Capítulo 10: Proyecto Relámpago
Lena
—¿Está todo claro? —preguntó, yo no podía hablar, tenía un enorme nudo de sentimientos en la garganta, así que opté por asentir rápidamente con la cabeza, el despegó el arma de mi cuerpo y yo boté el aire comprimido en mis pulmones.
De repente, me sentí mal, como si estuviera enferma, tenía ganas de vomitar, estaba sudando frío y mis manos temblaban sin ningún control.
—Si vas a mirarme con cara de estúpida, mejor ni me mires. —gritó el Doctor Ruben, yo me sobresalté y lo dejé de mirar, tenía mucho miedo, mucha comezón en mis brazos, estaba nerviosa. No puedo creer en lo que me he metido sin siquiera pedirlo.
—Tómate esto y después me agradeces, o como quieras. —ordenó con desagrado, mientras me tendía un vaso y una pastilla.
Yo los tomé por impulso, pero no lo ingerí.
—Es un calmante, si quisiera matarte, ya lo habría hecho. —Miré el vaso y cómo el agua estaba inquieta debido a mi temblor, me sentía bastante vulnerable.
Pero acepté lo que me estaba dando, para mantener mi dignidad.
Puse la pastilla en mi boca y lleve el vaso temblorosamente a mi boca para tomar el agua.
Mientras el agua fresca se deslizaba por mi garganta, una lágrima se me escapó y solamente podía pensar en una cosa:
¿Cómo saldré de aquí?
Tengo que hablar con la doctora Hayley, ella me ayudará a salir de aquí.
Pero hoy no será... porque estoy obligada a hacer las pruebas, que aún no sé de qué tratan y porque al Doctor Ruben le resultan tan emocionantes.
Solo espero que no sea nada doloroso ni mortal.
Mejor, que no sea nada...
Limpié el rastro de la lagrima seca y traté de endurecer mi corazón.
Me olvidé de mis sentimientos y le pregunté fría:
—¿A qué hora serán las pruebas? —Aunque mi voz solo puede manifestar el miedo intenso que le acabo de adquirir.
Él lo pensó un momento.
—Pues... tal vez... ya mismo —dijo sonriente—. ¿Has comido algo?
Mi estómago me rugió en respuesta.
—No, yo...
—¡Perfecto! —Ni siquiera le importó eso, estaba demasiado feliz con lo de las pruebas—. Vamos.
Él caminó hacia la puerta, haciéndome una seña con la mano para que lo siguiera, yo lo hice y pronto estábamos encaminados. Pasamos, como siempre, por varios pasillos blancos.
Mi estómago seguía rugiendo, mi cabeza no dejaba de darme ideas locas y aterradoras sobre las pruebas.
¿Qué tal si me suspendían en el aire?
¿O me clavaban algún artefacto?
¿O me torturaban de alguna forma?
Ante las dos últimas, tuve que obligarme a dejar de pensar, porque me estaba poniendo muy mal.
Pasamos por mi habitación, por la de Ferph, por la de Nicholas...
Y por alguna razón sentía que sería la última vez que las vería...
Esa idea, hizo que la tristeza me invadiera, pero quizás ¿ese era mi destino no?
Solo soy un experimento, no sé qué esperaba.
—¡Doctor Ruben, tenemos una emergencia! —Llegó diciendo un doctor de cabello castaño, lo tenía desordenado. En sus ojos grises, que me parecían algo familiar, se podía ver el pánico.
—Ahora no Marcus, no tengo tiempo, debo hacerle las pruebas a esta chica. —Marcus, ese nombre latió en mi cabeza y agitó mi corazón ¿quién era? El Doctor Ruben tenía los dientes apretados. Estaba molesto. Iba a pasar de largo conmigo, pero el Doctor Marcus lo detuvo bruscamente.
—El sujeto 079 volvió a escapar y viene por la chica, sabes lo que podría pasar si la encuentra. —Le dijo muy asustado, el Doctor Ruben se tensó, sus ojos se abrieron mucho, ahora él estaba asustado.
¿Qué podría pasar?
Yo estaba muy confundida y mi cabeza no dejaba de darme ideas. 079 es mi número de sujeto ¿por qué hay alguien más con ese número? ¿Será mi hermano?
¿Gemelo?
—Está bien. Gracias por mantenerme al tanto Marcus, por favor manda a los guardias a la puerta de esta torre y otros por fuera vigilando, también quiero cuatro en el pasillo de la chica ¿Algo más?
Que por favor allá algo más.
