Capítulo 32

JELENA.

Alexander me sujetó por la cintura para que yo no terminara en el piso, caminando juntos hacia el almacén, quiero ver en primera fila como la vida se consume en esos ojos del desgraciado que se atrevió a insultarme y menospreciarme.

Delano tiene razón, es tiempo de dejar de jugar a la casita y comenzar a dividir mis obligaciones, que soy tanto madre cómo Koroleva.

- Cariño, muéstrame tu truco ahora, con ese.

Señalé al idiota que me miró despectivo cuando pasé de la mano de mi medio peliblanco. Estoy en mi casa, y con mis hombres puedo hacer lo que se me dé la gana.

- Sí mami, espera y verás, es muy divertido - dijo mi hija, acariciando el pelaje de su león- Sasha, ataca.

Dijo mi niña, señalando al imbécil que intentó correr, pero el león no le dio mucha oportunidad de alejarse cuando saltó sobre él y le arrancó la cabeza de un mordisco, salpicando en parte a mi pequeña que uso sus brazos para cubrirse la cara.

- Como papi dice, que no entre en la boca ni los ojos, que la sangre está sucia.

- Ni en las heridas, mi niña.

Dije yo, acariciando su cabello, orgullosa de lo que estamos criando.

- Esa es mi hija, carajo.

Dijo Alexander, viendo con orgullo con Tanya se le acerca a Sasha y le da un beso en el lomo antes de acariciarlo y ver cómo se come al sujeto sin una sola mueca, ella será una Koroleva estupenda.

- Y yo que pensé que podría asustarla.

Me reí, siguiendo nuestro camino hacia el almacén, dejando a Tanya jugar a "Sasha, ataca" por ahí, eso les quedará de experiencia también, no querrán volver a hablar a nuestras espaldas, porque habrá más de dos pares de ojos sobre ellos, y mi gatito grande tiene mucha hambre siempre.

- Con una mamá como tú, un padre como yo, y tíos que disfrutan así - viendo a Misha y Lev, bailando alrededor de la enorme olla dónde tienen al sujeto- Yo creo que ya se acostumbró.

- Sí, yo creo que sí ¡Tanya! ¡Ven aquí, preciosa, que quiero que se coman al idiota, no que mueran todos!

- ¡Voy mami!

Gritó mi tesoro, subiéndose arriba de Sasha para venir más rápido hasta dónde estaba yo, tomando un pañuelo de su bolsillo para limpiarle el hocico a su león, y este muy quietecito se dejaba limpiar, este león es un gatito muy mimado.

- Bien hecho, hermoso, bien hecho.

Le dije al peludo, acariciando su melena, respondiéndome con un ronroneo digno de un gatito grande.

- ¿Y bien? ¿Cómo vamos?

Pregunté, viendo al sujeto bien amarrado, escuchando sus suplicas.

- Todo bien, mi Koroleva - dijo Delano- Con esto, no les quedarán ganas de hablar sobre usted.

Tomando mi mano, besando el dorso de esta.

- Por cierto, chicos, hay algo que debo informarles.

Mirando a mis amigos que dejaron de juguetear y bailarle a la olla.

- ¿Ordenes? Porque me gustan las, ordenes, sobre todo si son este tipo de órdenes.

Dijo Misha, señalando al sujeto amarrado.

- Luego te daré ordenes, perrito - estirando la mano para acariciarle el cabello- Pero no, son buenas noticias.

- ¿Estás embarazada otra vez? Porque eso cariño, sería tragedia, no buena noticia, tienes críos para regalar, ya pareces conejo.

Señaló Lev, lo cual me hizo reír, es cierto que tengo bastantes críos, soy una mamá que le gusta la abundancia.

- No estoy embarazada, tonto, no es eso, es referente a la cita que tuve ayer.

- Detalles sucios después de las cuatro, cuando los niños tomen la siesta - dijo Orel, cubriendo las orejas de mi hija- Ella no puede escuchar lo que nosotros queremos oír.

Lo golpee en la cabeza, escuchándolo quejarse en lo que suelta a mi niña a quién toda esta situación le parece muy graciosa.

