CAPÍTULO 26
-En multinedia: Víctor -
Un peso sobre mi cintura desaparece y siento como el otro lado de la cama donde estoy durmiendo se queda vacío.
¡Oh si! Más espacio para mí. Qué bien que se haya levantado.
Me estiro con un gemido poniéndome cómoda para seguir durmiendo plácidamente.
¡Joder! Alguien se acaba de levantar de la cama.
Me siento rápidamente asustada sin saber exactamente donde estoy.
—Estaba esperando haber cuando ibas a reaccionar. — advierte burlonamente Víctor de brazos cruzados sobre el marco de la puerta del baño.
"¿Qué hace aquí?"
Rápidos flashback vuelven a mi cabeza atropelladamente de la noche anterior.
El mini-secuestro en esa habitación.
El whisky ese. ¡Dios, bebí demasiado!
El baile.
Coralina humillada.
La firma del contrato de esta habitación.
La bañera de hidromasaje.
Yo queriendo ver su gran paquete.
Luego devolviendo.
Víctor quitándome el vestido y duchándome.
¡Oh no! Esto no puede ser. No me puede estar pasando a mí.
—¿Qué hago aquí contigo? — pregunto tapándome con la sabana —¿ Y por qué estoy en bragas?
—¿Acaso no recuerdas?
—Del final de la noche no muy bien. —paso una mano por mi cabeza martirizada por el dolor de la resaca —Hemos... hecho... ¿algo?
—Princesa —se acerca pícaramente a mí, sentándose en el borde de la cama — si hubiéramos hecho algo te aseguro que lo recordarías.
—Ya... —titubeo.
"¿Eso es que no?"
No recuerdo nada después del vómito....Vuelvo a coger mi cabeza. Me duele muchísimo.
—¿Podrías contarme que ha pasado? — Víctor niega maliciosamente con la cabeza —por favor...
Sus cejas se alzan con fingido escepticismo.
—Pues el resumen es que bebiste mucho whisky. — dice mientras se levanta y se va al baño.
—¡Eso ya lo sabía! —le reclamo levantando la voz para que me oiga.
—¿Y no tienes resaca? —pregunta irónico desde el baño. Le oigo abrir cajones.
— Claro que si...
—Pues primero aliviemos el dolor de cabeza —Sale con un vaso de agua y unas aspirinas en la mano.
—Gracias. —le digo mientras cojo las aspirinas y las tomo junto con el agua.
Víctor abre un armario y me tira una gran camisa blanca con el logotipo del hotel en su bolsillo del pecho.
—Seguramente la necesitarás. —me guiña el ojo — Espero que tu vestido no sea alquilado... porque los manchaste mucho....
—¡Oh dios mío! — con la camisa ya puesta me levanto de la cama y me encaro a Víctor. —¡Me puedes decir que pasó!
—Fiera, calma —me coge de los hombros — Vamos a desayunar y hablamos de lo ocurrido anoche ¿Vale?
Me da un rápido beso en la comisura de los labios que me deja asombrada.
Y contenta, eso es algo bueno.
—Vale.
—Mira, pedimos que nos traigan el desayuno y hablamos de todo lo que quieras.
—Pero que no nos traigan el desayuno ninguno de tus hermanos — objeto rápidamente.
No quiero que me vean aquí, en estas condiciones y en la misma habitación que Víctor.
—Creo que estarán en la misma situación que nosotros... — sonríe maliciosamente mientras coge el teléfono de la mesita — Estarán descansando en buena compañía... Hola. Soy Víctor Montero. Tráiganos un desayuno deluxe para dos personas. Muy bien. ¡Ah una bolsa para la lavandería! Gracias.
—Voy al baño. —le indico por lo bajo mientras habla con recepción.
Me miro al espejo y el reflejo que devuelve me asusta, parezco un oso panda. Llevo toda la sombra de ojos oscura corrida, el pelo hecho un desastre y la camisa tan solo me cubre lo necesario.
Nuestra ropa está tirada en el suelo y huele muy, muy mal. Hago una mueca de asco inconscientemente. Intento coger mi vestido y veo que ambos trajes están manchados.
¡Dios que torpe soy!
