Capítulo 2

Denki se encontraba totalmente sonrojado, no podía creer que su declaración había resultado tan mal.

Bueno, después de todo él era conocido por sus constantes bromas, pero que su crush pensara eso de él le dolía más de lo que quería admitir.

Por el camino se cruzó con Mina y Sero que se preocuparon de inmediato al ver el estado del chico.

—¿Qué sucedió Kami? -Le preguntó la del pelo rosa.

Denki les contó lo sucedido entre pucheros y sonrojos.

Bueno, algo bueno había salido de esto, después de todo había podido apreciar de cerca el rostro de Shinsou.

Había quedado completamente flechado de él en el momento en que se transfirió a la UA y el sentimiento se había afianzado cuando notó que además de guapo era inteligente, algo serio y amargado quizá, pero aún así le gustaba.

Kaminari pensó en lo afortunado que era por no haberse cruzado con Bakugo, después de todo éste se hubiese burlado de su mala suerte, pensar en el rubio de ojos color rubí le hizo percatarse de algo.

—¿Bakugo fue a recibir al nuevo y a darle el recorrido? -Preguntó el chico.

Mina asintió con entusiasmo.

—¡Pudimos verlo un poco, era bastante atractivo y tenía una sonrisa hermosa! -Exclamó con emoción.

Sero rió ante la emoción de la chica, aquellos comentarios no le generaban celos, después de todo confiaba en su novia.

—Es probable que se pase por nuestra clase, aunque empezará oficialmente mañana. -Agregó el chico.

Pasaron el resto del receso hablando de cosas triviales, aunque Denki no dejaba de darle vueltas a su confesión y un detalle había ayudado a levantarle el humor:

Él no había sido rechazado.

Eso le brindó nuevas esperanzas, por lo cual ingresó al salón con una sonrisa.

Shinsou se encontraba sentado en la mesa de Todoroki y Midoriya, ocupando el lugar del de ojos heterocrómaticos y consolando al triste peliverde.

Todo parecía estar tranquilo hasta que algo peculiar pasó, Shinsou gritó.

—¡¿Que tu aceptaste qué?! -El pecoso se había sonrojado por completo y cuando abrió la boca, seguramente para justificarse, el profesor entró al aula.

—¡Good morning alumnooooos! -Exclamó el profesor Mic con su entusiasmo habitual.

Hitoshi volvió a su lugar, no sin antes cruzar miradas con Denki, el cual se hallaba muy emocionado por la atención del pelimorado.

La clase transcurrió con calma hasta que una loca idea atravesó fugazmente la mente del rubio, quien se giró para hablar con la persona detrás suyo.

Shinsou arqueó una ceja ante la mirada cargada de emoción del rubio.

—Oye Shinsou... -Dijo con una sonrisa e incluso se sonrojó un poco. —Me gustas.

Toda la clase quedó en silencio, incluso el profesor alzó la vista, curioso.

El pelimorado tragó saliva y sintió sus mejillas calentarse.

—¿Sigues con esa tontería? Ya te dije que es una broma de mal gusto. -Toda la clase pareció aceptar que aquello era una broma y volvió a ocuparse de sus asuntos después de esa declaración.

Denki hizo un pequeño puchero y cuando abrió la boca para hablar una fuerte exclamación lo interrumpió:

—¡Maldito pelos de mierda, me las pagarás! -Bakugo entró con el ceño fruncido, un alegre pelirrojo con ropa informal entró al salón, con una sonrisa enorme.

El profesor Mic reprendió al rubio por la grosería y luego se dirigió al alegre chico.

—Tú debes ser el alumno nuevo, ¿Empezarás mañana no es así? -Le dijo mientras le daba un apretón de mano.

El pelirrojo hizo una leve inclinación y sonrió.

—¡Así es! Mi nombre es Eijiro Kirishima, espero que cuide bien de mi. -El profesor le dió la bienvenida.

El chico miró el reloj en su muñeca y suspiró. 

