Capítulo 1
JELENA.
Bajé del auto cerrando la puerta con fuerza, viendo a uno de mis hombros bajar a la mujer que aparentemente es mi madre, cruzando por el lado del Boss, mi marido, bajando la cabeza nada más, caminando fuerte y derecho hacia el interior de la casa, sin darle la posibilidad de preguntarle que joder hace esa mujer aquí.
En ocasiones me jode que haga que me sigan, hoy me sirvió, sí, pero en estos momentos, todo lo que hace me molesta, que respire, me molesta, que me mire, me molesta, y que camine hacia mí con cautela, me molesta.
Sabe que estoy molesta, a mi león blanco no se le escapa nada ¡Y ESO TAMBIÉN ME MOLESTA!
— Jelena ¿Qué hacías en ese lugar? ¿Quién es esa mujer?
Rápidamente nuestros hombres se dispersaron para darnos privacidad, más bien... corrieron los muy cobardes, que yo esté molesta no presagia nada bueno.
— Es mi mamá, me estaba buscando.
Casi se le salieron los ojos al escuchar mis palabras, abrió y cerró la boca sin saber en realidad qué decir, así que continuaría.
— Ella estaba buscando a una Jelena, la monja más joven del convento, dice que lleva meses intentando saber si ella sigue viva, le dije que yo era su amiga bla bla bla, en resumen, tu papá mató al mío, secuestró a mi mamá, la empujó a abandonarme en ese puto claustro, la preñó y le quitó a los bebés, mellizos — cruzándome de brazos— ¿Qué mierda tiene tu familia con la mía? La que dice ser mi madre dijo que Viktor sabía quién yo era y que por eso me quería, porque me parezco a la mujer que acaba de entrar — acomodándome el cabello con frustración— Dijo que... tú ibas a entregarme a él, los negocios que tenías con los padres no fueron al azar...
— Jelena... yo... no sé qué decir.
Y yo debo saberlo, todo, claro.
— Viktor quería que los mataras ¿No? ¿Te dijo que me dejaras viva? ¿Te dijo que me llevaras contigo?
Se soltó el cabello y lo ató otra vez, mirando un punto ciego tras de mí, probablemente pensando qué decirme, quizá la mujer no estaba tan equivocada y todo lo que pasó fue lo que Viktor quería que sucediera.
— ¡Alexander!
Perdiendo la paciencia al ver que el tiempo avanzaba y él no respondía.
— ¿Quieres la verdad o quieres que te haga sentir bien con lo que diga?
Esto no pinta para bien, no pinta nada bien...
— Nunca me mientas, por más que la verdad duela, no me mientas, carajo.
Suspiró y se acercó, intentando tocarme, di un paso atrás y me crucé de brazos para que no pudiera tocarme la mano otra vez, quería respuestas, no necesito que se ponga cariñoso ahora.
— Mi padre me envió a ese convento, sí, me hizo hacer negocios con esos padres, tenían que ser en especifico esos hombres porque visitaban el claustro que Viktor quería, había muchos otros que consumen la mierda que vendemos — suspiró— Me dijo cuando tenía que ir, esa noche... no aparecí porque sí a esa hora, en ese lugar y justo en ese momento, Viktor... Viktor sabía lo que te iba a pasar, él quería que yo lo impidiera porque quería ser el primero, quería tomarte y yo... se supone que tenía que llevarte con él, pero no pude.
La bilis me subió por la garganta y tuve que hacer maravillas para no vomitar, cubrí mi boca con la mano y apreté los ojos con fuerza, respirando, intentando calmar las arcadas.
— Jelena, yo no soy un hijo de puta... digo, lo soy, pero jamás caería tan bajo, iba a ir a buscarte, pero no te entregaría, no eras una cosa maldita sea, a mí me pasó lo mismo que él quería hacerte ¿Cómo mierda iba a ser capaz de entregarte?
Abrí los ojos mirándolo con odio, bajando las manos.
— ¿No se te ocurrió en algún momento contarme esto?
— ¿Para qué? ¿Para torturarte más? Viktor no iba a ponerte una mano encima, ese era el plan hasta que tú sola te le entregaste maldita sea, yo sólo intentaba protegerte de una verdad que iba a lastimarte, no te servía de nada saber.
