«Dilemas y una Confesión»

En una mesa, retirada observaba en silencio a la multitud frente a mí.

Había venido a dicho sitio dispuesto a distraerme, convencido de que el alcohol haría su trabajo.

Me negaba a admitir que había sido una idea un tanto patética, que solo era capaz de hacerme sentir un idiota enamorado, ¿Por qué no era capaz de sacarme a esta chica del corazón, sacarla de mi mente y arrancarla del alma? Lo sabía, realmente lo sabía, Sakura era solo una amiga muy cercana, una ex alumna que alguna vez estuvo bajo mi cuidado.

-Dolorosamente cercana.- fruncí el seño, miré receloso el vaso de sake que se mostraba imponente en el centro de la mesa. Llevaba varios tragos pero cada vez me sentía mas ahogado en mis penas ¿No era que esto te levanta el ánimo?

Únicamente me hundía más en mi depresión amorosa.

Alce de nuevo la mirada buscando algo lo suficientemente interesante para poder ignorar gratamente mis pensamientos, mi visión se detuvo en una cabellera rosa increíblemente familiar, que de haber estado más sobrio me desconcertaría bastante, sin embargo a estas alturas con el alcohol circulando en mi torrente sanguino no me era de extrañar que mi mente jugara conmigo, Sakura aparecía en ocasiones cuando me permitía soñar despierto.

Era imposible que ella supiera donde me encuentro, nadie sabe que en algunas ocasiones vengo a este bar fuera de la aldea, y las dos únicas personas que lo saben, no tienen idea que he llegado a la aldea.

Además ella no tiene la edad suficiente para entrar, esta chica que veo es solo un espejismo de mi mente ofrecida por la bebida.

«No necesitas de sake para soñar conmigo» dice su voz en mi cabeza.

Tome un trago y ¿Alto qué? Mire nuevamente, ¿Los espejismos son palpables?

-Imposible.- bloque incrédulo, mirándola a la distancia, parpadee varias veces para asegurarme que mis ojos no me jugaran una broma, ella no tendría que estar en un lugar de mala muerte, no a tan altas horas de la noche. -¿Qué está haciendo aquí?- me pregunte, por la forma en la que recorría el lugar he ignoraba a todo aquí que quisiera entablar conversación con ella, había una alta probabilidad que me estuviera buscando.

No quería lidiar con la avalancha de sentimientos en este momento, no frente a ella, pero tampoco podía fingir que no la había visto he irme del lugar.

Estaba frustrado y enojado, había huido una única noche para intentar ahogar en alcohol mis sentimientos ¿Para qué? ¿Para que esta llegara y me truncara los planes?

No definitivamente no estaba listo, Sakura todavía no me había visto, todavía podía huir.

Miro por última vez antes de emprender mi cobarde retirada y veo como un vago extraordinariamente grande sonreía con suficiencia e intentaba arrinconarla más invadiendo su espacio y la ojijade totalmente ajena a la situación sigua moviendo la cabeza en mí búsqueda.

Siento mi sangre hervir cuando veo que el hombre la cogió de la cintura y comenzó a acarrearla entre las mesas llenas de gente, ella intentaba deshacerse de su amarre pero le era imposible en aquella situación, después de todo era una chica. Y un ataque monstruoso lastimaría a más gente de la necesaria.

-¡Ey!- grite.

-¿Puedo ayudarte?- Exclamo, mientras lo veía no muy dispuesto a soltar a su presa.

-Tienes tres segundos para soltarla o tú y yo tendremos problemas.- dije lo último endureciendo mis gestos en una clara amenaza que no paso desapercibida por los espectadores.

-¿Por qué no te pierdes? Yo la vi primero y pensaba pasarla genial hasta que llegaste.

Sakura enrojeció percatándose de la situación en la que se encontraba.

-No pienso repetirlo, ella viene conmigo, consigue alguien más para pasar la noche.- termine diciendo lo suficientemente cerca para encestarle un golpe, el tipo poco pudo hacer ante la sorpresa, Sakura se vio libre cuando el sujeto callo con la expresión desencajada. –Nos vamos.

