Capítulo 22
BUENAS BUENAS MIS AMORES, LAS LEOO
JELENA.
Abrí los ojos de golpe en medio de la madrugada, el presentimiento de ser observada me arrancó del sueño, forzándome a moverme rápido para tomar la navaja que descansa sobre la mesa de noche, afortunadamente mi arrebato no despertó a Delano que duerme desparramado a mi lado en la cama, sujeta un paño con fuerza en su mano, el que llevo en la frente cayó por la rapidez de mi actuar, ha estado cuidando de mí hasta el cansancio, le debo mucho.
Retrocedí con rapidez en cuanto vi la cara de mi esposo, sujeta la hoja del cuchillo con fuerza, lastimándose a propósito en vez de soltarla, la sangre escurre por su brazo, cayendo al piso, sus ojos no demuestran emoción alguna, su rostro pálido y no me dice si siente dolor, y está... rapado, cortó todo su cabello, casi no reconozco a la persona que tengo frente a mí.
— Suéltalo, te estás lastimando.
Le dije sin moverme ni un centímetro, temo mover la hoja de la navaja y lastimarlo más.
— Lo siento... había mucha gente, Jelena, perdón.
Dijo con la voz ronca y rasgada, sus ojos estaban rojos e inflamados, debe haber estado llorando.
Apretó más fuerte, provocando que más sangre escurriera de la herida.
— No, no vamos a jugar a esto, suelta la maldita navaja, te haces daño, Alexander.
— Perdón, Jelena.
— Suéltala, lo digo en serio.
— Perdón por no estar.
Suspiré agotada, soltando yo la navaja, viendo que él hizo lo mismo y la hizo caer acompañada de un ruido sordo cuando golpeó la cerámica, cayendo sobre su propio charco de sangre.
— No estoy enojada contigo.
— Pero deberías, soy una mierda, te dejé sola, yo debí estar aquí, pero en cambio está... Delano aquí, siempre está aquí.
Señalando al gusano que se arrastra por la cama hasta ponerme una mano sobre la panza, sólo entonces dejó de fruncir el ceño y siguió durmiendo, debe estar exhausto.
— No pasó nada entre nosotros.
Dije otra vez, desesperada porque me creyera, él no necesita más problemas de inseguridad ahora.
— Supe que Ivanna se fue.
Dijo en medio de un suspiro, mirando el lugar dónde Delano me toca.
— Sí — suspiré. Ese es otro problema que debo solucionar— Ella se enojó mucho conmigo y con Delano porque no le contamos lo que pasó, si le contamos, saldría a la luz lo que te pasó a ti y jamás te haríamos eso.
— ¿Delano prefirió dejar que se marchara antes de contarle lo que me pasó?
Se sorprendió.
— ¿Cómo es que no te das cuenta de que Delano todo lo que ha hecho desde siempre es velar por ti? Bueno, y por mí ahora también, Delano siempre ha estado para nosotros en las buenas y las malas, no entiendo por qué lo golpeas, lo excluyes o haces problemas de nada, nosotros nunca hemos cruzado la línea.
— No lo han hecho porque ambos me quieren a su manera — dijo sin quitar la vista del lugar donde su Segundo y yo nos tocamos— Si yo no estuviera, ustedes dos estarían juntos.
No iba a responder esa pregunta, porque ni yo misma sé la respuesta, no sé qué habría pasado si él no hubiese vuelto, quizá... sólo quizá, hubiese aceptado su ofrecimiento, Delano me hubiese cuidado bien, lo sé, y me hubiese sido fiel, él me quiere a su manera y yo lo quiero a la mía, él es especial.
— Alexander, nosotros no...
Hice el ademán de tocarlo, pero retrocedió, no quiere tenerme cerca, le repugno.
— No me toques, por favor, yo no estoy... listo para eso aún.
Me tembló la barbilla, el llanto quemándome tras la garganta, pero no derramé lágrimas, no quiero que se preocupe.
— Está bien, lo siento.