- No es nada de eso tampoco, no es algo que vaya a contarles, grupo de idiotas, lo que les quería decir, es que voy a casarme... otra vez.

Sonriendo feliz, alzando mi mano izquierda para mostrarles el anillo.

- ¡Se nos casa la niña! - gritó Akim- ¡Felicidades, felicidades! Ya era hora de que este de aquí se hiciera hombre.

Dijo antes de empujar a Delano y venir hasta mí, abrazándome por la cintura mientras me hace girar y sigue felicitándome, haciéndome reír.

Yo pensé... que me había quedado sin amigos cuando mi relación con las chicas del club se rompió, pero me equivoqué, sigo teniendo a este grupo de descerebrados, mis primeros amigos y los que siguen aquí.

- Felicidades amigo, ya era hora, te felicito.

Le dijo Misha a Delano, todos intercambiando abrazos y felicidades mientras el idiota sigue gritando y estropeando el momento.

- A la mierda, pónganle la tapa, me perturba su voz, arruina mi momento.

Dije, viendo a Lev ponerle la tapa, lo que amortiguó un poco la voz, con eso me basta.

- Mami ¿Y papá? -preguntó Tanya- ¿Ya no estarás casada con papá?

Todos miramos al par de ojitos de sierva que nos miraba con preocupación, olvidé que estaba aquí y que no... entiende muy bien todas estas cosas.

- Claro que seguiré casada con tu papá, cariño, yo adoro a tu papá, lo amo, pero ahora, además de ser Jelena Volkova, seré Jelena Volkova Morozova, dos apellidos, cómo lo ves - terminando sentada en el piso en mi intento de acuclillarme, las piernas no me acompañan- Me casaré con tu tío Delano porque lo amo también, tenemos una bebé juntos, tu hermanita ¿Recuerdas? Entonces... yo también quiero llevar el apellido de tu hermanita, quiero que todos seamos una familia.

- Bueno, sí, a Mila le gustaría que tuvieras el mismo apellido que ella - dijo mi terroncito- Y el tío Delano - mirándolo- ¿Tú amas a mi mami?

- La amo, sí - le dijo sin dudar, acuclillándose frente a la niña- Adoro a tu mamá, siempre la he adorado, siempre la he cuidado, lo sabes, tu mamá siempre ha sido importante para mí.

Tanya asintió, algo aún no la convence.

- Pero... las personas casadas duermen juntas, entonces... ¿Cómo van a dormir con mami? Mami no sabe dormir sola porque le da miedo que no haya luz, entonces... ¿Cómo?

Los niños nunca nos han visto compartir la cama en parte por respeto a ellos, digo... a Tanya, quien es la que más comprende de todos.

- Pues tu mami duerme en el medio, tu papá en un lado, y yo en el otro, así nos aseguramos de que duerma bien y no tenga miedo porque no está sola ¿Cómo lo ves? Doble protección.

Explicó el medio peliblanco a mi niña.

- Bueno, esa sí que es una buena idea, mami tenía un lado de la cama vacío y los monstruos podían comérsela por ahí, así que es bueno que duermas con ella, tío Delano, yo tengo a Sasha y Sasha duerme sobre mis pies, cubre casi toda mi cama así que estoy muy bien cuidada, mami necesitaba más protección, así que sí, es bueno que te cases con ella.

Sonreí, recibiendo un giño de parte de mi próximo marido, tema resuelto, Tanya lo ha aceptado.

- Gracias por tu bendición, princesita - le dijo el medio peliblanco, acariciándole el cabello- Te prometo que siempre voy a cuidar a tu mami.

Y no lo dudo, Delano siempre me cuidó, desde el primer día, desde antes de ser algo.

- Oh, mami, dejó de gritar el cerdo.

Dijo mi criatura, señalando la olla, y tenía razón.

- Perfecto, lo dejaremos un rato más para que se cocine bien, no queremos que nuestros hombres se enfermen del estómago por comer carne cruda ¿Cierto?

