Capítulo 20: Un respiro
—¿Cómo? No entiendo —La doctora Hayley se levantó y me miró con seguridad.
—He estado estudiándolos a ustedes dos por el experimento, y he llegado a la conclusión de que están de cierta forma conectados, tu sientes lo que él siente y él lo que tú, eso en un nivel de dolor alto —se acercó un poco a mí con la mano en la barbilla y la mirada perdida—. Aún no tengo una explicación científica de porqué, pero la encontraremos. Por ahora, los hechos hablan por sí solos —argumentó, su boca se hizo una fina línea.
La miré incrédula y recordé cuando juzgué a Edan porque se burlaba de mi dolor, un dolor que al parecer él también estaba sintiendo.
No solo eso, el día que desperté el dolor en mi pierna era insoportable y no había ninguna razón o explicación lógica para eso, solo que... esto fuera real. La última frase de la Doctora me quedó rondando en la mente.
Si los hechos hablan por sí solos...
—Edan, tendrás que perdonarme —dije con nerviosismo, reuniendo fuerza voluntad para lo que estaba apunto de hacer, tomé un tubo que vislumbré a mi izquierda y...
—¿Por q... ¡AAAAGGGSHH! —Lo dejé caer sobre la herida su pierna sólo para comprobar que era esta la razón por la que me dolía la pierna.
Y retrocedí haciendo una mueca de dolor y confusión al mismo tiempo, asustándome al darme cuenta de que Hayley tenía toda la razón.
—No puede ser —mi respiración se agitó—, es cierto —susurré perdiendo la voz.
El dolor de Edan, se había transferido a mi pierna como una corriente eléctrica. Había sentido como si miles de partículas se esparcieran en el lugar provocando el dolor y un leve calambre.
—Wow que extraño. —comentó Ferph que ya había pasado demasiado tiempo callado.
—De nada, supongo. —gruño Edan con la voz rota, soltando un quejido de dolor.
Está fue la razón de mi dolor el primer día, es probable que fuese el mismo día que escapó, lo hirieron —de ahí el hueco en su pantalón— y yo recibí ese mismo dolor.
Pero algo no encajaba.
¿Dónde está su herida?
—Tú —lo señalé con la boca— ¿Dónde está tu herida? la que debería ir en ese hueco, en tu pantalón.
Él tardó en captar que era con él, pero cuando lo hizo, abrió los ojos y respondió:
—Se regeneró.
—¿Qué? —La Doctora Hayley corrió por todo el lugar buscando algo desesperadamente, cuando tuvo en mano lo que quería, comenzó a anotar la información—, ¿puedes hablar más en detalle de cómo pasó?
—La verdad, no sé cómo pasó... solo sé que desperté y ya no estaba herido, mi atención estaba en algo más importante que mis heridas. —Sus ojos marrones se encontraron con los míos y no sé porqué interpreté eso como un posible mensaje.
Y si lo era, no podía entenderlo.
La furia de mantenerme en ignorancia me invadió.
—Doctora, no aguanto más, necesito saber qué diablos pasó ese maldito día en el qué me hicieron quién sabe qué y por lo que tengo que pasar por todo esto, ¡por favor! —Clamé perdiendo los estribos.
La Doctora me lanzó una mirada compasiva.
—Hoy lo verás, por ti misma Lena —mis ojos brillaron por un momento—, pero tendrás que tener paciencia y esperarme, lo siento. Allá arriba deben estar como locos y si no aparezco, no dudarán en ponerme como primera sospechosa. —A pesar de que me desanimaba la idea, tenía un buen punto.
Cabizbaja, le dediqué un asentimiento.
—Rubén es un hombre muy calculador e inteligente, no tardará en darse cuenta de que alguien está infiltrado —Explicó con un tono de preocupación—. Y no quiero estar aquí para cuando se de cuenta de que soy yo.
Esperar, ¿ya no había esperado suficiente?
¿Y si esto era una trampa?
—Así que mejor, quédense aquí, ya están curados, sólo descansen, lo necesitan —dijo levantándose y poniéndose en marcha—. ¡Oh! y por favor, no toquen nada.
Hayley cerró la puerta tras de sí, desapareciendo de la sala. Sus pasos se escuchaban cada vez menos, hasta que nos suspendimos en el casto silencio.
Tendría que esperar a que llegara para recordar por mí misma, pero mientras tanto podría preguntarle a Edan.
Además, tenía algo que allá arriba no tenía y era la compañía indefinida de mi amigo Ferph.
