Capítulo 36
JELENA.
Salimos de casa aproximadamente después de una hora desde que los chicos llegaron, quería que el padre conociera mejor a Delano ya que las veces que se cruzaron fue netamente con mi hombre en su papel de Segundo y no como mi pareja, quiero darle su lugar a Delano también.
Alexander también aprovechó la ocasión para molestar al santo hombre, contándole cosas como "Por qué las reglas satánicas son mejores que los diez mandamientos" yo también creo que son mejores, pero cada quién con lo suyo ¿Para qué torturar al padre? Yo sé que le encanta torturar a medio mundo, pero bueno, al menos el padre Santiago se lo tomó con humor, ya está acostumbrado a las barbaridades que salen de la boca de mi marido... y se va acostumbrando a las que salen de la boca de mi criatura mayor, porque Tanya no lo hace nada de mal.
Ya la veo sacrificando gallinas para usar su sangre en un ritual y conocer al tío Satán en persona, ella jura que es parte de la familia, un tío lejano de su papá.
Que ingenuos y adorables son los niños.
Para mi sorpresa, Delano quiso acompañarme en el viaje de regreso a casa, los niños se los llevó Alexander en el auto familiar que tenemos para subir a todos los críos sin tener accidentes, un auto espacioso y cómodo para todos, Delano y yo fuimos en uno de los autos de mis perros, sólo nosotros.
— Sé que debes estar curiosa sobre mi familia, por eso quise venir sólo contigo, Alexander comprendió y le pareció bien.
— Ni siquiera se lo preguntaste.
Puntualicé.
— No es necesario, un par de miradas y esa es toda la conversación que necesitamos, lo conozco casi de toda la vida, no es necesario hablar —suspiró— Y mi historia familiar no es una historia tan complicada como le dije al padre Santiago.
Dijo sin mirarme, concentrado en la calle, el trafico estaba de locos a esta hora, todos los niños salen de las escuelas y definitivamente no queremos atropellar a alguno por accidente.
— No tienes que hablar de eso si no quieres, no voy a presionarte — apoyando mi mano en su muslo, dándole un ligero apretón— Hablar de cosas que nos lastiman no es obligación.
Dejando mi mano ahí para darle apoyo moral.
— Sé que no me presionarías, eres demasiado comprensiva tanto con Alexander cómo conmigo, pero eres mi familia, Jelena, y quiero contarte sobre las cosas que me pesan en el pecho, mis cargas.
Se me encoge el corazón al saber que mi hombre sufre, si estuviese en mis manos, le quitaría todo ese dolor y lo haría mía para que él no se entristeciera nunca.
— Entonces... ¿Qué pasó con tus padres? ¿Están vivos?
Indagué, observando muy bien sus facciones en caso de estar metiendo la pata y mejor encender el radio y cambiar de tema lo más rápido posible si esto es algo que lo pone muy incómodo.
— Están vivos, sí — respondió imperturbable, su rostro neutral— Viven en una región rural de por aquí, ambos son granjeros, pobres, muy pobres. Una vez al año en la época más cruda del invierno, llega un hombre al pueblo ofreciendo grandes cantidades de dinero por chiquillas jóvenes que ya tuvieron su primer periodo, y también piden chicos raros, así como yo, mi familia no dudó en venderme — conduce con tanta calma que no pareciera que esté relatando su propia historia— Así es como sobreviven al invierno en esa región tan pobre, crían hijos para venderlos a este hombre que visita el pueblo sin falta cuando la nieve nos llega a las rodillas, y mis años bajo su poder fueron los peores... — se estremeció ligeramente— Si hasta hace poco me golpeaban y se burlaban por mi aspecto físico, imagina como era para un chiquillo que no tenía idea de cómo defenderse.
Quité mi mano de su muslo y la llevé a la que sujeta la palanca de cambio con tanta fuerza que tiene los nudillos blancos, se ve tranquilo, pero sufre en silencio.
— ¿Cuántos años tenías cuando te vendió tu familia?
