49. Un regreso inesperado
No volvimos a ver a Bart en las noches siguientes de aquel incidente. Molesta, Lola me acusaba de haberlo asustado tanto que era por eso que él ya no quería vernos, lo que me causaba gracia el imaginarme que en serio fui capaz de matar de miedo a un hombre adulto como para que prefiriera evadirme. La mayoría de las chicas quienes no parecían tan encariñadas con Bart como antes, se imaginaban que se sentía tan avergonzado por lo que hizo, que cobardemente al no poder enfrentarlas era que decidió desentenderse de ellas. Lynn como yo, sencillamente se imaginaba que el abuelo lo había puesto de patitas en la calle, pero por mucho que todos tuviésemos la duda, nadie se atrevió a preguntarle al abuelo por él cuando cada mañana y cada tarde había retomado la rutina de ser él quien nos traía nuestros alimentos. Mientras estuviera lejos de mis hermanas, Bart me daba lo mismo y es por eso que con el paso de los días dejé de pensar en él.
Por iniciativa propia tampoco es que el abuelo pareciese querer decirnos algo al respecto, siendo cortante al entregarnos todo y retirar los platos y vasos que habíamos ensuciado. Más allá de eso, toda interacción que tenía con nosotros era para realizarnos algunas pruebas para calificar cuánto habíamos avanzado en nuestro francés.
—*Suspiro*. El sábado será Halloween.
El aviso que Lucy nos dio señalándonos el calendario casero que había hecho semanas atrás, provocó que los ánimos de las gemelas decayera. Todos interrumpimos nuestras actividades en el ático para meditar aquello.
—En estos momentos estaríamos planeando qué disfraces ponernos para salir a pedir dulces. —Lana se lamentó.
—Nos hemos portado muy bien —Lola meditó—. ¿Creen que el abuelo nos dé algunos dulces si se los pedimos por haberlo hecho?
Luan negó con un gesto para decir a continuación lo que yo ya me imaginaba que nos iba a recordar.
—El abuelo no nos dará nada que pueda provocarnos caries. A lo mucho podría regalarnos algunos pastelillos, o esas donas con azúcar que a Lily tanto le encantan.
La pequeña se relamió los labios imaginándoselas, lo que la hizo ver tan tierna que Leni le hizo un mimo en el cabello. Lynn gimió con pesadez tirada en una de las hamacas y le preguntó a Lucy.
—¿Te gustaría que decoramos el ático con alguna temática de terror?
Nuestra hermana miró a su alrededor, como evaluando las posibilidades que el ático podría ofrecerle.
—Tal vez... ¿he?
No sólo ella, todos pusimos atención al ruido. Dejábamos siempre abierta la puerta del ático a las escaleras, y la de las escaleras a la habitación para poder escuchar siempre si alguien llegaba como era ahora el caso.
—¡Le pediré al abuelo donas de azhúcar!
Alegremente Lily se nos adelantó al reaccionar primero que el resto corriendo escaleras abajo, lo que nos preocupó. Hasta el momento el abuelo nunca se había metido con ella y no queríamos que Lily le diese motivos para que comenzara a hacerlo si sentía que lo incordiaba mucho de alguna forma con sus exigencias infantiles.
—¡Espera, Lily!
Apenas llegué a la habitación también corriendo, cuando aterrada mi hermanita retrocedió pegándoseme a las piernas con la impresión de haber visto un fantasma, una reacción semejante tuve, aunque no tan exagerada, y no me sorprendería que mis hermanas tuviesen la misma cara que nosotros cuando con el carrito de la comida detrás de él, sonriéndonos con los brazos extendidos, papá nos saludó.
—¡Hola, Lincoln! ¡Hola, chicas! ¿Me extrañaban?