-¿Estas b...?- intento hablar.

Le dedique una mirada de advertencia indicando que no era ni el momento ni el lugar adecuado para resolverlo.

Sakura entendió que a su ex sensei no le gustaba su estadía allí.

-Puedo explicarlo.- apenas mustio, siendo sincera los celos fueron quienes me impulsaron a averiguar que hacia Kakashi en un lugar como este. Después de haber estado con Lady Tsunade quien recibió el reporte de que él había llegado a la aldea, intenté buscarlo en su casa pero no lo encontré, entonces se encontró con Lee cargando a Gai sensei y se le ocurrió preguntarle donde podía encontrarlo, había recorrido casi todos los bares de la aldea antes de entrar en este, con el único deseo de saber si había hecho algo malo, este se había estado comportando de una manera errante cuando estaban juntos, pensé que mis señales habían sido las correctas, pero en la forma que actuaba en verdad dolía y necesitaba saber si su sensei ya no tenía lugar para ella en su corazón.

-Lo harás.- sentencie con frialdad. Utilice mas fuerza de la que debería usar, la sujete del antebrazo y la jale de manera violenta entre la gente abriéndonos paso hacia la salida.

El viento fresco golpeo ni cara cuando salimos haciendo que me despabilara aun mas de lo que ya estaba, me encargue de llevarla a un lugar carente de personas, caminamos por unos segundos y encontre un callejón entre dos edificio, solo quiero un lugar que garantice privacidad.

-¡Basta, suéltame!- podría estar toda lo enamorada que sea pero no iba a permitir que me tratara así. Pero por más que forcejeaba no podía zafarme de su agarre.

Quizás estaba exagerando, pero era completamente justificable, sentía desolación, preocupación, enojo y miedo, me aterraba que alguien intentara arrebatarme lo único bueno en mi vida, sabía que no tenía derecho alguno para ponerme así, pero el alcohol corría por mis venas junto con la posesividad que había desarrollado si se trataba de Sakura, me serbia como escusa aunque fuera pésima.

-Quédate quieta, Sakura- pedí serio, la chica se quedo estática ante mi tono, antes estaba a punto de explotar ¿Por qué ahora mi voz reflejaba frialdad? Afloje el agarre y sentí como su antebrazo fue liberado.

Me obligue a mi mismo a controlar mi temperamento. Tome aire y exhale. -¿Qué haces aquí? No, mejor ¿Cómo supiste que estaba aquí?- quería saber aunque el tema era irrelevante, no obstante era lo único que me aseguraba terreno conocido, de lo contraria cedería a mis instintos de querer besarla, en mi estado de semi hebriedad poco confiaba en mi mismo, si me descuidó y muestro cuan vulnerable estoy en estos momentos al sentir que la perdería mi lengua hablaría de mas.

La acorrale contra la pared, sin tener en claro cuando me había acercado, casi de manera inconsciente, más que deleite personal me aseguraba de cubrirla lo suficiente para que nadie la pudiera ver, ocultándola al mundo.

Mí calor corporal choco con el calor que Sakura emitía debido a la cercanía, una corriente eléctrica corrió por mí espina dorsal mientras que una pequeña satisfacción crecía al tenerla cerca.

No podía luchar contra aquello, y francamente había dejado de hacerlo hace tiempo, aunque lo ignorara, aunque pensara que ella estaría bien con Sasuke, aunque fingiera que todo era amistad, el sentimiento estaba ahí, aferrado a mí pecho sin querer irse.

Por otro lado, el tiempo se había detenido ante los ojos de Sakura, para quien el mundo se encontraba en pausa. A pesar de la situación, su corazón dio un salto de emoción, lo sentía latir demasiado rápido, desenfrenado y demoledor, amenazaba con salirse de su pecho queriendo confesar uno de sus más grandes secretos.

