Capítulo 19: Dolor
—Ya casi sale...
Lancé un grito de dolor desde lo profundo de mi garganta, sintiendo cómo esta se rasgaba. El dolor era tan fuerte que me dejaba sin respiración, aun así, sabía que podía lanzar otro grito si me volvía a...
Volví a gritar más fuerte que antes.
Mi respiración se hallaba muy agitada, así que traté de tomar aire, muy hondo hasta llenar mis pulmones, y concentrarme en otra cosa. El cuarto era amplio y gris, la luz muy tenue, tenía varios estantes de los que desconocía el contenido y dos mesas metálicas. La camilla en la que estaba también era metálica. De reojo vi a Edan, y no pude contener mi rabia al ver que el extraño se estaba mordiendo un dedo.
¿Acaso le parecía gracioso?
—¡Ay! ¡¡ya!! —supliqué cansada, mordiendo mi labio superior—, ¡¡¡ya, por favor!!!
—Calma, con suerte, saldrá en un momento.
—Ya... es demasiado, no puedo —expresé llorando y moví la pierna desenredándola de su agarre, dolía demasiado.
La doctora Hayley se puso muy seria, haló mi pierna agarrándola con más fuerza que antes y casi me gritó:
—¡Si puedes! —Ferchoph se unió al agarre, colaborando en mi sufrimiento con la Doctora Hayley y lo que sucedió después no lo olvidaría jamás. La doctora, con cero delicadeza, metió las pinzas en el hueco pierna ensangrentada, escudriñándola por dentro y lastimándome al punto en el que mis ojos parecían haber tomado vida propia. La desesperación y el dolor se fusionaron en un agonizante sentimiento que me hacía perder el control de mi voz y mis sentidos. Tenía unas ganas de matar inevitables que a mi parecer, estaban muy justificadas.
La doctora sacó la bala de un tirón, trayendo consigo sangre, hilos de carne y un grito en el que drené el tormento que acababa de experimentar.
El grito que salió de mí fue peor que los anteriores, sin duda. Sollocé al fin en paz, porque esa porquería había salido de mi pierna.
—Justo como pensé —dijo alzando la bala que parecía tener una lucecita parpadeando—, traen microchip, hay que deshacernos de esta mierda, pero ya.
—¿Qué? ¿Por qué meterían un microchip ahí? —preguntó mi amigo pelilargo perplejo ante la escena y con una minúscula y casi imperceptible expresión de asco.
Lo que le tocaba.
—Creo que es para poder reportar los cadáveres o en caso de que sigan vivos como ustedes; encontrarlos, bañarlos en leche amnésica y volver a empezar. —Nos sonrió irónicamente.
Qué aterrador.
Puso la balachip a un lado de donde tenía los artefactos cortopunzantes, sobre un paño blanco que estaba manchado —con mi sangre— y cogió un líquido de la mesa para proceder a echarlo sobre la herida abierta.
Y maltratada.
Hice un gesto de indignación que cambio a incomodidad al sentir el líquido caer en el hoyo de mi pierna. Ardía, ardía bastante, pero al menos era un dolor más soportable que el anterior.
Por un instante se me dio por mirar a Edan.
Él se veía tranquilo, concentrado mirando un punto en el techo, de hecho, parecía pensativo.
Su persona me daba curiosidad, era un tipo callado, pero siempre que se le presentara la oportunidad de abrir la boca, era para dirigirse a mí; decirme que me conoce y cosas así. Su postura era recta, aunque ahora mismo estaba inclinado afincando todo el peso al marco de la puerta, sus brazos y todo él en general se veía fuertísimo.
No me agradaba, pero tampoco lo odiaba.
Solo trataría de ignorarlo, al fin y al cabo sigue siendo un desconocido para mí.
De todas formas, no puedo evitar preguntarme qué estará pasando por esa cabeza cuadrada, ¿en qué estará pensando ahora mismo?
Probablemente en tonterías que no me incumben o que sí, da igual.
Seguí recorriendo la habitación con la mirada y me topé a Ferchoph que estaba de la misma forma, pero a diferencia de Edan, este tenía una mirada triste en sus ojos, ya sabía por qué.
Nicholas...
Eso me hizo recordar que tenía algo para él, pero decidí que lo mejor sería dárselo en privado.
—Bien Lena, ya puedes ir y darte un baño, yo estaré aquí extrayendo. —recalcó lo último levantando el bisturí a modo chiste.
No pude obligarme a sonreír, lo que hizo del momento algo incómodo, así que decidí huir de ahí.
No sin antes mirarlos a todos de soslayo y corroborar que estaba todo bien, por alguna razón, necesitaba hacerlo con urgencia o no me sentiría bien.