Con ilusión, Leni y Luan fueron las primeras en acapararlo abrazándolo cada una por un costado, apenas sobresaltándose por la impresión que Lucy les provocó al aparecer en medio de ambas abrazando la cintura de papá. Lisa parecía indecisa delante de todos sobre cómo sumarse a la escena, a diferencia de las gemelas que se las arreglaron pasándola de largo para poder conseguirlo.
Yo no estaba seguro de qué sentir con Lily detrás de mí temerosa, pues por mi parte no me nacía el ir a saludarlo. Mi preocupación principal al final fue mi hermanita a la que sentí temblar de miedo como si estuviese a punto de hacerse del baño, lo que no era bueno, pues no teníamos pañales y apenas ayer había sido mi turno de lavar nuestra ropa en el baño, siendo que a Lynn le tocaría hasta dentro de tres días y no solía quedarle muy bien. ¿Pero por qué actuaba de esa manera? No lo entendía.
—Tranquila, Lily. Sólo es papá.
Con mayor fuerza me abrazó.
—¿No se había muerto?
—No, Lily —Lynn detrás de nosotros le respondió. Ella tampoco parecía con ganas de precipitarse a saludar a papá—. Esa fue mamá, ¿lo recuerdas?
No parecía muy convencida, y para cuando la mayor de nosotros se separó de papá, Lily la señaló.
—No esh cierto. Leni eshtá allí.
Ni Lynn ni yo nos sentimos con ánimos de corregirla, en especial porque papá tras terminar con los abrazos y besos después de recibir algunos más por parte de Lisa, se dirigió hacia nosotros.
—¡Chicos! ¡Qué alegría me da el verlos de nuevo, Lincoln, Lynn... Lily!
Se había inclinado con los brazos abiertos, provocando con esto que de nuevo Lily se asustara. Esta vez para retroceder y alejarse más de papá, ella se aferró a las piernas de Lynn, quien se agachó para abrazarla y cargarla sin ocultar la dura mirada que le dirigió a nuestro padre. Me dio la impresión que no le permitiría a papá que la tocara, lo que me shockeó tanto como al resto.
—Hola papá. ¿Qué pasó? ¿Es que te acordaste que existimos o qué?
—¡Lynn! —Leni la regañó— Eso no fue nada amable. Lincoln, dile algo.
No entendí por qué Leni, Luan, o el resto de las chicas con su mirada parecían adjudicarme a mí la responsabilidad de amonestarla. Papá lucía contrariado también por esto. No le di más vueltas y hablé, pero no para regañar a mi hermana como ya hasta papá parecía esperar a que lo hiciera.
—¿Por qué no has venido en todo este tiempo a vernos?
Papá hizo una pausa, quizás esperando a que ahora ya le dijese algo a Lynn, quien se me acercó cargando a Lily hasta quedar hombro con hombro conmigo. Papá hizo una extraña mueca al vernos, pero se recompuso enseguida y me contestó finalmente.
—De verdad lamento el haberlos tenido tan abandonados, pero... mi madre no me ha dado lo que se dice mucho tiempo libre para poder hacerlo. La he estado acompañando a todos lados, tanto a cuidarla a su habitación, al patio, con más de sus amistades que no deja de presentarme, e incluso a algunas pocas juntas de sus empresas a las que a pesar de su condición todavía asiste, y en las que ya me quiere tener siempre presente para que conozca su funcionamiento y a la gente a cargo de las mismas —hizo una pausa, pero al ver que nadie dijo nada acerca de esto, continuó con tono sombrío— y principalmente a sus chequeos médicos, muchos de estos al igual que con lo de las empresas... han sido a lugares que no se encuentran dentro del país precisamente.
Lynn le increpó con incredulidad.
—Es curioso, el abuelo nunca nos contó nada de eso.
Lisa carraspeó.
—En realidad el abuelo se ha limitado a decirnos, durante las pocas ocasiones en que se digna a contarnos algo, que nuestro padre ha estado sumamente ocupado, y por lo que papá nos explica, pues era verdad.
Lynn le concedió esa, aunque no parecía querer hacerlo.