-Que haces...- no negaba que tenía miedo, nunca lo había visto tan enojado, no con ella, se sentía desprotegida ante el escrutinio de sus ojos oscuros. A demás la escasa distancia que los mantenía separados lograba ponerme nerviosa y no en un mal sentido, era algo que me gustaba pero a su vez me mortificaba, Shannaro, ¿Cómo ocultar lo que siento? ¿De qué manera evito que mi piel reaccione ante su tacto? ¿Seré capaz de engañar a mi propio corazón para que no me abrume con tan fuertes emociones que me encantan y odiaba al no ser correspondida?

-No deberías estar aquí- aquel susurro algo ronco me erizo la piel. Contuve mi respiración ¿Cómo hacerlo tan tranquilo si su voz me causa tantas sensaciones?

-Vine por ti.- agradecía internamente no haber tartamudeado, tenía miedo de alguna posible respuesta.

Temía haberme delatado.

-Vete de aquí.- me acerque más, al punto que nuestros alientos acariciaban los labios del contrario.

No pude evitar que mis ojos descendieran a donde se encontraban sus labios, deseando quitar la máscara que los cubrían y mantenían separados. –No me iré, puedes olvidarte de la idea.

Frunci mi ceño, en ocasiones como esta odia que Kakashi fuera tan terco y obstinado, y más si en sus oraciones dejaba en claro que ella era la menor de los dos, tan solo con 17 y él con 26 años.

¿Qué tan solo eran 9 años de diferencia?

-No esperes que me valla, me quedare a tu lado.- hable con franqueza. –Me quedare a tu lado si con eso logro cuidarte.- los ojos negros de Kakashi me miraron sorprendidos, incrédulos, temerosos y extrañados. Estaba claro que no esperaba esa respuesta.

Baje mi mirada incapaz de sostenerla a tan sincera confesión, la calidez de su mano cuando toco mi mejilla me hizo elevar la vista consternado, pero mis defensas bajaron cuando vi el cariño que había impregnado en la mirada de la chica frente a mí.

-No puedo dejarte, no quiero hacerlo. No me lo pidas tú.

Palabras tan sinceras, cargadas de sentimientos que no lograba comprender me dejaron sin habla, esto se estaba volviendo peligroso para ambos. Pero ninguno de los dos estaba dispuesto a abandonar.

La mano de Sakura nunca me soltó, por el contrario, levanto la otra y se posicionaron en el comienzo de la máscara, y con un acto involuntario de ella mordiéndose el labio inferior esperando que quitara sus manos, comenzó a deslizarla hacia abajo.

Se veía tan pequeña he indefensa en esos momentos, se sentía como si un demonio había encontrado la paz a un ángel que era demasiado bueno para ser real, yo no merecía a alguien como Sakura, era demasiado linda... pero también era prohibido. Lo cual incrementaba mis ganas de tenerla entre mis brazos.

«Mierda» pensé exaltado.

Asustado por el desvió que tomaron mis pensamientos murmuré un -No- apenas audible, palabra que por supuesto la había confundido deteniendo lo que estaba haciendo, me aleje como si su tacto quemara, acción que me dolió.

Subí de nuevo la máscara colocándola en su posición, tenía miedo, miedo de tocar su piel por temor a no poder frenar mis deseos, miedo que la más leve caricia nublara mi juicio. Me aterraba perder su amistad antes que perderme a mí mismo.

«Concéntrate» me dije intentando ponerle fin a la batalla de pensamientos en mi cabeza, hace un instante sus caricias me desorbitaron, ¿O era el alcohol corriendo en mi sistema? No estaba seguro, había demasiados motivos por los cuales no podía aspirar a tener algo más que una amistad con ella.

Este era el momento de poner distancia y mucha. Sentía que la necesidad por Sakura impulsaba mi sangre en las venas, cada parte de mi tiraba en su dirección, se estaba convirtiendo en mi centro de gravedad. ¿Cómo alejarse cuando la chica se había convertido prácticamente en mi todo?

-Kakashi cálmate- digo angustiada, el peli plata parecía tener un ataque de ansiedad en ese mismo momento, sentía que la respiración de él había comenzado a ser pesada y errática. –Kakashi, mírame.- dije preocupada, me acerque tolo lo que me permitía, intente tocarlo pero no me dejaba. -¡No podre ayudarte si no me dejas!

