Capítulo 5
Midoriya balanceaba sus pies mientras Uraraka los miraba con una enorme sonrisa.
Los seis se habían reunido en un café, era una tarde algo fresca, por lo que se encontraban un tanto abrigados, las mejillas de la pelimarrón se encontraban algo sonrojadas.
—¿Una fiesta dices? -Tsuyu llevó su dedo al mentón. —No lo sé... No somos de ir a fiestas... Y muchos menos a las alocadas de Sero...
La chica juntó sus manos, suplicante.
—¡Por favor! Quiero salir a festejar, después de todo, éste es el inicio de nuestra amistad. -Miró agradecida a Izuku y éste tragó saliva, evitando hacer contacto visual, después de todo aún no la había superado.
Todoroki sintió como su corazón se estrujaba, inconscientemente extendió su mano y la reposó sobre una de las piernas del chico, las cuales movía por pura inquietud.
—No lo sé, yo iré si ustedes van. -Dijo Iida mientras tomaba su café.
Tsuyu se encogió de hombros y Todoroki continuó en silencio.
Uraraka miró a Shinsou.
—¿Irás? -Le preguntó. —Es éste sábado.
El chico puso una mano en su nuca.
—No lo sé... Ese día iré a la casa de Kaminari, en la tarde pero... -La chica abrió los ojos con sorpresa y sonrió alegremente.
—¡Él también irá, pueden ir juntos! -Izuku alzó la cabeza interesado ante eso último.
El pecoso sonrió con maldad.
—Oh... Deberíamos ir... -Dijo con una falsa inocencia. —Va a ser muy divertido, ¿Verdad Hitoshi?
Shinsou ya le había contado de lo sucedido en la azotea a su mejor amigo y éste había mencionado que en serio adoraba la idea de que Kaminari y Shinsou se enamoraran.
El pelimorado suspiró con resignación, al final todos acordaron ir.
Genial, una fiesta. Pensó con falso entusiasmo Hitoshi.
—¡Te juro que si es una broma me sentiré muy decepcionado! -Le dijo Denki a Mina mientras abrazaba su almohada.
La chica soltó una carcajada y pausó el juego de la consola para mirarlo.
—¡Que es verdad hombre! -Le dijo sonriente. —Uraraka me acaba de confirmar la asistencia del grupo de Midoriya, de todos, incluido él.
El rubio no pudo reprimir su sonrisa.
—Uraraka también mencionó algo como que Shinsou vendría a tu casa... -La chica entrecerró sus ojos. —¿Por qué no me había enterado de eso?
Los ojos dorados del chico parecían resplandecer mientras le contaba lo sucedido a su amiga.
La chica chilló con alegría, pero cuando iba a hablar la puerta de la habitación de Denki se abrió y entró una rubia sonriente.
Tenía el pelo lacio y largo, le llegaba hasta cintura, tenía unas curvas fenomenales y una sonrisa encantadora.
—Rayito, les traigo algunos dulces que nos preparó mamá en la mañana. -Le dijo mientras depositaba en la mesa una bandeja con una apariencia suculenta.
Denki se sonrojó un poco.
—¡Hermana, ya hemos hablado sobre usar mi apodo cuando hay personas! -Le dijo éste con total vergüenza.
La chica tapó su boca con sorpresa y rió.
—No te preocupes por eso Mei, ya me he acostumbrado a que llames Rayito al Rayito. -Le dijo Mina mientras mordisqueaba el dulce.
Kaminari Mei era la hermana mayor de Denki, tenía veintisiete años, pero a pesar de su edad ya se encontraba a cargo de la compañía eléctrica de la familia.
Las paredes retumbaron por la música en el cuarto de al lado, la rubia frunció el ceño.
—¡Naomi ya te dije que bajaras el volumen! -Exclamó totalmente enfadada.
La música se detuvo y la puerta de la habitación contigua se abrió, al rato apareció una chica de cabello negro, algo baja, les mostró una sonrisa radiante mientras mascaba su chicle.
—¿Dijiste algo Mei? -Preguntó con una sonrisa angelical. —¿Hay que golpear al Rayito? Porque yo me pongo en primera fila.
Mina alzó una mano.
—¡Y luego yo por favor! -Gritó la chica alegremente.
Denki frunció el ceño.
Kaminari Naomi era la hermana del medio, su cabello en realidad era rubio pero la chica insistía en teñirlo, tenía dieciocho e iba a la universidad, estudiaba para, en algún futuro, ayudar a su hermana mayor en la empresa, aunque eso no le interesaba en lo más mínimo, estaba totalmente enfrascada en su banda de rock, la cual adquiría fama con rapidez.