La vena en su cuello palpita con insistencia, se está enojando.
Pues bien, ahora somos dos hijos de puta furiosos.
— ¿Por eso Delano quería que me mataras? Era más fácil ¿No? ¿Por qué no lo hiciste? — dándole un empujón— ¡¿Por qué no me mataste?! ¡Yo siempre estuve lista para morir! — empujándolo otra vez— ¿Por qué decidiste justo en ese momento revelártele al perro de tu padre? ¡¿Por qué?!
Atrapó mis manos y las pegó a su pecho para que dejara de pegarle, acorralándome entre el auto y su cuerpo para inmovilizarme, acercando su rostro peligrosamente al mío.
— No pude — soltó casi en un gruñido— No pude matarte maldita sea, parecías un puto cordero asustado y yo no mato inocentes, iba a hacerlo, pero me miraste y me rompiste, no pude.
Admitió sin aflojar su agarre ni un poco, es más, me presionó más contra el auto, acomodando su rodilla entre mis piernas, estaba completamente acorralada.
— Pero Viktor...
— Viktor se podía ir a la mierda, yo no iba a entregar a una chiquilla que pensó que iba a conocer a Dios esa noche, tan estúpidamente ingenua que creía todo lo que le decían.
Me sonrojé de vergüenza, la verdad es que sí era bastante estúpida, vivía en una mentira ¿Por qué no iba a creer lo que me decían? Ellos eran mi familia.
— Pero...
— Está muerto, Jelena, maldita sea — me gruñó en la cara otra vez, apretándome un pelín más fuerte— ¿Por qué sigues mencionándolo?
— ¡Porque violó a mi madre joder! Porque tú y yo tenemos hermanastros en común ¿Lo entiendes? Mocosos que tienen siete años y que tu familia tiene, porque Viktor me está cagando la vida aún de muerto, porque por su culpa soy huérfana, todavía lo estoy asimilando ¿Por qué no te pones en mi lugar?
De reojo vi a Delano correr hacia nosotros con la preocupación marcada en el rostro, empujando a Alexander, apoyando una mano en el hombro de cada uno para marcar la distancia.
— ¿Se puede saber qué mierda está pasando y por qué quieren matarse? Lev los vio y dijo que no pintaba nada bien lo que pasa entre ustedes.
Moví mi hombro con brusquedad para que me soltara, mirándolo mal.
— ¿Tú sabías?
— ¿Saber qué, Jelena? Sé más especifica que no leo mentes, por favor.
Ironizó en medio de un suspiro.
Y yo estaba a un resoplido de dispararle en el culo por cabrón.
— Que sacarme del convento ese día no fue por hacer una buena obra, sino que, porque Viktor se lo ordenó.
Delano palideció.
— Eso me deja todo claro, gracias.
Comenzando a caminar hacia el interior de la casa, siendo cortada por uno de mis hombres.
— Koroleva, su pastilla.
Entregándome la bolsita de la farmacia.
— Gracias, ahora vete.
Abriéndola y tomándola sin preocuparme del agua, rodando los ojos al sentir pasos tomar velocidad, parando al tener dos mastodontes cortándome el paso.
Me crucé de brazos y alcé la cabeza para poder mirarlos sin decir ni media palabra.
— Jelena, sé que suena mal, pero el plan siempre fue sacarte y llevarte a casa, o matarte, yo quería matarte, lo sabes — puntualizó— Pero entregarte a Viktor, jamás.
— Iré a ver a la mujer ¿Dónde está Danika? Necesito hablar con ella.
— Jelena...
Di un paso atrás para impedir que los dos tontos me tocaran.
— No, Jelena nada ¿Dónde está Danika? Sólo quiero hablar — suspiré— No le voy a hacer nada si eso es lo que les preocupa.
— Jelena, no es eso, sólo... quiero que hablemos, no me gusta que no me hables, me da... miedo.
Admitió Alexander, intentando tocarme otra vez, y se lo permití.
Podré estar muy molesta con él, pero odio cuando se siente así de inseguro.
— Alexander, si te aterra que me vaya, no, no me voy a ir, no seas tonto, pero tengo derecho a estar confundida ¿No crees? Me acaba de caer una bomba encima, y yo... no sé qué pensar.
