Capítulo 29

JELENA.

Desperté de un salto de la cama, asustándome al ver el sol tan brillante en el exterior, todo el cuarto estaba ordenado al máximo y no escucho llantos, los niños no están en mi cama cómo ayer y si mis hombres regresaron a casa anoche no tengo ni la menor idea no los sentí y eso es malo, muy malo, no puedo despreocuparme así y dormir a culo suelto, se supone que debo estar atenta, carajo.

— Maldita sea ¿Qué pasó?

Me quejé saltando fuera de la cama, atando mi cabello en un moño alto en lo que cruzo rápidamente en dirección al otro cuarto, viendo con alivio a Delano y Alexander alimentando a las mini bestias, incluido Alex, Tanya debe estar desayunando abajo con Sasha, jamás dejarían a la princesita sin comer por muy demandantes que sean las mini bestias.

— ¿Por qué tan acelerada a estas horas de la mañana, hermosa? —preguntó Delano sonriéndome— Buenos días primero, modales.

Respiré aliviada al ver que todo estaba bien, incluso sentí como la sangre siguió su curso normal otra vez y nutre mi piel pálida como el papel por el miedo de que algo vaya a ocurrir cuando yo no estoy atenta.

— Buenos días chicos, lo siento — pasando mi mano por el rostro— Es que me asusté, no vi a los niños, yo ayer me dormí con ellos, no los sentí llegar, así que... me asusté, pensé que algo malo había pasado, y yo... me asusté mucho.

Admití tomando una larga bocanada de aire para recuperarme del susto, realmente pensé que algo malo había pasado.

— Cosita, no tienes que cargar todo sobre tus hombros siempre, nos tienes a ambos, lo sabes, puedes descansar en nosotros cuando lo necesites, y ayer, si te sentías muy agobiada, podrías habernos llamado, hubiésemos acudido a ti volando, esto de tener niños es un trabajo en equipo, no tu obligación, que tú los hayas parido no quiere decir que tengas que hacerte cargo obligatoriamente de ellos en todo momento.

Dijo Alexander señalando el sofá individual entre las cunas con una sonrisa cálida en los labios.

— Es que si ustedes están en medio de algo importante, se supone que no debería interrumpirlos por estupideces, yo puedo hacerme cargo de los niños, y cuando yo tengo algo que hacer, ustedes se hacen cargo — tomando asiento en el sofá, más bien, dejándome caer sin gracia— Sé que es un trabajo en equipo, pero anoche yo estaba con ellos y cuando desperté no los vi, entonces me asusté mucho.

— Te despertaremos la próxima vez que lleguemos tarde y así podrás descansar tranquila ¿De acuerdo, preciosa?

Dijo Delano, tranquilizándome.

— Ese trato me gusta — sonreí— gracias chicos.

— Somos un equipo, recuérdalo — dijo mi marido— Nada de gracias, es lo que corresponde, tareas equitativas.

Como los amo joder...

Alexander lo sabe, pero a Delano jamás se lo he dicho, y últimamente siento que... que lo amo, ahora que se me permite sentir más que una amistad sana hacia él, puedo reconocer abiertamente lo que siento cada vez que lo tengo en frente, eso me recuerda... falta poco para terminar la puta cuarentena, muero por ser amada físicamente por este par de hombres.

— Delano, tengo algo que decir.

Levantándome para ir hacia Mila, la primera que terminó su biberón, cargándola para sacarle los gases, regresando al sofá, viendo como le tembló un poco la mano, tiene a Alex sobre su muslo sentado, sujetando la mamadera para que mi pequeña bestia mediana se alimente.

— ¿Es algo malo? Porque cuando la gente dice que tienen que hablar siempre ocurren cosas malas.

Preocupado.

— Oh no es malo, para nada — sonreí, golpeteando suavemente la espalda de mi princesita menor— Sólo quería hacerte saber algo.

— Cuando te ves tranquila me asustas más que cuando te enojas — hizo una mueca— ¿Qué ocurre? ¿Qué hice mal?

