Capítulo 17

JELENA.

Miré a Ivanna abrir los kilos de sal sin temblar ni un poco, los rastros de lagrimas siguen en sus pestañas, las mejillas sonrojadas por el llanto, cualquiera pensaría que se ve hermosamente vulnerable, pero no, el brillo letal en su mirada me dice que esta es la calma antes de la tormenta, esta es sólo la primera vez que se ensuciará las manos, la primera de muchas, está por nacer un monstruo.

Y yo estoy orgullosa de ella.

— ¿Sabían que apenas cuatro cucharas de sopa de sal pueden matar a una persona? — comenzando a girar alrededor de quienes hoy van a morir— El cuerpo intenta eliminar la sal por la orina, lo que causa una condición llamada hipernatremia lo que es un exceso de sodio en sangre — acariciando con brusquedad la cabeza del más golpeado— Lo que, a su vez, causa un edema cerebral, se acumula liquido en el cerebro y posterior a eso, mueren.

— No usaremos sólo cuatro cucharas ¿Cierto? Ellos merecen una muerte peor, más dolorosa.

Aportó Ivanna observándome con interés y molestia, supongo que cuatro cucharas no son suficientes para calmar su sed de sangre.

— Por supuesto que no, por mí, puedes darle un kilo a cada uno, no me interesa lo que pase con estas mierdas traicioneras.

Pateando a uno de ellos tan fuerte que su rostro quedó estampado en el piso, fue Akim quien lo levantó para que se alineara con los demás otra vez, dos filas de idiotas amarrados de pies y manos.

— ¿Puedo comenzar ya? Estoy ansiosa.

Nadie en su sano juicio detendría a una mujer a punto de cobrar venganza. Los hombres son terribles, sí, pero una mujer con buenos motivos es mil veces peor.

— Todos tuyos, nena, mátalos como quieras.

Mis perros leales la ayudaron, acercándose al afortunado que será la primera victima de la pelinegra, sujetándole bien la cabeza, inmovilizándolo mientras otro pone el embudo dentro de su boca, impidiéndole liberarse.

— Esto es por burlarte de mi hombre — le dijo Ivanna— Sus cabellos blancos son hermosos, bastardo hijo de puta — volteando el kilo de sal abierto dentro del embudo— Es inteligente, fuerte, es leal, es buen peleador, buen jefe, bueno con las armas, buen profesor — pisándole las bolas con fuerza— Es bueno en todo, maldita sea, en todo, y es el hombre que amo, el padre de mi futuro hijo, así que voy a cuidar de él tal y como él lo hace conmigo.

Recibiendo el agua que le ofrecieron para que la sal pasara más rápido por el embudo, viendo como el sujeto comienza a ponerse rojo, tosiendo y forcejeando.

— Es demasiado lento, maldita sea, demasiado lento —Protestó Ivanna, soltando la sal, mirando al hombre que sujeta a su víctima— Dame tu arma, y cuidado que no soy para nada buena.

El hombre no dudó en dársela.

— Los pies alineados con los hombros — le dijo, colocándose a su espalda sin tocarla— El brazo recto, no dudes, no titubees, no merecen la compasión tuya, carga el arma, si no la sostienes bien te irás hacia atrás por la fuerza de eyección de la bala, apunta bien sin usar la mira, fíjate siempre en el cañón, y que el odio no te consuma, las emociones no van de la mano con el uso de armas.

— Gracias por los consejos.

Dijo Ivanna cargando el arma y disparando al primer sujeto directo en la frente.

Yo los hubiese hecho sufrir mucho más, pero esta es la venganza de la pelinegra, que ella decida como morirán, este es su momento.

Levantó el arma de nuevo y apuntó al siguiente sujeto, disparando directo a las bolas, escuchando el grito de dolor, luego le disparó en la garganta, dejándolo desangrar mientras pasaba al siguiente, y al siguiente, pidiendo otra arma cuando se le acabaron las balas, no va a detenerse, una vez comienzas, es imposible detenerse.

— Será tremenda — dije a Delano, parándome frente a él para curarle las heridas— Estoy feliz al saber que cuentas con alguien como ella, que no estás solo.

En realidad nunca lo estuvo, Alexander y yo siempre le hemos cuidado la espalda tal y cómo él nos la cuida a nosotros.