—Debes venir conmigo, tienes que aprobar algunos medicamentos nuevos que se han estado creando, hay problemas con algunas cámaras y lo otro es confidencial... —dijo mirándolo con pena.
—Vale. —el Doctor Ruben estaba enojado, se notaba por completo en su rostro, también se notaba miedo, mucho miedo ¿A qué? ¿Al chico? Me miró intentando ser amable—. Puedes irte a tu cubículo o a comer al cafetín, pero no puedes salir de la torre ¿entiendes? Y esta vez, no preguntes ¿por qué? O ¿y si no quiero? —agudizó la voz en cada pregunta— Porque sabes que la respuesta no cambiará.
Asentí. Él se fue con el otro Doctor, que no dejaba de mirarme de manera extraña.
La verdad yo tampoco podía dejar de hacer lo mismo con él, me resultaba muy conocido.
Cuando desaparecieron de mi vista corrí rumbo a mi cubículo, me sentía extraña, tenía un grave presentimiento de que lo que estaba pasando tenía que ver conmigo, porque vamos ¿sujeto 079? Soy yo y ahora al parecer un chico que no sé quién es, las pruebas y la emoción de Ruben, lo de experimento importante... Todo conectaba a algo. Pero mi memoria seguía sin ayudar.
Me dejé caer en mi cama, mi estómago seguía rugiendo, mi mente seguía pensando.
¿Qué es lo que está pasando?
. . . .
«Escapa»
Me levanté bruscamente de la cama, me había quedado dormida, sin darme cuenta.
Ni siquiera fui a comer, pero extrañamente me sentía bien, muy fuerte.
¿Qué era esa voz?
«Soy yo Lena»
Me sobresalté, estaba muy agitada, mi pecho subía y bajaba ¿qué era eso? ¿Quién me hablaba? ¿Era mi mente? ¿Mi mente es hombre?
«Soy... E»
La voz se cortó y por alguna razón mi energía también. Caí sentada al suelo, sostuve el impacto con mis manos y trasero.
¿Qué rayos fue eso?
La puerta de mi habitación se abrió dejando ver a la Doctora Hayley, ella se asustó al verme en el suelo y corrió en mi auxilio, le hice una seña con la mano.
—Estoy bien. —Ella tomó mi mano y me ayudó a levantarme, las dos nos sentamos en la cama.
—¿Qué sucedió? ¿Te hizo algo Ruben? —preguntó alarmada con el ceño fruncido. Al mirarla noté que:
Ella se veía diferente, tenía ojeras y una mirada cansada, su cabello bastante enmarañado.
Todo su aspecto era demacrado, casi igual al de los pacientes.
La preocupación creció en mi pecho.
—Nada. —respondí con sinceridad.
Consigo traía un tubo de ensayo con un líquido azul, un vaso de agua, una pastilla roja y una bolsa con lo que parecía ser ropa.
—¿Entonces qué hacías en el suelo? —cuestionó.
—Es que no sé qué pasó... —respondí. Todo era muy extraño—. Yo solo me levanté, escuché una voz y cuando dejé de escucharla perdí las fuerzas en mis piernas.
—Está cerca... —susurró mirando al vacío.
—¿Quién? —pregunté muerta de curiosidad. Ella me miró confundida.
—Claro, te borraron la memoria... —balbuceó sin darse cuenta, estaba muy pensativa.
—¿Que qué? —Ella no respondió, seguía pensando—. ¿Doctora?
—Esto es lo que vamos a hacer —empezó a decir—. Te he traído algunas cosas.
Me tendió el tubo de ensayo con el líquido azul, yo lo acepté, ella sostuvo el agua y la pastilla roja.
—Primero has lo siguiente, en el orden que te indicaré —dice la doctora y yo asiento y pongo atención—: Tomarás el líquido azul hasta el fondo y en los próximos veinte segundos tomarás el agua, luego la pastilla y si lo deseas; más agua. Todo en este orden, para que salga bien. -explicó.
—¿Y si no lo hago qué pasa? —pregunto curiosa.
—Si no lo haces, no mejoraras tu estado de intoxicación y probablemente morirás. —respondió muy seria.
—Bien. —Acepté y tome aquel líquido azul, lo ingerí y luego el agua y la pastilla, en el orden que la Doctora me indicó. El líquido azul era realmente ácido, sentí como si me hubiera quemado la garganta, pero todo se suavizó en cuanto bebí el agua y tomé la pastilla, fue raro.
—¿Que es ese líquido azul? —pregunté.