— No, yo lo siento, esto no debió pasar, no debí permitirlo — dijo él— Tuve que dejar que mi esposa embarazada de gravedad abandonara el hospital para salvarme el culo ¿Qué clase de hombre soy? ¿Cómo se supone que voy a protegerte?
— Tienes que curarte eso.
Señalando su mano, el charco se hace cada vez más grande y él no hace nada por detener el sangrado.
— Me gusta sentir dolor, eso me hace olvidar las... otras cosas.
Se me contrajo el estómago al recordar cómo lo encontré, esas acciones negativas repercutieron directo a mi tripa.
— Si te molesta, puedo ir a dormir con los niños.
Dije señalando a Delano, en un intento de cambiar el rumbo de la conversación, no quiero que él siga yendo más profundo en ese pozo de desesperación y autodesprecio.
— Alguien tiene que cuidarte y yo no puedo hacerlo, no así, soy un desastre — suspiró— Delano siempre está contigo en tus peores momentos, él... cuando despertó y esas mujeres también lo... tocaron, no suplicó por nadie más que por ti, quería que tú llegaras a ayudarlo, él confía lo suficiente en ti para saber que llegarías a socorrerlo, Delano... él te quiere más de lo que dice, he visto como te mira, como se preocupa, como... a pesar de tener a Ivanna, su prioridad sigues siendo tú.
Sus palabras hacen que se me ponga dura la panza, no sé hacia dónde va esta conversación, habla tan lento y calmado que no sé qué pensar, creo que prefiero su rabia explosiva a esto.
— Yo te elegí a ti.
Y lo haría siempre, lo amo, pero a Delano... también, y el diablo sabe cuanto luché contra eso cuando Alexander estaba muerto supuestamente, el diablo sabe las ganas que tuve de ser yo la mujer que estaba empotrando en el estudio de tatuajes hace ya tanto tiempo, el diablo sabe que me quedé mirando con envidia como la sostenía, la apretaba y la llevaba al borde de la locura, el diablo sabe que quise decir que quería quedarme cuando él me recordó sutilmente que estaba ocupado, haciendo referencia a su acompañante.
El diablo sabe que... Delano fue el primero hombre al que le dije que era hermoso, porque a mis ojos lo era, era un tipo de belleza diferente, una que encontré... hermosa.
— Pero cuando estás en problemas, lo buscas a él, siempre ha sido así.
Sonrió triste, mirándome directo a los ojos, y eso me rompió.
— Alexander, yo...
— Lo entiendo.
Claro que no lo entiende, carajo, hace un par de horas le desfiguró el rostro.
— No, no entiendes nada, entre Delano y yo no ocurre nada.
— Jelena, yo ahora no soy ningún aporte en tu vida, ahora mismo me está costando horrores mantenerme aquí, hablando contigo, quiero estar sólo, quiero ir a mi cuarto y estar solo, pero me esforcé en venir aquí para ver que estabas bien cuidada, y sí, lo estás — señalando a su amigo— Estás en las mejores manos, Delano no permitirá que nada te suceda, él sí es lo suficientemente valiente para anteponerte ante sus propios horrores, tú le espantas los miedos, en cambio para mí... he vivido tanta mierda que ni siquiera tú puedes refugiarme de todos mis demonios, no puedes, y me siento culpable porque te esfuerzas al máximo siempre, por mí, por todos, y yo soy un malagradecido.
Tragué grueso, llevando el llanto hacia el interior, me arden los ojos y siento... rabia, porque acaba de llamarme sutilmente una inútil.
— Te amo, eso tenlo más que claro, intento sanar, pero... pero no puedo, y tú ya no tienes el tiempo y la paciencia que tenías al comienzo de nuestra relación, tenemos hijos, tienes tus propias preocupaciones — señalando mi cuerpo— Quiero que te priorices, es lo que intento decir, quiero que te pongas en primer lugar a ti, yo sanaré, pero no puedo hacerlo si sé que te haces daño por mantenerme a mí a flote, no puedo vivir tranquilo sabiendo que te lastimas por mí, así que por favor guarda reposo, come, descansa, que yo estaré bien, estaré justo aquí ¿De acuerdo?