— Podía defenderme solo, es una vergüenza ser defendido por otro, hombre o mujer. Yo debo pelear mis propias batallas — se quejó cuando presioné demasiado fuerte sobre su labio partido— Pero sí, es un honor tenerla como pareja, y me... duele el pecho de orgullo al ver su avance, estoy feliz de ver que por fin terminó de encajar, sólo mírala —observándola con orgullo— Mata sin titubear, ya no duda, tiene unas agallas increíbles.

— Por nuestras parejas somos capaces de cualquier cosa, inclusive de rompernos y volvernos a armar para adaptarnos mejor, y no te sientas culpable que te conozco, en mi caso, tu me viste, yo era una santa, pero ahora disfruto mi vida mil veces más, sin privaciones, así es como me gusta, es mi decisión, e Ivanna tuvo la misma oportunidad, ella decidió, quiere estar aquí.

Desvié la vista al escuchar pasos pequeños acercarse, mi hija, a su lado, Sasha, el león que no la pierde de vista nunca.

— Cotorra, creo que este no es escenario para mocosas — le dijo Delano— Mejor regresa cuando estén todos muertos.

Tanya lo miró mal y negó lentamente, chasqueando la lengua, pasando de él para mirarme a mí.

— Mami, fui a ver a papá y está muy caliente, está sudando y habla dormido, parece que le duele algo, Ezra dijo que viniera a avisar de inmediato.

Miré las heridas de Delano, y luego a mi hija.

— Ok, cariño. Ve y dile a Ezra que subo en cuanto termine con tu tío ¿De acuerdo? No tardo, papá es fuerte, estará bien.

— Sí mami.

Dio media vuelta y salió corriendo por la puerta con su mascota pisándole los pies, entonces miré a Delano de nuevo para continuar curándole el rostro.

— Ve a ver a Alexander, yo estoy bien.

Dijo sin moverse ni un poco, apretando las manos en puño cada tanto, le duele, pero se hace el duro.

— Termino aquí y subo a verlo, serán cinco minutos.

— Pero es tu esposo.

— Sí, y tú mi mejor amigo.

Cambiando de gasa, empapándola de suero y limpiándolo otra vez.

— Pero él...

— Es fuerte, y un tonto también, se dejó herir, no fue cuidadoso, un par de minutos solo no lo matarán, sólo deja que termine contigo.

Soltó un largo suspiro y cerró los ojos, resignándose.

— En ocasiones siento que me favoreces demasiado, soy solo tu segundo.

Di un brinco de la sorpresa al escuchar la tanda de tiros que soltó la pelinegra, miré sobre mi hombro como vacía un cargador completo sobre el cuerpo de uno de los sujetos, y no le dio a ningún punto vital, ella quiere que sufra y se desangre lento.

Esa es mi chiquita cruel.

— Eres parte de la familia — regresando la vista a él— Sin ti, yo me muero.

— Dramática.

— Valórate un poco más, pronto serás padre, y eres el padrino de mis hijos, eres mi alma gemela en el frasco de mejor amigo, así que te me cuidas, te me valoras y comienzas a defenderte, porque bien que he visto que te dejas golpear en ocasiones — sujeté su mentón— No te lo mereces.

Desvió la vista, pero no quitó el rostro de entre mis dedos.

— No lo sé, puede que sí, soy diferente.

— Seguro todos somos iguales en esta casa, no hables mierda, Delano, o te envío con el psicólogo a ti también, eres el hombre más hermoso que he visto, te lo dije cuando nos conocimos.

— Pero lo elegiste a él ¿No es así?

Mirándome otra vez.

Solté su rostro y comencé a curarlo nuevamente, sin apartar la vista de sus ojos.

— Sí, lo elegí a él porque jamás me sentí tan amada, protegida y respetada que cuando estaba a su lado. Para ti, yo era un capricho, era el reemplazo de lo que en verdad querías.

— Ivanna — suspiró sonriente, mirando a su chica torturar a los bastardos que lo agredieron— Yo te... te quiero, sí, pero como amiga, jamás te vi diferente, nunca, ni una sola vez, quizá confundí las cosas por despecho cuando Ivanna me rechazaba y tú eras la mujer más cercana que tenía para descargar mis frustraciones, pero quiero que quede claro que yo siempre la amé a ella.

— Y yo siempre amé a Alexander, no cabe duda de que yo era un capricho para ti, así que... ¿Estamos bien?

— Estamos bien, guapa.

