CAPÍTULO 9



Son las 20:15h, me queda poco para salir e ir cenar con mis amigos en Mozzarella. Estoy algo nerviosa. Me he recogido el pelo en una trenza bastante gruesa a un lado, dejándome mechas sueltas. Llevo una blusa de color azul con unos jeans negros y zapatos de tacón. Ahora estoy acabando de maquillarme. Tan sólo me he puesto un poco de rímel y una pequeña raya con el eyeliner por el párpado. Estoy aplicándome labial rojo, cuando suena el timbre.

No sé porque, será Víctor. O Lucas. Abro la puerta y allí está, apoyado en el marco con unos vaqueros y una camisa de color negro.

—Hola Friki, ¿Qué haces aquí? —ladeo la cabeza observándolo bien.

— ¿Me vas a llamar así siempre? —pregunta con cierta ironía y malestar.

—Sí, me gusta. —Sonrío satisfecha ante su mueca. ¿Por qué ha venido a por mí? No habíamos quedado.

— ¿No me invitas a pasar? —dice con una exagerada decepción.

Me aparto a un lado y le indico que pase, aprovecho para poder observar bien. Tiene un buen trasero. Y una espalda ancha.

—He venido a distraerte.

— ¿A distraerme? No entiendo... —salgo de mi ensimismamiento.

—Si claro, para que les dé tiempo de prepararte la fiesta sorpresa. Se les ha hecho tarde para colgar el cartel de bienvenida, los globitos y esas cosas... Y me enviaron a mí —me mira con fingida sorpresa y tapa la boca con su mano —Uy, se me ha escapado.

—Si claro, aguafiestas. —me cruzo de brazos y hago una mueca triste muy exagerada.

—No. No me pongas esa carita... —de repente parece recordar algo, y se acerca lentamente a mi —no me obligues a hacerte cosquillas....

¡No! Me niego. Retrocedo instantáneamente hacia atrás.

—Así que sigues teniendo cosquillas... —sonríe sagaz mientras se acerca a mi lentamente con los brazos extendidos moviendo todos los dedos.

—No —susurro — por favor....

Termino topando con la pared y mi pulso comienza a acelerarse, estoy atrapada y Víctor me hará cosquillas como antaño para verme reír. Sonrío ante el hormigueo que recorre mi cuerpo sólo en pensar en cosquillas. No lo puedo evitar. Nada más me tocan río. Soy muy sensible. Está ya a pocos centímetros de mí. Estoy atenta de sus lentos movimientos para poder defenderme. Esbozo una leve sonrisa.

—Pero no será hoy —retrocede dejándome vía libre. —Has sonreído, así que he ganado.

—Eres cruel, eso no vale. — Se encoge de hombros, sonriendo ligeramente — ¿Quieres tomar algo?

—Sí, así esperamos a que me avisen de que ya podemos ir. ¿Una cerveza?

Voy a la cocina, cojo un par de latas, Víctor me sigue.

— ¿Me enseñas la habitación? —dice mientras le doy una lata.

—Claro. — Ya está acabada de pintar. Ahora queda volver a poner los muebles y comprar una cama nueva. Y cuadros nuevos.

—Ha quedado bonito. Me gusta—da un sorbo a la bebida, mientras observa las paredes —transmite tranquilidad.

—De aquí unos días que esté bien seca me trasladaré aquí, y pintaré el resto de habitaciones. Dejaré el comedor y la cocina para el final. Vamos fuera.

Volvemos al comedor y ambos nos sentamos en el sofá. No puedo creer que me hubieran organizado una bienvenida y Víctor sea capaz de contármelo.

— ¿Así que una fiesta no-sorpresa?

—Sí, queremos darte una buena bienvenida. Realmente te echamos de menos todos. Y queremos que vuelvas a sentirte parte de nosotros.

—Pero no merece la pena, tanto festín por mí.

—Claro que sí Mandy. Ojalá te quedaras aquí siempre. —Me mira fijamente, acercándose peligrosamente a mí.

¿Qué quiere hacer? ¿Quiere besarme? ¿Está ligando conmigo? ¿Por qué?

—Tienes un poco de rímel de ese en la mejilla — dice acercándose y pasando un dedo por mi mejilla, lo limpia. Sigo notando su rastro de calor tras pasar el dedo. Saca su móvil del bolsillo.

—Bueno, ya es hora de irnos.

Ambos vamos andando las pocas calles que separan Mozzarella de mi casa en silencio.