Al menos ahora se expresó mejor, pensé que yo ya no era de utilidad en su vida, me alegro de que sólo sea su manera de decir que me cuide a mí primero, él sigue teniendo problemas para expresarse.
— ¿Qué haces?
Preguntó al ver que corría las mantas de la cama para ponerme de pie.
— Iré a dormir con los niños, perdón por dormir con Delano.
Me cortó el paso antes de siquiera poder poner ambos pies en el piso.
— Quédate aquí.
— Seguirás pensando que te engañamos si me quedo aquí.
Negó.
— Me quedaré tranquilo sabiendo que, si algo sucede, Delano te ayudará de inmediato. Dame al menos esa paz, por favor.
— No te entiendo — botando el aire con frustración— Ayer querías matarlo, hoy permites que compartamos la cama ¿Cómo saber cuando podemos compartir espacio y cuando no para que no te molestes?
— Lo vi romperse, Jelena, lo vi mientras le hacían lo mismo que a mí, y él quería dos cosas, que lo ayudaran, y que tú fueras por él, pero luego se retractó, dijo que prefería morir a dejar que te metieras en algo tan peligroso, ahí lo entendí todo.
Dando dos pasos atrás.
— ¿Qué entendiste?
— Que Delano haría lo que fuera por ti y yo solo no puedo protegerte.
— ¿Eso qué significa?
El corazón me late como loco dentro del pecho, sus palabras son ambiguas, podría interpretarlo de muchas maneras.
— Significa que no importa qué tan cerca estén, prefiero que sea él, prefiero que siempre estés acompañada por uno de nosotros, te amo demasiado y soy egoísta, eres mía y no pienso hacerme a un lado nunca, no te dejaré ser feliz con otro jamás, pero bien podría tolerar a este imbécil que perseveró y ganó.
— ¿Qué ganó?
— Mi respeto, y a ti. Buenas noches, cosita insignificante, y perdóname otra vez, mañana viene mi psiquiatra, arreglaré esto, te lo prometo.
Le di un manotazo a Delano en cuanto Alexander dejó la habitación, viéndolo abrir un ojo e incorporarse mientras se ríe.
— Era obvio que no estabas dormido, tu sueño es tan liviano como el mío.
— Yo desperté cuando escuché la puerta abrirse, tú te demoraste un poco más Malyshka, te oxidas.
Lo golpee de nuevo, escuchándolo reír.
— Serás cabrón, sólo me relajé un poco porque estabas conmigo, de estar sola, lo hubiese sentido caminar por el pasillo — suspiré subiendo los pies a la cama— ¿Escuchaste lo que dijo?
— Cada palabra.
Dejándose caer de espaldas, apoyando la cabeza sobre las manos.
— ¿Y... qué piensas?
Me miró de reojo, su rostro no me dice nada y mi corazón sigue como loco dentro de su pecho.
— Pienso en cuando estaba follándome a esa chica en el estudio de tatuajes y no dejabas de mirarme la polla, en eso pienso.
Irónico que estuviésemos pensando en el mismo momento.
— Ah.
¿Eso es todo lo que dirás, Jelena?
— ¿Por qué te sonrojas, bombón?
Volteando el rostro esta vez para mirarme mejor.
— ¿Qué te interesa?
— Yo te dije un pensamiento, es justo que compartas el tuyo, y parece ser uno muy sucio.
Sonriendo de lado.
— Sólo para no cagarla — metiendo los pies bajo las mantas— Alexander... ¿Nos dio permiso? ¿Eso es lo que acaba de ocurrir?
— ¿Tú querías su permiso, Malyshka?
Tragar saliva me está costando, esto es horriblemente inapropiado, y se me calienta la sangre al saberlo, me gusta lo que no es correcto, pero esto... esto sí que debería ser incorrecto.