Sonriéndome ahora que su rostro estaba bien limpio y con sus parches.

— Ahora iré a ver a mi hombre, asegúrate de darle un buen agradecimiento a tu mujer.

— Eso ni siquiera lo pongas en duda.

La malicia brillándole en los ojos, algo me dice que Ivanna se lo va a pasar muy bien.

Dejé el comedor y recorrí los pasillos con un poquito de prisa, subí las escaleras y entré al cuarto, viendo a Tanya ponerle un paño en la frente, el piso está mojado, probablemente goteó hasta llegar aquí, pero la intención es lo que cuenta.

— ¿Cómo está el paciente, enfermera Volkova?

Pregunté a mi cachorra.

— Medio muerto, doctora mami, caliente como el pancito que ponemos en el horno por las mañanas, pero respira.

Intenté no reírme por su comparación, ella explica las cosas a su manera, no debo olvidar que es una niña.

— Ok, me hago cargo desde ahora, cielo, llegarás tarde a tus lecciones de chino — acariciando su cabello— Ve con Ezra.

— ¿Cómo está el tío Delano?

Preguntó con un deje de preocupación en su voz, las cejas juntas, el ceño fruncido.

— Bien, la tía Ivanna sigue haciendo de las suyas, aún no maneja bien la pistola así que quédate lejos de la sala ¿De acuerdo?

— Sí mami.

Saltó hacia la cama, cerca de dónde yo estaba parada, subió al colchón, besó mi mejilla y se marchó como un torbellino, cerrando la puerta tras ella, dejándome a solas con mi marido.

Primero me dediqué a secar el piso con rapidez, lavé mis manos y regresé con Alexander para quitarle el trapo que gotea, tiene la almohada empapada no lleva camiseta al menos, eso es un punto extra a cosas que no debo cambiar.

Con mucho cuidado sostuve su cabeza y quité la almohada, dejándola junto con el trapo en el cesto de la ropa sucia, regresando con él para colocarle una nueva almohada, tocándole la frente, efectivamente sigue teniendo fiebre.

— Tú tranquilo pobre león, que yo te cuido.

Fui por el botiquín que mantenemos siempre en caso de urgencias, un suero, una bajada, catéter y medicamentos, preparando todo rápidamente, tomando su mano derecha, colocándole la liga un poco más arriba para que se le saltara la vena exquisita que tiene, puncionando, conectando la bajada de suero para que el medicamento le haga efecto más rápido, aseguré la zona, conecté todo y eliminé los envases de lo utilizado, regresando luego al cuarto, tomando asiento a su lado para admirar su bello rostro cansado, al menos ya no tiene expresión de dolor, descansa.

— ¿Ahora sí, amor?

Acariciándole el cabello, besando su mejilla.

— Descansa que yo me hago cargo de todo.

Di aviso para que le pusieran un ojo encima mientras yo iba directo al despacho y me libraba del molesto papeleo, lo siguiente en mi lista es ir a visitar a mi tío Venka Zotova, hoy terminamos de firmar los contratos de prestaciones para que su restaurante inicie en mi hotel, y si las cosas funcionen, quizá podamos expandirnos y trabajar en conjunto con un par más de hoteles de lujo que tengo por aquí.

— ¿Dónde crees que vas, mocosa? Y sola, cabe destacar.

Dijo Luka, el tío de Alexander, interrumpiéndome en lo que subía a mi auto para conducir hasta el café dónde mi tío espera.

— Voy a cerrar negocios, regreso en un rato, no quiero sacar perros de la casa, el lugar necesita mantenerse vigilado, hay muchos niños y mujeres por aquí que cuentan conmigo y la seguridad de este lugar, murieron veinte sujetos hoy, necesito ir a la jaula para recuperar esos imbéciles traidores.

Suspiré, frotándome la sien, es difícil esto de estar al mando, demasiadas cosas que hacer al mismo tiempo.

— Primero, criatura del diablo, tu seguridad es prioridad aquí, por lo tanto, te vas con al menos cinco escoltas, segundo, yo iré contigo también, son negocios y yo soy muy bueno en los negocios, además, me haré viejo encerrado aquí, quiero salir, pero no solo, no arriesgaré mi cabeza.

— Entonces vamos — encogiéndome de hombros— Pero sacar cinco de mis hombres es un poco...

— Cinco y nada menos, dame esas llaves antes de que me dejes botado aquí — extendiendo su mano hacia mí— Nos iremos en cinco minutos, lo prometo.