— Tenía cinco. Primero pensé que era una bendición que me sacaran de ese hogar, mi papá era un borracho y mi madre una zorra que no valía nada, sus castigos consistían en dejarme fuera de la casa mientras nevaba en apenas ropa interior, se me congelaban tanto los pies que pensaba que los perdería, me colaba por la ventana del cuarto cuando ellos se dormían y me contaba los dedos de los pies una y otra vez para asegurarme que estuvieran todos. Sólo sabía contar hasta diez, me enseñó uno de los niños con los que jugaba, el lugar era tan pobre que sólo unos pocos sabían leer o escribir, por eso pensé que todo iba a estar mejor cuando me llevó ese sujeto, las familias lo veían como una completa bendición, pero no era para nada así.
Aceleró ligeramente, tomando el camino largo hasta casa, bajando la velocidad después, su cabeza debe ser un caos ahora.
— ¿Qué te hacían en ese lugar, Delano?
Trazando lentas caricias en su mano.
— Me golpeaban hasta perder la conciencia y me enseñaban a pelear también, las peleas son muy bien pagadas por la gente morbosa, también me exhibían como una animalia, incluso me dejaron crecer el cabello porque decían que tenía bonitos rasgos, así, la gente rica pagaba para que me quitaran la ropa y así saber si era niña o niño, pagaban mejor si los dejaban tocarme, y los precios variaban dependiendo de la zona de mi cuerpo que querían explorar.
Me horroricé.
Tenía cinco años, maldita sea ¿Qué clase de enfermos son capaces de algo así?
— Delano, para el auto, mira como aprietas el manubrio y la palanca, deja que yo conduzco.
— Te prohibieron hacer fuerza de cualquier tipo ¿Recuerdas que estás herida? Mi prioridad es proteger tu cuerpo, deja que al menos procure que no siga lastimándose.
Negué.
— Delano, detente, por favor, si quieres cuidarme, deja que yo conduzca, tu cabeza no está enfocada en el camino ahora.
Se le apretó un musculo en la mandíbula, pero asintió y orilló el auto, bajando y esperando a que subiera tras el volante para subir él a mi lado y continuar nuestro camino.
— ¿Te... hicieron algo más que tocarte alguna vez?
Pregunté con tanta rabia que temblaba.
— Sí, varias veces, era cuando mejor pagaban, y a ese sujeto le encantaba el dinero, no le importaba la edad que tuvieran sus esclavos, lo importante era el nivel, entre más costoso el collar, más valiosa la mascota.
— ¿Lo dices... literalmente?
— Sí, literalmente, la correa y el collar señalaban un estatus entre las mascotas, llegué a ser oro porque era demasiado pequeño para adentrarme en otras áreas, las chicas hermosas y más hozadas que se rendían a su destino llegaban a ser nivel diamante, pero yo quería salir de ahí con desesperación, así que me escapé con todo y correa, buscando desesperadamente alguien que quisiera comprarme para que me sacara de ese calvario.
— ¿Fue en ese momento que conociste a Alexander?
Su mano se apoyó en mi muslo y trazó lentas caricias perezosas, su voz sonaba aburrida, siempre le salió bien ocultar cómo se siente.
— Sí, choqué con un niño rico que se lo pasaba de la mierda con su padre abusador, pero ese día, se había ganado un premio, porque, por lo que escuché, había matado como su padre le ordenó.
— ¿Y tú cómo entras en todo esto?
— Bueno... escuché que el niño rico tenía que elegir un premio y yo le rogué que me comprara, le dije que me era bueno disparando, cuando era una total mentira, apenas y podía dar al blanco a dos metros de distancia y con un arma pequeña, le dije que podía ser su mascota, su perro si su papá no lo dejaba tener uno, que si quería que yo ladrara, yo ladraría, si quería que me arrastrara por la mierda, lo haría sin dudar, le juré de rodillas que iba a hacer todo lo que me pidiera siempre, iba a ser un buen juguete, eso le rogué a ese niño rico y mimado, y como era un bastardo arrogante, le pareció bien torturar de otro niño de su edad, así que le pidió a su padre que me comprara, por lo que los llevé dónde ese sujeto nos tenía y firmaron el contrato de pertenencia.
— Entonces fuiste... maltratado de nuevo, pero...
