34. La incertidumbre de Lisa

—Y así es como la combinación de los dos elementos dan como resultado la creación de uno distinto, pero que esencialmente conserva la misma composición, aunque con una combinación compuesta. ¿Entendieron?

Lily confundida miró a las gemelas. Lana estaba a nada de caerse del pupitre donde tenía la cara apoyada dormitando. La pequeña alzó su mano. Complacida, Lisa le dio la palabra pensando que le diría que pudo entender sus lecciones, quizás gracias a su explicación, o al diagrama que les realizó en la pizarra.

—No entendí el chiste.

Lisa dejó caer sus hombros en señal de frustración.

—No era un chiste, Lily era una lección de química. No pregunté si entendieron como suele hacerlo Luan al final de una broma, sino para saber si de verdad entendieron lo que traté de explicarles.

Como si la hubiese invocado, Luan cargando al señor Cocos intervino dándole voz a su muñeco.

—Por supuesto que lo hizo. Esa es una de las tantas definiciones de "Aburrido". ¿Entendiste?

—No me estás siendo precisamente de mucha ayuda, unidad fraternal.

Lola fastidiada le arrojó una bola de papel a su gemela para despertarla.

—Ya llevamos buena parte de la mañana con esto. ¿No podemos hacer otra cosa?

Lana resoplando se desemperezó confundida de dónde estaba.

—¿Ya terminamos? Quiero seguir dormida. Soñaba con Brinquitos, Izzy, Diablo y los demás. Jugábamos en la laguna del parque con los señores fishman.

Lisa miró el reloj de su celular, uso que ahora en su mayoría era el que más le daba.

—No tardan en venir a alimentarnos. Supongo que podemos darnos un receso hasta entonces.

Se acercaron con cautela hacia en medio del ático, donde entre Leni y yo sosteníamos precariamente la escalera sin base, donde Lynn arriba y de puntillas sobre el último escalón, se balanceaba terminando de clavar en el techo los tirantes de lo que sería el nuevo columpio para las chicas.

—Ustedes son más altos, en especial Leni —nos señaló Lisa perpleja—. ¿Por qué es la unidad fraternal mayor más corta de estatura la que está haciendo esto?

Lynn indignada por lo que escuchó, le contestó teniendo cuidado de no caer.

—Porque a diferencia de esos zopencos, yo tengo mejor equilibrio.

Junto con Leni asentí dándole la razón. Finalmente Lynn consiguió poner el último clavo, pero al bajar el martillo proyectó mucho peso hacia atrás, por lo que sin poder evitarlo y para mi horror comprendí que estaba punto de caerse.

Solté la escalera tan pronto los pies de Lynn se separaron de ella y me lancé con los brazos extendidos dispuesto a atrapar a mi hermana, aunque el cálculo lo hice mal, terminando por caerme sobre la espalda. Eso sí que me dolió. Casi todas las chicas se reunieron en torno a nosotros. Lynn estaba ilesa, parecía más asustada de haberme lastimado a mí con su cuerpo.

—¡Linc! ¿Estás bien?

—Sí, eso creo —con dificultad me levanté. Supongo que corrí con suerte que no me rompiera la columna, aunque igual me dolía—. Lo que me importa es que tú estés bien.

Lynn bajó la mirada un poco apenada, en especial al ver el modo en que cojeé un poco al acercarme a una silla para poder sentarme un momento.

—Sí, lo estoy —me respondió—. Gracias a ti.

Miramos el columpio balanceándose mientras que Leni preocupada me frotaba el cabello. Las gemelas junto con Lily, Leni y Luan suspiraron aliviadas que no pasara a mayores, atendiéndome más a mí que a Lynn por haber recibido el mayor daño. Lisa pasó su mirada con cierta molestia hacia un rincón del ático muy oscuro y sin iluminar. Nos miró una vez más cuando estábamos bajando a la habitación, con Lynn haciendo que pasara mi brazo tras sus hombros para apoyarme en ella.

—¿Vienes, Lis? —Lana la llamó.

—En unos minutos. Voy por la unidad gótica fraternal.

De mal humor se encaminó con recelo a la zona oscura, donde podía distinguir a Lucy sentada en flor de loto con un viejo libro abierto frente a ella iluminado pobremente con una linterna. Todos ya la habíamos visto hacer eso de vez en cuando, aunque como el resto, no le había dado mucha importancia dejándole hacer lo suyo.

Indignada por su comportamiento, Lisa me contaría más tarde la discusión que tuvo con ella mientras abajo esperábamos la comida del día.

—Unidad gótica fraternal... unidad gótica fraternal... llamando a la unidad fraternal número siete en orden cronológico...

Lucy no respondía, se mantenía recta y completamente quieta con sus manos sobre las rodillas de sus piernas cruzadas. Finalmente, Lisa perdió la paciencia y le dio un zape en la cabeza.