— Está bien — rodando los ojos, entregándole las llaves— Aquí te espero.

— Pero yo manejo, cuidado con la panza, embarazada.

De todas maneras, tomé asiento tras el volante y lo esperé, llegando en menos de cinco minutos con escoltas que rápidamente subieron a sus autos, luego llegó Luka con su hermana, Irina del brazo.

— También quiso venir, espero que no te moleste.

Dijo el apuesto tío de mi marido, sin duda los Volkov tienen veneno en vez de sangre, pero los condenados tienen muy buenos genes.

— Ok, suban ambos, nos vamos, pero yo conduzco, mi auto, nadie conduce a mi bebé además de mí, es un preciado regalo de Alexander.

Pidiendo de regreso las llaves, cosa que a Luka no le gustó mucho, pero me las entregó, tomando asiento en el lugar del copiloto mientras Irina se ubicaba atrás.

— Alexander está vivo por si no recuerdas, mija, hablas del auto como si fuese lo último que te dejó antes de morir.

— Cuando el auto llegó, si que pensé que era lo ultimo que me había dejado, así que lo cuido sagradamente — echándolo a andar— Sigo teniendo miedo de que la vida que llevamos me quite a tu sobrino, así que... atesoro todos los momentos juntos, todos sus regalos, a nuestros hijos, los días de este embarazo en su compañía, todo. Vivo con el miedo constante de que alguien me quite lo que quiero — dejando la casa atrás— Por eso la seguridad es mi prioridad, siempre, para todos.

— Te entiendo, y entiendo tu miedo — dijo Irina, apoyando su mano en mi hombro, dándome un ligero apretón— Pero tu seguridad es igual de importante que la del resto, Alexander se muere si te pierde, literalmente se muere, te ama, eres la mujer que lo ayudó a superar su gran trauma, le diste una familia, le diste amor, un hogar cálido, sólo piensa cómo se sentiría él si te pasa algo mientras él está convaleciente sin poder hacer nada, se muere.

Solté un suspiro largo y tembloroso.

— Iré a La Jaula hoy, si quieren acompañarme, son bienvenidos, pero la que soy allá y la que soy con ustedes es una versión muy diferente, en ese lugar soy la degolladora, participaré en las peleas y mataré a más de alguien.

Intentando dejar atrás el tema de la muerte, el olvido, y la protección, me enferma el tema.

— Yo voy, no me lo pierdo por nada.

Se animó Luka.

Internamente le agradezco que no insista con el tema de la seguridad.

— Yo también voy, intento adaptarme e ir a ese lugar será buena práctica, siempre y cuando me dejes un par de escoltas, porque sinceramente me aterra andar sola en La Jaula.

— Por supuesto, te dejaré con mis hombres de confianza, nada te sucederá.

— Gracias sobrinita que siempre quise tener.

Chilló feliz, subiéndole a la radio, comenzando a cantar a todo pulmón That that de PSY y SUGA, lo que hizo mucho más agradable y corto el viaje.

***

Al llegar al café dónde nos reuniríamos con Venka, quien ya esperaba ahí, de pierna arriba, leyendo el periódico, un café a medio servir frente a él, nos acercamos a la mesa y toqué su hombro con sutileza, dedicándole mi mejor sonrisa inocente.

— Hola tío, tendremos que cambiar de mesa a una más amplia, vine con invitados.

La idea no pareció gustarle mucho, miró a mi familia política con desconfianza, como si pudiera ver que son Volkov ¿Es que ambas familias Zotova y Volkov jamás podrán llevarse?

— Jelena... pensé que vendrías sola.

Dijo a modo de saludo, señalando a mis acompañantes, escoltas y familiares.

— Bien sabes que jamás ando sola, una mujer en mi posición jamás anda sola, o desarmada.

Mostrándole mis armas bajo el abrigo, lo que lo hizo temblar ligeramente.

— Y creí que para reunirte conmigo tampoco traerías armas.

Irguiendo su postura, a la defensiva.

— No seas idiota ¿Crees que ella te disparará sin razón alguna? — intervino Luka— Tú sólo compórtate, has lo que tengas que hacer y ya está. Agradécele al menos, tus hermanas están a salvo viviendo con ella, cómodas, bien alimentadas, con sus caprichos bien cubiertos. Idiota.

