PRÓLOGO
1 de Junio del 2005
Amanda y su mejor amiga, Rebecca, están sentadas en su banco del porche, un soleado y caluroso día de junio, cuando ven que se acercan sus 3 amigos con las bicicletas. Dos de ellos son hermanos, Víctor tiene 17 años es el mas atractivo y responsable de ellos, Lucas tiene 16 años es travieso y el que siempre está buscando locuras, junto con ellos va Katia de 16 años también, que acaba de juntarse al grupo.
"Fue divertido" piensa Amanda con una ligera sonrisa en la boca, mientras recuerda cómo conocieron a Katia "Cuando llegó al pueblo hace apenas un año, Katia los encontró en el rio, mientras daba un paseo. Como los vió jugando y disfrutando ella quiso unirse al grupo. Pero Lucas, con una chispa traviesa en los ojos, le propuso un reto: Saltar desde el acantilado para poder entrar en el grupo. Katia, ni corta ni perezosa y sin decir ni una palabra, se acercó al borde y para asombro de todos saltó. Con toda la ropa puesta" Desde aquel día se ha hecho inseparable de ellos. Y finalmente esta Rebecca su mejor amiga desde la infancia, con sus 16 años es tranquila y sabe lo que dice y lo que se hace.
—Chicas, vamos al rio ¿os apuntáis? —Preguntó Lucas frenando la bicicleta, dejando una gran polvareda, que les hizo toser a ambas.
—Sí, esperad que ahora vamos — contestó Amanda, entrando rápidamente en la casa y buscando a su madre para avisarla de que se iban.
— ¡Mama, Becca y yo, nos vamos a Asenjo a pasar el día con el club de la Muzzarella!
—Está bien — Respondió Marta — Pero llevaros estos sándwiches de queso para comer. ¡Y no os tiréis del acantilado!
—No mama! — respondió dándole una sonrisa a su amiga.
—Adiós, Marta. — Le dice Rebecca a la madre de Amanda
— Cuidaros y vuelve pronto cariño— Le dijo Marta a su hija, dándole la bolsa con los sándwiches
Amanda cogió su bici y salió al encuentro de sus amigos, ella se percató de que Víctor la estaba mirando fijamente y le dió una gran sonrisa.
— ¡Vámonos! — Dijo, guiñándole el ojo a Víctor
— ¡Ahora sí que estamos todos! — exclamó Lucas
Todos los veranos de Amanda en Campillo se resumían, en largos días con las bicis en el rio Asenjo, o en el acantilado divirtiéndose con sus amigos, pero aquel año fue muy diferente, uno de esos días en los que no te imaginas que iban a acabar de una manera tan especial y tan diferente.
Todo empezó cuando aquel día llegaron al rio y decidieron darse un baño.
—Chicas — Dijo Lucas con una sonrisa maliciosa, mirando a Víctor — a que nos os atrevéis a bañaros en ropa interior, porque seguro aun no os habéis traído el bañador. Hace mucho calor y me apetece un baño.
— Pero que dices — contesta rápidamente Rebecca — más te gustaría a ti que nos quedáramos en ropa interior.
Lucas le mandó un beso burlón al aire a Rebecca haciéndola ruborizar
—Yo sí que me voy a bañar — contestó Katia rápidamente — además como dice Lucas hoy está haciendo mucho calor.
— ¿Y tu Mandy? — Preguntó Víctor, mirándola fijamente— ¿te vas a meter?
—Si tú lo haces sí — le contestó Amanda, pícaramente.
—Uy, uy, uy, ¿hermano aceptas el reto? — con una risotada Lucas, se despojó de su ropa y se quedó en calzoncillos tarareando una sexy canción, todas las chicas estaban mirándole mientras él empezó a hacer un baile de movimiento de caderas haciendo que se avergonzaran y agacharan la cabeza — venga, el ultimo que se bañe, ¡nos invita a un par de pizzas esta noche! — Saliendo corriendo al rio dando un grito heroico
— ¡Eso es trampa! — Gritó Katia — tú ya te has desvestido.
Katia fue la primera que se quitó el vestido azul floreado que llevaba y corrió tras Lucas, en bragas azules eléctricas y un sujetador blanco, haciéndola ver increíble. Amanda dio una mirada rápida a Víctor le sacó la lengua y se quito su camisa y el short vaquero, quedándose en ropa interior negra y salió corriendo a entrar al rio, no quería gastarse dinero comprando la cena de estos locos, pensó. Miró atrás y descubrió que le estaba mirando la parte de atrás cuando se giró rápidamente hacia Becca.
— Vamos Becca, te doy 5 segundos de margen para que no tengas que pagar la cena. 1..., 2....
Rebecca con un bufido se levantó y se quitó el short pero no la camiseta larga que llevaba, para no mostrar nada y echó a correr al rio.
Víctor corrió tras Rebecca a entrar en el rio, salpicando a todos, cogiéndolos, tirándolos y haciendo ahogadillas, riéndose por esa panda de amigos que tenia, su hermano que es loco y divertido, Rebecca que es tranquila pero si la pinchas y la retas es increíble, Katia es extrovertida y te dice las cosas directamente, y Mandy, su dulce deseo desde niños. Le gustaba su aroma, su sonrisa, su mirada, sus risas....le gustaría probar esa boca que tiene tan bonita pero no tenía el valor de hacerlo por si estropea su amistad y con ello el grupo.
Más tarde después de comer los sándwiches de queso Lucas propuso ir a la casa abandonada que hay cerca del rio Asenjo. Tras varias discusiones decidieron ir a verla y comprobar eso que dicen de que estaba encantada.