Sonreí maliciosa, dejando que Alexander me levantara del piso, apoyando su brazo en mi cintura otra vez para mantenerme levantada, sacudiéndome la ropa en el proceso, es una ternurita.

- Voy por los platos, esto será divertido.

Canturreó Misha siendo ayudado por Akim, mientras Lev y Orel se acercaban a mis hombres y los reunían y golpeaban para reducirlos, nada como una sesión de tortura matutina.

Ya para cuando la carne del idiota estuvo cortada y en platos plásticos para mi gente, mis piernas funcionaban mucho mejor, razón por la cual fui capaz de caminar por mi cuenta sin perder el equilibrio con los ojos del bastardo, uno en cada mano, eligiendo mis víctimas.

- Tú - señalé a uno que me venía jodiendo hace días con sus comentarios- ¿Algo que decir sobre mi relación con tu Segundo?

- N-no, mi Koroleva.

Tembló arrodillado en el piso con las manos en la espalda, cabeza baja.

Así me gusta... témanme, hijos de puta.

- ¿No? Porque yo te escuché, dijiste que yo era una puta que no le basta con prostituirse al Boss - sonriendo al ver cómo comienza a sudar- Dijiste que soy una come hombres - me acuclillé frente a él- ¿Es que tengo que pedirte permiso para follarme a alguien?

Afortunadamente Tanya encontró diversión en el interior de la casa, comenzaron sus dibujos animados, lo que me da chipe libre para decir lo que se me dé la gana sin limitar el lenguaje.

- N-no hablaba de usted Koroleva, yo no... no me atrevería.

- En otra ocasión dijiste que le jugué chueco a mi a amiga por robarle el hombre ¿Cómo les explico que siempre fue mío? Será mi esposo, así que más les vale no cometer ninguna estupidez en su contra o los obligaré a comerse a sí mismos - jalando al sujeto por los pelos- Abre la boca y comételo.

Acercándole el ojo a la boca.

- K-koroleva, por favor... p-por favor perdóneme, no lo volveré a hacer, aprendí mi lección, por favor...

Comenzó a llorar, llevando las manos al frente en una súplica, odio eso, que recen y supliquen, me recuerda a mis días de religiosa, días que aborrezco.

- Demasiado tarde para suplicar, debiste pensarlo antes, hijo de puta, abre la boca.

La abrió la duras penas mientras lloriquea, metí el ojo dentro y se la cerré, obligándolo a masticar, viendo cómo hace arcadas cada vez que prueba su sabor.

- Tú te comerás el otro - señalando a un sujeto cualquiera- Espero que tengan apetito aún, porque viene el plato principal.

Me aseguré de que ambos se comieran los ojos antes de que comenzaran a repartir los trozos de carne, viendo con deleite como llora, suplican, hacen arcadas y muchos de ellos vomitan, ganándose una paliza de parte de mis amigos.

Supongo que volver a los viejos tiempos no es malo, es necesario para que estos perros mal educados recuerden su lugar.

- Iré a tomar un baño y veré a mis hijos - avisé a mis hombres- Luego, Delano, necesito que me trabajes a fondo.

- ¿Te trabajé a fondo toda la noche y quieres más? Perrita insaciable.

Sonrió de lado, cruzándose de brazos, mirándome juguetón, de seguro él está más que dispuesto a volver a trabajarme a fondo.

- No hablo de eso, tonto - carcajee por lo bajo- Necesito que me entrenes como antes, siento que estoy fuera de forma y quiero volver a lo que era, así que vamos a entrenar sin piedad y ojala me des unos buenos golpes para hacerme reaccionar.

- Eres una masoquista - dijo Alexander, negando- Tú quieres que te golpeen.

Negué, deslizando mi índice por su pecho, retrocediendo al ver que se tensó.

- Lo que quise decir, es que quiero entrenar, tú me tienes piedad - señalándolo- Delano me deja en el piso y es lo que necesito, que peleen contra mí como si quisieran matarme.

- Si te quiebro algo, no será responsabilidad mía.

Dijo mi peliblanco.

