( once )

-Se siente tan extraño estar haciendo esto de nuevo, ¿no crees?

No respondí a su pregunta, realmente mantuve la vista fija en la carretera y parece lo único tranquilizante que puedo hacer. Regresar por el mismo rumbo se vuelve doloroso en algún punto y estar en el asiento donde ella estaba luego de casi dos meses es desgarrador.

Las cosas no han ido nada bien, mis amigos piensan que me he vuelto loca. Luego de la muerte de Ava me he obsesionado con encontrar al culpable de su muerte, para mi no es algo loco, es algo que tengo que hacer. Sin embargo, aquí estoy, regresando al lugar donde inició todo esto.

-Hey, haz estado muy... distraída últimamente -esta vez lo miro, Max tiene las mismas bolsas bajo los ojos que yo, su aspecto ha cambiado, se ha cortado el pelo y ahora luce mucho mas maduro. Hemos estado muy juntos los últimos momentos y estoy realmente agradecida de que el me apoye.

-No es nada, supongo que la Karen de antes murió con Ava -mascullo, apoyando mi codo derecho en el borde la ventana del auto. Mi teléfono celular vibra en mi bolsillo y suspiro antes de tomarlo, es Vivian.

Para ella fue difícil aceptar todo esto pero sabía que no le quedaba más opción que aceptar lo que quería hacer, sé que no lo entiende pero no puedo hacer nada más.

-Sabes que no voy a dejar que te pase nada mientras yo esté a tu lado, ¿no? Estamos juntos en esto, Karen. Yo no pienso que estas loca, Ava haría lo mismo en tu lugar -susurra y capta mi mano entre las suyas, dándole un ligero apretón. No contesto y me limito a asentir, dándole a entender mi agradecimiento.

El resto del viaje es silencioso y tranquilo, me distraigo escuchando música pero no puedo concentrarme en todo lo que haré al volver ahí. Louis es algo que me tiene nerviosa, no tengo miedo de él, y algo me dice que, aunque todo encaje directamente en él, no es la persona correcta. Mis días han estado llenos de preguntas sobre eso que el sabe y no quiere decirme, ¿quien es él? ¿Por qué es tan misterioso?

El auto se detiene en el mismo lugar que la vez pasada, Kimberly -sorprendentemente recuerdo su nombre- se encarga de ayudarnos con nuestras maletas y guiarnos a nuestras habitaciones. Es la misma chica entusiasta de siempre y hablar con ella me levanta el animo mientras me ayuda con mis cosas en la habitación.

-¿Sabes? Se supo muy poco lo que paso con tu amiga... a la gente no le interesa tanto porque fue realmente fuera de Coney Island donde hallaron su cuerpo pero la verdad es que yo tengo muchas dudas al respecto. ¿Lograron encontrar a la persona que la mató? -Kimberly me pregunta cautelosamente, por su tono de voz puedo decir que no se encuentra muy cómoda hablando de este tema, pero sin embargo, como ella misma lo dijo, tiene dudas.

Lanzo suavemente la camiseta que había estado sosteniendo a la cama y la miro, sus ojos marrones están clavados en los míos. -No, no encontraron quien lo hizo. Pero... eventualmente lo haré.

-¿Lo harás? ¿Por eso es porque regresaste aquí? -ella inquiere, apoyándose en la cama. -¿Sospechas de alguien?

Suspiro pesadamente y decido no responderle, ella parece una chica confiable... pero no lo suficiente como para decirle demasiado. -Prefiero dejar ese tema... para después, tengo que ir a la comisaria y hablar con el detective Reynolds.

El detective Reynolds es aquel comisario de la cafetería, el sabe mas de lo que pensaría y ha sido de mucha ayuda. Consiguió mi numero y me llamó, pareciendo interesado en ayudarme. Él, después de todo, parece interesado en hacer justicia a su familia también.

-Bueno, te dejo para que te instales más cómodamente, te veo por aquí más tarde -anuncia Kimberly, levantándose de la cama y arreglando sus shorts. Hablando con ella me enteré de que es la sobrina del dueño del hotel y por eso se le permite estar tan cómoda alrededor.