—Con permiso —Dice adelantándose a mí y cogiendo el manillar de la puerta, hace una exagerada reverencia. Aprecio una burlona sonrisa en su cara.

Oh no, esto no me gusta. Algo planea.

Entro dentro, esperando el grito de "SORPRESA", con serpentinas, globos y el famoso cartel de Bienvenida del que me ha hablado Víctor.

Y lo que me encuentro es a los chicos sentados tranquilamente hablando en una mesa.

—Sorpresa —susurra a mi oído Víctor detrás de mí.

¡Qué cojo....! No me lo puedo creer, me ha engañado. ¡Y me lo he creído!

—Cierra la boca, te van a entrar moscas.

Me empuja débilmente por la espalda, y no me muevo. Sigo aturdida ante lo que pasa. Creía que me echaban de menos, que me harían una fiesta de bienvenida, que era verdad. Víctor solo se ha reído de mí, en mi cara. Me la ha jugado. ¿Entonces qué hacía en mi casa antes?

Le observo con furia. Quiero sacar esos preciosos ojos de su cara y aplastarlos en el suelo. Veo preocupación en sus ojos.

—Lo siento, no pensaba que te lo tomarías tan a pecho. —veo una socarrona sonrisa aparecer.

Le doy un codazo en las costillas y me acerco sonriente a la mesa de los chicos.

— ¡Mandy! —exclama Lucas cuando me ve.

Todos se levantan, me besan y me abrazan.

—Por fin todos juntos de nuevo. —Dice Katia con una hermosa niña en brazos. —Ella es Emma, mi hija.

—Hola Emma.

—Hola. —me contesta con cierta timidez.

—Me llamo Mandy, y soy amiga de tu mama.

— ¡Hola renacuaja! —exclama Víctor, ella pega un chillido en cuanto lo ve. Baja del brazo de su madre y sale corriendo en su busca. Víctor la coge y la levanta al vuelo un par de veces.

— ¿Vamos a comer? —bromea mientras le da un sonoro beso.

— ¡Si "tío Titor"! —Ella vuelve corriendo a los brazos de Katia.

Todos se vuelven a sentar en la gran mesa redonda, dejándonos las últimas dos sillas vacías, que además están juntas.

Me siento al lado de Becca y Víctor hace lo mismo, a mi lado. A su lado tiene a Katia con Emma en brazos. Y entre Katia y Becca, está Lucas.

—Estás preciosa. —me susurra muy bajo cuando se sienta a mi lado. Enseguida Emma sube al brazo suyo. Yo le dedico una mirada asesina. Aun estoy resentida por la broma que me ha hecho.

—Estamos encantados de que vuelvas, de verdad Mandy. — Afirma Lucas — Espero que vuelvas con nosotros. Con el "Club de la Muzzarella"

—Gracias chicos. —Le digo algo emocionada. —Quería disculparme con vosotros por haberme ido sin despedirme y sin avisar hace 10 años. Lo siento.

— ¿Alguno está enfadado con ella por eso? —pregunta Víctor.

—No —responden al unísono todos, levantando la mano derecha a la altura de la cabeza en forma de promesa. Sonrío tristemente.

—Sois los mejores chicos.

— ¿Y qué, tienes novio? —Me pregunta Lucas — ¿Sigues siendo virgen? A mi hermano no le dio tiempo...

Siento mi cara arder, menuda pregunta. Solo Lucas, o Víctor, serían capaces de hacérmela. Con estos dos hermanos nunca puedo bajar la guardia. Katia le da una pequeña colleja, que hace que se queje exageradamente.

— ¡Que hay niños hoy!

—No hay derecho —mira a su hermano con consternación —Cámbiame el sitio. He acabado en medio de dos locas y pega-collejas. PORFA —Víctor niega con la cabeza riéndose. —Joder, tú has acabado al lado de la más guapa.

Esta vez es Becca la que le da un buen codazo. Lucas le saca la lengua burlonamente a Becca. No puedo evitar reír ante la visión de ellos otra vez. Realmente todo sigue igual. Los echaba de menos.

—Tengo una gran noticia —anuncio.

Todos me observan detenidamente. Incluso Emma se percata y me presta atención.

— ¿Te vas a quedar para siempre? —musita Katia esperanzada.

—No es sobre eso —le contesto mirándola —Gracias a cierta información, me acaban de aceptar para trabajar en el hospital de aquí. Empiezo en una semana.

Todos vitorean y aplauden mi noticia. Se alegran de que pueda ocupar mi tiempo en el trabajo que me gusta. Momentos después nos sacan 3 pizzas familiares y entre risas y anécdotas cenamos alegremente.