- Si me quiebras algo, yo te quiebro el pito a sentones - tocándole la punta de la nariz- Iré a bañarme, estoy cubierta de sangre y salpicaduras de vómito, que asco.

Hice una mueca y di media vuelta, sonriendo al ver la expresión de espanto de Delano, preguntándole a Alexander si escuchó mi amenaza o fue sólo él en una de esas pesadillas sexys que le gustan y lo asustan por igual.

Yo no sé quién es más masoquista, si Delano o yo, no sabría decirlo.

Tal y cómo dije, entre a casa y fui directo a mi cuarto, saludando a Ezra en el proceso, pidiéndole que se quedara con las crías hasta que estuviese lista, cerrando ambas puertas del baño antes de sacarme la ropa y quitarme todos los restos de otras personas de mi cuerpo, saliendo envuelta en una toalla para el cabello y otra alrededor de mi cuerpo, viendo a Alexander sentado en la cama, esperando por mí.

- ¿Qué sucede, mi pobre león?

Yendo hacia el guardarropa, tomando ropa interior limpia y un conjunto deportivo especial verano, un top y un short bastante cómodo para mi sesión de entrenamiento.

- Jelena...

Dijo mi marido apareciendo de la nada tras de mí, apoyando sus manos en mis caderas, dejando caer su frente sobre mi hombro.

- ¿Qué sucede, Alexander?

Estirando mi mano libre para acariciarle el cabello mientras abrazo la ropa contra mi pecho.

- Tengo un problema.

Dijo de pronto y eso me asustó, giré entre sus brazos y levanté la cabeza para mirarlo, buscando indicios de que algo estuviese mal.

- ¿Qué tienes? ¿Qué pasó? ¿Necesitas que llame a alguien?

Tomó la ropa y la tiró al piso, sujetando mi mano, llevándola a su entrepierna, está duro.

- ¿Cómo...? Tú dijiste que no podías levantarlo, entonces... ¿Por qué?

Manteniendo mi mano ahí, apretada contra la suya.

- Y no podía, pero hoy vi a una pequeña reina torturar mientras reía a carcajadas, desparramando mierda y manchándose las manos de sangre, matando a diestra y siniestra, disfrutando de la venganza, restregándole a todos sus perros su titulo de Koroleva y eso me excitó muchísimo...

Moviendo las caderas para frotarse con mi mano, apretando los dientes por la sensación.

- ¿Te éxito verme torturar, Alexander?

Asintió.

- No tienes idea lo sexy que te ves cuando lo haces, sobre todo cuando los obligas a hacer cosas como comerse los ojos y el cuerpo de uno de sus amigos, eso me volvió loco.

Estirando su mano libre hacia mi culo, madreándolo.

- Alexander ¿Te sientes listo?

Lamiendo mis labios, tuve sexo hace apenas unas horas, pero me siento más que lista para un round más, sobre todo si es con Alexander a quién no pruebo hace... demasiado.

- Creo que podría hacerlo si te veo todo el tiempo, tú no eres ella.

Quitando la toalla que cubre mi cuerpo.

- No soy ella y nunca lo voy a ser - quitando la toalla de mi cabello- Te amo, lo sabes.

- También te amo, cosita.

Alzándome sin dificultad del piso, rodeando sus caderas con mis piernas, pegando mi espalda a la pared más cercana, respira agitado, pero sus ojos no demuestran temor, sus ojos me muestran un hambre voraz, hambre de mí.

Despertó mi bestia, ahora sí que iré a parar al hospital.

- ¿Puedes aguantarlo? ¿Te sientes bien?

Preguntó sosteniéndome por el culo con una mano mientras con la otra libera su erección, puedo sentir su extensión rozarse con mi culo.

- Estoy bien, más que bien, húmeda y lista para ti, siempre.

Lamiendo mis labios, acariciándole el cabello.

- Maldita sea, te amo.

Dijo antes de atrapar mi boca en un hambriento beso, empujando lentamente su erección, abriéndose paso por mi canal, llenándome.

- Te amo... te amo... te amo...