—Creo que ya es hora de irme, hasta mañana profesor. -Se giró hacia Bakugo. —Nos vemos en un rato, Blasty.

El chico se fue riendo, el rostro se Bakugo se puso rojo y frunció el ceño.

—¡Eijiro juro que te voy a...! -El profesor Mic soltó una carcajada y puso una mano en el hombro del rubio.

—Ya vaya a sentarse, luego podrá insultarlo con más tranquilidad. -Bakugo se dirigió con pasos furiosos al banco que compartía con Kaminari.

El de ojos dorados decidió no decir nada, para resguardar su vida, después de todo él era el blanco más cercano.

Pero Sero y Mina no reprimieron sus carcajadas.

—¿Blasty? -Preguntó Mina con diversión.

—Parece que tú y Kirishima son cercanos. -Agregó Sero mientras subía y alzaba sus cejas.

Si las miradas matasen esos dos ya estarían veinte metros bajo tierra, Bakugo chasqueó la lengua.

—Es vecino mío y nuestros padres son amigos cercanos, no molesten o los mataré, extras. -Kaminari sonrió divertido.

Por más que intentaron sacarle más información el rubio gruñón no volvió a abrir la boca en el resto del día.

El resto del día transcurrió con tranquilidad.

Shinsou se mantuvo con un perfil bajo por dos cosas:

Primero estaba el hecho de que donde sea que iba estaba Kaminari, ¡Aquel chico lo había avergonzado frente a toda la clase e incluso delante de su padrastro!

Después estaba el hecho de que sus amigos no se habían tragado lo de la broma y durante las clases lo miraban continuamente y en esa última hora Midoriya incluso le había enviado mensajes, exigiendo respuestas.

La campana de fin de clases al fin se dignó a sonar.

Sus amigos ya se encontraban esperándolo en la puerta del salón, dispuestos a interrogarlo más a fondo, ya no había escapatoria.

Una mano se posó en su hombro, Mic sonreía alegremente.

—Hitoshi, quédate un momento que quiero decirte algo. -El pelimorado se giró hacia sus amigos y suspiró aliviado.

—Adelántense, los veo mañana. -Izuku entrecerró sus ojos y frunció el ceño.

—Por tu bien revisarás los mensajes del grupo. -El peliverde se dispuso a retirarse dignamente pero terminó enredándose con sus propios pies y comenzó a caer.

Tsuyu cerró sus ojos para no ver el terrible golpe, Iida gritó una advertencia y Midoriya gritó como niña.

Todoroki tomó al pecoso por la cintura y evitó que se diera un buen golpe.

—Ten cuidado. -Le dijo el semialbino mientras estabilizaba al más bajo, sin soltar su cintura.

Shinsou no pudo evitar sonreír ante aquella escena.

—Buena atrapada Todoroki. -Le dijo con un tono burlón.

El de ojos heterocromaticos soltó con rapidez a Izuku e intentó en vano ocultar su sonrojo, aunque el peliverde pareció no notarlo.

—¡Muchas gracias Todoroki! -Exclamó con felicidad mientras salía del salón. —¡No te olvides de lo que dije Hitoshi. -Y con esas últimas palabras se retiraron.

Shinsou se giró hacia su padrastro y enarcó una ceja.

—¿Qué querías Mic? -El rubio sonrió alegremente y se sentó en su escritorio.

—Como bien sabrás yo debo ir a hacer un papeleo súper súper aburrido, la cuestión es que tu padre hoy tomó examen sorpresa a la clase B y debe quedarse más tiempo, así que debes retirar a Eri, sale dentro de unos quince minutos, espero que no te moleste esperar. -Explicó alegremente.

Hitoshi suspiró y se limitó a asentir.

—¡No se olviden de hacer sus deberes y no le des golosinas de mi reserva, adiós! -Dijo mientras tomaba su portafolio y se iba gritando algo sobre llegar tarde.

Shinsou colgó su mochila al hombro y caminó con lentitud hacia el edificio de los de primaria, se colocó sus audífonos y puso una música al azar para matar el tiempo.