La puerta, a diferencia de las de los cubículos, tenía que abrirse a mano a través de una manilla.
Sé que las he visto antes, en otros lugares, pero la parte de mi cerebro que se encarga de los recuerdos se niega a ayudarme.
Pronto eso cambiaría.
¿Las duchas también serán diferentes a las de allá arriba? me encaminé hacia allá para averiguarlo.
Tal como pensé, al llegar al baño lo primero que noté fue la diferencia, en tamaño era más amplio, la bañera era blanca, de hecho, todo era tan blanco. Me recordó a allá arriba... aunque los baños no eran así.
El suelo también era blanco, la sangre de mi pierna chorreo hasta llegar a él, dejando un pequeño y circular charco carmesí.
No me había dado cuenta de que sangraba y estaba dejando un camino de sangre.
¿Tendría que limpiar eso?, no lo sé, pero lo haría de todas formas, porque no había nada más qué hacer.
Reparé en un espejo que había en la pared y me acerqué algo temerosa a el para verme. Parecía increíble, pero sentía que hacía tanto tiempo no veía mi rostro, tanto que, al estar frente a mí misma, me pasaba algo similar a lo que sentía al ver a...
Edan.
Me desconocía, no procesaba que esa fuera yo.
De todas formas, traté de confirmarlo, toqué mis pómulos con las yemas de mis dedos y giré la cara para ver mis facciones. Estaba pálida.
No podía negar mi existencia y eso me generó un repentino temor.
Me acerqué de frente al espejo, hasta pegar mi nariz a el, solo para contemplar el color de mis ojos; se veían tan azules y deprimentes, tan vacíos. Estaba apunto de irme a la bañera cuando algo extraño se cruzó por mis ojos.
Era cómo un destello, fue muy rápido, también vi como mi pupila se dilató, pero no sentía nada especial ni sobrenatural, así que preferí ignorarlo.
Tenía que lavarme el culo.
Abrí la llave y el agua salió disparada, estaba un poco fría. La bañera se iba llenando y junto a ella mi cabeza también, de pensamientos.
La mayoría de ellos me hacían preguntarme ¿por qué estoy viviendo todo esto?, y no es que tuviera una respuesta clara para eso, es solo que... era inevitable preguntármelo.
Tenía una familia, una vida, un futuro diferente... ¿Qué me hizo tener que venir aquí?
Ruben, claro está.
Sin embargo, me emociona pensar en que mi futuro pudo ser diferente, más bonito que este tal vez.
Este era mi futuro o más bien, mi presente y no podía cambiarlo.
No podía... ¡Claro que podría! ¡Y lo haría!
Cambiaría este presente de mierda.
Tendría que utilizar a mi favor las pocas cosas que me ha soltado la doctora Hayley y esperar por más información, actualmente dependíamos todos de ella.
Y había algo que me seguía rondando la cabeza desde que me lo confesó todo, ese tal Troy. Todavía no sabía quién era o qué quería, supongo que pronto estaremos con él para saberlo.
Esto podría ser fácilmente otro engaño de Ruben, tal vez, él quería que estuviéramos allá... La Doctora Hayley hasta ahora se ha ganado la confianza de todos, incluyéndome. No sería nada raro que la situación cambiara, ella siempre ha tenido privilegios aquí y los perdería por nosotros.
No, por Troy.
No puede ser... Todo esto debe ser una puta farsa. Ruben nos quería allá, donde Troy, todo ha sido un teatro desde el principio.
O podría serlo...
No podía dar cosas por sentado, pero debía mantenerme neutral, como si nada de esto me hubiera pasado por la cabeza. Estando afuera, la Doctora no podrá cambiar mis ideas de ir en otra dirección.
Escaparía de todos, no iría con nadie más que Ferph y buscaríamos el lugar de donde vinimos.
Si la Doctora cumple su promesa de devolverme la memoria, allí estará todo.
¿Qué estará pensando el imbécil de Rubén?, probablemente este supercagado y debería estarlo. Me reí internamente por eso.
No me dejaría vencer.
Tal vez debería escabullirme y matarlo.
Y hablando de muerte.
A mis pensamientos no se les iba a escapar eso.
Nicholas. Más que un libro cerrado, era uno encerrado en una caja.
Ese idiota podía caminar, ¿desde hace cuanto? Reí un poco, pero en mi pecho sentí una presión tan fuerte, que se trasladó a mi cabeza y fue floreciendo en lagrimas y sollozos.
Termine en un inevitable llanto.
Pero al menos ahora estaba sola.
Me metí a la bañera para ahogar las gotas que empezaban a rodar por mis mejillas.
Apagando la llave, estiré mis piernas y me dejé caer sobre el agua, dejando solo mi cara fuera.
