( trece )
13
Estar de nuevo en aquella vieja comisaría de la Isla se sentía extraño e irreal, otro asesinato había ocurrido y al parecer, esta vez si iban a tomar las requeridas medidas que eran necesarias dado que todo el mundo se había enterado de la muerte de la chica.
Su nombre era Amanda Heensfield y era hija de una de las familias que viven en la isla, su padre, un hombre bastante duro casi había amenazado a todo el cuerpo policial, advirtiendo que, sino encontraban al asesino de su hija, iba a terminar con sus trabajos.
Aparentemente, el hombre tenía poder así que al comisario no le quedó otra opción más que iniciar una investigación.
Todo aquello me favorecía, por muy retorcido que sonase, así era. Si lograban encontrar al asesino de esa chica encontrarían al mismo asesino de la muerte de Ava y todo se solucionaría, me graduaría y mi vida continuaría... pero todo sonaba demasiado fácil, demasiado para ser así de sencillo.
La verdad era que yo pensaba que todo esto sólo era una trampa, aunque... ¿para qué el asesino pondría una trampa? La opción mas lógica es para desviar la atención de su paradero pero eso sería estúpido, ¿qué clase de asesino estimularía su captura? Aunque estaba más que claro que la persona que estaba haciendo todo esto no era solo un simple asesino, era más que eso... era un psicópata.
Todo el día me había estado preguntando que ocurría con Edward, por alguna razón, su comportamiento no pasaba desapercibido de mi mente... era como si fuera algo importante, algo de lo cual debía investigar. Pero, ¿qué encontraría? ¿Qué probablemente estaba borracho? Seguramente lo recordaría luego, pero sin embargo, el hecho de que ni siquiera sabía donde estaba su perro hacía eso aún más difícil, no conocía a Edward demasiado pero si sabía que apreciaba a Ducky lo suficiente como para verlo como un miembro de su familia, incluso creía que era la única persona que lo acompañaba en casa.
Ayer se había ido a casa y no sabía si había hallado a su perro o no porque obviamente ocurrió lo de la aparición del cuerpo, pero tenía mucha curiosidad y esperaba encontrarme con él luego.
"Mira, estamos aquí desde hace menos de dos días y ya esto ocurre. Nuestra presencia aquí parece descontrolarlo todo." masculló Max, negando con la cabeza pensativo. Pero algo en sus palabras captó mi atención... tenía razón, en el tiempo que no estuvimos aquí nada había ocurrido pero cuando regresamos, solo había sido cuestión de un día para que otra chica apareciera muerta... ¿realmente tenía algo que ver con nosotros? ¿Éramos acaso, la causa de todo?
Me llevé la cabeza dentro de las manos, soltando un pesado suspiro. Kimberly estaba siendo interrogada y ahora que lo pensaba, ya tenía bastante tiempo ahí dentro. Luego de esto, el plan que había armado con el detective Reynolds se había esfumado, Kimberly había sido nuestra única opción posible para hacerlo y luego de esto no creo que este psicologicamente preparada para efectuar algo tan riesgoso como lo planeado.
Lo cual sólo me deja a mí .
Kimberly salió de la puerta de la oficina del comisario principal minutos después, sus ojos lucían cansados y era notorio que necesitaba descansar.
"¿Cómo fue todo?" Le pregunté, acercándome a ella. Su largo cabello castaño estaba alzado en una coleta y sus manos no dejaban de temblar.
"B-bien. El comisario quiere hablar contigo." Dijo, casi en un susurro. Fruncí las cejas confundida, preguntándome el porque querrían hablar conmigo.
"Está bien, Max te llevará al hotel de regreso, ¿Si? Te veo allá." Ella asintió con la cabeza, no diciendo nada más y partiendo con Max.
Resguardé mis manos en los bolsillos de mi chaqueta mientras caminaba hacia la oficina, el comisario descansaba en la silla de su escritorio mientras observaba unos cuantos papeles en sus manos.
"Señorita Woods, siéntese por favor," Instruyó, señalando la silla frente a su escritorio. Caminé hacia ella, sentándome incómodamente y frunciendo los labios.
"¿Para qué quería hablar conmigo, comisario... Ritz?" Era la primera vez que conocía su nombre, en realidad, lo había visto en su placa, jamás le había prestado atención a ello.