— Sí, me golpeaban a menudo, pero al menos no me tocaban y eso era un buen comienzo — sonrió de lado— Alexander me hizo la vida imposible los primeros meses, pero cuando entendí que él recibía palizas tanto o más que yo, sentí lastima de él y dejé de odiarlo, él notó que mi actitud cambió en ese entonces y dejó de desquitar su frustración conmigo, comenzamos a platicar más, a estudiar juntos porque yo no sabía una mierda, era un analfabeto que apenas y sabía contar hasta diez, así que... poco a poco nos hicimos amigos, me declaró como su Segundo, y llegado a la adolescencia, me quitó el collar y rompió el contrato de pertenencia, me dijo que era libre para hacer lo que quisiera, irme si es lo que deseaba, que no debía vivir en un calvario como él... pero decidí quedarme, porque por primera vez, me sentí cómodo y feliz junto a alguien, con él me di cuenta de que ya no estaba sólo y eso... me hacía sentir pleno.
Lo miré por unos segundos, observando lo bonito que se ve con los rayos de sol calentándole el rostro.
Mi hombre es perfecto y es hermoso.
— Lamento todo lo que pasaste, tu infancia fue... horrible, yo... si pudiera hacer algo, si yo pudiera... —me lo pensé— Dijiste que tus padres siguen vivos ¿Dónde? Los voy a matar, voy a traerte sus cabezas, yo...
— No, déjalo así, no te preocupes — restándole importancia— Ellos viven, sí, pero viven en la mierda, quiero que sigan sufriendo en vida, ahora tienen tres hijos varones y una niña, parece ser que aprendieron la lección, porque la ultima vez que miré, no habían vendido a ninguno, espero que la vida se encargue de hacerles pagar todo lo que yo sufrí, además, yo soy feliz ahora, tengo una hija, me casaré pronto, y planeo cuidar lo que tengo, disfrutar del momento, no quiero que nada opaque nuestro presente.
Lo vi por el rabillo del ojo tocarse el cuello ¿Qué habrá hecho con su collar? No tenía idea de que mi esposo y Delano tuvieron una infancia de ese tipo, no pensé que fuese así de escabroso su primer encuentro.
— Sabes que mi ofrecimiento siempre estará en pie, sólo tienes que decirlo y yo en un chasquido los acabaré personalmente.
— Gracias, hermosa, pero estoy bien así, ya casi no pienso en ellos, no merecen que gaste de mi tiempo mirando el pasado, sólo quería contarte de dónde provengo, no me gusta tener secretos con mi mujer, y ya que Alexander lo sabe, pensé que era justo que también tú lo supieras.
De haber sabido que su historia era así...
— Eres tan bueno siempre... — estirando mi mano para tocarlo— Gracias por contarme, lo valoro mucho — presionando el botón para abrir el grueso portón de metal para entrar a casa— Y lamento todo lo que viviste, me encantaría poder hacer algo por ti.
— Cásate conmigo, es todo lo que pido, quédate a mi lado por siempre, eso es lo que más me gustaría que hicieras por mí.
Sonreí, recorriendo el camino hasta el estacionamiento.
— Entonces, eso dalo por hecho, porque no pienso alejarme de ti nunca.
Alexander estaba sacando a los niños del auto cuando llegamos, nos sonrió cuando nos vio estacionar.
— Yo con eso soy feliz, hermosa.
Inclinándose hacia mí, besando mis labios con delicadeza, soltando el cinturón en el proceso.
— Insisto, sigues siendo el hombre más hermoso que he visto — besándolo otra vez— Para mí eres perfecto, y nuestra hija es tan perfecta como tú.
Bajamos del auto hechos amor y sentimientos desbordantes, acercándonos al auto de Alexander para cargar a los niños y entrar a casa, dónde Sasha, nuestro león, nos recibió dando vueltas a nuestro alrededor, saltando feliz, dándole un gran lametón a Tanya en la mejilla, mi niña se le subió encima y rápidamente desaparecieron por el terreno a hacer de las suyas, no me sorprendería si Tanya va a practicar su truco nuevo, le encanta que Sasha se coma a la gente, si sigue así, me dejará sin hombres.
— ¿Se lo contaste?
Preguntó Alexander con cautela, lleva a Alex contra su pecho, el ajetreo del día lo cansó y está profundamente dormido.
— Sí, le conté todo — suspiró— Me siento mejor ahora que no hay secretos, me saqué un peso de encima.
— Yo le ofrecí matarlos — dijo Alexander— Delano quiso que el karma hiciera lo suyo, imagino que tú hiciste lo mismo.
