escena y no pudo evitar que le gustara un poco más ese pelimorado ojeroso.
—Oh siéntate Kaminari. -Le dijo Mic mientras empujaba al de ojos dorados a la mesa y, adrede, lo ubicaba al lado de Shinsou.
Aizawa se cruzó de brazos y alzó una ceja ante la acción de su esposo.
—¿No deberíamos cocinar Shota?¡Muero de hambre y sólo tu puedes salvarme de ese fatal destino! -Le dijo mientras se lanzaba dramáticamente a sus brazos.
Eri, aún en las piernas de su hermano, rió.
—¡Papi, no dejes morir a papá! -Y así los dos comenzaron a armar un drama sobre la posible muerte de Mic.
Aizawa y Shinsou bufaron al mismo tiempo.
—Ya iré a cocinar, dejen el drama y vengan a ayudar. -Les dijo mientras ataba su cabello en una coleta y descolgaba el delantal que estaba junto a la cocina.
Los dos siguieron con alegría al pelinegro que ya se encontraba encendiendo la hornalla.
—Es increíble como Eri cada vez se parece más a Mic. -Murmuró Midoriya. —Ella es una mini versión del tío Mic y tú eres igual a Aizawa.
Shinsou se cruzó de brazos.
—Yo no soy igual a... -Izuku bufó divertido.
Denki se mensajeaba con su hermana cuando se percató de algo.
—Oye T... Shinsou. -Lo llamó. —Mei ya sabía que me encontraba en tu casa, ¿Tú le mandaste un mensaje?
Hitoshi dirigió su atención al rubio y no pudo evitar recordar aquella escena de la mañana, hizo acoplo de toda su voluntad para no sonrojarse.
—Mei me advirtió que era probable que algo así sucediera, así que por eso me pasó su número y pidió que avisara si pasaba algo, eso hice. -Contestó el pelimorado mientras se encogía de hombros.
—Aún no puedo creer que tengas el número de Mei, lo único que falta es que también tengas de Naom... -Al ver la reacción del otro abrió los ojos, sorprendido. —¡¿También tienes su número?!
Shinsou ladeó un poco la cabeza.
—Bueno... Tú te habías ido por ahí y ella apareció, me dijo algo como que quería acelerar las cosas con una chica y me besó la mejilla para luego quitarme el celular y guardar su número, luego de eso se fue con una chica rubia... -Le explicó.
Kaminari iba a asesinar a su hermana, no sólo lo había utilizado para conseguir su cita de esa noche, sino que se atrevió a besar a su crush y darle su número.
—No puedo creerlo... Dime que no le mandaste mensaje. -Le dijo Kaminari mientras se acercaba a él, expectante.
Shinsou tragó saliva.
—No... -El rubio suspiró aliviado.
—¿Dónde tienes tu teléfono? -Preguntó con falsa calma.
—Creo que aún está en el cuarto de Eri pero... -El rubio lo había tomado del brazo y comenzaba a arrastrarlo escaleras arriba. —¿Qué haces?
El rubio lo miró con una sonrisa.
—¿No es obvio? Tendrás mi número antes de que mi madre lo consiga antes que yo. -Contestó con simpleza mientras se metía en el pasillo que estaba seguro, bueno, casi seguro que llevaba a la habitación.
Tan ensimismados estaban que no habían notado que Aizawa los había estado mirando todo el rato.
Mic rió por lo bajo mientras limpiaba el rostro de Eri que se había ensuciado con harina.
—No seas tan sobreprotector Shota... -Le susurró mientras se acercaba a su oído.
El pelinegro se sorprendió por la cercanía y le frunció el ceño.
—No soy sobreprotector, es sólo que... Es raro ver que bueno... -Mic colocó sus manos en la cintura del hombre y apoyó su mentón en el hombro de Aizawa.
—¿Qué está creciendo?¿Qué se interesa por alguien? Sí, es algo duro pero... También es, lindo de ver. -Sonrió. —Además debes darle crédito al rubio, está avanzando a pasos agigantados, debe ser por su personalidad tan extrovertida... Aunque a veces grita mucho...
Aizawa rió.
—Me pregunto a quién me recuerda... -Murmuró para así. —Ahora aléjate de mi, tenemos visitas, no te pongas tan meloso.
Mic hizo un pequeño puchero.
—Yo sé que te encanta eso. -Le dijo antes de depositar un beso en su mejilla y alejarse con rapidez para evitar ser asesinado.
—Kaminari... ¿No íbamos a la habitación? -Preguntó Shinsou mientras observaba al rubio sentado en medio del pasillo y jugando con Mighty.
Denki rió como un niño.
—¡Pero Mighty no me deja ir! -Le contestó mientras dejaba que el gatito mordiera su dedo índice. —Tendrías que ver a Toshi, muerde más fuerte que tú. -De repente, sus ojos se iluminaron y se giró hacia Hitoshi, que los observaba recostado en una pared. —¡Tienen que volver a verse!¡Deja que vuelvan a verse, por favoooor!
El pelimorado suspiró y se acuclilló junto a Denki, tomó al gato blanco en sus brazos y se detuvo a admirar los ojos dorados del otro.
Volvió a suspirar y se levantó.
—Me lo pensaré... -Murmuró.
Kaminari se levantó con rapidez.
—¡Genial!¡Luego no podrás negarte cuando te envié muchos mensajes! -Parecía muy conforme con su plan. —Ahora vamos a la habitación.
Abrió una puerta con determinación y Shinsou bufó divertido.
—Esa no es. -Le dijo con sorna, Kaminari se sonrojó y rió divertido.
—Es tu casa, tú deberías ir arriba, ¡Digo, tu deberías ir delante! -Shinsou ladeó la cabeza sin comprender el por qué del sonrojo y nerviosismo del rubio.
El más alto lo llevó a la habitación de la niña donde, sobre el escritorio, reposaba su teléfono.
Kaminari lo tomó sin pudor alguno y sonrió.
—¿No tienes contraseña? -Preguntó mientras tecleaba con rapidez.
Shinsou se encogió de hombros.
—¿Por qué la tendría? No tengo nada que ocultar, ¿Y tú? -El rubio apretó sus labios.
—¡Y ya está! Ahora me mandaré un mensaje, algo así como un Hola hermoso y muchos corazones... Ugh el azul te hace parecer provida, pongamos uno rosita y...
Hitoshi le arrebató el celular.
—¿Hola hermoso? -Enarcó una ceja mientras alzaba el teléfono para que quede fuera del alcance del de ojos dorados, que intentaba alcanzarlo.
—Era para poder presumirle a Mina después, ¡No seas cruel! -Kaminari saltó y pudo tomar el teléfono. —¡Lo tengo! -Exclamó con felicidad, pero no había calculado el aterrizaje y su cabeza chocó con la del pelimorado haciendo que ambos perdieran el equilibrio y cayeran estrepitosamente.
Omg feliz navidaaaad
Acá un regalito pa ustedes <3
Espero que la hayan pasado bien y si no fue así lo lamento mucho ;(
Nos vemos en el próximo cap
Feliz navidaT, Darkness
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top