— Dame un momento.
Dejé la cama, evité el charco de sangre y abandoné la habitación, recorriendo el pasillo hasta el cuarto de Alexander, golpeé tres veces y esperé.
— ¿Quién?
Gruñó desde el interior.
— Tengo una duda.
Dije yo esperando a oír su voz otra vez.
— ¿Cuál sería esa?
Apareciendo por la puerta sin camiseta, está por irse a dormir.
— Nunca estuve con Delano.
— Eso ya me lo dijiste, Malyshka.
Que me diga como el otro idiota lo hace, provoca que me hierva más la sangre.
— Pero ahora me estás empujando hacia él, y eso te molestaba.
— Casi te mataron hoy por ir a buscarme, casi abortaste por mis arrebatos, no te preocupas por ti, y yo apenas sé cuidar de mí, necesitamos de alguien cuerdo, Jelena, alguien que nos haga aterrizar cuando la caguemos.
Tragué grueso.
— Eso quiere decir que... si... Delano se pone de coqueto, o si yo duermo con él, o si... le digo que lo quiero otra vez ¿No va a morir nadie?
— ¿Vienes a pedir mi permiso? O sea que sí querías revolcarte con él.
Cruzándose de brazos.
— No. — bueno a veces— Nunca.
— Por eso vienes a confirmar lo que te dije antes — medio sonrió— Jelena, Ivanna me envió un texto.
— ¿Qué te dijo?
¿Por qué hablar de ella ahora?
— Dijo que seguirá trabajando en el prostíbulo, que ella quería probar lo que era tener novio, Delano le pareció un buen partido, pero se aburrió, dijo que Delano siempre te antepuso a todo lo demás, que él dice que tú eras la sustituta de Ivanna cuando es al revés, ella fue tu reemplazo, dijo que la vida de pareja, las reglas, los niños, no son lo suyo, le gusta vivir el día a día y follarse a todo lo que le gustara, que extraña el prostíbulo club, y que quiere dejar al bebé aquí cuando nazca porque no lo quiere, dijo que... le preguntáramos a Delano si se quería hacer cargo, porque si decía que no, que iba a abortarlo.
Abrí mucho los ojos, esa sí fue una sorpresa.
— No hago esto sólo por ti — continuó— Es obvia la tensión sexual entre ustedes, pero Delano me fue leal y se hizo a un lado cuando le comenté sobre mis intereses sobre ti, así que esta es una manera de retribuir a ambos el siempre estar cuando los necesito. Ambos siempre me eligen por sobre ustedes, se los agradezco, pero Delano es como mi hermano, no quiero que sea miserable, eligió mal, una mujer que no quiere pareja ni familia, se obligó a elegirla para no continuar obsesionado contigo, y tú te obligas a mirar en otra dirección cuando es obvio que también sientes cosas por él.
— Pero yo a ti te...
— Me amas, lo sé, estoy muy seguro de eso, me elegiste por sobre los bebés y esa mierda Jelena... — se acarició el cabello rapado— Fue la prueba de amor más grande que me has dado, sé que me amas, no volveré a sentir celos de Delano, si no fuera por mí, ustedes funcionarían bien juntos, así que supongo que podemos ver como funcionar los tres, después de todo, al final del día seguirás siendo mi esposa — encogiéndose de hombros— Deja de comerte la cabeza y ve a hacer lo que quieres hacer, necesitas eliminar estrés, estás muy tensa, tienes muchas cosas en la cabeza y eso no te ayuda, tienes que relajarte.
Le faltó sólo empujarme al cuarto de Delano para hacer énfasis a sus palabras.
— ¿Seguro? Si me das un besito, uno pequeño, te creeré.
Sonrió enternecido, inclinándose hacia mí, besándome en la boca, un beso pequeño, pero me besó.
— Entonces no me odias.
Sonreí amplia dando un par de brincos de la emoción.
— Jamás te odiaría. Puedo odiar a tu género, mucho, pero jamás a ti, preciosa.