Los niños comenzaron a salir emocionados y una cabellera blanquecina se destacó sobre las demás.

—¡Toshi! -Exclamó alegre la niña mientras corría a abrazar a su hermano mayor, éste se sacó los audífonos y le sonrió sinceramente. —¡Esa tonta de Ichigo rompió mi moño, yo iba a golpearla como se merece pero la maestra no me dejó! -Le dijo mientras hacía un pequeño puchero.

Shinsou hizo una pequeña mueca, la personalidad de Eri era terroríficamente parecida a la de Aizawa, pero con gritos dignos de Mic.

—No te preocupes, te compraré uno más lindo mañana, ¿Vamos? -La niña inclinó un poco su cabeza, buscando a algo detrás del chico. —Nuestros papás hoy están ocupados, sólo seremos tú y yo. -Le explicó mientras le guiñaba un ojo, la niña sonrió divertida.

—¡¿Me llevarás como caballito?¿Escucharemos música juntos?! -Preguntó mientras daba saltitos de alegría.

Shinsou sonrió y se agachó a su altura.

—Todo lo que desee la princesa. -Respondió mientras la invitaba a subir a su espalda, la niña no lo dudó ni un segundo, tomó uno de los audífonos y lo colocó en su oreja derecha, tomó sin vergüenza alguna el celular de su hermano y eligió una canción de ritmo movido y comenzó a tararear.

El pelimorado comenzó a caminar con una sonrisa, su casa estaba a una buena distancia pero aún así prefería ir a pie.

Cuando le preguntaban de dónde sacaba tanto músculo el joven respondía que cargar a su hermanita como caballito lo había entrenado lo suficiente.

Caminaron con alegría mientras la niña cantaba y jugaba con el cabello de Hitoshi hasta que algo más llamó su atención.

—¡Hitoshi es un gatito! -Exclamó mientras apuntaba a algún lugar. —¡Toshi mira!

El chico se giró hacia donde apuntaba la niña y se sorprendió con lo que vió.

Denki acababa de contarle a Bakugo de su doble rechazo cuando el chico extrañamente sonrió.

—No te imaginaba tan valiente pikachu. -Le dijo con burla. —Mira que declararte frente a uno de sus padres, eso sí son huevos.

El rubio paró en seco y miró atónito a su amigo.

—¿De qué hablas Bakubro? -El de ojos rubí sonrió con maldad y Mina golpeó fuertemente su frente con su palma.

Sero sintió lastima por el chico así que le explicó.

—Pensé que como era tu crush lo sabías. -Dijo el pelinegro mientras tocaba su hombro. —Shinsou es hijo del profesor Aizawa, por lo tanto, Mic es su padre también.

La bomba de información cayó fuertemente sobre la cabeza del chico y abrió la boca sorprendido.

—¡Oh por dios qué hice! -Exclamó mientras se tapaba la boca con su mano.

Bakugo soltó una carcajada.

—De seguro ahora se siente tan avergonzado que...

—¡Debería de haberle pedido su mano a los profesores, después de todo necesito su aprobación! -Esta vez todos llevaron sus palmas a la frente.

Llegaron al punto en donde debían separarse, Bakugo iba por la derecha, Sero y Mina seguían delante y Kaminari debía doblar a la izquierda.

—Nunca cambies Kami, ¡Adiós! -Dijo Mina mientras tomaba la mano de su novio e iban rumbo a casa, la despedida de Bakugo fue un chasquido de lengua.

Denki caminaba mirando a la nada pensando en, bueno, en nada en realidad, cuando su heladería favorita entró en su campo de visión, se disponía a entrar cuando un extraño ruido llamó su atención, provenía de un callejón.

Con toda la valentía se adentró en él y descubrió una caja sellada que se sacudía violentamente, el rubio se acercó rápidamente y la abrió con algo de temor pero lo que había dentro lo llenó de ternura.