Cruzándose de brazos mientras rueda los ojos, está indignado.

— Creí que habíamos superado esa etapa en la que me temías, tío — suspiré— Deja que acabe con tu sufrimiento, dame ese contrato, lo firmaré y me iré, así puedes seguir disfrutando de tu patética soledad.

Extendiendo la mano hacia él.

— No se puede confiar en un Volkov, son un cáncer — dijo Venka— Y lamentablemente, sobrina, te encanta llevar su apellido — entregándome la carpeta con los documentos— Que mis hermanas están bien... eso... ¿Por cuánto tiempo será antes de que te aburran o alguien más llegue para lastimarlas?

Abrí la carpeta, tomé los contratos y firmé sobre la línea punteada.

— Será hasta que ellas quieran, por cierto, llegaron Naia y Liam, están con nosotros — abrió los ojos de la sorpresa— Al parecer ninguna te lo informó, quizá porque eres un cascarrabias de mente cerrada. No todos los Volkov son malos — quedándome con las copias, empujando la carpeta hacia él— Ellas lo comprenden, tú pareces no...

— Yo soy el único cuerdo que ve bien las cosas, tú eres una mala persona, lastimas, matas, amenazas, y todo sin arrugarte ni un poco, eso no es normal, Jelena, es que esa familia ya te...

— Mi familia — lo interrumpí— Jelena Volkova — puntualicé— También tengo ese apellido, apellido que porto con orgullo porque mi esposo es un gran hombre, un excelente marido y un estupendo padre — irguiéndome— Al parecer no seré yo la que se quede sola, después de todo el único que veo comiendo sin compañía aquí eres tú, no yo. Felicidades por cerrar el trato, conmigo siempre se gana mucho dinero.

Dando media vuelta para salir del café, mis escoltas abrieron la puerta para mí y mis acompañantes, otros dos me guiaron al auto, abriendo la puerta para mí, arrancando en cuanto Irina cerró la puerta... o quizá la cerró mientras ya iba por la calle, no lo recuerdo bien, estoy algo molesta.

— Ok — suspiré intentando relajarme— Ok, esto salió peor de lo que pensaba, pero no nos va a aguar el paseo ¿Vamos por un helado gigante para quedar diabéticos?

— Acepto, sobrina.

Dijo Irina, apoyando su mano en mi hombro, dándome su apoyo, sin preguntar, sin hablar del tema, nada.

— Yo acepto también, y yo invito — dijo Luka— Piensen en los sabores que quieran, de hecho, conozco una heladería muy grande por acá, sobrina, dobla a la derecha en la siguiente avenida, hay sabores de todo lo que te puedas imaginar, son exquisitos.

— Pues entonces tú me guías, tío Luka, muero por una copa gigante de helado de todos los tipos de chocolate que hay.

— Lo que quieras, guapa, a una embarazada no se le niega nada.

Dijo Luka, feliz.

Y a mi se me pasó el mal sabor de boca que me dejó el idiota de Venka, que se joda y se muera sólo.

***

A las ocho de la noche, Alexander apareció por la puerta del comedor, se sujeta el costado y camina lento, tomando asiento en su lugar. El personal rápidamente le armó su puesto, sirviéndole de todo lo que a él le gustaba, colocándole el plato calentito frente a él.

— ¿Sigues molesta, bebé? Te juro que estoy bien, no sé por qué dormí tanto.

Dijo a modo de saludo, besándome en la boca, sabe a pasta de dientes.

— ¿Seguro te sientes bien? Has tenido fiebre durante el día, me ocupé de la vía, Delano te la quitó más tarde, Akim tuvo que ponerte otra —suspiré— Te limpié el cuerpo tres veces, sudabas mucho, cambié la ropa de la cama en dos ocasiones y no lo sentiste, así que tú dime ¿Te sientes realmente bien?

Puso rostro de circunstancias, yo intenté relajar el rostro porque soy consciente de que he estado molesta todo el día por la escenita con mi tío, eso me descompuso y mi mal humor regresó luego de los seis sabores de helado que me comí, con Oreo molida encima, M&M y salsa de manjar, fue una bomba, deliciosa, el azúcar ayudó por unas dos horas hasta que tuve que organizar el contrato junto con los otros.

— Bueno... sí me duele el cuerpo y me siento algo mareado, pero ya me bajó la fiebre, y... lamento haber hecho doble trabajo para ti, no es bueno que hagas fuerzas con el embarazo, lo siento, bebé.

