Ꮺ ! 17.
.ೃ 💐 ¿Embarazo? .𓄼
Cuando el conejito abrió nuevamente los ojos ya el sol se encontraba iluminando todo a su alrededor, eran más o menos las diez de la mañana.
Doyoung se sentó en la cama y estiró los brazos, pronto notó que en realidad Jaehyun le había arreglado la ropa, sonrió tímidamente. El pelinegro se levantó de la cama con piernas temblorosas, ya no era doloroso como la primera vez que lo habían hecho, pero siempre después de hacerlo el tigre dejaba sus piernas temblando.
El pelinegro caminó hacia el armario y tomó un hanbok marrón con decoraciones blancas y algunos bordados bonitos en las mangas. Doyoung se colocó la vestimenta y salió de la habitación con el cabello hecho un desastre y buscando al tigre.
Los ojos del conejito recorrieron todo el lugar hasta que finalmente su naricita captó un tenue olor a distintas verduras proveniente de la cocina, Doyoung quiso caminar hacia el lugar, pero antes de hacerlo de allí salió Jaehyun con una radiante sonrisa en el rostro.
El tigre no pareció sorprenderse de verlo allí y se acercó al pelinegro con intención de darle un abrazo, que terminó en un profundo beso que hizo al pequeño suspirar.
— Buenos días, bebé. —El pelinegro sonrió con timidez y alegría.
— Buenos días. —El pelinegro intentó arreglar su cabello sin mucho éxito, hizo un puchero y miró a su pareja con ruego en sus ojitos estrellados. Jaehyun rió bajito y cumplió su petición silenciosa.
Las manos con garras del tigre alisaron poco a poco y con suavidad el esponjoso cabello largo del pelinegro, Doyoung pensó en silencio si tal vez debería cortar su cabello. Jaehyun se deleitó con el liso pelo de su pequeño y aprovechó para acariciar sus orejas, las cuales temblaron encantadas con las suaves caricias dadas.
— Listo. —dijo el castaño dejando un pico en los labios rosaditos del conejito.
— Voy a cortarlo. —murmuró el menor tomando un mechón de su largo pelo, hizo un puchero, hace un tiempo que quería cortarlo, pero no sabía hacerlo, tenía miedo de que se viera mal.
— Puedo hacerlo por ti. —Doyoung sonrió con las palabras del tigre, asintió un par de veces.
— ¿Harías eso por mí? —Jaehyun rió con voz ronca.
— No tienes ni idea todas las cosas que haría por ti, amor. —Las manos de Jaehyun viajaron al cachete del pelinegro, Doyoung sonrió encantado, sus ojos brillaron de amor y encantaron a Jaehyun, el corazón del tigre latió cada vez más enamorado.
Ah, cuanto amaba a su conejito.
— Buscaré unas tijeras. —El pelinegro sonrió mientras Jaehyun le correspondía, el tigre asintió.
— Primero espera para desayunar, al terminar te corto el cabello. —El conejo asintió y se quedó sentado en el comedor mientras jugaba con un mechón de su largo y negro cabello, pronto se aburrió y admiró el hermoso collar en su cuello, el mismo mantenía una linda campana dorada la cual era sostenida por una delgada y corta cadena dorada igualmente, lucía costosa, aunque al conejito no le había dado tiempo estos días de analizar el accesorio, esta vez sonrió al verlo.
Sin poder resistirse, corrió hacia su tigre y lo abrazó por la espalda, Jaehyun sonrió enternecido y lo miró de reojo mientras seguía cocinando el desayuno, no pudo evitar que su atigrada cola se moviera de un lado a otro con emoción.
— Te amo. —dijo en voz alta el pelinegro, su corazón latía rápido y le era inevitable sonrojarse, el castaño sonrió, dejó su deber a un lado y le correspondió el abrazo a su amado, dejo un beso en su cabellera negra y le contesto con voz amorosa.
— También te amo. —La pareja no pudo evitar darse mimos un rato.
No podían evitar demostrarse lo mucho que se amaban cada vez que podían.
ꕤ
Un año había pasado desde aquel suceso con la familia Kim y trece meses desde que Jaehyun y Doyoung se habían conocido. Aunque la noticia de la familia Kim fue objetivo de chismes durante unos días, con el pasar del tiempo la gente fue olvidando lo ocurrido, un nuevo líder había tomado el lugar del anterior, era de la familia Lee y aunque era de actitud seria, también era muy bueno comandado el pueblo y era amable con las personas.
La pareja de tigre y conejo pasaban sus días juntos dulcemente, todos los días no paraban de demostrarse afecto y aprovechaban de cada oportunidad para hacer el amor, además de eso con el pasar de los días Jaehyun se había sentido aburrido de no hacer nada y había decidido de mejorar la casa, con el oro dado a su bebé, había comprado materiales para la casa y la había mejorado poco a poco.
El tigre también aprovechaba cada oportunidad para ayudar a su conejito y cazaba comida o le ayudaba con sus ventas de verdura en el mercado, también habían usado el dinero del tigre para comprar utensilios para el hogar como ollas, cucharas, tenedores, entre otras cosas necesarias.