—Es un Restaurador Gastrointestinal. Tu estómago y el de la mayoría de los experimentos de Deyecc no son normales, por lo que yo y otros científicos, debemos ocuparnos de que sus estómagos especiales puedan ingerir los alimentos, creando medicamentos revolucionarios. El Restaurador Gastrointestinal te permite tener un estómago avanzado, avanzado porque como eres especial tu mejoramiento es más rápido, y abierto a medicamentos naturales, la pastilla que te di es de desintoxicación inmediata, la creamos hace poco y funciona de maravilla al igual que el bl-U7, es decir, el líquido azul.
Asentí entendiendo más o menos lo que decía, igual, no era algo que quisiera discutir ahora mismo.
—Ahora, lo que vamos hacer es que te darás una ducha rápida, harás tus necesidades, iremos al cafetín y hablaremos sobre el plan que tengo. No llegues tarde, es importante. Yo esperaré aquí. Y por cierto... sé más cuidadosa Lena, porque ahora hay guardias detectores por todos lados: y es por ti y por Edan.
—¿Edan? —pregunté. Ese nombre, lo había olvidado...
—Te diré quién es y te explicaré algo muy importante. Ahora ve.
Me tendió la bolsa con ropa que anteriormente descansaba sobre la camilla y me señaló el cuarto de baño. Tomé la bolsa y caminé hacia el baño preguntándome qué me explicaría y quién podría ser Edan.
. . . .
Al salir del cuarto de baño busque la ropa que me había traído la doctora Hayley, ésta consistía en la típica ropa que usaban todos aquí: camiseta celeste manga larga de lana y pantalón del mismo material y color, esta vez me proporcionaron unos tenis blancos, muy lindos, pero igual parecía una pijama.
Anub comenzó a hablar, era otro mensaje de Ruben ¿Qué querría ahora?
Miré la pantallita un segundo.
Luego vería el mensaje, ahora debo hablar algo importante con la doctora Hayley, a la cual no encontré por ningún lado de la habitación así que asumí que estaba en el cafetín, me dirigí hacia allí.
Pero antes de poder encaminarme, noté que había guardias fuera de mi puerta.
El miedo se apoderó de mí en ese pequeño instante en el que salía lentamente de mi cubículo.
Los miré con recelo mientras caminaba hacia el cafetín, aparentemente no me detendrían, así que seguí.
Sus mascaras eran atemorizantes y se veían resistentes. No pude divisar ningún rostro debido a eso.
El miedo cesó cuando estuve en el cafetín.
Ya allí, miré a todos lados buscando a la Doctora pero no la hallé. Eso me desesperó.
Ahora me quedé con las ganas de saber ¿Qué me iba a explicar? ¿Quién era Edan? ¿Qué tenía el que ver conmigo?
Posé mis manos en mi cabeza, ya me estaba doliendo de tanto pensar, me sentía enferma por no poder resolver las dudas, por no tener las respuestas a todo, ya me estaba hartando.
Así que decidí salir del hoyo infernal en el que me hallaba por mí misma.
Vi a Ferchoph sentado en el cafetín comiendo con una paz infinita. Eso me molestó, porque la última vez él me abandonó y ahora estaba aquí muy tranquilo.
Caminé dando zancadas grandes y pisotones fuertes, él no me escuchó, agradecí porque el puñetazo que le iba a dar no iba a ser nada normal. Mejor si no se daba cuenta.
Llegue a mi destino, le di dos toquecitos con mi índice en el hombro, tomé impulso en lo que el volteaba, estiré mi mano y la dejé caer a toda velocidad que daba sobre su cara de pendejo.
Lo detesto tanto ahora mismo.
Que no me importa nada.
—Auch. —Se quejó. El sonido alertó a todos en el comedor, me asusté al ver a unos guardias acercarse, así que corrí a esconderme bajo la mesa en la que comía mi amigo.
—¿Qué sucede aquí? —preguntó un guardia al haber llegado a un lado de Ferchoph, yo le pellizqué la pierna.
—Aughhnada, nada, no ha pasado nada. Creo que alguien me pellisabofeteó. —Tosió, el guardia miró al otro negando, como si Ferph estuviera loco.
—Cuidado, te estaremos vigilando. —dijo el otro, Ferph asintió y siguió comiendo como si nada. Los guardias se fueron.
Me pregunté porque descuidaban tanto a los pacientes. Los guardias son para vigilarnos, asfixiarnos...
¿Por qué no estaban pendientes?
De todas formas, gracias a eso, no pasó nada más.
—Gracias. —susurré saliendo de la mesa y sentándome a su lado.
—Me golpeaste muy fuerte.
—Lo siento.
—Aunque me lo merezco por...
—Oh cierto, no lo siento. —Lo miré enojada.
