~🌱Capítulo uno🌱~
-Cuenta la leyenda, que hay un mundo que parece que haya salido de un pantano pues todos sus habitantes son ranas.
Estos seres en lugar de tener caballos o mulas, tienen caracoles enormes.
En lugar de lámparas, tienen hongos luminiscentes.
En lugar de casas echas de ladrillos, son de madera.
En lugar de animales salvajes, tienen insectos enormes salvajes. Y en lugar de alimentarse de carne, se alimentan de ellos.
Los niños en lugar de ir a la escuela, aprenden con sus familias.
Y en lugar de tecnología, tienen cosas más valiosas.
En concreto, un pequeño pueblecito de este mundo fué irrumpido por un extraño ser, uno alto, de rizados cabellos, con un extraño bulto en la cara. Así es, un ser humano.
Este ser humano al principio no encajaba en el lugar, parecía un monstruo entre las ranas. Pero con su forma de ser y su bondad, se ganó el corazón de los pueblerinos.
La primera vez fué encontrado por uno de ellas con el cual forjó una relación de amistad tan profunda que se hicieron inseparables.
Pero lo bueno, siempre se termina...
-Blah, blah, blah! Las tres redacciones son lo mismo. Un mundo de ranas y sapos.
-...y tritones.- dijo la azabache.
-Como sea, alguien de las tres me explica cómo es que las tres redacciones tratan de casi lo mismo?
-Pero profesora, son diferentes entre ellas.- dijo la rubia.-La que acaba de leer de Anne trata de un pueblo, la mía es de un guerrero y la de Marcy de un rey.-
-Lo sé, pero recordad que el trabajo era escribir sobre una leyenda inventada, y las tres habéis escrito sobre el mismo lugar!
-es que...-No se le ocurría nada a la de orígen tailandés, estaba algo nerviosa al igual que sus dos amigas..no podían explicar el verdadero motivo; era real.
-Si no me decís porqué son las tres redacciones iguales, tendré que suponer que os habéis puesto de acuerdo entre las tres, casi lo mismo que copiar, así que tendré que suspenderos.- Anne y Marcy se quedaron cabizbajas aceptando la derrota.
-Escúcheme profesora, no hemos copiado.- dijo la rubia indignada levantándose de la silla.- si supiera que en realidad...- Anne y Marcy la miraron sorprendidas.
-Sasha, no...- dijo la morena por lo bajo. La rubia miró hacia el suelo y volvió a sentarse cabizbaja.
-¿Y bien?- esperó la maestra.
-Nada, pónganos ese cero..- dijo triste Anne, se levantó del lugar y las tres se fueron.
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