Si Nicholas estuviera aquí, sería aun mejor.
—¿Cómo creen que subirá? Nadara en la gelatina o saltará. —habló Ferph sacándome del hoyo en el que estaba apunto de meterme. Él siempre motivado a romper el hielo, su presencia me daba tranquilidad.
—Yo creo que esa no es la única salida. —Respondió Edan tan cortante como el momento en que lo conocí. Ahora intentaba bajarse de la camilla con dificultad.
—Eso tiene sentido. Déjame ayudarte. —ofreció Ferph, no obstante, Edan con su orgullo de piedra, lo paró poniendo una mano en su pecho y comunicó un:
—No, yo puedo. —Acto seguido se cayó, se quejó y se levantó con una pierna coja.
Y así se fue de la habitación, cojeando con orgullo.
Entorné los ojos con expresión de desagrado. Ridículo.
Puse los ojos en blanco. De verdad que no soportaba a este hombre. Lo seguí con la mirada —a ver si se caía otra vez por terco— hasta que se fue.
Sería un alivio para él, pues, no tendría que fingir su fortaleza.
Que no es que no la tenga, creo que Edan es un tipo muy fuerte, sin embargo, todos tenemos nuestros momentos de debilidad y fingir que no tiene uno me genera desconfianza y enojo.
No estamos en un buen momento y a la vez sí, si tienes la oportunidad de descansar y recibir ayuda para reponer energías en caso de un verdadero problema, solo déjate ayudar, colabora contigo mismo y con todos.
Eso le diría si hablara con él, pero como no lo hago.
Voltee a ver a Ferph, sus ojos brillaban como dos canicas color avellana.
Oh no, estaba apunto de llover aquí.
Mi corazón se estrujó.
Ferph me abrazo como un niño chiquito que necesitaba ser consolado. Yo acepté el abrazo y me apretuje a él. Aún sentía mucho dolor y ver a Ferph así me ponía peor, mucho peor.
El empezó a llorar con más fuerza, sus lágrimas caían en mis brazos y eso, mas el sonido de sus lamentos, hizo que las mías hicieran acto de presencia, cayendo sobre su cabello.
—El era como mi hermano Lena —dijo entre sollozos— Éramos el y yo para todo, esto no es justo —Sus palabras me partían el corazón, él debía sentirse peor que yo, puesto que pasó más tiempo con Nicholas.
Se habían unido tanto, y ahora habían sido separados por la brecha de la muerte.
—No es justo, para nada justo —correspondí con la voz entrecortada. Esto era demasiado.
—El era mi familia. Ahora ¿qué me queda? —exclamó y antes de soltar un resoplido de indignación y decirle "yo", recordé algo más importante que cualquier otra cosa.
La libreta.
¿Qué contendría?
—Oye, acabo de recordar que tengo algo para ti —Él paró de llorar para mirarme a los ojos mientras se limpiaba el moco del rostro.
—¿Qué? —preguntó con desánimo, eso cambiaría pronto.
—Vamos
Con la mano le indiqué la salida y que me siguiera hacia el baño, allí junto a mi ropa se encontraba la libreta, no terminamos de llegar cuando la vio, al reconocerla corrió a tomarla casi llevándose mi toalla por delante.
Gracias al cielo eso no pasó.
—Esto es... su... libreta. —dijo entrecortado entre la emoción y el sentimiento, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero al menos su rostro se percibía una pequeña sonrisa.
El apretó la libreta contra su pecho, emocionado, después me dio un abrazo y siguió llorando otro rato.
Yo también lloré un poco más.
⚡️ ⚡️ ⚡️
Después de entregarle la libreta a Ferph, él se fue a dar una ducha, eso significaba que Edan alias desconocido y yo estaríamos solos un rato.
En resumen, incomodidad al mil por ciento.
Él yacía sentado en el suelo, mirando sus dedos, yo estaba al otro extremo del cuarto, sentada sobre una de las camas de la habitación.
A diferencia de allá arriba, todo aquí lucía más oscuro, las paredes eran de un color gris metálico horrible a mi parecer, el suelo también, la única excepción era el baño.
Desvié mi mirada hacia el sujeto, todavía seguía sin decir una palabra. Yo trataba de no mirarlo, pero la curiosidad no me lo permitía. Quería, no, necesitaba hacerle varias preguntas, había una alta probabilidad de que el supiera cosas, cosas que yo también merecía saber ahora mismo.