Un suspiro brotó de sus labios y se inclinó en el escritorio, cruzando los dedos y dejando abandonados los papeles a un lado. "Señorita Woods, cuando la vi en el hotel me cuestioné una cosa y esa cosa era acerca de qué hacía aquí de nuevo. Sé lo que está haciendo y déjeme decirle que no es muy inteligente de su parte intentar resolver un caso que esta cerrado, o al menos, estaba," continuó. "Es muy extraño que justamente cuando usted regresa todo esto... ocurre, se ha convertido en un problema para mi desde que ocurrió lo de su amiga. Desde que ustedes llegaron aquí todo se descontroló-"
"Disculpe, señor. Mis amigos y yo solo vinimos a divertirnos como cualquier turista, si está intentando encontrar un culpable le sugiero que mejore sus habilidades porque le puedo asegurar que no me tomaría la molestia de regresar a este lugar si yo fuera el problema, ¿Acaso piensa que yo estoy detrás de todo esto? Sé lo que ocurrió aquí hace años, ¿la muerte de esa familia y de esas chicas? ¿No le parece verdaderamente extraño que años después ocurra exactamente la misma técnica de asesinato con mi amiga y esta nueva chica? Debería despertar y darse cuenta de que este... "lugar pacifico" como usted le llama, es el mismo infierno, aunque quiera seguir manteniendo esa placa de "comisario" usted sabe que nada de aquí es Pacífico y no puede impedirme que intente averiguar cuán sucio esta este lugar, por que al final, cuando lo haga, no le va a quedar otra opción más que darme las gracias."
Me sorprendo cuando al final de mis palabras, sólo deja escapar una risa de sus labios. Una risa que lograr erizarme la piel.
"No hay nada malo en este lugar." Afirmó
"Yo no intentaré convencerlo de lo contrario pero estoy segura que el padre de esa chica se encargará de destruirlo a usted y a todo su patético equipo de policías inútiles," Contraataque, "Y si no tiene nada más que decirme, tengo que irme, señor."
Me preparé para levantarme de la silla pero me sorprendí cuándo tomó mi muñeca fuerte entre sus manos, causándome una mueca de dolor y advirtiéndome antes de partir.
"Entonces, señorita Woods, cuídese del infierno." Advirtió.
"¿Me está amenazando?" Inquirí, levantándome de la silla.
Una sonrisa burló en los labios del detective. "Tómelo como quiera. Hasta la próxima vez, señorita Woods." Lo miré por unos segundos antes que me señalara la puerta, con una última mirada me giré sobre mis talones y salí de ahí, intrigada por esta nueva revelación.
No puedo alcanzar a que el aire me golpee la cara al salir de la comisaria porque de repente, mi espalda chocó violentamente contra la pared causando que mis pulmones dolieran un poco, abochornada me apresuré a descubrir quien era la persona causante de mi golpe y no me sorprendo mucho al ver los mismos ojos azules que han estado atormentándome.
"Tenemos que hablar, es hora de que sepas en realidad quien es tu amiguito Edward." Masculló, acorralándome con sus brazos. Inexplicablemente saco fuerzas capaces para apartarlo fuera de mi y me encuentro orgullosa cuando parece sorprendido de mi repentino arrebato contra su persona.
Sin embargo, sus palabras han logrado lo que seguro había planeado desde un principio; mi curiosidad. Y no es precisamente porque dude de Edward, es porque el incidente del hotel y su extraña amnesia han logrado tocar algo que me dice que no es exactamente una persona normal. Edward es extraño y también cabe el hecho de que los primeros días jamás lo vi por los alrededores de la isla, entonces... ¿porqué me lo encontraba ahora? No obstante, Louis no era alguien en quien pudiera confiar.
"¿Y qué se supone que sabes tu de él?" Escupí. "¿Por que mejor no nos sentamos a discutir porque estabas discutiendo con el anciano que trabaja en el hotel la otra noche? ¿Quien ese 'él' de quien tanto hablas, Louis? Edward no me ha dado razones para desconfiar de él pero tú si, así que dime, Louis... ¿quién eres realmente?"
Él frunció el ceño ante mi revelación y agachó la mirada para después volver a posar sus ojos azules en los míos.
"¡Maldita sea, Karen! ¿Por qué cuando trato de protegerte vuelves todo un desastre? ¡Te dije que no te involucraras! ¿Por que no entiendes que trato de evitar que te haga daño?" Gritó, golpeando su puño en la pared junto a mi cara. Mi respiración se volvió pesada y mi corazón trató de hallar sus latidos normales teniendo en cuenta esta extraña... preocupación de Louis por mi y de que sus electrizantes ojos azules estaban brillando fuertemente contra los míos, y de que su rostro esta a pocos centímetros, traté de ignorar el cosquilleo que se desplazó por mi espalda e intenté alejarlo.
"¡No tienes que preocuparte por mi! ¡Debe importarte poco lo que me ocurra! Tú no me conoces, Louis, ni yo a ti, somos dos desconocidos y al final, cuándo todo esto termine mi iré y me olvidaré de todo lo que involucra este maldito lugar, incluyéndote a ti" Mis palabras son cómo veneno y soy espectadora de cómo su rostro cae y ya no me mira, suspira profundamente y sus siguientes acciones me toman por sorpresa.
"Entonces voy a encargarme de que cuando te olvides de mi, no puedas olvidar esto." Y estoy a punto de cuestionar sus palabras cuándo, mientras menos lo espero, sus fríos labios chocan contra los míos, ni siquiera dándome tiempo de responder.
Louis está besándome.
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