Escuché el sonido del agua, y luego...
—Vaya vaya, pero miren a quién tenemos aquí.
Su voz, no podía olvidarla.
El contraste entre el agua fría y las lágrimas calientes me hacían recordar que por mucho que intentara, no podría evitar llorar.
—Nicholas Foster a tus servicios.
El llanto se hizo presente en ecos en el baño, mi voz se escuchaba grave y destruida en cada sollozo.
—No me traiciones, porque ahora sí que estoy loco por ti.
Me sentía tan triste y débil, también muy estúpida.
No podía creerme aun que estaba muerto, no podía procesarlo, no quería que estuviera sucediendo.
No hubo oportunidad de estar juntos y ahora que la hay, él no está.
Limpié mi nariz con el agua, ya que se había llenado de mocos, pero no pude parar de llorar, porque, lo que más dolía de todo esto, es que fue tan corto nuestro tiempo, que me arrepiento tanto de no haberlo aprovechado...
De no haberlo abrazado, de no haber sentido más esos labios, de no poder tocar más su cara o sentarme en sus piernas totalmente saludables.
Volví a reírme de su astuta mentira.
Me abracé a mí misma.
Nunca más oiría sus mentiras, ni sus ingeniosas palabras.
¿Podría superar este dolor? ¿Esta culpa? ¿Estas ganas de estar con él?
No es justo, no es justo que no esté aquí ahora que más lo necesito.
Me quedé otro rato llorando en la bañera, y recordando los pocos momentos de Nicholas que llevaría para siempre en mi corazón.
Llegó un momento en el que sentí un dolor en mi pierna, al principio creí que era la herida, pero recordé que estaba en la pierna derecha y ahora mismo, me estaba doliendo la izquierda.
Escuché un grito de dolor proveniente de afuera, parecía venir de Edan. Lo extraño fue que cuando gritó, sentí un dolor similar al que sentí cuando me arrancaron la balachip, mis ojos se torcieron del dolor y mi cara era de total confusión.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué me duele tanto la pierna?
Revisé y no tenía ninguna bala allí o siquiera un rasguño que evidenciara lo que estaba pasando.
El dolor volvió, pero esta vez más punzante y otro grito sonó fuera del baño.
Mi pierna se contrajo toda y esa fue la señal que necesitaba para darme cuenta de que no estaba loca, algo raro estaba pasando.
Salí de la bañera en busca de mi toalla y al hallarla me envolví en ella para salir como rayo veloz hacia donde estaban los chicos y Hayley. Al entrar al cuarto, vi a Edan desmayado en la camilla y con el antebrazo cubriéndole el rostro —que estaba algo húmedo por cierto—, la doctora Hayley se encontraba echándole el líquido en la herida.
No me importó, yo venía a lo que venía.
—¿Qué carajo hizo conmigo? ¡Me duele la puta pierna!, y no precisamente la que está herida... —reclamé en voz alta y molesta.
La doctora Hayley me miró estupefacta, luego miró la pierna del rubio y se quedó pensativa. Yo miré a Ferph y este se encogió de hombros sin entender nada.
Yo menos entendía.
—¿Dices que te duele la pierna izquierda? —inquirió con una sonrisa medio diabólica.
—Sí —respondí dudosa.
—Interesante —dijo poniendo la mano en su barbilla un segundo—. Justo esa es la que le estoy curando al mamitas.
—No soy mamitas ¿ok?, esta es mi segunda extracción del día. —replicó Edan levantando su antebrazo, me sobresalté al ver que estaba consciente. Después de defender su honor o ego, volvió a su posición.
Ahora la estupefacta era yo.
—¿Aún no entiendes, Lena?
Negué con la cabeza.
—Ustedes —señaló a Edan y luego a mí.
Le eché una mirada a Edan antes de que la doctora lo dijera:
—Están conectados.
⚡⚡⚡
H O L A
¿Cómo están? espero que muy bien, estos caps van a estar más calmados, ya pasamos por toda la intensidad, ya estamos en un lugar seguro pero... ¿será confiable?
¿Ustedes confiarían en Hayley? ¿En Troy? ¿O planearían un escape como Lena?
¿Qué creen que podría pasar en el capítulo siguiente? y ¿Qué les pareció este?
Por cierto, ¿ya vieron el banner que hice? jsjsjsjs, ahora mi perfil se ve más decente uwu
No se dejen engañar por los unicornios y los colores, esta autora es bien darks, rockstar y emo, amo el negro, la oscuridad y la maldad.
También me gusta escribir cosas bonitas, pero... ya saben sjsj
Espero les haya gustando este cap, nos vemos en el próximo, gracias por leer y votar♥
Los tkmmm♥
— J A N 🦄
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