Capítulo 14
Mei sintió como un peso en su pecho desaparecía lentamente mientras colgaba el teléfono, en sus ojos se acumularon las lágrimas cuando se giró y se encontró con la curiosa mirada de su familia.
—Está detenido... Finalmente lo encontraron, dentro de una semana comenzará el juicio. -No necesitó explicar más para que su familia entrará en un estado similar.
Naomi limpió una rebeldes lágrimas que comenzaron a salir.
Hikari quedó pasmada, mirando un punto fijo, fue cuando sintió la cálida mano de su hijo menor envolviendola cuando comenzó a llorar.
Los cuatro se abrazaron, después de tanto tiempo podían finalizar aquella etapa de su vida.
—Deberíamos celebrarlo, ¿No lo creen? -Preguntó Mei mientras limpiaba aquella última lágrima.
Naomi y Denki asintieron, Hikari les sonrió en aprobación.
—Podemos ir a aquel bar que abrió el sobrino de un socio, hace tiempo tengo ganas de visitarlo. -Comentó mientras sacaba su teléfono.
Denki se cruzó de brazos.
—¿Olvidas que soy menor de edad? -Preguntó berrinchudo.
Naomi enarcó una ceja.
—¿Olvidas con quién estás tratando? Por supuesto que podemos hacerte pasar. -Le dijo con una sonrisa arrogante.
Hikari suspiró.
—Lo dejaré pasar ésta vez, pero solo ésta vez, también podríamos ir a comer y... Oh. -El rostro de la mujer enrojeció. —Hoy no puedo... Erik me había pedido ayuda con algo...
Sus tres hijos se cruzaron de brazos.
—Lo dejaremos pasar ésta vez, pero sólo ésta vez. -Respondió Naomi imitando la voz de su madre. —Tal vez invite a Shin y a Rei. -Se giró hacia su hermano. —¿Invitarás a Shinsou?
Denki sonrió.
—Creo que ya sabes la respuesta hermanita.
—¿Crees que es extraño? -Preguntó extrañado el de ojos dorados mientras se colocaba correctamente su amada chaqueta negra.
Naomi puso una mano en su mentón, pensativa.
—¿Que él aún no haya dejado sus sentimientos en claro contigo? Por supuesto que sí, es decir, parecen que tienen algo un tanto serio... Pero eres el único que ha aclarado correctamente las cosas respecto a lo que sientes. -La pelinegra se colocó correctamente sus aretes. —Aunque he notado que es alguien bastante reservado y por como te trata... Es probable que sienta algo.
Denki suspiró.
—¿Entonces me preocupo o no? -Preguntó en tono cansado.
Naomi sonrió y despeinó los cabellos del rubio.
—Por el momento no, si tú no tienes dudas todo está bien. -Respondió con simpleza.
La conversación término ahí ya que el timbre de la casa sonó.
—Deben ser Shin y Rei. -La pelinegra acomodó su cabello antes de abrir la puerta.
Efectivamente, los dos chicos estaban sonrientes detrás de aquella puerta.
—Nos hemos encontrado a alguien en el camino. -Mencionó Shin mientras empujaba a Hitoshi dentro de la casa.
Naomi le sonrió y besó una de las mejillas del pelimorado.
—Siempre es un gusto verte Shinsou. -Le dijo antes de guiñar un ojo. —¿No crees que me veo bonita? -Preguntó mientras apuntaba su atuendo.
Unos jeans negros, un top azul y una chaqueta de cuero negra que le quedaba algo grande.
Rei enarcó una ceja.
—¿No me piensas devolver mi chaqueta? -Naomi únicamente le sacó la lengua de manera infantil.
Kaminari tomó la manga de la chaqueta del pelimorado para atraerlo hacia sí, por la brusquedad del rubio sus cuerpos quedaron pegados, cosa que no pareció disgustar a ninguno.
—¿Te enteraste de las buenas nuevas? -Preguntó el de ojos dorados mientras subía sus brazos para reposarlo sobre los hombros del más alto, con sus manos comenzó a juguetear con los cabellos morados.
Shinsou sonrió al ver la alegría del rubio y rodeó su cintura, gustoso.
—Algo he oído, ¿Cómo te sientes al respecto? -Indagó mientras, con sus dedos dibujaba circulos invisibles en la cintura del otro.
Kaminari sonrió ante las caricias.
—Me siento... Aliviado, al fin podemos darle vuelta a esa fea página. -Mencionó alegre.