Carcajee negando, este tonto no tiene remedio.

— No hiciste nada mal, tontito, sólo quería hacerte saber que...

— Espera, deja prepararme psicológicamente primero — me interrumpió— Dame unos minutos al menos.

Alexander lo miró entrecerrando los ojos, se ve muy divertido con ambos brazos extendidos para alimentar a Valka y Alisa, no dice nada, respeta nuestro momento, pero con su mirada lo dice todo, lo llama un puto cobarde, lo sé, lo conozco.

— Delano, te amo — le dije entre sonrisas— Eso es lo que quería decir, te amo y creo que no te lo había dicho, pero necesito que lo sepas — riendo bajo al ver como su rostro cambia a uno de sorpresa total— ¿Qué? ¿No esperabas que te lo dijera? ¿Crees que estaría con alguien a quien no amo?

Se mantuvo en silencio por un par de minutos, pensé que no me había oído porque estuvo disociando en lo que se preparaba psicológicamente, pensé en repetirle mi breve discurso hasta que carraspeó.

— Wow, nena, es que... no me lo esperaba — acomodándose en el sofá— Yo siempre supe que me querías, pero hasta ahí, a Alexander lo amas, a mí me quieres, yo siempre hice esa diferencia porque él es tu marido y yo sólo soy tu novio, entonces... no pensé que llegarías a amarme alguna vez.

Sus palabras me enternecieron, no fui capaz de quedarme quieta, es más, fui hasta él y tomé asiento en su muslo libre sin soltar a nuestra hija mientras él sigue alimentando al pequeño Alex.

— Eres muy lindo cuando quieres, Delano, pero también muy tontito — besando su mejilla— Te amo a ti y amo a Alexander, los amo mucho a ambos ¿De acuerdo? Ninguno es más o menos que otro a mis ojos, ambos son perfectos — guiñándole un ojo a mi marido, quien me devolvió el gesto, muy seguro de lo que siento por él— Son lo mejor que me ha pasado en la vida, me lo han dado todo, no necesito nada más.

El medio peliblanco extendió su brazo y rodeó mi cintura, depositando un beso cariñoso en mi cuello, ocultando su rostro sonrojado después.

Quien diría que este es el Segundo de la Bratva, tan hijo de puta, pero tan lindo a la vez.

***

DELANO.

Vi a la mujer que acaba de confesarse hacia mí, caminar relajada y tranquila por el pasillo con Mila entre los brazos, la rubia acaba de tomar una ducha y se ve fresca y saludable, bonita, muy bonita, caminando con mi hija por los pasillos como si fuese suya, bueno, lo es, pero... nunca pensé que sería así de perfecto, tratándola como si realmente fuera suya mientras yo cargo a Valka y tomo la mano del pequeño príncipe, acomodándome a sus pasos de bebé con Alexander a mi lado, cargando a Alisa, todos con la intención de ir a desayunar e ir en busca de Tanya quién fue con Misha a alimentar a Sasha primero para que el león fuera a sus clases de adiestramiento después.

Sasha sin duda es un león afortunado, llegó a una familia que lo trata como rey y este sabe retribuirlo, cuidando a la princesita como si fuese su cachorra.

— Voy a salir a comprar el anillo luego del desayuno — dije a Alexander en volumen bajo aprovechando que la rubia nos toma ventaja— El más grande y costoso que encuentre.

— Te aconsejo no ser muy ostentoso, Jelena es sencilla, nunca usó joyería hasta que llegó a esta casa, las piedras preciosas gigantes no son muy lo suyo, pero coincido en lo costoso, ella merece lo mejor.

Puntualizó.

— Entonces... costoso, pero no ostentoso, lo tengo, iré a las mejores joyerías de la ciudad, así que necesito que me cubras.

— Le diré que te envié a encargarte de alguien y ya, eres mi Segundo, ella lo creerá con facilidad.

— Gracias, necesitaré ese tiempo, quiero hacer mi propuesta, me la robaré dentro de cuatro noches, la cuarentena ya habrá pasado, la llevaré a un hotel.