Le aseguré entre beso y beso, acariciando su cabello, sus mejillas, su cuello, haciéndole saber que está aquí, conmigo, que está a salvo, seguro, en nuestro cuarto, y todo estará bien.

Gruñó en mi boca y me sostuvo mejor para alzarme y hacerme bajar sobre su erección mientras mueve las caderas con una violencia impresionante, tocando tan profundo que terminé corriéndome vergonzosamente rápido, humedeciendo su verga que no hizo más que emocionarse y continuar con los implacables embistes, retrocedí ligeramente para ver la cara de mi esposo, buscando algo que estuviese mal, preocupada, pero todo lo que vi fue la furia en su mirada, los dientes apretados, sus mejillas sonrojadas, mientras suelta deliciosos gemidos que me hacen vibrar el pecho, lo está disfrutando.

- Eres mi fantasía favorita, Jelena - soltó en medio de un jadeo- Lo tengo todo si estoy contigo...

Sujetando mi peso por detrás de las rodillas para abrirme mejor mientras yo me aseguro de mantener las manos bien firmes en sus hombros y no caer, viéndolo extasiada.

- Llevas mucha ropa... quiero sentirte, Alexander.

- Como mi reina diga.

Cargándome hasta la cama, apoyándome ahí, dejando mi interior para quitarse la camiseta en un fluido movimiento, dejando la cama para quitarse los pantalones y los zapatos mientras yo separo las piernas para él, lamo dos dedos y los llevo a mi clítoris, frotándolo en lentas caricias circulares, viendo a su pene ansioso dar un brinco de la emoción, el brillo del liquido pre seminal le cubre el glande, está emocionado, por mí, duro como tronco, con la erección golpeándole el abdomen, mientras me mira como si fuera la cosa más deliciosa de este mundo.

- ¿Me deseas, Alexander?

Pregunté sólo para curar mi herido ego.

- Claro que te deseo, todos y cada uno de los días, a toda hora - subiendo una rodilla a la cama sin dejar de ver el movimiento de mis dedos- Siempre...

Se saboreó, lamiendo sus labios, atrapando el inferior entre sus dientes.

- ¿Qué sucede, mi pobre león? ¿Tienes sed?

Sonriendo con malicia.

- Quiero probarte.

Murmuró inclinándose hacia mí, besando la cara interna de mi muslo, repitiendo el proceso con la otra, esa simple acción hizo que se me tensara el vientre bajo, expectante por sentir lo que este hombre es capaz de provocarnos.

- ¿Cuándo yo te he negado el placer de mi cuerpo, Sasha? - separando un poco más las piernas, apoyando los talones en la cama, introduciendo dos dedos en mi vagina- Yo siempre estoy lista para ti, siempre dispuesta, siempre deseosa, siempre queriendo ser tocada por ti, disfrutar de tus manos rasposas por mi cuerpo - jadee al encontrar ese punto que me enloquece, golpeando hacia arriba con mis dedos un poco más rápido- Sentir ese dolor exquisito en mi vagina cuando embistes como la bestia que eres, mientras me humedezco a una velocidad impresionante, y mis pezones se irguen ansiosos de atención, o ese picor doloroso en mi culo cuando lo madreas y lo golpeas para someterme, no tienes idea de lo que me gusta cuando me castigas y me tratas como una exclusiva puta, tu puta - gemí, estoy por llegar- Eso... no dejes de mirarme... mira como me desarmas, como me seduces... mira lo que me haces, Alexander...

Mordí mi labio inferior y alcé las caderas, jadeando, estoy cerca, muy cerca...

- Eres tremenda, joder, eres... un pecado andante, sátira - quitando mis manos- Una sucia pervertida que no hace más que provocar cada vez que tiene la oportunidad - sujetándome por los muslos, alzándome de la cama, acercándome a él- Yo voy a recordarte como te gusta correrte, mi boca siempre fue tu lugar favorito.