Luego de que Kimberly se marcha, suelto un suspiro y me dejo caer en la cama, no sin antes sacar el cuadro que se encontraba resguardado en mi maleta. No puedo evitar que una lágrima se escape de mis ojos una vez que examino la fotografía, me levanto, alejando las lagrimas y colocando la fotografía en la mesa de noche a un lado de la cama.

Una vez que estoy lista son las 5 de la tarde, me encamino a un bar cerca de la cafetería esperando encontrarme con el detective Reynolds. He decidido dejar al margen de todo esto a la policía, al fin y al cabo terminan siendo un estorbo mas que una ayuda. Cuando entro en el lugar identifico de inmediato al detective en una de las mesas, camino hacia él, disculpándome con unas personas en mi camino.

-¿Como ha ido el viaje aquí? -me pregunta el detective gentilmente, descubriendo la silla para mi en la mesa. Sonrío ligeramente.

-Bueno, no puedo decir que excelente porque sin duda no es una dicha para mi regresar a este lugar -mascullo-. Pero ha ido bien, nada fuera de lo normal.

El hombre suspira y se encoge de hombros. -¿Y como va todo con sus amigos?

-Todo bien -respondo, negando con la cabeza. -Creo que ya es muy tarde para esta clase de preguntas random. ¿Por que mejor no vamos al punto, detective? Usted y yo sabemos que no venimos aquí solo para hablar.

El hombre asiente, estando de acuerdo conmigo. -Señorita Woods, primero que todo necesito ser sincero con usted. La persona que mato a su amiga podría ser cualquier persona, como se lo dije anteriormente. Podría ser el chico que conoció en la calle esta mañana, la persona que la ayudo a bajar las maletas... la persona que esta detrás de usted. Podría ser la persona a la cual le este dando detalles de todo esto... a lo que quiero llegar con todo esto es, que debe mantener este tema estrictamente secreto y confidencial, ¿lo entiende, verdad?

-Lo entiendo perfectamente, detective. Pero, ¿puedo confiar en usted? -arqueo una ceja.- ¿Como sé que todo esto no es una emboscada?

-¿Que piensa que ganaría haciendo eso? Yo no tengo nada más que un deseo de justicia esperando ser saciado, de resto, solo soy un viejo en la cumbre de la muerte que necesita cumplir su ultima voluntad y aún si me voy antes de lograrlo, estaré seguro que usted lo hará -responde y me siento un poco estúpida por preguntarle principalmente.

-Lo primero que tenemos que hacer es tener los ojos abiertos con ese chico Louis y el anciano del hotel, es obvio que los dos saben algo pero no lo dirán... recurriré un poco a la fuerza para hacer que hablen, pero no puedo asegurar nada -asiento con la cabeza con sus palabras, esperando a que continúe. -Cuando mi familia fue asesinada... no había ni un solo rastro que me llevara a atrapar al asesino. Ese mismo año también había muerto una chica que estudiaba con mi hijo, sus padres se marcharon luego de lo que ocurrió, pero sorprendentemente, la manera de como esa chica había muerto... me parece familiar a la de su amiga, solo que ella no estaba quemada. Pero la herida en su vientre era exactamente la misma que la de su amiga, eso sólo lleva a una cosa y es que la persona que esta haciendo esto es la misma que asesinó a esa chica anteriormente. No vamos a encontrarnos con una persona demente solamente, nos vamos a encontrar con un cazador... y todo cazador necesita su carnada.

-¿Que está insinuando? -pregunto, frunciendo el ceño ante sus palabras.

-Es arriesgado, pero estoy proponiendo que le demos lo que quiere... y solo así, llegaremos a él. En su mente, él es un lobo. Vamos a darle al lobo, su caperucita.

-Eso es casi como un suicidio, ¿quien cree que haría eso? -interrumpo, no del todo feliz con su idea.