—Ya ya. Lo siento...
Lo miré con decepción.
—Lo siento... —repitió bajito.
Cuando Ferph terminó de comer, le hice una seña de que iba a su cubículo, enseñándole el botón.
Así pues, después nos encontramos allí, para hablar mejor.
—Ahora debo ir a unas supuestas "pruebas de no sé que que" y estoy asustada porque el doctor me amenazó con un arma, que me mataría si no las hacía. —confesé irritada hacia un Ferchoph notablemente preocupado.
—¿Qué? —gritó en susurro—. Habla bajo Lena, recuerda que hay guardias afuera.
—Las pruebas de...
—FBA. —terminó Ferph, acertando.
—Aún no sé de qué tratan...
Él se puso muy serio, puso su mano en su boca y pensó unos segundos, mientras caminaba preocupado por la habitación.
Después de salir de su trance, me lanzó una mirada muy intensa y aterradora, para luego decretar:
—Tenemos que ir con Nicholas, lo más pronto posible.
Se levantó de golpe, yo también lo hice.
—Me parece perfecto, solo...
Hice una pausa nerviosa y Ferph notó mi incomodidad.
—Prométeme que no volverás a dejarme sola. —Pedí mirándolo con pesadumbre.
—Vale, esta vez, será un plan más ejecutado. —Intentó calmarme.
—¿Eso qué significa?
—Eso significa, mi amiga, que iremos a la una de la mañana.
Lo miré con ironía.
—¿Ese es tu super plan ejecutado? ¿Ir más temprano?
Él asintió muy convencido.
Yo, no tan convencida, pregunté:
—¿Y cómo lograrás que no nos vean?
—Ya lo verás...
—No quiero volver a ver a Ruben. —confesé, le tenía mucho temor a ese hombre, había pegado un arma a mi cuerpo. Pudo haberme herido o incluso, matado ahí mismo.
—Yo tampoco. —Lo miré extrañada.
—¿Lo has visto?
—Es el fundador, quién no lo vea es porque ya está muerto. —-Ese comentario me removió el estómago.
—¿Cómo lo conociste? —curioseé.
—No fue una muy buena primera impresión, pero nunca lo es cuando se trata de alguien que te compró. —comenzó a contar— Mi madre me vendió a él cuando tenía catorce, yo vine voluntariamente solo porque no sabía lo que me esperaba, yo vine a mi cubículo, conocí el lugar y al siguiente día, escuché la voz de la máquina inteligente Anub, ella me dio un mensaje del fundador, él quería conocerme y hacerme una prueba de sangre y de resistencia corporal.
Miré a los ojos a mi amigo, para mostrarle que estaba prestando atención.
—Nunca hice tanto ejercicio en mi vida, pero el cansancio no fue lo peor, lo peor vino después, cuando me llevaron a la sala de experimentaciones, tenía mucho miedo, intenté negarme pero él solo dijo: "Eres mío, yo te compré, me perteneces, así que haz lo que te digo o te desecharé en el basurero de la muerte". Eso terminó por cagarme, así que caminé hacia la máquina de cristal y al estar dentro, sentí mi cuerpo arder. No tengo idea de qué hicieron conmigo, pero sé que desde ese día, no soy el mismo.
Escuchar eso, no ayudaba a mi miedo.
—Luego de eso, vi a Nicholas moverse por sí solo y deduje que él podría saber algo, porque dime ¿por qué fingir ser un vegetal? ¿Cuál es el punto? pero bueno, al día siguiente, intenté entrar en su habitación, fallé, me descubrieron y me golpearon terriblemente, volví a intentarlo días después, pero lo único que gané fue otra paliza, al menos con esta paliza vendrían verdades que me harían agradecer esas palizas que no fueron nada comparado con lo que han hecho aquí.
—¿Y cuáles son esas verdades? —pregunté intrigada, todo este misterio me estaba tragando viva.
—Hoy lo sabrás, Lena. Y yo mismo me aseguraré de ello.
Sus palabras calaron hondo en mí.
Aunque todavía no llenaban mi vacío existencial.
—Ahora debes irte, no puedes estar mucho tiempo aquí. —dijo, señalando mi botón—. Lastimosamente así es aquí.
Se encogió de hombros con el rostro afligido.
Me dispuse a irme.
Él tenía razón.
—Adiós. —me despedí agitando la mano.
—Adiós y recuerda —me miró cómplice—. Una de la mañana —Leí sus labios.
Asentí.
Al salir, un nudo se formulo en mi garganta al notar que los guardias no me quitaban la mirada de encima...