— Don espontaneo se puso a planear ahora — se burló— ¿No me dijiste a mí una vez que dejara que las cosas fluyeran? Ahora estás muriendo de las ganas por devorarte a mi esposa.

— Lo que yo no entiendo es cómo tú no tienes ganas de comerte a ese bombón — señalando el culo de Jelena con la cabeza— ¿Qué te ha dicho tu psicólogo?

Suspiró.

— Sí que tengo ganas, pero no puedo, me cuesta dejar el pasado en el pasado. Mi psicólogo dice que no debo presionarme, pero mi pito sí que quiere todo de ese bombón que señalas, sólo que se me baja cuando llego a la parte interesante, ha pasado unas... dos veces estas semanas, ella dice que sí a pesar que no puede tener sexo, por mí, ella se esfuerza, y yo la decepciono, soy un desastre.

Vaya... eso no lo sabía, sí que tiene un gran problema ahí, Jelena tampoco debe sentirse muy bien, siempre se culpa, debe pensar que está presionándolo.

— Tiempo al tiempo, amigo, sabes que Jelena no te culpa ni te presionará, sólo tienes que hacerlo a tu ritmo.

— Llevamos meses así, ella se cansará eventualmente.

Dijo y sentí el pánico en sus palabras, está aterrado ante la idea de que ella se aburra de él.

— Eso no pasará, Jelena te...

— Ustedes dos —dijo la rubia, llamando nuestra atención— ¿Qué tanto hacen que no entran? — mirándonos desde el comedor con Tanya sujeta a su pierna— Vamos a comer, muero de hambre.

Dimos la platica por terminada y caminamos hacia la mesa dónde todos nos esperaban de pie para comer, ya retomaríamos este tema más adelante, a solas.

Me sorprende aún ver a las tías de Jelena aquí, ninguna quiso seguir a Zara, Liam y Naia viven aquí también, son niños felices que tienen su cuarto junto al de los pequeños príncipes para poder oírlos en caso de que algo suceda, Laika es la tía más cercana a ellos, me sorprende que sea la más cercana a Lena también, después de todo, mi rubia loca la golpeó y la secuestró, así se conocieron, pero ahora se llevan increíblemente bien, como si ese episodio jamás hubiese pasado, demostrando la madurez de la menor de los hermanos Zotova.

Claro que no es como con Irina, Irina y Luka se ganaron el corazón de la Koroleva, acude a ellos cada vez que necesita consejos, ganó una familia en ellos... y también en Ilias, el hijo de puta es confiable, es... bueno, Yakov lo forzaba a hacer cosas amenazándolo con los niños, y ahora que están a salvo, puede vivir como se le dé la gana, incluso trabaja para mi Boss y mi Koroleva, le confían trabajos y regresa con buenas noticias siempre, puedo relajarme en ese aspecto, es de fiar y a la vez, nos mantiene informado sobre los movimientos del abuelo Volkov quien no se ha pronunciado por nuestro territorio, parece estar entretenido en algo, lo ultimo que supimos de él es que vendió a Larissa, con quién supuestamente iba a casar a Alexander, llegaron por ella en camionetas negras, amarrada de pies y manos, amordazada, y la lanzaron dentro, nadie sabe dónde carajos la llevaron, los informantes de Ilias jamás contestaron las llamadas, deben estar muertos, y sinceramente, a mí no me interesa lo que suceda con esa perra perfecta y artificial, parecía una muerta en vida, una muñeca que hacía y decía lo que esa mierda de hombre le decía, no es normal, definitivamente no es normal, pero ya qué, esa perra no volverá a jodernos, eso es oficial.

Tal y como hablamos con Alexander, él se inventó toda una misión de trabajo en la que yo iba a liderar, es más, me envío con Levi y Misha para hacer todo más creíble, y aquí íbamos el trio de idiotas hacia el centro comercial en mi jeep, escuchando TQG de Shakira y Karol G, a pedido de Misha, quien la canta a todo pulmón, y por supuesto que Levi no se resistió, y aquí tengo a dos idiotas reventándome los tímpanos, colocando la canción por tercera vez, esperando que me una a ellos.