—Estoy feliz de verte papá.
Y aunque mis palabras salieron más por compromiso debido a que también estaba un tanto resentido con él, papá me sonrió con optimismo y alegría, pese a la cautela con que Lynn lo observaba.
—Y yo estoy feliz por volver a verte, campeón, a todos ustedes. ¿Y qué ha habido de nuevo?
Lola con felicidad le avisó.
—¡Estamos planeando hacer algo para Halloween! —Se hacía evidente que estaba tanteando el terreno antes de pedirle los dulces que seguramente y a diferencia del abuelo, él no pondría tantas objeciones al respecto.
—¡Eso es maravilloso! —A papá se le iluminaron los ojos pareciendo que acabara de recordar algo—. De hecho ahora que lo mencionas, hija, algo muy importante va a suceder esa noche.
Lucy abrió la boca, pero enseguida la cerró. Luan la miró y ella negó con un gesto.
—¿Qué va a pasar, papá? —Lana le preguntó incapaz de seguir con sutilezas a diferencia de su gemela—. ¿Vas a prepararnos muchos de tus ricos dulces caseros?
Mientras que por mi parte desinteresado en las noticias dudaba que se tratara de que esa noche decidiera sacarnos de esta habitación con el ático finalmente, Lola fue directa al punto,
—¿Vas a traernos algunos dulces extranjeros como los de Francia, delicias turcas o algo así?
—Mucho mejor, chicas. Vamos a tener una fiesta de Halloween en la mansión donde gente muy importante relacionada con las finanzas de la familia y de su círculo social va a asistir, y donde mi madre formalmente va a presentarme una vez más y después de tanto tiempo como parte de la familia... ¡y como el representante legal de los negocios Silence en Estados Unidos!
Hasta Lynn no pudo evitar sorprenderse al igual que yo junto con el resto por la impactante noticia.
—¿Ya estás trabajando para la abuela?
—Más importante, hija —parecía feliz al ver que la hija a quien le heredó el tradicional nombre familiar parecía ya hablarle con mejor tono— legalmente ya me reconoce de nuevo como su hijo, por lo que estoy a un paso de convertirme una vez más en su único heredero, por lo que más allá de estar recibiendo un buen sueldo, es cuestión de tiempo antes de que herede el vasto imperio familiar.
Todas mis hermanas vitorearon y chillaron con fuerza por la emoción, hasta Lily lo hizo más por seguirles el juego que por comprender de lo que hablaban, quizá pensando que se trataba de un juego. Alarmado, papá tuvo que alzar la voz para hacerse oír.
—¡Por el amor de Dios, chicas! ¡Guarden silencio! Es verdad que la habitación está insonorizada, pero no sé qué tanto lo esté.
Tuve que concederle esa a papá. No me sorprendería si furioso, el abuelo viniera de pronto a tratar de averiguar qué era todo ese escándalo al lado de su esposa y el resto de la servidumbre detrás de ambos, pero a pesar de la súplica, mis hermanas siguieron con lo suyo provocando que hasta yo me alarmara.
—¡Chicas, contrólense ya!
Y finalmente cortaron su ruido, y aunque algunas se mostraron apenadas, entre risitas parecían jubilosas por haber conseguido expresarse así como hace mucho que no lo hacían. Podía comprenderlas, pues como yo y para variar, ya estaban deseosas por escuchar excelentes noticias.
—Muchas gracias, campeón —papá me guiñó un ojo con lo que me hizo sentir feliz y orgulloso de mí mismo—. Y así son las cosas. La señorita Winslow, la abogada principal del bufete que tiene la familia, va a asistir y de buena fuente escuché que es posible que mi madre le haya pedido que lo haga con cierta documentación que normalmente sólo se requiere para redactar o realizar modificaciones en las actas testamentarias, así que, por favor, chicos, crucen los dedos porque todo me vaya bien.