Me incliné hacia él, besándole la boca, sonriéndole.

— Está bien, te he dicho que no soy de cristal, así que tranquilo, tú cuidas de mí y yo cuido de ti, así es esto ¿No?

No parece muy convencido, es más, posó su mano en mi panza y frunció el ceño, parece aún un poco... ido.

Es más, no quitó la mano de mi panza durante toda la cena, usó una sola mano para todo, mirándome de reojo cada tanto, sigue ansioso.

— Alexander, iré a La Jaula hoy ¿Te quedarás o vas conmigo?

Le pregunté mientras masticaba el ultimo bocado, al parecer lo tomé desprevenido porque se atoró, comenzando a toser.

— Ay Alexander — acercándole el vaso de agua— respira, hombre, que no es algo que no haya hecho antes.

— Pero los bebés... si algo te pasa... — golpeándose el pecho, llamando la atención de todos en la mesa— Digo... si tu quieres ir, pues vas, pero... sí quiero ir contigo.

— No vas a interferir.

— No, claro que no, en ese lugar quedamos en que ninguno desautoriza al otro, pero no deja de preocuparme.

Suspiré.

— Lo sé, yo lo sé, pero voy a ir, matamos a veinte idiotas hoy, tengo que reponerlos.

Abrió los ojos de la sorpresa.

— ¿Veinte? ¿Y que te hicieron? ¿Les quitaron las etiquetas a tus carpetas o qué?

Fruncí el ceño, acción que lo hizo levantar los brazos a modo de rendición, haciendo reír a nuestras familias que parecen muy pendientes de nosotros ahora.

— Tuve una reunión de negocios con mi tío Venka hoy, no salió bien, cerré el trato, sí, pero me dijo un par de cosas que me molestaron, así que... sigo molesta.

— ¿Qué fue lo que te dijo? ¿Quieres que lo haga pagar por eso?

— No déjalo así, ya lo solucioné —suspiré— Sólo... piensa bien si quieres ir conmigo, me voy a la media noche, llevaré a tus tíos y a Ivanna.

— Claro que voy, donde tú estés, yo estaré, preciosa, somos un equipo.

Besando el dorso de mi mano.

— Entonces a La Jaula más tarde, decidido.

— Y mañana nos iremos al club prostíbulo — dijo Ivanna— A saludar a las chicas, nos invitaron, estarán todos allá.

— ¿Los vedettos también?

Protestó Alexander.

— Sí, ellos también, somos amigos, Alexander —le dijo la pelinegra— Jelena está casada, ya no se frota con otros.

— ¿Te frotaste con otros?

Me miró entre la indignación y la sorpresa, acción que me hizo reír.

— Sí, pero nada del otro mundo.

Carcajee viendo su rostro.

— Pero lo hiciste ¿Cuándo? Quiero saber nombre y ocupación ¿Vive? Porque si vive, me asegurare de que ya no lo haga, bebé.

Irina se cubrió la boca para amortiguar la risa, y es que Alexander es divertidísimo cuando salen a la luz sus arranques de celos.

— Entonces deberías anotar a Delano — le dijo Ivanna— Porque es con quien más lo hizo ¿No es así, amor?

Delano palideció, hasta el tenedor se le cayó al pobre, lo que me hizo reír un poquitín más fuerte.

— Delano, creí que habíamos superado esa etapa ¿Por qué Ivanna no está celosa?

Protestó mi marido.

— Porque yo le dije que lo hicieran, ambos estaban borrachos, yo era la profesora, borracha, pero la con más experiencia, entonces ellos...

Delano le cubrió la boca y me miró suplicante, buscando una salida.

— No mas detalles, pecas que quiero seguir viviendo.

Dijo el medio peliblanco, y eso hizo reír a Luka quien no se aguantó, soltando una gran carcajada, ganándose una mirada de desaprobación de Alexander.

— Eso, todos búrlense de Alexander el cornudo, continúen.

Soltándose el cabello, atándoselo otra vez, su tic nervioso.

— Que no eres cornudo amor.

Acariciándole el brazo mientras me rio, es inevitable.

— Bueno, al menos el cornudo aquí hizo que sonrías, eso es bueno.

Contagiándose con mi risa, riendo también.

— Señorita, tiene visita.

Giré el rostro hacia uno de mis mayordomos, frunciendo el ceño, miré el exterior, la nieve cae y cae con insistencia, el clima está horrible.