Me miró.
— Sí... yo también quería matarlos, pero mi hombre cree en el destino, confiemos en que recibirán lo que merecen en algún momento. Además, Delano no sufrirá nunca más, me encargaré de eso.
— Oye, yo no fui malo con él todo el tiempo.
Reclamó Alexander, subiendo las escaleras, tomando el camino largo, me encanta el pasillo del mural de cristal, a esta hora el sol hace que todo se tiña de colores.
— ¿Cómo pudiste ser malo con él? Mira su carita, si es hermoso.
— Jelena, soy adulto y humano, acabas de hablarme como si fuese un cachorro recién adoptado.
— Bueno, en sí, eres su perro, le juraste fidelidad a mi mujer antes de que fuera la tuya, tú mismo le movías la cola mientras le besabas la mano.
Lo molestó Alexander.
— Bueno, es que sí era su perro, pero eso y esto es diferente, nos vamos a casar.
Le encanta el tema del matrimonio, está muy entusiasmado.
— Sí, y elegí fecha, si no les molesta— mirando a ambos— En un mes más para poder follar como bestias en la noche de bodas ¿Qué me dicen? Hasta que esta niña de aquí no se ponga toda tímida y remilgada.
Señalándome la vagina con la mano libre, llevo a Mila en brazos.
— Yo no creo que sea una buena idea — dijo Delano— Ya viste lo que pasó la última vez.
— Sí, pero la primera vez siempre tiene que ser en grande, terminé igual cuando lo hice con Alexander por primera vez, pero luego esta quisquillosa se acostumbra.
Señalándome la entrepierna otra vez.
— La pequeña Lena es toda una guerrera, le gusta ser apuñalada.
Se burló Alexander.
— Ignoremos al bruto — enseñándole mi dedo medio, entrando al cuarto primero que ellos dos— La cosa es que, voy a salir de compras con el cuarteto de idiotas para elegir mi vestido de bodas, quiero que sean mis damas de honor, bueno, Rufus también, se ganó el lugar, además, él me hará el maquillaje, peinado y las uñas, Misha dijo que conocía una buena tienda de ropa interior, así les tengo una sorpresa para la noche de bodas, entonces...
— Espera, la parte de ir a comprar ropa interior con Misha no me está pareciendo mucho.
Dijo Alexander con el ceño fruncido, ahí está mi hombre celoso que me alborota las hormonas.
— No tengo amigas mujeres y ese grupo de idiotas es todo lo que tengo — encogiéndome de hombros— ¿Dejarás que tu pobre y solitaria mujer haga sus compras sola?
Hice pucheros, recostando a Mila en su cuna, viendo como le tiembla una ceja.
— Bueno... si lo dices así...
— Entonces ¿No te enojarás?
— Bueno, cariño, tú sabes que te dejo hacer lo que quieras, pero mis hombres te van a perseguir por ahí, sólo para mantenerte segur...
— Para que te manden fotos de lo que hago, tóxico, siempre haces lo mismo.
Lo hubiese golpeado en el brazo si no llevara a mi bebé mediano en sus brazos.
— Te gusta que lo haga, admítelo — esperando a que Delano acostara a las niñas para salir del cuarto e ir hacia el de Alex— Es parte de mis encantos.
— Dejemos de lado tu nada sana obsesión — dijo el medio peliblanco— La cosa aquí es que los chicos son hombres, Lena, no pueden ser tus damas de honor, serían tus padrinos.
— Damas de honor, Delano, quiero que sean mis damas, o damos, lo que sea.
Chasqueando la lengua, dejando el cuarto para recostar a nuestro último bebé.
— Ese es uno de tus encantos, mi amor, te falla el cerebro.
Dijo mimado el tonto de Alexander.
— ¿Así que me falla? ¿Quieres ver cuanto me falla? Porque puedo ponerme muy creativa.
Mirando su entrepierna, bien puedo hacer muchas cosas y dejarlo con las ganas luego con la excusa de que no puedo tener sexo.
— No gracias, prefiero quedarme con la duda.
Recostando a Alex, arropándolo bien.
— Mejor vamos a comer, eso siempre te pone de buen humor.
No quise llevarle la contraria porque muero por comer algo dulce, así que asentí, y caminé entre ellos, una mano en la nalga de cada uno, dentro de sus bolsillos.