Mei suspiró con frustración.
—Rayito... No pude evitar escuchar, ¿Vendrá un chico a casa? -Preguntó la rubia.
Naomi abrió los ojos con sorpresa y miró a su hermano con curiosidad.
Denki se removió incómodo ante la intensidad de la mirada de sus hermanas mayores.
—Eh... Sí, un compañero de clases vendrá a estudiar. -Mina soltó unas risas que no pudo reprimir.
Naomi se cruzó de brazos.
—Con que un compañero... ¿Y es guapo? Podría conquistarlo. -Le dijo con una sonrisa burlona.
Mei se disponía a regañarla cuando Mina la interrumpió.
—Oh, no tienes ni idea de lo bueno que está, es bastante serio pero eso lo hace más misterioso y, por lo tanto, más atractivo. -Naomi puso una mano en su mentón, pensativa.
Denki se levantó con brusquedad y apuntó a su hermana.
—Ni se te ocurra, yo lo ví primero. -La pelinegra soltó una carcajada.
Mei llevó una mano a su boca y lo miró de reojo.
—Entonces admites que las intenciones de tu invitación no son para nada puras. -Susurró algo como: Los niños de ahora y sus hormonas.
El rubio abrió la boca sorprendido ante tal acusación.
—Por supuesto que mis intenciones son puras. -Le dijo con indignación. —Además de que él no tiene otras. -Agregó casi triste.
Mina puso una mano en su hombro.
—Aún, querido amigo, yo tengo mi fe puesta en tí. -Le dijo con una sonrisa.
Sus hermanas alzaron sus pulgares.
—Te deseamos las mejores de las suertes Rayito, esfuérzate. -Le dijo Mei con una tierna y reconfortante sonrisa.
La semana transcurrió con tranquilidad, era viernes y Shinsou se encontraba esperando a Eri junto a su padre.
—He notado que pasas más tiempo con éste chico... Kaminari. -Mencionó Aizawa, su hijo enarcó una ceja. —Incluso irás a su casa éste sábado... También irás a una fiesta. -Insistió.
Shinsou quedó en silencio, sin saber qué decir.
Shota miró el cielo.
—Estoy feliz de que expandas tus horizontes, estoy seguro de que tu madre también se sentiría tan orgullosa como yo, incluso más me atrevería a decir. -Finalmente suspiró y miró al chico. —Realmente me siento feliz.
Shinsou esbozó una sonrisa, sus mejillas se calentaron un poco.
—¡Papi, Hitoshi adivinen! -Dijo la niña mientras lo abrazaba, Aizawa la tomó en sus brazos y la subió a sus hombros, Eri buscó algo en los bolsillos de la camisa de su uniforme y extrajo un papel. —¡Hoy me he amigado con Ichigo y me invitó a la pijamada que hará por su cumpleaños! -La niña extendió la invitación a su padre quien la leyó mientras caminaban a casa.
—Éste sábado... -El hombre suspiró. —No pensé que llegaría tan rápido el día en que ambos me dejaran para salir a festejar con sus amigos. -Torció el gesto. —Me hacen sentir viejo...
Eri se alarmó ante las palabras de su padre.
—¡Papi aún no eres viejo, eres joven, fuerte y guapo! -Le dijo la niña mientras jugaba con su cabello. —¿No que es verdad Toshi?
El pelimorado sonrió y miró a su padre.
—Estoy totalmente de acuerdo contigo Eri. -Aizawa lo miró sorprendido. —Es sólo un fin de semana, no te deprimas viejo.
Aizawa bufó divertido y no agregó nada más.
Finalmente el sábado llegó.
Aizawa acomodó correctamente las botitas de su hija y cerró su mochila.
—¿Llevas todo verdad? -La niña asintió. —¿El teléfono está con la batería suficiente? Puedes llamarnos si quieres que te busquemos, no lo pierdas, porque lo necesito para mi trabajo. -Sus padres le habían entregado el celular del pelinegro por si Eri deseaba volver en algún momento.
Shinsou bajó las escaleras con pereza.
Se había puesto un jean azul oscuro y una sudadera negra.
Hizashi estaba en la entrada mientras llevaba un pañuelo a su nariz y sollozaba ruidosamente.
—Mis niños... Crecen tan rápido... -Aizawa suspiró pesadamente, el rubio había estado así desde que se enteró que sus hijos saldrían ese sábado. —Déjame ir Shota.