Dos gatitos, uno blanco y otro negro, saltaron rápidamente y se subieron a su regazo.

—Oh pequeños...¿Quién fue la persona cruel que los dejó abandonados a su suerte? -Preguntó mientras los alzaba e iba a sentarse en una banca fuera del local de helados.

Kaminari adoraba los animales, de hecho actualmente tenía tres perros, sabía que su madre podría aceptar uno más, pero solo uno.

Se encontraba pensando en cómo convencer a su progenitora de que aceptara ambos gatitos cuando escuchó a una niña reír alegremente.

—¡Hitoshi es un gatito! -Exclamó la misma niña. —¡Toshi mira!

Kaminari alzó la vista para saludar a la pequeña cuando sus ojos se cruzaron con los de la persona menos esperada, Shinsou.

Denki estaba a punto de agradecerle a todos los dioses por haber hecho posible éste encuentro cuando notó a la alegre peliblanca que bajaba de la espalda del chico y se acercaba a él con alegría.

—¡Hola, soy Aizawa Eri!¿Puedo acariciarlo? -Preguntó mientras apuntaba a los mininos.

El pelimorado se acercó a la niña y acarició su cabeza.

—No te vayas así como así Eri, casi tiras todas mis cosas. -Luego se giró hacia Kaminari, aunque su vista también se posó en los pequeños, Denki podría jurar que sus ojos brillaron un momento.

El rubio miró a la niña.

—¿Es tu hermana? -Preguntó con una sonrisa. —¡Es un gusto Eri, soy Kaminari Denki, puedes llamarme Denki! -Apuntó a los animalitos en su regazo. —Y por supuesto que puedes acariciarlos.

La niña soltó un gritito de emoción y no tardó en comenzar a mimar a los gatitos.

—¡¿No son lo más lindo del mundo Toshi?! -Preguntó con una sonrisa la pequeña.

Shinsou se agachó y su rostro estuvo peligrosamente cerca del de Kaminari, el cual comenzó a sonrojarse, cosa que el pelimorado no notó porque empezó a acariciar al gatito blanco que no tardó en comenzar a ronronear.

Denki se preguntó si estaba bien sentir celos de un gato.

—¿Son tuyos? -Le preguntó al chico para alzar la vista y, por primera vez en todo ese rato, miró al chico por más de dos segundos.

Kaminari explicó brevemente cómo se los había encontrado.

—Aún no sé cómo hacer que mi mamá acepte a ambos. -Dijo con un pequeño puchero, Eri juntó sus manos y miró a su hermano, expectante.

Shinsou tragó saliva.

—No Eri... No sabemos si papá nos va a dejar, sabes como es... -Comenzó a decir el chico mientras miraba cualquier cosa menos el rostro de la niña que comenzaba a hacer un puchero.

La pequeña puso sus brazos en jarra y frunció el ceño.

—¡Nuestros papis no van a tener ningún problema! -Exclamó la niña. —¡Papi me dijo que podía tener una mascota y papá ama a los animales!

Hitoshi soltó un suspiro.

—Tú te encargarás de pedir el permiso. -Se giró hacia Denki. —¿Podemos adoptar uno? Lo trataremos bien.

El de ojos dorados había notado claramente como Shinsou no se había hecho rogar, también veía como se resistía para no seguir acariciando a los pequeños, así que supuso que debía de amar a los gatos.

—¡No hay ningún problema! -Dijo alegremente el rubio.

La niña gritó con jubilo y tomó el blanco con delicadeza mientras lo miraba con sus ojitos brillantes.

—Te llamarás Mighty. -Su hermano la miró con ternura y Denki aprovechó el momento para observar de cerca su rostro, después de todo aún no se había alejado.

De repente Kaminari tuvo una increíble idea.

—En agradecimiento por ayudarme con ésta situación, ¿Puedo invitarles un helado? -La niña no tardó en decir que sí, pero Shinsou lo miraba con la ceja alzada. —Vamos, yo pago, no seas aguafiestas Shinsou.