— ¡Vamos ya, Delano! ¡Antes eras más divertido!

Exigió Misha, entregándome el porro de marihuana, hace un tiempo no fumaba mierda tampoco.

— ¡Vamos, te toca, viene tu parte!

Me animó Levi.

Rodé los ojos y di una gran calada, entregándole el porro a Misha, mirando de reojo a ambos, esperando expectante que cantara con ellos.

Dile a tu nueva bebé, que por hombres no compito — canté rodando los ojos— Que deje de estar tirando, que al menos yo te tenía bonito.

— ¡Ese es mi amigo!

Celebró Levi, robándose el porro, subiéndole volumen al radio para cantar más fuerte, bajando los vidrios para dejar salir el humo antes de que tuviéramos un accidente.

— Bueno, supongo que puedo divertirme también — carcajee— Ponla de nuevo para disfrutarla mejor.

Y así lo hizo, pero esta ocasión la canté tanto o más animado que ellos, que voy a comprar un anillo de compromiso, carajo, tengo que estar más animado, no puedo dejarme llevar por los nervios.

Llegando a la primera tienda, mi favorita para la joyería femenina, porque debo admitir que era un maldito prostituto antes de conocer a Lena y siempre mantenía a mis parejas sexuales contentas con regalos caros, eso mantiene viva la llama y ellas siempre se ponían creativas cuando nos encontrábamos.

— Delano, ya te extrañábamos — dijo la dependienta a modo de saludo— ¿Qué buscas esta vez? ¿Un collar para tu nueva conquista? ¿Un brazalete?

Rasqué mi nuca, un poco avergonzado por ser cliente frecuente de aquí, consciente de la forma en la que me ven mis amigos, con los ojos entrecerrados y nada orgullosos de mí.

— Vine por un anillo en esta ocasión, Mile.

Dije ignorándolos.

— ¿Anillo? Pero si a ti no te gusta regalar anillos, dices que las mujeres piensan enseguida en el compromiso y eso te metería en problemas porque eres un hombre libre, por cierto, mi prima dice que cuando la llamarás, esta deseosa de un nuevo encuentro contigo.

Misha se apoyó en el mostrador y me miró indignado.

Clara-Mente, Jelena te cortará los huevos si viene contigo a esta tienda.

Levanté el dedo medio en su dirección y lo miré mal.

— Perdón que te Sal-Piqué amigo, pero es cierto, Jelena no tiene que saber nunca de esta tienda ni menos de su prima.

Lo apoyó Levi, señalando a Mile.

— No más chistecitos de Shakira y Piqué ¿De acuerdo? Vine por otra cosa hoy — mirando a Mile otra vez— Vine por un anillo de compromiso, tengo novia y quiero dar el siguiente paso.

Su sorpresa fue tan evidente que incluso me sonroje.

— ¿Qué? ¿Me veo como alguien que no se comprometería?

Pregunté.

— La verdad es que no te veo para nada conviviendo con una única mujer, ni con hijos, ni en un hogar... nada de eso, siempre te vi como un alma libre.

Mile está tan sorprendida que me avergüenzo de la imagen que di por años.

— De hecho tiene mujer única, una mujer con mucho poder — aclaró Misha— Tienen una hija juntos, viven juntos y duermen en la misma cama, y por cierto, yo que tú, le voy diciendo a tu prima que si lo llama, amanecerá con los peces, porque su pareja es la Koroleva de la Bratva, y si sabe que tú le coqueteas a su hombre o cualquier conocida tuya, porque sé reconocer a una mujer coqueta cuando la veo, Mila, esta tienda, tú y todas las otras, van a desaparecer, mi jefa es una mujer muy, muy celosa.

Apoyándose en el mostrador, bajando el volumen de su voz para verse y oírse más amenazante, haciendo que la pobre de Mile se encogiera de los nervios.