El pelinegro acomodó su bufanda y miró seriamente a su esposo.
—Tú tienes mucho trabajo que hacer, termina de corregir esos exámenes, soy perfectamente capaz de llevarlos yo sólo. -Mic sollozó con más fuerza.
Eri se acercó a él y tomó su mano.
—¡Me voy papá, no me extrañes mucho! -Le dijo con una sonrisa que su padre correspondió.
Shinsou se acercó al rubio y puso una mano en su nuca.
—Yo también me voy... -Mic lo miró atento, esperando que lo llamase papá. —Mic. -Finalizó mientras miraba el suelo.
Hizashi sonrió algo decepcionado y acarició tiernamente la cabeza del chico.
—Mañana les prepararé un rico almuerzo... Mejor dicho les compraré un rico almuerzo. -Shinsou rió por lo bajo y salió de la casa.
Los tres subieron al auto y su padre comenzó a conducir a la casa de Kaminari.
—Papá. -Lo llamó Shinsou, Aizawa lo observó por el espejo retrovisor. —Recuerda que Izuku se quedará a dormir.
El pelinegro asintió y dobló en una esquina, luego de un par de metros se detuvo frente a la casa de Kaminari.
Shinsou ni siquiera había puesto un pie fuera del auto que Denki ya había salido de la casa, otras dos cabezas se asomaron curiosas.
Eri bajó la ventanilla del brazo.
—¡Hola! -Les gritó con alegría la niña.
Los tres Kaminari respondieron con el mismo entusiasmo el saludo.
Aizawa hizo que la niña volviera a su lugar y le acomodó el cinturón de seguridad y le dirigió una mirada fulminante al rubio antes de marcharse.
—Parece que no le cae bien al suegro. -Le murmuró Naomi a su hermana.
Denki le abrió la puerta de su casa a Shinsou y antes de que las hermanas del primero llegaran a presentarse dos perros enormes corrieron y se lanzaron al rubio, derribándolo por completo.
—Esperen, esperen... No puedo respirar. - El más rechoncho, que era color crema, comenzó a lamer la cara del chico. —¡Chargebolt detente! -Pero no le hacían caso.
Un pequeño perro caniche de color negro de acercó a ellos y gruñó un poco e inmediatamente los dos mastodontes dejaron de aplastar al chico.
Mei soltó una carcajada y tomó al pequeño en sus brazos.
—Nadie te quita el lugar de alfa Sukoshi. -Le dijo mientras le acariciaba la cabeza.
Naomi ayudó a su hermano a levantarse y luego se tomó el tiempo de analizar a Shinsou, quien había permanecido en silencio.
—Era verdad que eres guapo... -Murmuró mientras sonreía. —¿No quisieras ser mi...? -Mei pateó la pierna de la pelinegra y la hizo caer.
Denki suspiró aliviado.
—Mucho gusto, soy Mei Kaminari, la hermana mayor de Rayi... Denki. -Le dijo mientras extendía la mano que tenía libre, Hitoshi la estrechó con incomodidad. —Disculpa la actitud de Naomi, le encanta molestar a Rayito, es que se ve de lo más tierno... -Denki tapó su rostro totalmente avergonzado.
Tomó el brazo del chico y comenzó a subir las escaleras.
—Mejor nos vamos antes de que me avergüencen aún más. -Mei bajó a Sukoshi y rió por lo bajo, Naomi estaba sentada en el suelo, cruzada de brazos y con el ceño fruncido.
—¡Lo siento Rayito, no puedo dejar de llamarte así! -El teléfono sonó salvando al chico.
Cuando llegaron al cuarto Denki cerró la puerta y suspiró aliviado.
El cuarto del chico se encontraba un poco desordenado, zapatillas y camisas se apilaban en un rincón, la pequeña televisión del chico mostraba un juego de zombies que estaba pausado y con el mando a unos metros, el escritorio estaba lleno de hojas y lápices.
—Lo siento por esa escena, mis hermanas son un tanto especiales... -Dijo mientras sacudía su cabello con las mejillas sonrojadas.
Shinsou esbozó una sonrisa.
—Parecen agradables... -Mordió su labio inferior y no pudo evitar agregar:—¿Rayito?
El rubio se sonrojó más y se sentó en su cama, donde dormía Toshi.
—Es que... De niño yo soñaba con ser un superhéroe y mi nombre clave era Rayito. -Sonrió mientras recordaba aquella época. —Les insistía a todos que me llamaran así y bueno, así quedó.