Fue todo el sobre aviso que recibí antes de sentir el primer lametón crudo con su lengua plana, probando mis jugos, sorbiendo sobre mi clítoris, usando sus dientes para torturarme, deslizándolos por mis labios antes de introducir su lengua en mi vagina y hacer un desastre de mí, haciendo todo eso que me gusta hasta que me sintió llegar al orgasmo, devorando todo lo que tuve para darle, sonriéndome malicioso cuando me soltó sobre el colchón otra vez, levantando mis piernas, penetrándome sin aviso, robándome el aliento, viéndome en la necesidad de sujetarme de sus fuertes y fornidos brazos, clavándole las uñas en un intento de mantener mi mente conectada con mi entorno, necesitaba algo tangible que me mantuviera conectada porque estoy a dos pasos de la inconsciencia, todo esto está siendo muy intenso para mí, sigo sensible, muy sensible, y mi vientre bajo se contrae con violencia sólo para hacerme saber que me correré otra vez, a este paso, quedaré deshidratada.

- Mira esto de aquí ¿Cómo vamos desaprovecharlo? - sonrió inclinándose hacia mí- Tengo tanta hambre de ti, mi pequeña cosita insignificante...

Metiéndose uno de mis pezones a la boca, succionando con ganas mientras aprieta el otro, importándole una mierda estar ensuciándose con mi leche, todo lo que quiere es devorarme, quiere comerme y yo le permitiría todo ahora que mi bestia personal regreso, mi torturador, mi hombre, mi sátiro.

Gruesas descargas calientes llenaron mi interior, chorreando fuera de mi vagina, haciendo un total desastre de mí, es ahora cuando veo y siento lastima de lo acumulado que debió estar mi hombre, las pelotas a punto de reventarle día tras día.

- Creo que podría tener cincuenta hijos con todo lo que pusiste dentro - acariciando mi vientre bajo, sonriendo coqueta- Pero ni de lejos es suficiente para que mi pobre león satisfaga su necesidad de mí - empujándolo hasta tenerlo de espaldas en la cama, sentándome sobre él para empalarme yo misma- Yo llamo mi propia ambulancia, tú sólo rómpeme y trátame como me gusta...

Acariciándole el pecho, alzando y bajando las caderas para encontrarme con él, tendiendo la osadía de tocar mi vientre, señalando un punto en específico.

- Aquí. Es aquí dónde te siento, mi león, tan profundo... tan llena de ti...

Gran error el provocarlo tanto, porque en breve estuve con el rostro apretado contra la cara y el culo en pompa mientras él me sujeta por la cadera y cumple mi fantasía de golpearme el culo con violencia mientras sus caderas se estrellan con mis nalgas, escuchando el catre protestar, pero no tuvo intenciones de parar, no se detuvo, no hasta que, por la sorpresa, terminó derramando su semilla en mi interior apenas el catre se fracturó y terminó partido a la mitad, obligando al colchón a tomar una forma antinatural, ayudando a mi culo a quedar más a su altura, más levantado para que pudiera embestirme mejor.

Es un maldito animal, regresó mi león.

***

Desperté cuando el sol se ocultaba por el horizonte, me levanté de golpe recordando que yo tenía bebés que alimentar, mirando mi alrededor sin reconocer dónde estaba los primeros segundos, sigo adormilada, pero apenas logré ajustar la vista, noté que me encuentro en el antiguo cuarto de Delano, y llevo ropa de mi marido puesta, eso quiere decir que perdí el conocimiento en cierto punto de nuestro encuentro sexual y no desperté hasta varias horas después.

- Oh joder... - sintiendo la protesta de mis músculos- Demasiado ejercicio por hoy.

Levantándome a duras penas de la cama, bostezando, abandonando el cuarto para ir hacia el de mis bebés, si mi reloj biológico no me traiciona, es hora de la leche ¿Cómo lo habrá hecho este par sin mí?

Sonreí con suficiencia al ver a los escasos perros que me encontré en el camino pegarse a la pared y hacer una reverencia en cuanto me vieron llegar, así me gusta, respeto y miedo, puedo ser muy buena jefa si me apetece, y también puedo ser una perra si no me gusta la respuesta que me dan.

Seguí de largo y entré al cuarto de las bebés, viendo a Alexander y Delano alimentar a Valka, Alisa, Mila y Alex, muy cómodos y tranquilos, usando las cunas para facilitar la tarea, dos extractores casi vacíos descansar sobre el mudador.