Ls dos adolescentes se miraron a los ojos por unos segundos antes de que un carraspeo los interrumpiera.
—Lamento ser la que rompa su burbuja pero... Los taxis llegaron. -Mencionó Mei mientras bajaba las escaleras con su bolso en la mano.
Vestía unos jeans de cuero y una camisa anaranjada un tanto reveladora, sobre todo por aquellos primeros tres botones que se encontraban sin abotonar.
Denki enarcó una ceja.
—¿No conducirás? -Preguntó extrañado el rubio.
Mei rió con gracia.
—Rayito, planeo emborracharme, mucho, por supuesto que no voy a conducir. -Le respondió mientras tomaba las llaves y los apuraba a salir.
Se dividieron en dos grupos, Naomi, Shin y Rei en un taxi, Denki, Hitoshi y Mei en el otro.
El bar del sobrino del socio de Mei quedaba a unos quince minutos, por lo que durante el viaje Mei les habló de cuanto iba progresando la empresa ahora que ya eran dueños de un setenta porciento de las acciones.
—Aun tenemos una empresa que rivaliza bastante, casi podría decirse que estamos igual, llevan bastantes años en el negocio... -Murmuró la rubia antes del que el auto se detuviera. —Pero ahora no importa, ¡A emborracharse mis niños! -La chica pagó el taxi y finalmente se adentraron al lugar, donde los otros tres ya se encontraban esperándolos.
Naomi escogió una mesa y les hizo señas para que se acercaran.
—Ya he pedido unos shots de vodka para todos, hay que empezar a tope. -Mencionó con alegría.
Hitoshi hizo una mueca, él no tenía mucha tolerancia con el alcohol, aún así había decidido que esa noche no se negaría a nada.
Primero fueron shots de vodka, luego unos tragos frutales de lo más engañosos, fueron los que hicieron que comenzaran a notar la embriaguez, finalmente tomaron unas cervezas.
—Ess deshir, yyo q-quería evitarr el mezclar los acoholes pero Naomi y Shin son mala infl-influencia. -Decía Rei, que había comenzado a hablar demasiado.
Naomi por alguna extraña razón se rió y palmeó la espalda de su amigo.
Denki y Hitoshi habían evitado tomar demasiado, sobre todo el segundo, aún así el alcohol también los había afectado.
—Toshiiii, ¿Por qué no se te nota lo ebrio? Eres tan sexy que me haces enfadar por lo que te contaré un secreto, eres mi crush. -Denki se lanzó a los brazos del pelimorado.
Shinsou no pudo evitar reír ante las incoherencias del rubio.
—Vaya, es un secreto impresionante, la verdad es que tú también me tienes bastante confundido, ¿Es raro que nunca me haya gustado nadie? Tengo mucha inseguridad ante éstas cosas y por eso... -Bueno, Rei no era el único que se había puesto charlatán.
Denki tomó el rostro del pelimorado y sonrió.
—No te abrumes Toshi, mientras pueda besarte y manosearte yo estaré contento. -Le dijo alegremente antes de plantar un beso en los labios del otro.
Naomi se subió al regazo de Rei y comenzó a golpearle las mejillas suavemente.
—¿A dónde se metieron Shin y Mei? Se suponen que ellos traerían el alcohol, quiero alcohoooool. -Las mejillas del pelirrojo dejaron de ser abofeteadas para ser pellizcadas.
Shinsou rió ante la escena antes de contestar.
—¿Es que ustedes no los vieron? Mei y Shin se andaban besuqueando por allí. -Mencionó el pelimorado mientras apuntaba a un rincón, cerca de la improvisada pista de baile, donde claramente se veía como Mei besaba a un chico de cabellos azules, Shin, por supuesto.
Naomi abrió la boca sorprendida.
—¡Rei, debemos capturar éste momento, vayamos a la pista! -Tomó la mano del chico y lo arrastró en esa dirección.
Denki hizo un pequeño puchero antes de sentarse sobre las piernas de Hitoshi.
—Parece que ya nos quedamos sin alcohol, los mayores de edad se han ido a besarse por ahí. -Mencionó mientras acariciaba los cabellos de Shinsou.
El pelimorado enarcó una ceja.
—¿Naomi y Rei también? -Preguntó curioso.
Kaminari rió.
—Por supuesto que sí Toshi, ¿No has visto como estaban? Además, no sería la primera vez que eso pase, tienen una relación un tanto rara. —Respondió mientras acercaba sus rostros.
Shinsou sonrió.