—Creo que no deberíamos entrar — comentó Víctor, contemplando las viejas paredes de piedra de esa casa — parece que en cualquier momento se va a caer.
Víctor sentía un mal presentimiento, en cuanto se fue acercando a esa casa parecía que todo estaba más silencioso.
— ¿Tienes miedo? — le replicó Katia rápidamente — Mira entramos sólo unos metros por la puerta, pero todos juntos. Y salimos juntos ¿de acuerdo?
— Vale, nosotros primero— Contestó Amanda acercándose a Víctor y cogiéndole la mano, a él le pilló por sorpresa pero no dijo nada y entró tras de Mandy.
—¿De verdad tienes miedo Víctor? — le preguntó Amanda — Solo es una casa vieja y abandonada, no va a pasar nada.
—Mandy, no me gusta esta sensación, siento algo raro... no se — Le dice él.
—Yo también siento algo raro en mis pelotillas, creo que es lo mismo que te pasa a tí Víctor—Le contestó su hermano, riéndose. Víctor se giró y le dió una mala mirada. De esas que matan.
— No seas tonto Lucas— le dijo Rebecca después de darle una colleja, pillándolo por sorpresa.
—Ayy— se quejo Lucas
—Yo no he sido esta vez— dijo Katia riéndose y levantando ambas manos arriba—Vamos por aquí— mientras giraba por una puerta abierta hacia un pasillo, Rebecca y Lucas la siguieron, dejándolos solos en aquella habitación.
Todo estaba tranquilo cuando en ese momento sopló una fuerte corriente de aire que hizo que Víctor se estremeciera, sabiendo que algo no andaba bien y no le gustaba esa sensación. Apretó más fuerte la mano de Mandy. A la vez que giraron para seguir a los demás. En ese momento oyó un grito masculino que no correspondía a ninguno de ellos, Víctor giró la cabeza donde escuchó ese grito y se dio cuenta de que la pared empezó a resquebrajarse, le dió un empujón a Mandy, tirándose sobre ella, algunas piedrecitas cayeron sobre Víctor, a la vez que sintió como un cosquilleo por todo el cuerpo y después un fuerte dolor en la zona central de cabeza.
Amanda dió un grito, cuando sintió que Víctor la había empujado contra el suelo golpeándose la cadera fuertemente, él la cubre con su cuerpo, evitando que al derrumbarse la pared las piedras pequeñas le dieran. "Siempre te voy a proteger" le pareció escuchar decir a Víctor.
— ¿Qué? — le dijo Amanda.
— ¿Qué de qué? — contesto muy sorprendido.
— Has dicho que me protegerías, te he escuchado decirlo...
— Vamos que te ayudo a levantarte, te habrás dado un golpe fuerte, porque yo no te he dicho nada — Víctor le tendió la mano y le ayudó a incorporarse.
"No me ha podido escuchar solo lo estuve pensando".
Amanda se extrañó de volver a escuchar la voz de Víctor, aun cuando sabía que no había abierto la boca. Pero el tenerlo encima de ella, juntos y compartiendo tanto calor, le hicieron nublar los pensamientos. Mandy parpadeó, sus ojos azules la tenían hipnotizada. No se atrevió a moverse, bajó los ojos a sus labios y por un momento pensó que la iba a besar, cuando llegó Lucas interrumpiendo haciéndolos separar rápidamente.
— ¿Estáis bien? Dios, Becca ha visto algo en la pared y ha ido a cogerlo y de repente se ha caído la pared — Dijo exhausto, pareció que había llegado a ellos corriendo — Pero por lo visto estabais muy bien...
— No digas tonterías — dijo Amanda, saliendo por delante de ambos al exterior de la casa y mirando extrañamente a Víctor por lo que acababa de suceder.
— Vámonos Lucas, salgamos de aquí, ya te he dicho que no me gustaba esta idea.
Esa noche Víctor pagó la pizza y cuando se disponían a volver a casa, se ofreció a acompañar a Mandy, y Lucas acompaño a Rebecca y Katia. Mandy sabía que algo raro tenía Víctor, hubo un momento en que estaba pensando en qué le pasaba y de repente le miró con cara de susto, ella le sonrió y él le devolvió una media sonrisa.
— Escucha, se que lo que ha pasado esta tarde a sido muy raro...— le dijo una vez llegaron al porche de la casa de Mandy.
— Tranquilo, no pasa nada— le contestó ella, intentándolo tranquilizar, sentía que está nervioso —gracias por ayudarme.
—Mandy, escucha, si que he pensado en ese momento que te iba a proteger... pero sólo lo he pensado — explicó él, ella lo miró extrañada.
— ¿Entonces cómo te he escuchado?
—No lo sé, lo más seguro es que tú has imaginado que yo pensaba eso, y te crees que me has escuchado—le contestó, mirando intensamente a esos ojos grandes de ella en los que siempre se perdía— pero sí que te lo voy a decir ahora en alto, y créeme que lo digo de verdad y de corazón, te prometo que siempre te voy a cuidar pase lo que pase. Mandy...
Víctor la tomó de la cintura y la pegó a su cuerpo, Mandy estaba absorta en los labios de él y en el calor que despertaban ambos cuerpos y pensó en besarlo y como si le hubiera leído la mente, él hizo exactamente eso, le dio un beso, que pillándole por sorpresa le calmó todo el torbellino interior que ambos tenían, fue un beso que no olvidarían en años.
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