- Por si te lo preguntas, mi amor - dijo Alexander- Estabas tan frita que ni notaste cuando te los pusimos para sacarte leche, los niños han comido de maravilla hoy, así que no te preocupes.

Tomé el colet que Delano me ofreció y me até el cabello, acercándome a la bebé que estaba por terminar de comer para cambiarle el pañal, huele a que lo necesita con urgencia.

- Gracias por dejarme dormir, estaba muerta.

- Después de aguantarme a mí y soportar a Alexander, yo pensé que ibas a terminar en el hospital, te revisé y todo buscando algo que estuviese mal, pero no, nada de sangre y todo en su lugar.

Lo miré mal.

- Ese fue un accidente, todos lo tomamos a chiste el "Lena terminó en el hospital por sexo rudo" ya me acostumbré ¿Ok? Un poco de sexo no me enviará a emergencias.

- ¿Un poco? - alzó las cejas Delano- Follamos toda la noche, y luego, rompiste la cama con Alexander, para mí eso no es poco, bestia insaciable.

Le mostré el dedo medio, cargando a Valka hasta el mudador para cambiar sus pañales.

- Pero lo disfruté - dije luego de unos minutos- Disfruté el sexo con ambos, me... sentí bien, me sentí amada, deseada, cómoda y no hay mejor sensación que esa, gracias chicos.

- Yo debería darte las gracias por dejarme follarte, bonita.

Dijo Delano, llamándome Bonita en español, como amo cuando habla en otros idiomas...

- Y yo debería agradecerte por tenerme tanta paciencia - dijo Alexander- ¿Quién iba a pensar que sólo necesitaba verte torturar para que se me levantara?

- Tú tienes serios problemas psicológicos, Alexander, eso no es normal.

Dije yo.

- No es normal lo que siento por ti, cosita, pierdo la cabeza cuando te sostengo.

- Agradezcan que tuve el tino suficiente para ir a ver a las niñas mientras ustedes estaban en su reconciliación - dijo Delano- Para la próxima, avísenme.

- ¿Quieres mirar, voyerista?

Pregunté medio sonriendo, volteando el rostro para mirarlo.

- ¿Mirarte a ti disfrutando? Claro que sí, quiero estar ahí.

- Bueno, la próxima vez te avisaremos - dijo Alexander- Es sólo que no lo pensé, sólo la seguí como un perro en celo y tuve la suficiente decencia para dejar que se bañara primero.

- Me sorprendiste hoy, por la mañana hablamos una cosa, y luego...

- Bueno, la Koroleva me excita ¿Qué quieres que le haga? Eres jodidamente caliente cuando te pones en el papel.

Dijo mi marido.

Una nueva razón para volver a retomar el mando, mañana juro que retomaré el ejercitarme, y también, tengo una boda que planear, la quiero lo antes posible, llamaré al padre Santiago.



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BUENAS BUENAS BBCITAAAS

TRAJE CAPITULO MÁS TEMPRANO POOORQUE SE VENÍA INTENSO Y NO ME PUDE RESISTIR

ASÍ, A LA NOCHE, PODRÉ PUBLICAR SOBRE OTRA HISTORIA Y ACELERAR EL FLUJO DE PUBLICACIÓN YA QUE, EL ENGAÑO PERFECTO ME TIENE COMPLETAMENTE ATRAPADA

PERO HABLEMOS SOBRE ALEXANDER!!!!

MI POBRE LEÓN POR FIN HA REGRESADO! SÓLO NECESITABA VER A SU KOROLEVA EN ACCIÓN PARA SALTAR FUERA DE LA JAULA A LA QUE ÉL MISMO SE METIÓ

PERO QUE SEXY ES ESTE HOMBRE JODEEER

QUE HUEVOS LOS DE JELENA AL SOPORTAR AL PAR DE SEMENTALES

YO NO PODRÍA!

MIS RESPETOOOOOOS

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO NENAS

BESITOS EN LA COLA

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