Eri en ese momento se percató de algo.

—¿Vas al mismo salón que Toshi? -Preguntó mientras inclinaba su cabeza y veía como los adolescentes aún no rompían el contacto visual. —¡Parecen muy cercanos! -Exclamó con total inocencia.

Denki carraspeó un poco para ocultar el sonrojo y Shinsou por fin se alejó del rubio.

—Aceptaremos los helados, pero pagaremos mitad y mitad. -Denki asintió con alegría y se levantó rápidamente, en ese momento se percató del gatito negro que aún no se desprendía de él.

Lo acarició suavemente pero éste parecía reacio.

—Eri... ¿Me lo cuidarías en lo que compró los helados? -La niña aceptó gustosa y acomodó al pequeño junto al otro que parecía cómodo por los mimos de la chica. —¿Qué sabores prefieres?

La niña lo pensó un poco.

—¡Fresa! -Dijo con emoción, el rubio se giró hacia el mayor, que apretó sus labios con fuerza. —¡Toshi ama las cosas dulces, por lo que siempre elige un sabor diferente! -Comentó la niña mientras reía.

Kaminari decidió guardar esa información vital y sonrió coquetamente, vamos, no debía perder oportunidad alguna.

—Será una sorpresa entonces, ya vuelvo. -Les dijo mientras le guiñaba el ojo.

El par de hermanos se quedó jugando con los felinos y a los minutos un sonriente rubio volvió con tres conos de helado.

—Fresa para Eri, tiramisú para mí y... Sorpresa. -Dijo mientras entregaba los helados a sus respectivos dueños, Shinsou sacó su billetera, dispuesto a pagar su parte pero Denki alzó su mano. —Ya la próxima los pagarás tú.

El pelimorado frunció el ceño y Denki únicamente le ofreció una sonrisa.

Los tres se sentaron a disfrutar sus helados y Shinsou no pudo reprimir su sonrisa.

—Es oreo. -Afirmó después de la segunda probada.

Denki sonrió y asintió.

Eri jugaba con los gatitos hasta que se percató de algo.

—¿Cómo lo llamarás Denki? -Preguntó la niña mientras alzaba al minino negro, el cual no se veía para nada contento. —Es malhumorado pero si le das un par de mimos se vuelve toda una ternura. -Sus ojos brillaron y miró a los dos chicos que la observaban atentos. —¡Es como Toshi, llámalo Toshi! -Su hermano abrió la boca con indignación pero antes de que pudiera quejarse la niña miró a Denki, suplicante. —¡Por favor, llámalo Toshi!

El rubio sonrió y no se hizo rogar, Shinsou intentó quejarse nuevamente, pero tanto Eri como Kaminari habían comenzado a parlotear sin parar y apenas habían reparado en él.

Luego de que hallan terminado sus respectivos helados el pelimorado se percató de que se había hecho tarde y aún no había preparado el almuerzo, los nuevos amigos, Eri y Denki, se despidieron con emoción, prometiendo volver a verse pronto.

Eri tomó a Mighty y comenzó a caminar mientras tarareaba alguna canción, Denki sonrió al chico y se dispuso a irse, no sin antes agregar:

—Debes tomar en cuenta mis sentimientos Shinsou, porque yo voy muy en serio. -Reunió el valor suficiente y depositó un beso en la mejilla del sorprendido chico. —¡Nos vemos mañana! -Gritó mientras comenzaba a correr hacia su casa, sonrojado pero satisfecho consigo mismo.

Eri tuvo que tomar fuertemente la mano de Shinsou para que éste saliera del trance y comenzaran a dirigirse a su casa.

AAA PERDÓN NO ME AGUANTÉ JAJAJAJ

Bueno les traigo el segundo cap antes de tiempo pq #ansiosa ah

He aquí otro cap de mi nuevo bb, xfa denle amor <3

No se olviden de votar y comentar pq sino lloro

Bueno, nos vemos el sábado en la actualización que sería legal ah, Darkness

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