—¡Despierta, Lucy!

Disgustada, ella se frotó el área donde recibió el golpe mirando de mal modo a su hermana.

—Espero que hayas interrumpido mi ritual de invocación por algo verdaderamente importante.

—¿No estabas dormida?

—Estaba en trance, ¿qué sucede?

—Las unidades... —ni siquiera ella supo por qué se corrigió—. Lincoln y Lynn casi se matan, ¿no te diste cuenta?

—No. ¿Se encuentran bien?

—Eso parece.

—Entonces regresaré a mi ritual.

—Deja eso. No tarda en dar la hora en que nos traerán la comida y podría ser nuestro padre quien lo haga, por lo que querrá vernos a todas presentes.

Lucy suspiró y le dijo lo mismo que yo lamentablemente estaba pensando abajo sentado en la cama rodeado por los brazos de Lynn y Leni.

—¿Realmente crees que venga? Ha sido el abuelo quien nos ha traído el desayuno, la comida y la cena desde la última vez que papá lo hizo cinco días atrás.

—Y es por el tiempo transcurrido por el que quizá finalmente se digne a aparecer, así podremos comenzar a presionarlo con respecto a su progenitora como acordamos con Lincoln.

Lucy la miró suspicaz. Sería precisamente Lucy la que me contaría esta parte después.

—¿Desde cuándo llamas a nuestro hermano o a cualquiera de nosotros por nuestro nombre?

Lisa incómoda le esquivó la mirada.

—No... no tiene da de malo que me refiera a ustedes por el mismo, por algo ese es su apelativo, ¿no es cierto?

Lucy no le contestó. Se puso de pie y tomó el libro. Lisa lo miró con el ceño fruncido.

—No es que sea creyente de esas supersticiones sin fundamento científico, pero... —Lucy me juró que el sonrojo de Lisa casi pudo alumbrar su oscuro rincón— ¿has conseguido hacer alguna clase de contacto astral con la bisabuela Harriet, nuestro abuelo o... mamá?

Lucy la comparó con las gemelas la noche antes de Navidad preguntando esperanzadas si Santa Claus les llevaría algún presente.

—Sus espíritus deben de estar en paz, pues se han mantenido muy silenciosos durante todo el tiempo que hemos estado aquí.

Un tanto decepcionada, Lisa ladeó la cabeza preguntándose por qué rayos se sentía así, cuando se suponía que aún si le hubiese dicho lo contrario, nada de eso hubiese podido ser cierto. Aun así con recelo miró el libro de anotaciones de la bisabuela.

—¿Habría posibilidad alguna que me prestaras este ítem para hacerle un estudio propio? Te prometo no hacerle ningún daño y devolvértelo en las mismas condiciones actuales.

Mi hermana se sorprendió ante la petición. Normalmente no le gustaba que otros tocaran sus pertenencias, especialmente las más valiosas, a pesar de ello y quizá por el modo en que Lisa se lo pidió, accedió y le puso el libro en las manos.

—Pero lo quiero de regreso para en la noche. Quiero intentar establecer contacto una vez más.

Lisa asintió y juntas bajaron a mi cuarto y de ahí fueron a la habitación principal. Estaba recostado en una cama recuperándome un poco, cuando Lisa puso el libro sobre una de las cómodas y me palpó la frente, después con sus dedos abrió un poco más mis párpados para examinar mis ojos.

—Sobrevivirá —le dijo a Lynn quien continuaba a mi lado—. Sólo evita el contacto rudo con él por un par de días.

A Lynn esto no pareció gustarle. Estaba por replicarle algo, cuando escuchamos la puerta abrirse.

Como mis hermanas, me sentía indignado porque papá no nos había visitado a lo largo de cinco días. De verdad esperaba que esta vez ya fuese él y no el abuelo, pues quería reclamarle algunas cosas. Al igual que las chicas, no sentía justo el que nos abandonase por tanto tiempo, siendo que el abuelo era cortante cuando nos aventurábamos a preguntarle algo, limitándose a decir que le preguntáramos sólo a papá lo que quisiéramos cuando se desocupara de lo que sea que estuviese haciendo.

Lamentablemente no fue papá quien entró por esa puerta... tampoco el abuelo. No teníamos idea de quién se trataba esa persona... pero tuve miedo. Lynn me tomó de la mano y me sorprendió al sentir que tembló un poco. Miré a mis hermanas y ellas como Lynn y yo tuvieron la misma reacción de incertidumbre ante el elegante, pero intimidante desconocido que acababa de entrar.

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Y un nuevo personaje entra en escena. ¿Es esto algo bueno o malo? Se los diré la próxima semana. Sean libres de especular lo que gusten al respecto.

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