— Pero ella está casada ¿Eres su amante? ¿El Boss sabe...?

Bajando el volumen de su voz, el miedo cubriéndole las facciones.

— Está casada, sí, pero se casará de nuevo, conmigo... o eso espero, por eso quiero un anillo, el Boss es mi amigo y me lo permitió, mi relación no es de tu incumbencia, por lo tanto, muéstrame lo mejor que tengas, la Koroleva merece sólo lo mejor.

Levi se inclinó hacia mí hasta llamar mi atención, es obvio que tiene otro de sus chistecitos para decir.

— ¿Qué?

Clara-Mente, te cortarán las bolas, porque nos están siguiendo y la están llamando ahora probablemente.

Señaló sonriendo a los escoltas parados en la puerta principal, uno de ellos con el móvil pegado a la oreja, pronunciando Koroleva en un tono muy formal.

— Fue un gusto ser tu amigo, hombre hermoso — dijo Misha— Tu belleza fue tu condena, esto te pasa por seducir mujeres a diestra y siniestra.

— Si Koroleva, está en un lugar dónde seduce mujeres a diestra y siniestra — repitió el maldito escolta— Si, él no está haciendo nada, pero parecen estarle acordando una cita con la prima de alguien.

Me llevé las manos a la cabeza, jalándome de los pelos, esto sí que me va a traer problemas, Jelena es muy celosa y posesiva, va a venir apra acá.

— Cierra la tienda y vete a tu casa —le dije a Mile— Mi mujer es una bestia, si viene aquí te dispara primero y pregunta después — mirando rápidamente todos los anillos, quedando prendado de uno en específico— Me quedo con este — tomando la mini corona de oro blanco repleto de diamantes— Te haré llegar el dinero después, dame el precio más tarde ¿De acuerdo?

— Maldita sea, Delano, tú y tus conquistas — se quejó la chica, guardando el resto de anillos— ¿No podías conseguirte a alguien normal? Puedo tener muchos problemas por esto.

— Tampoco estoy para bromas, Mile, vete ya — volteando para señalar a los escoltas— Si le dicen para qué estoy aquí, voy a matarlos a todos.

Señalándolos, viéndolos asentir rápidamente en lo que el maldito que llamó dice simplemente que estoy de paseo en el centro comercial cuando Alexander dijo más temprano que yo debía ir a trabajar, tendré muchas explicaciones que dar.

— Viene para acá.

Dijo el escolta bajando el móvil lentamente, pálido, sabiendo que la había cagado.

— Vete, ahora.

Dije a Mile, esperando a que estuviera lo suficientemente lejos para hacer desaparecer a los malditos escoltas que ya le vieron el rostro, la chica no hizo nada malo, Jelena la mandará a matar si sigue escuchando a estos babosos que tergiversan la información y entregan mal el mensaje.

— Ok ¿Cuál es el plan? ¿Fingimos que vinimos por un helado antes del trabajo y nos hacemos los desentendidos?

Dijo Misha mirando a nuestro alrededor, procurando que nadie viera que metimos un par de cuerpos inertes al auto, intentamos matarlos de la manera más silenciosa posible, ya luego nos desharíamos de ellos.

— Ay no, ay no... me está llamando...

Entré en pánico, mirando el móvil.

— Contéstale bruto — me empujó Levi con el hombro— O se enojará más.

— Me va a matar.

— Te matará si no contestas.

Puntualizó Misha.

Y razón tenía, así que decidí hacerme hombre y contestar, pegando el móvil a mi oreja, viendo a este par pegarse a mí para poder oír lo que mi mujer dice.

— ¿Se puede saber qué clase de trabajo haces en un centro comercial, Delano?

Suena tranquila, sí, pero ya lo he dicho, tranquila me da más miedo que enojada.

— Vine a comprar unos regalos y me encontré con una conocida, eso es todo, los escoltas llegaron un poco más tarde y tergiversaron la conversación, sabes que ya no hago esas cosas de salir a citas con otras, eres la única para mí.