— ¿Quién es?

— Ilias Volkov, dijo que... acordó algo con usted y quiere cumplirlo.

Miré a Alexander quien se levantó de golpe con el ceño fruncido, dispuesto a ir y discutir con su tío.

— Ok, ok, está bien — poniéndome en pie, sujetándolo del brazo— Ilias... Yo le dije que podía venir, los niños están encariñados con él, hablé con ambos a solas, Naia y Liam, Ilias jamás les tocó un solo pelo, es más, es quien los defendía de la furia de Yakov, así que le dije que, si me los devolvía en una pieza, yo lo dejaría verlos siempre que fuera con supervisión — expliqué a todos, incluida Zara que está blanca como el papel— Así que... déjenlo pasar sólo a él, lo espero en mi despacho.

— Sí, señorita.

Inmediatamente después tuve a mi madre frente a mí, lo siguiente que sentí fue el sonido de la cachetada que me dio, girándome el rostro, luego vino el dolor.

— ¡¿Cómo te atreves?!

Tuvo la intención de golpearme de nuevo, pero Alexander la detuvo, sujetándola por el brazo.

— A mi esposa no la tocas, maldita sea. Agradece que eres su madre, o ya estarías muerta.

Apretando ligeramente más fuerte.

— ¿Cómo te atreves? — me miró con odio, apretando los dientes— Mis hijos, ellos estuvieron años lejos de mí ¿Y quieres que vean a su secuestrador?

— En mi casa, bajo mi supervisión, ellos estarán bien, Zara. Jamás permitiría que se lastimaran, son mis hermanos.

— No son tus hermanos — empujándome con su otra mano— Ellos no están podridos como tú, aún tienen escapatoria de la vida de mierda que elegiste junto a estos... criminales.

Empujándome otra vez, Alexander tuvo que sujetarla para que dejara de hacerlo.

— Mami ya basta... yo quiero verlo, Lena no tiene la culpa.

Dijo Naia, sujetando a su madre de la ropa.

— Yo también quiero ver al tío Ilias, le dispararon por salvarme a mí — dijo Liam— Lena no tiene la culpa de nada...

Acaricié el cabello del niño, haciendo uso del poco autocontrol que me queda.

— Vuelve a tocarme, Zara, y te los voy a quitar, te echaré de la casa y no podrás volver a entrar —Amenacé con voz calma— Vamos niños, el postre se lo comen en el despacho.

— Jelena...

Miré a Alexander por sobre el hombro, viendo que aún sujeta a Zara.

— Estoy bien, amor, gracias.

— ¿Segura?

Claro que no estoy bien.

— Sí, segura. Tú deberías ir a verte las heridas, se abrieron, yo estoy en una pieza, ya regreso.

Asintió no muy convencido, pero no me siguió, recorrí el pasillo con calma en compañía de los niños, una mano sobre el hombro de cada uno, contando hasta mil para no volver y cometer una tontería contra la mujer que me parió, ahora sí que estoy furiosa, hace meses que no dejo que alguien me levante la mano y se las lleve peladas, pero esto no se va a quedar así, Zara me las va a pagar.



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BUENAS BUENAS BABYS 

NOS REENCONTRAMOS

ESPERO QUE TODAS TENGAN UN AÑO NUEVO MAGINIFICO, SÉ QUE PARA ALGUNAS ESTE AÑO NO HA SIDO EL MEJOR, HEMOS PASADO POR ALTOS Y BAJOS, HEMOS PERDIDO PERSONAS, NOS HEMOS SENTIDO BAJONEADAS, POR ESO ESPERO QUE EL 2023 VENGA CON COSAS MIL VECES MEJOR PARA TODAS, LLENA DE ÉXITO Y ALEGRIA.

BESITOS PARA TODAS MIS NENAS BELLAS, BIENVENIDAS A LAS NUEVAS Y RECUERDEN QUE TENEMOS UN GRUPO DE WSP EN EL QUE YA TODAS SOMOS PRACTICAMENTE FAMILIA, ESE GRUPO ES LO MEJOR QUE ME PASÓ ESTE AÑO, GRACIAS A TODAS Y CADA UNA DE USTEDES POR SIEMPRE ESTAR CUANDO ME SIENTO DESMOTIVADA

UN BESITO EN LA COLA PARA TODAS

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO 

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