— ¿Qué me miras?
Fruncí el ceño ante uno de mis perros que se me quedó viendo por más tiempo.
Disfruté al ver cómo tembló al escucharme.
— Sólo me... gusta ver personas felices, mi Koroleva.
Dudo que les queden ganas de demostrar lo mucho que odian esta relación luego del castigo del otro día.
— A mí también me gusta, ahora vete a trabajar, no te pago por mirarnos.
Continuando con mi camino, recibiendo un beso de Delano en la mejilla, se ve emocionado.
— ¿Qué pasa? ¿Le mueves la cola tan temprano?
Se burló Alexander.
— Yo sigo poniéndome contento por cosas así, déjame.
Le respondió Delano, enseñándole el dedo medio.
Sin duda, no me canso de esto, me gusta nuestra relación, soy muy feliz aquí.
***
Dos semanas después, tal y cómo dije, fui con los chicos a comprar el famoso vestido de novia, siempre quise hacer esto, recorrer la pasarela y pararme en la plataforma para que mis amigas me dieran el visto bueno y comentáramos con champagne en la mano lo mucho que odiábamos o amábamos el diseño, sólo que en la versión real es diferente, no hay chicas, sino que, chicos, y son los mejores.
En cuanto a mí, yo quiero lucir con la reina que soy, entrando a la iglesia con pompa y el vestido más esponjoso que encuentre, una corona adornándome la cabeza, eso es lo que deseo.
— ¿Y bien? ¿Qué me dicen de este? Me hace una cintura de muerte.
Dije luego de haberme probado cuatro que me quedaban horrible, muy corrientes, demasiado blanco.
— Y unas tetas de infarto — complementó Misha, besándose la punta de los dedos— Ese es ¿Qué dices, Rufus? Tú eres el experto en el área femenina.
— ¡Ese es, sin duda ese es! Te queda divino, Lena, divino.
Aplaudiendo al aire.
Rufus me encanta, me sube el autoestima a mil cada vez que compartimos juntos, Lev tiene una pareja increíble.
Giré para verme en la pared de espejos, este vestido sí que me levanta los pechos y me hace una cintura fabulosa gracias al corsé, es un vestido sin hombros con corte corazón, flores cubren el pecho, la tela que cubre mis brazos, y delicados caminos hasta la altura de la cadera, un vestido de amplia falda, larga, con una cola majestuosa, digna de una Koroleva ¿Y su color? Marfil, es menos enfermizo que el blanco.
Akim se burló al decirle eso, pero para mí, el marfil es diferente al blanco invierno, al blanco tiza, al blanco crema, al blanco seda y así, son todos diferentes y el blanco marfil me convenció.
— Entonces ¿Nos quedamos con este? — levantando ligeramente la falda, mostrando los pies— Me faltan los tacones.
— ¡Yo elijo! Soy el favorito.
Se levantó Misha, bebiéndose su copa de champagne en tres tragos.
— Tú — señalando a la dependienta— Trae lo más lujoso que tengas en talla 36, mi Koroleva tiene pie de niña.
Se burló.
— Oye ¿Quién te dijo que te prefería? Eres el bufón.
Dijo Orel, poniéndose de pie, empujándolo para elegir zapatos el también.
— ¿Cómo es que tú sabes cuanto calza? ¿Le estás revisando la ropa, pervertido?
Se quejó Akim, uniéndose al club de tontos.
— Si vamos a pelear por calzado, yo debería elegir — se entrometió Rufus— Tengo mejor gusto que ustedes.
— Es cierto, se pone tacones en ocasiones y le quedan increíbles.
Dijo Lev, apoyando a su novio.
La dependienta vino con su grupo de chicas trayendo los zapatos más costosos del lugar, y una silla para mí, así espero que este grupo de simios tontos decida, sin duda, fue la decisión correcta traerlos, no me he aburrido en ningún momento, siempre pasa algo, siempre dicen algo, nunca hay silencios incómodos.
— ¡Oigan tontos!
Grité para llamar su atención.
— ¿Qué pasa, bombón? —preguntó Misha— ¿No ves que estoy eligiendo los zapatos de tus sueños? Sé que soy el favorito, tranquila, yo me encargo de estos tontos con mal gusto.