-Podría hacerlo usted, pero el asesino no es tan tonto... usted regresó y eso debe estar jugando con su cabeza, debe estar preguntándose porque ha vuelto luego de lo que ocurrió y no creo que usted jugara un buen papel volviéndose la carnada.

-Nadie quiere morir, detective. Nadie hará esto, y yo tampoco se lo pediré a alguien -dijo, pero, por alguna razón, Kimberly viene a mi cabeza.

No, no puedo arriesgar la vida de alguien más. Definitivamente no.

-Lo sé, es arriesgado pero es la única manera. Él quiere una victima, nosotros se la daremos y lo atraparemos. Nada va a salir mal -asegura.

-¿Como lo sabe? No puede saberlo. No convierta esto en algo más grande, detective -resoplo, derrumbandome en la silla. Mi vista se dirije inconscientemente hacia la puerta del bar y veo a entrar a Kimberly, ella sonríe a algunas personas y luego desaparece detrás de la barra.

¿Kimberly sería capaz de hacerlo?

No puedo saberlo, pero por ahora, es la única salida que tenemos.

Llevar a caperucita a la boca del lobo.

Al anochecer, luego de la reunión con el detective, me estoy cambiando en mi habitación para cenar cuando escucho algo vagamente familiar cerca de mi habitación. Frunzo el ceño, deteniendo mi acción de arreglarme el cabello y caminando pacientemente hacia mi ventana. Varios quejidos de perro son escuchados, los sollozos se vuelven más graves conforme me acerco. ¿Que está ocurriendo? Sin pensarlo dos veces salgo de mi habitación y parto a la puerta trasera del hotel, una brisa fría me abraza mientras camino entre el callejón oscuro donde descansan los grandes cubos de basura y demás. Veo una silueta familiar, casi puedo jurar que es Edward pero, ¿qué haría él aquí a estas horas?

-¿Edward? ¿Edward, eres tú? - cuestiono, llevandome los brazos al pecho en busca de calor. Él no responde, permanece de espalda a mi junto a Ducky, quien ha parado de sollozar.

Me acerco un poco más a él, quizás esté borracho o ha venido a verme. Sin embargo, hay algo que no me gusta de su actitud, él me saludaria.... No, no me asustaría como lo está haciendo ahora.

-¿Edward, estas bien? -me acerco más, dando pasos sigilosos. Me estremezco cuando su mirada se encuentra con la mía lentamente, el ritmo en el que se mueve su cuerpo es tan lento que hace hervir mi sangre de terror.

-¿Quién es Edward? -pregunta él, su voz no es la misma... Algo ha cambiado, es más... Profunda y reposa, dura.

-¿Edward, estas ebrio? Ven, te ayudaré a llegar a casa -le digo, ignorando la tensión de mi cuerpo.

-Mi nombre no es Edward, ¿Quien es Edward?

Vuelve a preguntar y frunzo el ceño, totalmente confundida. Un sonido me sobresalta y la puerta trasera del hotel vuelve a abrirse.

-¡Maldita sea, estoy cansada de este maldito hotel! -alguien se queja, pero sin embargo, soy capaz de reconocer su voz. Es Kimberly.

Ella lanza la bolsa de basura al contenedor y no se ha percatado de mi presencia y la de Edward. Me giro para mirarlo pero el corazón se me salta en el pecho cuando no lo veo, ¿a donde demonios se fue?

-¿Karen? ¿Que haces aquí? ¡Me asustaste! -ella dice, pero ignoro sus palabras.

La extraña actitud de Edward y el raro tono de su voz lograron asustarme. No puedo pensar en nada más mientras miro el callejón vacío, preguntándome que demonios acababa de pasar.

*****

N/A: Que raro es Edward, ¿verdad? Hasta yo me he asustado... Pero, ¿qué les pareció el capítulo? ¿Creen que Karen deba confiar en el detective? ¿Que les parece su plan? ¿Y la actitud de Edward? Muchas preguntas, bueno, espero que les haya encantado porque me costó escribir esto bue, mucho amor y espero verlos en la próxima actualización!

POR CIERTO, ¿VIERON LA NUEVA PORTADA? MUERO DE AMOR .

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