Al igual que mis hermanas me sentí muy feliz. Tanto tiempo aquí adentro encerrados y finalmente parecía que la puerta a la salida estaba próxima por abrírsenos. Ya nada podría arruinarlo.
—Papá —Lucy le habló con una poco común sonrisa en el rostro— ¿qué clase de fiesta de Halloween será esa? ¿Habrán velas, togas negras y cánticos masónicos en honor a deidades paganas como se dice en internet que la élite acostumbra hacer para tener la protección de las fuerzas oscuras hacia sus inversiones?
No pude culpar a papá por temblar de escalofríos al imaginarse todo aquello. Lola parecía embelesada al hablar. No parecía haber escuchado del todo a Lucy.
—¿Será una fiesta de elegantes disfraces y máscaras como las fiestas medievales que se ven en la televisión?
—Tal vez se trate de una fiesta de disfraces —Luan con entusiasmo opinó—. ¡Tengo una idea! Podríamos disfrazarnos como cuatro caballos para infiltrarnos en la fiesta y comer algunas golosinas. ¿Qué opinan? Nos echaríamos a la suerte a quiénes les tocaría hacer de las cabezas y a quiénes los traseros.
Lisa negó mostrando incredulidad ante las palabras de nuestra hermana.
—Opino que eres demasiado ridícula en tu forma de pensar. Es obvio que se tratará de una aburrida reunión de negocios donde todos irán de etiqueta y se limitarán a fumar habanos mientras discuten los últimos movimientos de la bolsa de valores. Así es como los adultos dentro de este ámbito social hacen las cosas.
Papá nos sonrió al mismo tiempo en que se rascaba su cabeza, la cual parecía haber perdido todavía más cabello
—En realidad... es Lola la que más se acercó en cuanto a cómo será la temática de la fiesta.
Con incredulidad Lana miró a su gemela por haber sido la que acertó a las suposiciones que nuestras hermanas hicieron, lo que la hizo con engreimiento sacudirse la cabellera rubia.
—Se los dije —y miró en particular a Lisa al hablar—, que así es como actúa la gente elegante, fina y con clase como yo.
Papá retomó la palabra.
—Ya. No se peleen, chicas. Tal vez la fiesta hubiese sido algo como lo que Lisa dijo, pero una agencia muy importante de moda hace poco cerró un convenio con una empresa de seguridad que está dentro de nuestros negocios, que buscando inversionistas con nuestros conocidos, fueron insistentes en pedir que fuese una fiesta de máscaras donde pudiesen lucir sus atuendos, e invitar a nuestras amistades a llevar sus galas más extravagantes de la moda para resaltar las suyas y así poder llamar su atención.
Los ojos de Lola parecieron iluminarse de la emoción, pero si los comparaba con los de Leni, quedaban opacados.
—¡Será una fiesta de Halloween con temática de moda! ¡Eso es sensacional! —de forma inmediata sus ojos adquirieron una apariencia semejante a los de un cachorro triste cuando miró a papá—. ¡Por favor, papi! ¡Por lo que más quieras te suplico que me dejes ir!
La incomodidad de papá fue muy evidente. Le costaba resistirse a esa mirada, pero en esta ocasión no tenía más opción que hacerlo.
—Sabes que no puedo llevarte ni a ti ni a nadie, hija.
—¡Por favor, papi! Es algo que no puedo perderme. ¿No habría algún modo en que pudiera ir y quedarme a la distancia sólo lo suficientemente cerca para poder mirar de lejos?
Papá suspiró claramente lamentando que mi hermana no entendiese que no es no, por mi parte de manera espontánea tuve una idea... bueno en realidad la idea no fue mía.
—Podríamos hacerlo como dijo Luan.
Papá resopló muy sorprendido a mal por mi propuesta.
—Lincoln, lo que la gente usará en esa fiesta no serán disfraces convencionales, por lo que si van en parejas disfrazados como caballos lucirían muy llamativos y eso es algo que preferiría evitar. Lo que la gente usará serán vestidos de lujo y...