Carcajee, levantándome de la silla, yendo hacia ellos.
— Escuchen bien, porque no soy de las que se ponen cursis, pero los quiero, chicos.
Estirando mis brazos para poder abrazarlos, recibiendo el calor familiar de brazos y cuerpos fornidos y bien trabajados, mis guardias personales, amigos, damos de honor, y reinas del chisme, eso son ellos, un grupo de tontos a los que adoro.
— Si sigues, voy a llorar, y yo tampoco soy de los que se ponen cursis.
Dijo Orel, apoyando su cabeza en mi pecho con los ojos brillantes, parece que realmente va a llorar por un par de palabras.
— Eres un marica, Orel, hazte hombre.
Se burló Lev.
— Pero sí tú ya estás llorando.
Le respondió Rufus, entregándole un pañuelo a su chico.
Supongo que podría comenzar a ser más demostrativa, llorar no es de débiles, llorar es expresar lo que el corazón grita con desesperación, y él mío grita por decirles a estas personas que en este tiempo se hicieron muy importantes para mí, indispensables, mi familia, una familia que yo elegí, una que me quiere, me respeta y me cree capaz.
Nunca quiero dejar de sentir este calor familiar que ellos me entregan.
— Yo voy a ser la niña de las flores, dile a Tanya que los mayores ganan porque son mayores.
Dijo Misha sin soltarme, lo que sacó una carcajada al grupo.
— Tú sin duda estás todo sentimental ¿Qué te pasa?
Se burló Akim.
— Bueno... es que... cuando se casó y volvió el jefe, ya era difícil salir con ella, imagínate ahora que estará casada con dos, las noches de fiesta se acabarán y no estoy listo para que se acaben.
Lloriqueó.
— ¿Me vas a extrañar, idiota?
Acariciándole el cabello.
— Pues sí, eras nuestra amiga, no puedes abandonarnos por tu vida de casada.
— Está bien, juro por mis hijos que guardaré dos noches a la semana para ustedes, si quieren ir a ver chicas en pelotas, ahí estaré, si quieren jugar cartas, ahí estaré.
— Si queremos ver sujetos en bolas, espero que ahí estés.
Dijo Rufus.
— Si quieres que ella vea chicos en bolas, te aseguro que será lo ultimo que veas, porque Alexander te sacará los ojos, amor.
Le dijo Lev, besándole la mejilla.
— Bueno, Alexander está muy comprensivo últimamente, así que, ya saben, dos noches a la semana, tragos, apuestas y diversión.
— ¡Esa es mi chica!
Celebró Orel.
— Entonces comencemos a pensar en la despedida de soltero, porque hay que organizar tres.
Dijo Akim.
— ¿Y si mejor organizamos una en grande con chicas y chicos?
— Claro, invitamos a nuestros amigos los vedettos y...
— No, eso no — interrumpí a Lev— Si Alexander los conoce, los va a matar y quiero que sigan viviendo, así que contratemos a otros, una sex party para follar todos juntos como en los viejos tiempos, yo con mis maridos y ustedes con alguna prosti por ahí, Lev y Rufus se enrollan con nosotros por supuesto, aquí todos compartimos espacio.
— Follar juntos como en los viejos tiempos, me gusta — dijo Misha, acariciándose la barbilla— Toma nota Lev, vamos a hacer la mejor despedida de solteros de todos los tiempos.
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BUENAS BUENAS BBCITAS!
NO QUERÍAN CHISME? PUES LES TRAJE CHISME Y DEL DOLOROSO
AHORA SABEMOS MÁS SOBRE EL PASADO DE DELANO
MI BB LO PASÓ HORRIBLE
MENOS MAL SE ENCONTRÓ CON ALEXANDER, FUE HORRIBLE AL COMIENZO, PERO YA DESPUÉS SE HICIERON AMIGOS Y AHORA COMPADRES
LENA TIENE SUERTE CON LOS HOMBRES QUE TIENE, SON LO MEJOR
Y ELLOS TIENEN SUERTE DE TENERLA, SIEMPRE DISPUESTA A ARRANCAR CABEZAS POR LA FELICIDAD Y TRANQUILIDAD DE ELLOS
Y LENA TAMBIÉN TIENE LOS MEJORES AMIGOS, SON LO MEJOR
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO
BESITOS EN LA COLA
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