—¿Pero él no coqueteaba contigo? -Preguntó.
—Que preguntón estás hoy Toshi, sólo era broma, así como Naomi te coquetea a tí. -El rubio acercó sus labios a los del otro pero Hitoshi nuevamente se movió.
Al ver el puchero que hizo Denki, Shinsou no pudo evitar reír.
—Estoy haciendo las preguntas que siempre quise hacer, no te quejes. -Le dijo divertido.
Kaminari bufó con fastidio.
—Harás tus preguntas luego, ahora bésame Toshi. -Demandó el rubio.
Shinsou rió por lo bajo.
—Como ordenes Rayito.
Ambos labios se encontraron con prisa pero aún así fue un beso suave y lento, o al menos así fue hasta que Denki hundió sus dedos en la cabellera pelimorada para así acercar aún más sus rostros, el beso fue subiendo de tono, sus lenguas se encontraban y exploraban la boca del otro con desesperación, las manos de Shinsou no tardaron en viajar hacia la cintura de Kaminari, sus manos acaraciaban con frenesí pero aún así conservaban un ápice de ternura.
Fue Denki el que cortó ese beso, se separó con lentitud y le dedicó una sonrisa coqueta al chico frente a él.
—¿Qué dices si nos vamos temprano a mi casa? -Le susurró al oído a Hitoshi.
Abrió la puerta de su casa con cautela, todo estaba en penumbras, su madre aún no había regresado.
Sus perros, sus supuestos guardianes, dormían plácidamente alrededor de Toshi quien también dormitaba.
Denki cerró con cuidado y arrastró a Hitoshi hacia su habitación, con su corazón latiendo a mil por hora.
Cerró con seguro y no encendió la luz, la luna era la que les permitía apreciar un poco del rostro del otro, se miraron durante unos segundos y Denki finalmente sonrió.
—Perdón es que ya no aguanto. -Básicamente se abalanzó sobre Shinsou y unió sus labios con frenesí.
No perdieron la animosidad de camino a la cama, Kaminari terminó recostado y Shinsou se posicionó sobre él.
Se separaron con lentitud y Hitoshi finalmente suspiró.
—No estoy seguro de ésto... Ambos seguimos borrachos. -Mencionó mientras acariciaba la mejilla del rubio.
Kaminari sonrió de lado.
—Bueno ya que lo dices, la verdad es que sí me siento muy mareado. -Rió por lo bajo.
El pelimorado unió sus labios brevemente.
—¿Nos vamos a dormir? -Preguntó en voz baja.
Denki simplemente se deshizo de su calzado y se acomodó correctamente en la cama, dejando espacio para Hitoshi.
—Toshi, pensé que nunca lo dirías. -Comentó mientras se tapaba con las sabanas.
Shinsou rió antes de quitarse los zapatos y acomodarse al lado del rubio, quien enterró el rostro en su pecho y lo abrazó con fuerza.
—Descansa Rayito. -Murmuró antes de depositar un beso en la cabeza del de ojos dorados.
Denki inspiró el aroma de la colonia del pelimorado.
—Tú igual Toshi. -Respondió algo adormilado.
Lo despertó unos ruidos provenientes de la cocina.
Abrió sus ojos y tardó unos segundos en acostumbrarse a la luz que provenía de su ventana.
Aún estaba abrazado a Shinsou, cosa que lo hizo sonreír, se levantó de la cama cuidando no despertar al otro y abrió la puerta de la habitación para poder enjuagarse la cara.
Bajó a la cocina y se encontró con sus hermanas bebiendo una taza de café que su madre les había servido, la misma llevaba una taza en sus manos y se encontraba colocando algunos dulces sobre una bandeja para llevarla a la mesa donde otras cuatro tazas humeantes se encontraban reposadas.
—Oh ahí despertó el otro, vayan a sentarse. -Les dijo con una sonrisa.
El trío de hermanos se miraron unos a otros, para analizar quién se encontraba en peor estado y esa definitivamente era Mei, con sus rubios cabellos atados en un improvisado moño, unas ojeras terribles y lo peor... Unas marcas en el cuello de las cuales parecía no percatarse.
Denki carraspeó un poco para llamar la atención de la rubia y señaló su cuello con disimulo.
Los ojos de Mei se abrieron con sorpresa e instintivamente tapó las marcas con su mano.
Hikari rió por lo bajo antes de comer uno de sus dulces.
