22. VESTIDO
- Apaga la luz... - me dice Evan adormilado.
- No hay ninguna luz encendida. - le digo igual de adormilada.
- Pues cierra las cortinas.
- ¿Quién quiere cerrarlas? - le digo sarcástica.
Gruñe y se levanta cerrando las cortinas. Se vuelve a meter en la cama y me abraza. Me doy la vuelta para quedar de cara a él y cierro los ojos para descansar un poco más.
- ¡A LEVANT...!
Joder, Charlie. Te voy a matar.
- ¿Pero qué cojones hacéis?
- Hasta que llegaste tú, dormir.
- No podéis dormir juntos.
- Nos subestimas. - le digo.
- Que no podéis dormir juntos.
- Venga, tío. Soy tu sobrina favorita.
- Me da igual. Son órdenes tu padre.
- ¿Acaso tú le haces caso?
- No, pero soy 30 años mayor que tú.
- Y yo soy tu sobrina favorita.
Suspira.
- Que tu padre no se entere de esto.
- Mientras no se lo digas tú, ira todo bien. - le digo volviendo a cerrar los ojos.
Mi tío sale por la puerta y se va.
- ¿Qué te preocupa? - me pregunta Evan.
- ¿Qué?
- Estás mirando al techo y con el ceño fruncido. No sé. - dice riéndose un poco. - ¿Qué pasa?
Le sonrío.
- Nada. - y le abrazo.
- ¿Vamos a desayunar?
- Sí.
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Al terminar de desayunar y cambiarnos de ropa decidimos ir de compras. Quería ver además un poco en entorno.
- ¿Te gusta este vestido?
- Sí, es bonito, pero hay que verlo puesto.
- Me lo voy a probar.
Es un vestido rojo, largo, con la parte derecha abierta, por lo que se me sale la pierna del vestido. Por la parte de arriba hay encaje a partir del pecho hacia arriba y tiene unas mangas con solo encaje floral rojo.
- Me le llevo.
- ¿Estás segura?
Veo a mi tío poniéndose al lado de mi novio.
- Sí, me gusta mucho. - digo mirándome en el espejo de la tienda. - ¿Por qué preguntas? ¿Me queda mal?
- No, te queda muy bien. Pero, - dice pausando. - ¿para qué vas a ponértelo? Parece más un vestido de gala que un vestido para ir por la calle.
- Papá tiene muchos eventos y tendré que empezar a ir.
- Cierto, pero nunca vas a ellos.
- Si es para que no me lo compre y llevarme la contraria todo el rato, dímelo. Es tu dinero, no el mío.
- Llévatelo. A la noche tengo una cena con un amigo que no veo desde hace mucho tiempo y vamos a ir elegantes. Si queréis venir y así estrenarlo...
- Vale. ¿Quieres ir? - le pregunto a Evan.
- ¡Claro! ¿Por qué no?
- Genial. Pues hoy estreno el vestido. Le mandaré una foto a mamá.
- Mejor ya en casa, nos tenemos que ir a otra tienda y si no nos vamos ya, cerrarán.
Después de pagar el vestido, nos vamos a la tienda de deportes a la que quería ir mi tío. Evan entra con él y yo me quedo fuera mirando algún escaparate del centro comercial. Veo una cazadora negra de cuero bastante chula, hasta que alguien se para a mi lado.
- Hola.
- ¿Qué quieres?
- Nos hemos levantado bordes eh... ¿tú novio no te dio buena noche?
- Repito, ¿qué coño quieres, Dereck?
- Solo quería ver qué tal estabas.
- Bien, hasta que llegaste tú.
- Vamos, no seas borde. ¿Qué te pasa?
No puedo más.
- Vanessa.
Quiero encerrarme en mi habitación. Quiero que me deje en paz.
- ¿Hola? ¿Vanessa?
Quiero irme de aquí. Noto una mano en el hombro. Me giro del susto y veo a Evan mirándome con preocupación. Miro al otro lado y veo a Dereck con la misma expresión.
Me giro totalmente hacia Evan.
- Sácame de aquí. Vámonos a casa. Por favor.
- ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras? - mira a Dereck con furia. - ¿Qué le has hecho?
- ¡Nada! Solo la he dicho hola.
- Vámonos, por favor.
Evan tira de mi mano y me pasa la mano por los hombros mientras yo sigo llorando y me guía hasta dónde está mi tío.
- ¿Qué ha pasado, Vanessa?
- Nada, solo quiero irme a casa.
- Vámonos. - le dice Evan a mi tío.
Al llegar salgo corriendo hacia la playa a sentarme en la arena y quedarme ahí hasta que anochezca. Estoy harta. Harta de que aparezca siempre. Harta de que me siga y me diga que le gusto cuando yo ya tengo novio. Me odio a mi misma por seguir pensando en él. Me odio por estar pensando en esa persona que me confunde a cada rato, que sale con mi mejor amiga por interés, la rompe el corazón, y luego le dice a su mejor amiga que le gusta. No es justo que me pase esto a mí, ¿no?
Pues no, me lo merezco, yo hacia lo mismo, me follaba a todo el que me prestaba una mínima atención. Me los tiraba y a la mañana siguiente desaparecía de sus vidas. No sabían quien era. Ni quiera sabían mi nombre. Todos ellos siempre estaban borrachos. Porque me les tiraba después de una fiesta. Claire y yo solíamos ir a muchas fiestas de esas en las fraternidades. Pero dejamos de ir... bueno, por un motivo en cuestión.
El caso es que deje de ser así cuando conocí a James. Cuando me dejo volví a ser la de antes, hasta que conocí a Evan. Pero el problema es que mientras estoy saliendo con Evan, la persona de la que estoy enamorada, me atrae y me confunde otra persona. No quiero hacer daño a Evan. Quiero estar con él. Él me hace bien, al contrario que Dereck. Mi mente me dice esto, pero mi corazón... me dice otra cosa. Evan merece a alguien mejor que yo, pero voy a luchar. Voy a luchar para estar con él, voy a luchar para que vea que estoy enamorada de él.
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- Hola...
Me giro y veo a Evan con una camiseta y unos pantalones cortos.
- Hola. - le digo sonriendo.
- ¿Te encuentras mejor?
- Sí, gracias. Siento el numerito que he montado en el centro comercial.
- Tranquila. Ese idiota te estaba molestando.
- Sí...
- Vanessa, dime una cosa.
- Dime.
- ¿Le sigues queriendo, verdad?
Me quedo en silencio. No me puede estar pasando esto a mí.
- Dime la verdad. - presiona.
- Evan...
- Dímelo, por favor. - me lo dice de manera sosegada. ¿Acaso no está enfadado?
- No lo sé.
- No lo sabes...
- Te quiero a ti, Evan. Quiero luchar por lo nuestro, pero no deja de confundirme.
- Entiendo. - le empieza a sonar el teléfono. Veo el nombre de "Tío Patrick" en la pantalla. - Ahora vengo. - dice levantándose de la arena.
Al poco rato vuelve, pero no para decirme cosas bonitas, no para abrazarme ni darme un beso, sino para que en ese momento se me venga el mundo abajo.
- ¿Todo bien? - le pregunto.
- Debo volver a Nueva York.
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