— Mmm... y si nada hiciste, bonito ¿Por qué los escoltas no contestan? ¿Qué les hiciste?

Miré el auto y luego miré a mis amigos de reojo, ambos se encogieron de hombros como si dijeran: "Estás sólo en esto", pero no se apartaron, los chismosos quieren seguir escuchando.

— No sé de qué hablas, cariño.

Dije inocente.

— Estoy llegando al centro comercial — avisó— Y quiero ver a los escoltas que envié con tanto cariño para procurar que mis amigos y mi novio regresaran a salvo a casa luego de su trabajo.

— Bebé, oye...

— Oh, ya te vi.

Cortó la llamada, segundos después su auto y un buen número de escoltas apareció en mi visual, conducen hacia nosotros, rodeándonos, ahora parecemos perros enjaulados.

— Fue un placer ser su amigo en esta vida — dijo Misha con dramatismo, abrazándonos por el cuello— Clara-Mente nos meterán una bala en el culo por culpa del pito amistoso de Delano.

Mi a mi mujer bajar del auto con tanta tranquilidad que me flaquearon las piernas, pero me mantuve neutral, el que nada hace, nada teme y yo no coquetee con nadie, debo mantener la calma.

— ¿Y los escoltas, bebé?

Dijo Lena, con una sonrisa en el rostro.

— Emm... en el auto.

Señalé.

— ¿Respiran?

Preguntó con inocencia.

— Em... no.

— ¿Y por qué no?

Tragué grueso.

— Porque... vieron el rostro de mi amiga quien no estaba coqueteando — puntualicé— Y no quería que la mandaras a matar, ellos ya cambiaron la versión de los hechos y no quería muerte de inocentes.

— ¿Por qué la mandaría a matar yo? Ni que fuera un monstruo —llevando su mano al pecho con dramatismo— Me ofendes, Delano.

— Sin ofender, hermosa, pero sí eres un monstruo cuando quieres — dijo Misha, encogiéndose cuando Jelena lo miró— Señora... mi dama... Koroleva... s-señora, jefa... perdón.

Me reí porque su reacción fue graciosa, pero al ver que a Lena mucha gracia no le hacía, me cubrí la boca con el puño e intenté no reírme con todas mis fuerzas.

— Entonces ¿No la vas a matar?

Me aventuré a preguntar.

— ¿Tu le coqueteaste de regreso?

Preguntó.

— Por supuesto que no.

Me ofendí.

— Pues todo bien — encogiéndose de hombros— Ni siquiera sé por qué vine — suspiró— Esos escoltas del demonio, malditos mentirosos que les encanta hacerme enojar. Abre el auto.

Eso hice, abrí la puerta para ella para que viera los cuerpos, tomó su arma, le puso silenciador y disparó hasta que se la acabaron las balas, agujereando los pobres cuerpos inertes.

— Ahora sí puedo respirar tranquila — sonrió amplia— Perdón por venir hasta aquí, debo ser muy asfixiante, lo siento — acercándose para besar mi mejilla— Perdón bebé, es que eres tan guapo que no me sorprendería si las mujeres se te lanzan encima.

— Ah tranquila, te entiendo — dije yo respirando por fin— Y recuerda que a mí sólo me gustas tú, siempre.

— Sí, lo sé, sólo que ahora me gustaría saber por qué estás aquí y no en la importante misión que mi esposo te encomendó.

Creo que sigue enojada... tengo la leve sospecha.

— Es que aquí es la misión, bonita — le dijo Levi— El objetivo está paseando aquí hoy, ya le perdimos el rastro claro — suspiró— Tendremos que comenzar desde cero.

Lena asintió, complacida y sonrió.

— Bonita cacería, preciosos, nos vemos en casa, no se apresuren y tranquilos que me llevo la basura. Saquen a esos escoltas y súbanlos a otro auto.

— Sí Koroleva.