— Me preocupaba eso, que me odiaras porque no me querías cerca.
— Eso jamás, sólo necesito tiempo para asimilar los últimos acontecimientos, seré una molestia, lo sé, así que, por favor, tenme paciencia, puede que retrocedamos a esos días en los que no era capaz de tocarte sin sentir pánico o... paralizarme.
— Tenemos todo el tiempo del mundo, firmé un tratado con Yakov, no volveremos a vernos las caras, Nisa y Can se las arreglarán por su cuenta, lo siento, pero mi familia es mi prioridad ahora, así que tengo todo el tiempo del mundo para ti, superaremos esto juntos.
— Gracias Lena, no sé qué haría sin ti.
— Estar perdido por supuesto — sonreí— Llámame si me necesitas, estaré con Delano.
— Lo haré, buenas noches, cosita insignificante.
— Buenas noches, mi pobre león.
Di media vuelta y comencé a recorrer el pasillo otra vez, con cada paso que daba, más se me calentaba la sangre, más rápido me latía el corazón.
Delano estaba en la misma posición cuando lo dejé, me miró con esa sonrisa lobuna que me erizó la piel.
— ¿Y bien? ¿Te dio permiso tu esposo de revolcarte con este sucio Segundo?
Tragué grueso.
Cerré la puerta y subí a la cama hincándome a los pies, viéndolo incorporarse para mirarme.
— Yo... estaba pensando en que quería ser esa chica que te follaste en el estudio, ese día sentí envidia, quería ser ella.
Se lamió los labios mientras reparaba en mi cuerpo.
— ¿Quieres saber qué pienso ahora?
Asentí.
— Quiero tomarte y llevarte al maldito estudio, doblarte sobre ese mismo mueble y cumplir tu fantasía, también pienso en que no estaba tan equivocado en ese entonces, tú sí me deseabas, pero no lo ibas a traicionar y yo respetaba eso... bueno, sobrio, porque ebrio se me fue la lengua un poco, yo jamás le haría daño a Alexander.
— Yo tampoco, es mi esposo y lo amo.
— Y yo también lo quiero, es mi hermano, jamás le quitaría su mujer, no estaba en mis planes gustar de ti. Cuando Ivanna me dijo que estaba embarazada me sentí aliviado, así ocuparía mi cabeza en otra cosa, pero últimamente todo es una mierda, ella se aburrió de jugar a la casita, yo no le gusto, a ella le gustan todos.
— Dijo que no va a volver, dijo que... te preguntáramos si querías al bebé para dejarlo aquí cuando nazca, que si tú no lo quieres... va a abortarlo
Abrió mucho los ojos.
— Está más que claro que no dejaré que aborte a mi hijo, le pagaré si es necesario, pero no lo abortará ¿Dónde se fue?
— Al prostíbulo.
— ¿Me acompañas?
— ¿Ahora?
— Mmm... no, puede ser mañana, no quiero problemas ahora, quiero disfrutar de las libertades que Alexander nos dio sólo por si se arrepiente mañana.
Tomando mi mano, besando el dorso.
— ¿Quieres... hacerlo?
— ¿Tú no?
Desvié ligeramente la vista hacia el problema en su ropa interior, era tan grande y gloriosa como recuerdo, se me humedece la entrepierna ante la idea.
— ¿Estás bien para hacerlo luego de lo que pasó?
Sonrió de lado y jaló de mí hasta tenerme hincada entre sus piernas.
— Jelena, todo en lo que podía pensar era en las ganas que tenía de verte, quería que me sacaras de ahí, y para mí sería un honor que borraras las huellas de esas zorras con tu cuerpo.
— Entonces... creo que tendremos que ir al estudio de tatuajes.
La sonrisa maliciosa le regresó al rostro.
— Hay una cosa que tienes que saber, yo no hago caminos de pétalos ni cuelgo globos, por ti podría hacerlo, pero ahora mismo te tengo tantas ganas que voy a saltarme todos esos pasos, esperé demasiado para ponerte las manos encima, tienes que entenderme, dudo mucho poder actuar con calma.