—Mei cariño, he notado tus marcas desde hace rato, no soy tonta niños. -Tomó la taza de café con tranquilidad. —Cuando llegué a casa me sorprendí que sus habitaciones se encontraran cerradas con seguro, la de todos. -Mencionó despreocupada. —Así que yo sugiero que vayan a despertar a esos tres antes de que se queden sin desayuno, Shin y Rei podrían enojarse mucho si se quedan sin dulces y aunque Hitoshi intente ocultarlo sé que también se sentirá decepcionado.
Los tres se llegaron a cuestionar, ¿Es qué acaso su madre lo sabía todo?
—Sí niños, soy así de sorprendente, ahora vayan a hacer lo que les dije. -Mei, Naomi y Denki se levantaron y caminaron como cual autómatas hacia la escalera que conducía a sus habitaciones.
Fue cuando estuvieron lo suficientemente lejos que Naomi decidió hablar.
—¿Si se dieron cuenta de que ella también llegó muy tarde a casa no? -Murmuró.
Denki y Mei asintieron, al parecer no eran los únicos que se habían divertido.
En el pasillo se encontraron con Rei y Hitoshi que se encontraban mirando curiosos la puerta del baño, aún sin percatarse de los Kaminari a sus espaldas.
—¿Crees que siga vivo? -Cuestionó el pelimorado.
Rei llevó una mano a su mentón, pensativo.
—Tenemos dos opciones, o está vomitando todo para sacar el alcohol de su sistema o está entrando en pánico después de recordar que finalmente ha logrado que Mei le prestara atención. -Explicó el pelirrojo.
Mei soltó una carcajada, haciendo que los dos chicos notaran su presencia.
—Ese efecto causo en todos. -Pese a su aspecto caminó como cual diva a su habitación para arreglarse un poco.
Naomi suspiró pesadamente.
—Dejen que yo me encargue de él, ¿Ustedes ya han podido pasar a enjuagarse la cara? -Tanto Hitoshi como Rei asintieron. —Denki, llevalos a desayunar que yo me encargo de Shin.
El rubio asintió y le hizo una seña a los chicos para que lo siguieran.
En menos de quince minutos ya todos se encontraban en la mesa, Hikari observó a todos desde la cabecera de la mesa, Mei, ya arreglada, comía un pastelito e ignoraba los piropos que Shin le decía de tanto en tanto, Naomi y Rei estaban enfrascados con la nueva canción de la banda, sus hombros se rozaban ligeramente mientras la joven tarareaba por lo bajo, Denki sonreía alegremente mientras Hitoshi compartía cada dulce que tomaba con el rubio, a insistencia del de ojos dorados, por supuesto.
El corazón de la mujer se llenó de amor al ver a su familia tan feliz, incluso aquellos chicos con quien no compartía lazos sanguíneos se habían vuelto parte de ella.
—Bueno niños, terminen de desayunar rápido que ya se hace tarde y no quiero que almorcemos más tarde de lo usual. -Les dijo mientras se levantaba para ir a enjuagar su taza.
Los siete pasaron el día tranquilos, charlando entre ellos y viendo una que otra película, comenzaba a oscurecer cuando Shinsou decidió volver a casa, Denki lo acompañó hasta la puerta.
—Gracias por quedarte hoy Toshi, espero que te hayas divertido. -Le mencionó el rubio mientras se balanceaba hacia adelante y hacia atrás por puro nerviosismo.
Hitoshi sonrió de lado.
—De hecho sí me divertí, me gusta pasar tiempo contigo y con tu familia. -Confesó algo sonrojado. —Bueno... Ya debo volver a casa.
Denki asintió y se puso de puntitas, esperando su beso de despedida, Hitoshi rodó sus ojos divertido antes de inclinarse un poco y unir brevemente sus labios.
—Nos vemos en la escuela Rayito. -El pelimorado le guiñó un ojo antes de darse la vuelta y encaminarse rumbo a su casa.
Denki suspiró antes de cerrar la puerta.
—Vaya, sí que estás perdido hermanito. -El rubio se sorprendió de encontrar a Mei detrás suyo.
El de ojos dorados enarcó una ceja.
—Eres la menos indicada para hablar. -Mencionó mientras comenzaba a subir las escaleras, rumbo a su habitación.
¿Quiénes fueron los clowns que creyeron que iba a haber lemmon? Ahre
Holis, acá otro cap
¿Les gusta cómo va la historia?
¿Alguna sugerencia?
Lxs amo gracias por leer y por sus comentarios, me animan a seguir escribiendo son 1 sol ah
Bueno me voy a twitter adióss, Darkness
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