Hago mis necesidades y me lavo la cara con ímpetu, intentando quitar el maquillaje bien. Con las horquillas que veo encima del lavamanos intento hacer un moño decente y salgo en mejores condiciones.
—Sigues estando preciosa Mandy —Sonríe ladeadamente.
En ese momento tocan a la puerta y entra un empleado con un carro lleno de croissants, tostadas, zumos, frutas de temporada, huevos fritos, bacón, tortitas, mermeladas y siropes.
—Señor —le indica el empleado a Víctor — aquí tiene el desayuno.
—Deje el carro. En el baño tiene los trajes que quiero que laven. Los necesito enseguida.
—Por supuesto señor. —dice mientras entra al baño.
¡Oh dios qué vergüenza!
—¡No! —Advierto una vez entra en el baño —Ya lo hago yo...
—Mandy, estás en un hotel. —me coge y me sienta en la mesa enfrente de la ventana —Disfruta. ¿Café solo o con leche?
— Con leche — me sirve de los termos y pone todos los platos encima de la mesa y se sienta.
—Voy a contarte todo lo que paso anoche. Y así quiero que sepas cuales eras mis verdaderas intenciones contigo. —hace una pausa pensando qué decir —¿Qué recuerdas de anoche?
"¿Sus verdaderas intenciones conmigo?"
¿Qué quiere decir con eso?
—Pues... creo que todo hasta que llegamos aquí y vomité...
—Bien. Recuerdas que te encerraron, que te encontré, que bailamos —asiento con la cabeza a cada momento que menciona — que subimos aquí, el contrato...
—Espera —le interrumpo —te conozco desde niños, y al Víctor que recuerdo hubiera hecho trampas...
Se levanta de la mesa con la taza y coge de encima de su mesita un papel firmado. Me lo tiende.
—Alquiler del apartamento 1 —leo en voz alta —para Amanda López, durante 10 días, con todo incluido. Cortesía de Hotel Montero. A 2 de Junio de 2015. Y nuestras firmas. Bien.
—¿Recuerdas que llegaste hasta aquí con los ojos cerrados?
—Lo tenías preparado. —recuerdo — Pétalos de rosas por el suelo y la cama
—Sí. —lo noto algo nervioso —Quería proponerte empezar de cero, estos días nos lo hemos pasado bien y quería que la noche de ayer fuera especial para ti.
—¿Especial? —me sorprendo —¿Por qué?, ¿Cuáles eran tus intenciones?
—Que no lo ves, quería que fuéramos novios. —me mira fijamente —Quería conquistarte. Pero el alcohol se me adelantó.
—¡Dios! —escondo la cabeza entre mis manos —¿Porqué bebería tanto alcohol?
—Estabas muy sincera y graciosa.... —alza las cejas burlón.
—¿Qué pasó después? De que vomitara.
—Quisiste que nos metiéramos en la ducha para quitarnos el mal olor.
—Eso sí que no me acuerdo. ¿Y cómo llegué a la cama?
—Te llevé en brazos, —sonríe al recordar algo — no podías ni quedarte de pie. Aún así cuando te deje en la cama me insinuaste que lo hiciéramos.
Abro los ojos incrédula. No puede ser.
No pienso beber nunca más.
—¿QUÉ?
—Tranquila en cuanto te tumbaste te quedaste dormida. —levanta una mano como jurando —Te juro que no te he tocado.
Alzo las cejas con suspicacia.
—Si te he abrazado mientras dormíamos no es mi culpa. —Sonríe divertido.
Sonrió mientras acabo mi taza de café con leche.
Me esperan 10 días de comodidades gracias a Víctor.
—Espera — recuerdo de repente —¿Por qué has dormido aquí?
—Porque este es mi apartamento.
—¡CÓMO! — exclamo exageradamente —Voy a estar 10 días en TÚ apartamento....
—Exacto —esa sonrisa maliciosa suya me recuerda al Víctor de antaño — Sabes lo mejor...
—Sorpréndeme —le digo irónicamente
—Yo estoy incluido.
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Hola mis lectores!!!
Muchas gracias a todos los que votais y comentais.
Espero os guste mi novela ♥
Un beso enorme y disfrutad.
. • * '¨ '* • ♥ • STEFFY • ♥ • *' ¨' * •.
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