La pareja mantenía una vida tranquila y desde aquel altercado con los Kim, no había pasado nada extraño o que pusiera en peligro sus vidas.
Aunque Jaehyun estaba un poco preocupado por Doyoung, su pelinegro tenía desde hace un par de meses un terrible malestar, además de náuseas y extraños antojos de comida dulce, como pasteles y galletas de arroz dulce.
No habían ido al médico, primero, porque en realidad no había ninguno en el pueblo que supiera de conejos, otra cosa es que Doyoung había dicho que no era necesario, solo eran unas náuseas y extraños antojos, después de todo, no quería exagerar.
Las primeras semanas el castaño lo dejó pasar, pero ya había pasado dos meses con esos síntomas, al igual que se habían agregado otros más, este hecho tenía preocupado al tigre. Después de un par de días que Jaehyun le aconsejara al conejito ir al médico, finalmente había aceptado, buscaron en todo el pueblo hasta finalmente encontrar a un viejo médico, el mismo era híbrido de conejo igualmente y llevaba veinte años siendo doctor, el hombre ya era bastante mayor, pero había aceptado ayudar a la pareja.
— Levántate la ropa. —Doyoung había decidido llevar ropa de dos piezas para hacer más fácil la consulta, se levantó la parte superior del conjunto y miró a su tigre con un poco de miedo, Jaehyun notó sus nervios y le dio una sonrisa tranquilizadora, acarició su ahora corto cabello negro y tomó su mano derecha con fuerza.
— Todo estará bien. —susurró en su oído, aunque también estaba preocupado, no debía dejar que su bebé viera su miedo.
El viejo doctor realizó algunos toques por aquí y por allá, revisó los ojos del pelinegro, su boca, oídos, de último sintió su pulso, cerró los ojos para mayor concentración, al cabo de un rato el hombre abrió los ojos con evidente sorpresa. La pareja se miró con preocupación en sus ojos.
— Y-yo... hace mucho tiempo no veía estos casos. —dijo el hombre con lentitud, Jaehyun resistió el impulso de decirle que se apresurara en decirle qué le estaba ocurriendo a Doyoung. El hombre dudó, parecía pensar en cómo decirle a la pareja—. Tú... tú estás en cinta. —miró a ambos con duda.
— ¿C-cómo puede ser? Soy un hombre, no es posible. —cuestionó el pelinegro sin poder creérselo, Jaehyun vio el rostro del hombre y se dio cuenta de que probablemente esa era la verdad, se mordió el labio, no pudo evitar sentirse un poco feliz. Aunque él le había dicho a su bebé para aparearse con él cuando lo hicieron por primera vez, en realidad no había tenido esperanzas, después de todo, aunque era lindo y delicado, Doyoung seguía siendo un hombre.
— En realidad, si es posible, he tratado casos así antes, es extraño que suceda en pueblos pequeños como estos, pero es posible, ha habido muchos casos de varones en cinta. —explicó el viejo hombre con voz seria—. Desde el nacimiento posees la capacidad de tener hijos, si en tu familia nace otro de tu especie, lo más probable es que también posea esa capacidad.
Doyoung estaba muy confundido, dudó un poco de las palabras del hombre, pero al ver su tono y rostro serio no pudo dudar más, miró su estómago ligeramente abultado, dudó antes de posar su mano en su vientre, sonrió un poco al acariciar el mismo.
Jaehyun miró como el pelinegro lucía feliz por la noticia y no pudo evitar alegrarse también, abrazó con fuerza a su amor, se sentía dichoso porque podría tener hijos con el amor de su vida, nunca pensó que en realidad iba a conocer a Doyoung e iba a enamorarse a primera vista, o que iba a tener hijos con él. El castaño sintió sus ojos humedecerse, secó sus lágrimas y dejó un beso en el cachete del chico.
Doyoung sonrió alegre, estaba feliz con la noticia de que iba a poder tener bebés con su tigre, estaba extasiado con la idea de ver corriendo unos mini Jaehyun por toda la casa, mimarlos con todo su amor y tenerlos en sus brazos. Sintió lágrimas de felicidad bajar por sus mejillas, iba a secarlas, pero sintió la fuerte mano del tigre secarlas por él, le sonrió enamorado.
— Gracias, amor, por hacerme tan feliz siempre. —susurró el castaño al oído del menor, su cola atigrada se movía extasiada ante la noticia. La colita gris del conejito tembló ante las sensaciones que le dio la voz del tigre susurrarle, al igual que su caliente aliento chocar contra su sensible piel.
— Así como tú siempre me haces feliz a mí, mi tigre. —contestó el pelinegro con una sonrisa, sus ojitos negros brillaban como estrellas, sus mejillas se encontraban rojas y una sonrisa se había instalado en sus labios, la misma dejaba ver su conjunto de blancos dientecitos de conejito.
Solo podían sentir una cosa, felicidad.
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