—¡... Máscaras! —lo interrumpí—. En el ático hay algunos vestidos de lujo que Leni restauró con lo que tenía a la mano y que parecen sacados de la época victoriana. Lo mismo con algunas máscaras que van a juego con los vestidos.
No voy a mentirles, la manera en que Leni me miró con devoción me hizo mucho sentir mucho más orgulloso a como mi padre me hizo sentir momentos atrás.
—¡Esa es una magnífica idea, Linky!
Papá parecía discrepar al respecto, por lo que con incredulidad cuestionó a mi hermana.
—¿En serio fuiste capaz de restaurar ocho vestidos así de la talla de cada una de tus hermanas con todo y sus máscaras?
Leni bajó la cara abochornada.
—Bueno... no. Sólo son cuatro. Dos sólo son de mi talla, uno tiene la de Luan, y otro la de Lola... además restauré lo que parece ser, según Lisa, un traje de soldado francés de la talla de Linky en el que se ve muy adorable.
Esta vez fui yo el que se abochornó. El día en que tuve que modelarlo para jugar con Leni, todas se atacaron de la risa por lo ridículo que lucía.
—La verdad es que yo no tengo muchas ganas de ir.
Aunque fuese para salir de la habitación por un momento, sentía que no valía la pena el tener que verme como un tonto delante de tanta gente para poder conseguirlo, incluso si nadie supiera quién soy o pudiese verme la cara. Otra cosa hubiese sido si fuese de Agente Secreto, e incluso como Ace Savy.
—Bueno —papá decía dispuesto a darle carpetazo al asunto—, supongo que eso haría imposible que pudieran asistir.
—Por lo menos podrían ir Leni, Luan y Lola. —Lucy opinó, ganándose una mirada de disgusto de papá.
Papá torció el gesto imaginándose de seguro el caos que mis hermanas harían dándose a notar. Leni realmente se mostraba muy anhelante de ir, tanto que me sentí mal por no prestarme a ayudarla como el buen hermano que trataba de ser.
—Podría... ir de soldado francés para cuidar que no causen estropicios.
Por vez primera, la expresión de papá parecía la de estar evaluando la idea y realmente considerar llevarla a cabo.
—No lo sé. Sé que tienes mucha experiencia en cuidar a tus hermanas y todo, pero... siento que sería demasiado trabajo el contenerlas.
Con énfasis en estas palabras, su mirada se paseó de manera alternativa entre Lola y Luan, siendo esta última la que se echó a reír.
—Tranquilo, papá. No es que tenga muchas ganas de ir a una fiesta llena de ricachones con poco sentido del humor, por lo que no tengo problemas en quedarme para cuidar a Lola y al resto de las niñas y cerciorarme de que se porten bien.
—¿¡Mua!? —Lola le reclamó—. ¡Pero yo quiero ir a la fiesta!
—Supongo que una niña llamaría demasiado la atención en un evento así.
El haberlo señalado hizo que ahora Lola me viera a mí con enojo, pero más allá de que podría tener la razón, me sentiría mucho más aliviado si conseguía quitarme la carga de estar al pendiente todo el tiempo de Lola.
Refinada y todo a diferencia de Lana, sus hermanas menores, o Lucy, pero seguía siendo una niña pequeña que por su carácter podría llegar a volverse hasta más volátil que todas las chicas juntas.
—Leni, cielo, ¿podrías mostrarme esos conjuntos mientras tus hermanas toman su comida?
Feliz por ver que se estaba convenciendo, Leni tomó a papá de la mano y lo condujo al ático. Pensaba en comer como en el desayuno nuevamente junto a Lynn, cuando al pasar a mi lado, papá me llamó.
—Lincoln, por favor acompáñanos. Me gustaría ver cómo te luce el traje de soldado.
Lynn me sonrío con burla mientras le servía su comida a Lily. Resignado fui detrás de Leni y papá.
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