Shinsou sonrió y sacó las cosas para estudiar.
Hitoshi estaba terminando de explicarle la pronunciación correcta de una oración en inglés cuando la puerta de la habitación se abrió mostrando una mujer sonriente.
Kaminari Hikari ya estaba entrada en sus cuarenta, su pelo negro le llegaba hasta los hombros, vestía un hermoso vestido debajo del delantal color crema, sus ojos dorados brillaban con emoción.
—Nunca pensé que llegaría el día en el que realmente hicieras tus deberes. -Denki hizo un pequeño puchero pero la mujer ya se encontraba mirando atentamente al otro chico. —Tú debes ser Shinsou, es un gusto conocerte, puedes llamarme Hikari querido.
Hitoshi inclinó la cabeza en señal de respeto, la mujer sonrió aún más.
—Acabo de traer algunos pasteles de la repostería, les recomendaría bajar rápido antes de que Mei y Naomi se devoren todo. -Les sonrió una última vez antes de salir de la habitación.
Denki miró suplicante al pelimorado.
—Tomemos un descanso, por favooor. -Hitoshi soltó un bufido.
Él tampoco podía decirle que no a un pastel.
Los cinco se sentaron y disfrutaron de los dulces acompañados de un delicioso té, cortesía de Naomi.
El chico había acabado al lado de Naomi y frente a Denki.
La pelinegra devoró su última porción y le sonrió a Shinsou.
—¿También irás a la fiesta de Sero no? -Preguntó antes de darle un sorbo a su té.
Hitoshi puso una mano en su nuca y sonrió, nervioso.
—Sí, eso se supone... -Contestó.
La chica juntó sus manos y sonrió coqueta.
—¿Entonces irás con nosotros verdad? Nos divertiremos mucho...-La chica puso una mano sobre su hombro y se le acercaba peligrosamente.
Shinsou comenzaba a inquietarse cuando una mano salvadora se interpuso entre los dos y empujó a la chica.
—Saca tus sucias manos de él. -Le dijo Denki mientras fruncía el ceño, su hermana le sacó la lengua. —Y te corregiré en algo, sí, él irá a la fiesta pero conmigo.
Naomi enarcó una ceja y se disponía a replicar cuando Mei la pateó por debajo de la mesa y le dió una mirada que hubiese atemorizado hasta al más valiente de los guerreros.
—Deja de molestar a Rayito. -Le dijo con seriedad.
Hikari suspiró y luego se giró hacia Shinsou quien observaba la escena con confusión.
—Tener tres hijos con personalidades tan... Extrovertidas vuelve esta casa un completo caos, tú ignóralos y sírvete la última porción. -Y sin esperar a que éste aceptase la sirvió en su plato.
Kaminari observó con atención el pastel, deseoso.
Shinsou bufó divertido y tomó su tenedor para partirla a la mitad y entregar una parte al rubio quien sonrió alegremente.
—Oh eres tan amable... -Dijo Mei con ternura. —¿Aquella niña del auto era tu hermanita verdad? Debes ser un excelente hermano mayor. -Comentó la rubia.
Naomi asintió dándole la razón.
—Además, el hombre que te trajo era el profesor Eraser Head ¿Verdad? Eres el hijo de uno de los mejores de la UA. -Agregó la pelinegra. —Él fue el tutor de mi clase, era asombroso pero algo severo... Tienes muchos rasgos de él.
En aquel ambiente acogedor Shinsou pudo desenvolverse con tranquilidad y comenzar a charlar con soltura con los tres hermanos.
Hikari observaba con una sonrisa como Denki hablaba alegremente con el chico y estiraba su mano para tocar el brazo del pelimorado quien pareció no sentirse incómodo con el contacto.
A pesar de ya haber terminado los aperitivos se quedaron charlando el resto de la tarde, viéndose interrumpidos únicamente cuando Hikari se tuvo que ir a preparar la cena y Denki, Hitoshi y Naomi se fueron a preparar para la famosa fiesta de Sero.
Holiii, no me aguanté jajasjs
Le voy a empezar a prestar más atención a ésta historia y no a los one shots así que esperen actualizaciones constantes ah
¿Les gusta la historia?
Me encanta que poco a poco va sumando leídas y estamos en #12 en ShinKami AAAA LLORO
Bueno mejor me voy a mimir, ya saben que amo actualizar a ésta hora
Adeooos, Darkness
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