No sabía si confiar en él sería buena idea, me resultaba tan extraño y tan distante, no me inspiraba a hablarle ni un poco y eso dificultaba más mis planes.
Él notó que lo miraba, así que tuve que desviar la mirada hacia el techo.
Excelente elección.
Cállate, conciencia maldita.
—Sé que estabas mirándome —dice en voz alta y seria.
Yo me hice la desentendida, y decidí no volverlo a mirar para no causar problemas. Aunque él supiera todas las verdades del mundo, aun no estaba lista para hablarle, aunque lo familiarizaran tanto conmigo, yo lo seguía viendo como lo que era, un extraño.
Podíamos estar conectados o lo que sea exteriormente, pero en el interior éramos unos completos desconocidos.
O de cualquier modo, en lo que a mí respecta, así era.
—¿Ahora me evades?
Seguí haciéndolo, porque me estaba poniendo nerviosa. De verdad, no quería hablar, los nervios empezaron a hacer acto de presencia, dándome escalofríos y un severo dolor de estómago. Decidí que lo mejor sería levantarme e ir hacia el baño lo más rápido posible, quizás Ferph ya estaría a punto de salir y podría liberar esta tensión.
Por suerte para mí, Edan no me siguió ni dijo nada.
Pero Ferph aun no salía y yo estaba que explotaba mis entrañas. Sin opciones viables a la vista, tomé valor y liberé el aire que estaba conteniendo con mi trasero —y mi alma—, porque el dolor de estómago era tan insoportable que sentía que en cualquier momento me partiría en dos.
Me sentí mucho mejor al respirar, pero... Había algo más insoportable que el dolor.
Y ese era el hedor.
Deseé con todas mis fuerzas que nadie llegara allí pero...
—Len... —Edan tosió al llegar y se devolvió a la habitación con rapidez soltando un "Fos" en su camino. Desafortunadamente para mí, Ferph también pensó que sería buena idea salir en ese momento y me topé con su sonrisa que en cuanto sintió el ambiente se desvaneció hasta transformarse en una expresión de asco.
Él se llevó su mano a la nariz, me miró y me sentí tan avergonzada que me metí corriendo al baño, él ya debió haber terminado.
Me senté en el váter a tranquilizar los nervios.
⚡️ ⚡️ ⚡️
Cuando salí del bañó los vi a los dos y la cara que tenían era de total burla. Me puse totalmente seria, casi enojada.
Nadie los mandó a acercarse a mí, que se lo tragaran no fue mi culpa.
—¿Estas bien Lena? —Me habló feph.
—Sí estoy bien ¿Por? —respondo iracunda, si piensan que van a burlarse de mí, están locos.
—No, por nada.
—Por la bomba atómica que soltaste en la puerta del baño, quiso decir. —irrumpió Edan de repente, Ferph se tapo la cara para no reír.
—¡Nadie los mandó a ir! —Ahora los dos empezaron a reír. Par de payasos, ¡se compincharon contra mí!
Ferph ¿cómo pudiste?
—Tienes razón —concedió el rubio.
—De todas formas eso no es importante ahora, creo que tenemos que centrarnos en otras cosas más importantes que un pedo. —dije en voz alta, y los chicos se partieron de la risa.
Honestamente, fue mala idea decir eso, porque ahora yo también me estaba riendo, era inevitable.
Aunque tenía razón en lo que decía, era muy gracioso y teníamos un buen tiempo sin reír.
Había olvidado incluso lo que era ese sentimiento, esas cosquillas en conjunto.
Escucharlos divertirse era un respiro de toda la mierda por la que habíamos pasado.
Eso calmó un poco mi corazón.
No obstante, la calma no duró.
—Oye Len... —empezó a decir Ferph— cuando estaba en el baño, abrí la libreta de Nicholas...
Mi corazón latió tan fuerte que sentí mis oídos taparse.
Edan se acercó.
—Creo que esto podría interesarles, chicos.
⚡️ ⚡️ ⚡️
¡Buen día! ¿cómo están? espero que muy bien.
Este cap se lo dedico a esta nueva lectora:
⚡ nvccvfa ⚡
¡Bienvenida y muchas gracias por votar, comentar y seguir mi historia! tkm♥
Las cosas están relativamente tranquilas, por ahora.
¿Cuántos capítulos más creen que durará esta calma?
Quién sabe o.o jsjsjs a mí no me miren.
Nos vemos en el próximo cap, los tkm♥
— J A N 🦄
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