Emma está ahora tranquilamente en el brazo de "tío Cas". Jugando con su móvil. Realmente es una niña que no para. Ha pasado por los brazos de casi todos.

— ¡PAPA! —Grita Emma corriendo a sus brazos.

Alex, con uniforme de policía, entra en el restaurante. Se acerca a Katia y le da un tierno beso. Víctor acerca su silla hacia mí haciéndole espacio para que coja una silla y se asiente a su lado.

— Chicos he acabado ahora del turno. No he podido venir antes.

—No pasa nada, cariño. Estás a tiempo para el postre y el café. Ella es Mandy, la chica de la que te hablé.

—Mandy, —me alarga la mano, saludándome — es un placer volver conocer a la amiga de la infancia de mi mujer.

—Lo mismo digo, Alex. —Le devuelvo el apretón con una ligera sonrisa.

Ha sido una velada muy tranquila. Emma está dormida en brazos de su padre. Y nosotros estamos ya tomando un par de copas.

—Por cierto, —anuncia Lucas — El día 1 de Junio, vamos a hacer una fiesta por el 75 aniversario del hotel Montero. Es una fiesta de etiqueta. A la que por supuesto estáis todos y todas invitados.

—Y a la que por supuesto esperamos que acudáis. —Añade Víctor dándome una intensa mirada.

—Otra cosa más, tenemos un regalo—Becca hace un gesto con la cabeza a Katia y ella saca algo de su bolso.

—Esto sí que es una sorpresa de verdad para ti—murmura en mi oído Víctor. Le miro extrañada. Él tan solo me da una sugerente sonrisa.

—Mandy, esto lo hemos comprado entre todos para ti. Bueno para todos. Bueno ábrelo. —Katia me da un pequeño paquete envuelto en papel de regalo de color rojo brillante.

Rasgo el papel y es una caja de joyería del tamaño de mi móvil. La abro y veo seis colgantes de oro en forma de trozo de pizza, en cada uno por detrás, está grabado "El Club de la Muzzarella", formando todos juntos una pizza entera.

—Es uno para cada uno. —Explica Becca — Incluyendo a Alex, nuestra última incorporación al grupo. —Sonríe cariñosamente a Alex — Queríamos regalarte esto hoy, para que siempre nos recuerdes y nos tengas en tu corazón. Te depare lo que te depare la vida. Aquí, si decides quedarte o en la gran ciudad cuando te marches. Y para que recuerdes que cada uno es un trozo importante de este grupo. Y siempre lo será.

Me emociono ante el detalle. Eso sí que no me lo esperaba. Siento que mis ojos se están empezando a humedecer. Y unas pocas lágrimas caen por mis mejillas. Becca me abraza dándome un poco de consuelo y de ánimos.

—Gracias. —Susurro

—Para los chicos —saca un pequeño adaptador —hemos traído esto, quitáis el collar y ponéis este adaptador y os sirve de llavero.

Me repongo aún conmocionada, seco mis lágrimas y reparto uno a cada uno, y por ultimo le doy el suyo a Víctor.

—Gracias preciosa. Déjame ponerte el tuyo al cuello.

Acepto y se lo doy para que me lo ponga. Éste roza suavemente la piel con sus manos. Un ligero escalofrío me envuelve, haciéndome estremecer.

—Ya está. —Dice dándome la vuelta —Ahora un brindis, por el club de la muzzarella. Siempre juntos.

Levantamos las copas y todos brindamos haciendo golpear suavemente las copas y bebiendo un trago. Pero antes de que beba mi copa veo a Víctor observarme.

—Por los viejos tiempos, por nosotros — me murmura, tan bajo que sólo yo lo he podido escuchar, mirándome fijamente a los ojos.

Le asiento con la copa y bebo todo de un trago. Ambos nos estamos mirando fijamente. La noche acaba de empezar y Víctor no me ha quitado ojo de encima. Por los viejos tiempos dice, por nosotros, pues si en esos tiempos ambos estábamos enamorados. ¿Qué pretende? ¿Conquistarme? ¿Está realmente enamorado de mí? ¿O me la está volviendo a jugar? 







********************************

Hola Wattpanianos!!!

Deseo que os guste mi novela.♥

Gracias a todos los que me leéis y votáis .

Gracias a todos los que me han comentado opinando sobre la novela y dándome ánimos.

Un beso enorme y disfrutad.

. • * '¨ '* • ♥ • STEFFY • ♥ • *' ¨' * •.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top