Cerré mis ojos con fuerza, ignorando las peticiones de la peli rosa. Era humillante que me viera en ese estado la había alejado solo porque no sabía cómo comportarme, cada segundo que pasaba solo lograba que le fuera imposible negarle algo a Sakura, si ella volvía a tocarlme, a nombrarme, a susurrar mi nombre con ese tono de voz, sus más bajos instintos despertarían.

No quería asustarla, tampoco quería perder su amistad, si perdía a esta chica por una estupidez, si la perdía solo porque no supe controlarme... Ni siquiera podría imaginármelo.

Sakura tenía algo que me impulsaba a querer hacerla feliz.

-Kakashi.- Aquel susurro roto. –Por favor.- simplemente no era correcto.

-Deja de preocuparte, vete de aquí. Lo que me ocurra no es de tu incumbencia.- neutro pero desesperado confesé, ya no tenía ganas de pelear, no con ella.

Me dejo caer en la pared contraria, deslizando mi espalda por la superficie plana hasta terminar en el suelo del lugar, Sakura se inclino, me sujeto de los antebrazos con la fuerza necesaria para impedir que la alejara.

-Suéltame Sakura.- exclame algo que intento ser una orden o eso era lo que pretendía. –Aléjate de mi, ya te lo dije no es tu problema.- como me dolía decir eso.

Ya estaba cansada de este juego de tira y afloja, ya no quería estar más callada, o mí dañado corazón ya no lo soportaría más.

-Si tiene que ver conmigo Kakashi, siempre será mi problema.- susurre resignada.

Este me miro sin saber qué hacer.

-No sigas Sakura, déjalo.- tiro de sus brazos intentando zafarse de mi agarre, no pudo.

Me acerque rompiendo la barrera que había puesto entre nosotros, mis labios quedaron sobre los suyos y cerré mis ojos para confesar lo que mi corazón sentía en esos momentos.

-Me enamore de ti Kakashi.- finalmente solté sobre sus labios lo que ya no podía contener mas.

-Ss...akura.- soy patético, justo ahora comenzara a tartamudear.

Solté el agarre y lleve mis manos de nuevo a su rostro y esta vez de un solo jalón baje su máscara y junte sus labios con los míos.

Sentía los temblores de las manos de él cuando me tomaron las mejillas. Profundice el beso que con contacto inexperto fue cada vez más suave, derribando cada una de las barreras.

Apenas tuve tiempo de seguirle el paso, encima fue algo torpe, ella no se quejaba, pero me arrepentida que, después de tantos años de espera imaginándome el día que nuestros labios se encontraran, el contacto fuera tan efímero.

Nos separamos por la falta de aire.

Abrí mis ojos para encontrarme con su rostro enrojecido, admiraba los suaves y delicados rasgos ante él, si era un sueño no quería despertar, todo en ella era perfecto.

Cuando abrió sus ojos, su mirada brillaba resplandeciente, no sabía si era por el beso o porque por primera vez mi rostro estaba completamente descubierto.

Sonreí antes de volver a besarla, Sakura soltó un jadeo sorprendida cuando mis brazos la rodearon envolviendo su cuerpo, apretándola contra el mío. Abrió tímidamente su boca dándole paso a mi lengua que arremetió contra la suya.

Aun sin hablar ambos somos capaces de entendernos, nuestra conexión iba más allá de lo cotidiano, compartíamos un vínculo estrecho demasiado arraigado a sí mismos. Vinculo que aprendimos a leer y descifrar sin necesidad de palabras en el medio. Una acción, un contacto, alguna caricia, roce o mirada. Detalles y acciones que supimos valorar más que palabras.

Por el momento explicar los motivos era innecesario, ambos sabíamos perfectamente lo que había en el corazón del otro. Los sentimientos estaban expuestos en cada roce. Respondiendo a aquellas incógnitas no verbalizadas.

Expresaban las palabras que no podían.

«Me gustas, Te quiero, Te necesito.... Te Amo»

Fin.

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