— No esperaba que te controlaras, te he visto — dejando la cama, estirando mi mano hacia él— Eso mismo es lo que necesito ahora, Alexander dice que estoy muy tensa y necesito relajarme, te necesito.
Eso fue suficiente para verlo saltar fuera de la cama, sujetarme por la cintura y hacerme retroceder hasta chocar con la pared, apoderándose de mi boca, la ansiedad nos juega en contra, un choque de dientes, lenguas y labios nos encontró, Delano metió la mano bajo la camiseta y estrujó mi trasero mientras me pegaba a su cuerpo, metía una pierna entre las mías y me mostraba lo duro que lo tenía, forzándome a gemir ante la voracidad de sus acciones.
— No tienes idea de cuanto desee poder ponerte las manos así.
— Lo hiciste antes.
Respondí jadeante contra su boca.
— No es lo mismo, antes te obligabas a hacerlo, por él, para fingir por él, por su bien, ahora deseas hacerlo, esa es la diferencia.
La puerta se abrió justo cuando Delano tenía posaba su boca contra mi cuello con la intención de dejar una marca, Alexander entró con un montón pequeño de ropa entre las manos.
— Sería egoísta de mi parte no dejarte ropa cuando acaparé el cuarto — dijo sin inmutarse por lo que ve— Y quería ver cuanto se demoraban en lanzarse sobre el otro, quiero ver.
Delano y yo intercambiamos miradas.
— ¿Vas a golpearme después de esto? Porque feliz recibo esa paliza, ahora mismo no me quiero detener.
Admitió el medio peliblanco.
— No, nada de golpes — respondió Alexander tomando asiento en el escritorio— Le dije a Jelena que buscaríamos como funcionar, después de lo que pasó hoy, mi perspectiva de las cosas cambió, ella necesita a alguien que la obligue a cuidarse y que la quiera, ese eres tú, que al mismo tiempo vela por mi a pesar de todo, eres mi hermano, ella mi mujer, esto podría funcionar.
— Si quieres mirar, mira, pero yo me la voy a follar en el primer lugar dónde ambos nos deseamos.
Le dijo Delano.
— Adelante entonces, voy detrás de ustedes.
El medio peliblanco me cargo y dejó el cuarto a paso apresurado, llegamos al estudio de tatuajes, caminó hacia el mismo mueble de aquella vez, me bajó y dobló mi cuerpo, apoyando mis manos en él.
— No hay vuelta atrás ¿Lo quieres, Jelena?
Soltando un gruñido cuando levantó la camiseta y notó que llevo su ropa interior ¿Qué más iba a ponerme? No tenía ropa.
Miré a Alexander acomodarse, este asintió.
— Quiero hacerlo, date prisa.
Arremolinó la camiseta en mis muñecas y bajó la ropa interior de un tirón, separando mis piernas.
— ¿Quieres saber en qué pensaba mientras me la follaba a ella?
Susurró acercándose lo suficiente para sentir su calor, sentirlo tras de mí.
— ¿En qué?
Logré articular al sentir el peso de su longitud sobre mis nalgas.
— En ti, fantaseaba con follarte a ti.
Deslizando su glande por mis pliegues húmedos.
— ¿Quieres que suplique, Delano? Yo no suplico.
— Jamás haría suplicar a mi Koroleva, soy sólo un perro — empujando con suavidad, centímetro a centímetro— Un perro que se toma atribuciones que no le corresponden.
Enrollando mi cabello en su mano, clavándome los dedos de la otra mano en la cadera, jalando de ambos para penetrarme con rudeza.
Arqueé la espalda y solté un gemido alto, carcajeando con los dientes apretados después, debo tener algún problema en mi cabeza, casi me corro por haber sido tratada de esa manera.
No me enorgullece recordar todas las veces que soñé con esto, él y yo, lo incorrecto que era.