Rápidamente bajaron los cuerpos, acercando los autos lo más posible para evitar ser vistos, era bueno estar en el piso -5, poca luz y normalmente les da pereza llegar hasta aquí a las demás personas, el lugar perfecto para cometer crímenes.

— Nos vemos en casa, bebé.

Dijo mi mujer, jalándome por la ropa para besarme la boca antes de dar media vuelta y regresar a su auto, montando y alejándose, siendo seguida de cerca por los escoltas, dejándonos a los tres a solas nuevamente.

— Esa definitivamente fue su manera de marcar territorio sin marcar territorio, amigo — dijo Levi respirando aliviado— No la engañes nunca por favor, menos si nosotros estamos cerca.

— No pienso engañarla, carajo, quiero casarme con ella.

Dije indignado.

— Huevos tienes, huevos de oro, campeón, ahora vamos por un helado que creo que se me bajó el azúcar.

Dijo Misha, acariciándose el pecho, es un marica.

— Sí, yo también quiero un helado, con mucho chocolate, por favor.

Se le unió Levi, arrastrándonos a ambos directo al ascensor para ir a la heladería más cercana, dónde busqué el hotel perfecto con la decoración que ella merecía, por supuesto que hice una reservación para comer primero, porque si comemos en el cuarto de hotel, dudo mucho poder comer o proponerme sin querer devorarla por completo apenas pongamos un pie dentro, es mi momento de sorprenderla y darle una buena cita como ese día que tuvo sexo con Alexander por primera vez, quiero algo como eso, algo especial que ella recuerde como una buena experiencia.

Veinte minutos después me llamó Alexander diciendo que su esposa está hablando en un fluido francés mientras se pasea por el cuarto de los bebés, amamantando a Alisa, maldiciéndose por ser una maldita tóxica, sus palabras, no mías o de Alexander, se está autor regañando por llegar aquí a marcar territorio cuando no era necesario, gritándose que me aburriría de ella si continua así y que debe cambiar.

Adorable.

Si supiera que radioactiva y todo a mí me encanta...

***

Cuatro días después, a primera hora de la mañana, luego de nuestra rutina de alimentar bebés, sacarles los gases y cambiar pañales, dejé que Ezra se hiciera cargo del montón de críos que tenemos, agradeciendo a Alexander quien nos dio espacio para hablar antes del desayuno para llevar a Lena al cuarto y tener una conversación a solas.

— ¿Qué ocurre? ¿Por qué tanto misterio desde la mañana?

Preguntó tomando asiento en la cama junto a mí.

— Ordéñate temprano, hermosa, hoy saldremos a cenar juntos y no llegaremos a casa.

Solté, tomando su mano.

— ¿No llegaremos? ¿Por qué? ¿Dónde iremos? ¿Hay problemas?

Frunciendo el ceño con preocupación.

— ¿Por qué siempre crees que hay problemas? No, está todo bien, tendremos una cita, Lena, ya hablé con Alexander, él se hará cargo, así que ponte bonita, tengo algo planeado para ti hoy.

Se sonrojó y sonrió, acomodando un mechón de cabello tras su oreja.

— Entonces me pondré linda para ti ¿A qué hora nos iremos?

— Ocho de la noche, preciosa.

— Estaré lista entonces.

Besándome antes de tomar mi mano y salir juntos de la habitación para ir a comer.

Hoy es el día, se lo propondré y podré hacerle el amor como hace semanas quiero hacerlo, muero de ganas por estar dentro de ella. 





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BUENAS BUENAS BELLAAAS

COMO LAS TRATA LA VIDAAA

HE CUMPLIDOOO

META CUMPLIDA, LA TÍA BUNNY REGRESA

PUBLICACIONES DIARIAS BABYS 

APROVECHENME QUE TENGO COMO TRES MESES DE VAGANCIA ANTES DE QUE ME ENTREGUEN MI TITULO Y ME INSCRIBAN

AAAAASÍ QUEEEEE, VOY A HACERLAS TODAAAS

ESTE ES MI LUGAR FELIZ, CON USTEDES

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO MIS AMORES

BESITOS EN LA COLA

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