Me sentí muy intimidada e incomoda, así que traté de ignorarlos lo mejor que pude.
Iría a buscar algo de comer, tenía mucha...
Algo me detuvo del brazo.
Mi alma pareció abandonar mi cuerpo en ese instante.
Que no sea un guardia, que no sea un guardia, que no sea. Volteé.
—¿Qué sucede Lena? —me dijo, respiré, solo era la doctora Hayley.
—Nada. —Le sonreí aliviada.
—Ven, vayamos al cafetín, por algo de comer, debes alimentarte. —asentí tragando saliva que estaba conteniendo, de los nervios y porque tenía mucha hambre.
—Siéntate en alguna mesa, yo buscaré tu comida. —Yo obedecí y me senté en una mesa que estaba cerca del ventanal que mostraba el exterior.
En Deyecc tenían preciosos jardines, pero, nadie que los disfrutara realmente...
Reí amargamente ante la crueldad de eso.
Mi estómago rugió sacándome de mis pensamientos, tenía mucha hambre.
Hayley me tendió la comida y yo la acepté gustosa, era arroz con aguacate.
Un platillo extraño, pero tenía tanta hambre, que lo comí de todas formas.
—Ruben solo me permitió darte esto y agua. —me tendió el vaso, tragué lo que tenía en la boca y tosí, no lo había masticado bien.
Otra vez, estaba asustada.
Demasiadas atenciones no suelen ser preocupantes, pero todo aquí es diferente. Ahora puedo entenderlo.
—¿Ya vamos a hablar de lo que tenías que decirme? —pregunté—. Quiero saber quién es Edan y porque todo el tiempo escucho su voz en mi cabeza.
—Ya hablaremos de eso, Lena. Primero quiero explicarte algo. En este momento las cosas están muy tensas, hay cosas que a Ruben le están saliendo mal y eso no es bueno para nadie, es un sujeto peligroso, orgulloso y perfeccionista. Creo que tendremos que actuar más rápido de lo que esperaba.
Me estaba asustando.
—Tú eres Lena Evans, tienes 19 años, fuiste parte de un experimento llamado Proyecto Relámpago, uno de los más importantes me temo. En dicho experimento, fuiste conectada a otra persona mediante una tormenta eléctrica, está persona es Edan. Puedes escucharlo y él a ti, tu sientes lo que él y él lo que tú, no pueden estar juntos pero tampoco muy separados, es muy complicado de explicar.
Estas revelaciones son demasiado... irreales, no sé si creerlo o no. La miré con desconcierto.
—En este preciso momento, Edan está suelto, ha escapado y debe estar buscándote, así que prepárate.
¿Prepararme? ¿Para qué?
Mi corazón se aceleró.
—No te preocupes, no estás sola en esto, yo te ayudaré, investigaré sus habilidades, sus debilidades, haré lo posible para que puedas salir de aquí con él y con tu vida.
Entre tantas revelaciones, dudas y miedo. Yo solo pude pensar en una cosa.
—¿Por qué me ayudas? —pregunté desconcertada.
Las dos nos miramos fijamente.
Yo aturdida, ella pensativa.
—Para eso estoy aquí. —confesó con seguridad.
Mi expresión era de total confusión.
—Para protegerte. Troy me mandó para buscarte.
—¿Troy? ¿Quién es Troy? —pregunté pensando lo peor. Otro hombre con malas intenciones.
—Troy es... —miró hacia arriba—. ¿Sucede algo muchachos?
Miré hacia donde ella lo hacía y me aterroricé.
—No, solo estamos supervisando. —dijo uno de los guardias, era rubio igual que los otros tres, mis piernas temblaban bajo la mesa.
—Ok, no deben preocuparse, yo solo le explicaba a Le... 079 como debe comer, Ruben me mandó. —informó. Ellos se miraron entre sí y siguieron caminando alrededor de nosotras.
—Bien 079 ya debo irme, recuerda comer primero el arroz y luego el aguacate, lo último es el agua y siempre debes saber tu número. Adiós. —dijo cariñosa pero su mirada me decía otra cosa, yo no lo entendía.
Estaba demasiado saturada como para comprender cualquier otra cosa.
Ella se levantó y se fue despidiéndose con la mano.
—Adiós, Doctora. —agité mi mano también.
Procedí a comer, los guardias no dejaban de mirarme y yo solo podía pensar en una cosa, más bien, en una persona.
Troy.
. . . . .
Holissssssssss, espero les haya gustado este cap, en el que se revelan muchísimas cosas.
¿Opiniones?
jdhakjhf
Nos leemos, bye ;)
— J A N 🦄
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top