— Si quitas las manos de la mesa, voy a detenerme — retirándose, manteniendo únicamente el glande en mi interior, embistiendo con fuerza después— No tengo objeciones con que lo mires — haciendo alusión a Alexander— Pero me gustaría que te concentres en nosotros ahora, quiero demostrarte que soy sincero, no eres un juego ni un capricho, nunca lo fuiste.
— Si jugaras con alguien, jugarías con todas menos conmigo.
Confío en Delano, tanto, que le confié mi vida, y sigo haciéndolo.
— Es bueno que lo sepas — embistiendo un poco más rápido— Porque jamás me atrevería a hacerte daño — fui consciente que levantó la cabeza, se detuvo y miró a Alexander— Dime ahora si esto te molesta y me detendré, me iré y fingiremos que jamás pasó.
Miré a mi esposo observándonos quieto, luciendo su gloriosa erección oculta bajo la ropa, no pensé que le excitara o que disfrutara el ver esto luego de lo que sucedió, temía que sufriera algún ataque de pánico si venía.
— Continua.
Pidió con voz ronca.
— ¿Tienes ganas de romperme la columna en dos ya?
Lo molestó Delano.
— Luego de que mi mujer arriesgara su vida y su embarazo por ambos, podría acostumbrarme a la idea de ustedes dos juntos, yo no soy suficiente para protegerla, dos de nosotros es mejor, si eres tú, me siento tranquilo, así que, si ella quiere tener dos hombres, los tendrá, puedo compartir un pedacito de ella contigo, es mi esposa, no lo olvides, sigue siendo en su mayoría, mía.
Delano comenzó a moverse otra vez, acaba de recibir la autorización de su Boss.
— Un pedacito de ella es más que suficiente, es todo lo que necesito.
Pegando mi espalda a su pecho, sujetó mi rostro y guio mi boca a la suya para besarme.
Supongo que un embarazo de alto riesgo prohibiría lo que estamos a punto de hacer, pero si mami está feliz, bebés felices y todos felices, no puedo decirle que no a esta oportunidad, será buena practica para averiguar si siento atracción sexual por Delano nada más o existe algo debajo, un polvo como este será suficiente para descifrar qué ocurre conmigo, con ambos.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
HE REGRESADOOO
ADMITO QUE MIENTRAS ESCRIBÍA, ME DORMÍ AL MENOS UNA HORA, DESPERTÉ Y TENÍA PENDIENTE COMO 10 LINEAS, ASÍ QUE MEJOR SÍ LAS TERMINÉ
QUÉ SERÁ ESTO QUE SIENTE DELANO Y JELENA? ES CIERTO QUE EN EL PASADO SE CONFUNDIERON BASTANTE
ALEXANDER ACCEDERÁ A LA BUENA O SÓLO ES SU MANERA DE CASTIGARSE?
YA LO HIZO CON SU CABELLO, SOPORTÓ EL CORTE CON LA NAVAJA, BIEN PODRÍA SER UNA MÁS DE SUS MULTIPLES AUTOTORTURAS
DE IVANNA... LA VERDAD NO SÉ QUÉ PENSAR, ELLA SIEMPRE FUE UN ALMA LIBRE Y LE PEDIMOS MUCHO
DELANO ESTÁ MÁS QUE EMOCIONADO CON LA IDEA
JELENA QUIERE, PERO SIGUE PENSANDO EN ALEXANDER, SIEMPRE PIENSA EN ÉL
ALEXANDER CUANDO DIJO QUE LE DABA UN PEDACITO, YO DIGO QUE ES UN 1%, YA VEREMOS SI ES POSIBLE QUE FUNCIONE, SI ERA ATRACCIÓN SEXUAL, SI ES ALGO MÁS, YA VEREMOS
Y QUEDA PENDIENTE LA CONVERSACIÓN CON IVANNA, TIENE MUCHO QUE EXPLICAR
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BBCITAS
BESITOS EN LA COLA
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top