— ¿Bomba? ¿Qué bomba? ¿Qué mujer, Lena?
Preguntó Delano, confundido, sin moverse ni un centímetro para dejarme pasar.
— Viktor tenía otra mujer, Delano, esa mujer aparentemente es la madre de Jelena, la abandonó en el convento por culpa de mi padre, y la violó para tener hijos con él, mellizos que luego le quitó — explicó Alexander— Así que... todo está yéndose a la mierda otra vez, supuestamente mi familia tiene a esos niños.
Delano frunció el ceño, mirando el piso, pensando.
— Quizá no es tan supuesto... tu abuelo dijo que todos tenían un precio, que podía hacer que ustedes...
Alexander lo miró tan mal que Delano se atragantó con la saliva y comenzó a toser, dejando de hablar.
— ¿Nosotros dos qué?
Presioné.
— Tu abuelo qué.
Presioné otra vez.
— Jelena... — mi esposo suspiró, soltándome— Me llamó mi abuelo, mi familia se enteró de la muerte de Viktor y no están contentos, tampoco lo están con el hecho de que me casara con alguien que ellos no autorizaron.
— ¿Ellos?
— Abuelos, primos, tías y tíos... — suspiró— Los Volkov dominan Rusia, somos demasiados. Dijeron que pronto tendré noticias de ellos, que... podrían hacer que te divorcies de mí porque todo el mundo tiene su precio, quizá hacían referencia a esos supuestos niños, quizá los usen para que te divorcies de mí y te mandes a cambiar.
Carcajee sin gracia, negando.
— Matamos a uno y aparecen un montón más de Voktov's hijos de puta. Ya te lo dije y se lo diré a quién quiera interferir, eres mío y no voy a soltarte, tómalo como amenaza a estas alturas, has lo que quieras, pero no te voy a entregar a ninguna otra, así que ellos pueden usar al papa si quieren. Si esos niños existen, los voy a recuperar y se los entregaré a su madre, como debe ser. Ahora ¿Dónde está Danika?
— Jardín. Con Tanya.
Respondió Delano.
No esperé a que ninguno respondiera nada más, pasé por su lado y me adentré en la casa, saliendo por las puertas que dan al jardín, viendo a Danika acuclillada frente a las flores, mostrándoselas a Tanya, la niña parece feliz, se divierten.
— ...Y así es como las abejas ayudan a que existan muchas más plantas, cariño.
Escuché que le dijo a una muy interesada pequeña, asintiendo frenética, saludando al grupo de abejas que se posan sobre las flores.
— Danika ¿Podemos hablar?
La mujer dio un respingo al escucharme, volteando el rostro con rapidez.
— ¡Mami! La abuela vino a visitarme — dijo Tanya feliz— La abuela me cuidaba del abuelo malo y de Annika — explicó— La extrañaba.
Sonreí para ella porque los problemas de los adultos no tienen por qué incluir a los niños.
— No vino de visita, tesoro, la abuela vino a vivir con nosotros, Viktor está muerto y Annika también, así que nadie volverá a hacer que ambas se pongan tristes otra vez —le expliqué, acariciando su cabello— ¿Por qué no vas a buscar helado para la abuela y para ti? Con muchas chispas.
— ¿Antes del almuerzo? — le brillaron los ojos— ¿Puedo?
— Así es, puedes, es una ocasión especial.
Celebró y se largó a correr hacia el interior de la casa, casi cayó al chocar con el cuerpo de Misha, este la sujetó antes de que terminara en el piso y de los pies la cargó, llevándola de cabeza hacia dónde ella le pidió mientras se reía a carcajadas.
— Jelena, yo no... quería aprovecharme de su hospitalidad, si te molesta que hable con Tanya, no lo haré más, yo sólo quería verla... yo lo siento... yo...
— Danika — suspiré, apoyando mi mano en su hombro— Yo estoy enojada, estoy muy agradecida de que cuidaras de mi hija, y es un placer que vivas con nosotros, nos ayudará a todos, será bueno tener otra mujer en este lugar dónde abunda el machismo, por cierto, lamento lo del desayuno, me enojé.
— Gracias por permitirme vivir aquí, y... no te preocupes por lo del desayuno, es tu casa, son tus hombres y tus reglas, me acostumbraré.
Asentí, es bueno que esté abierta a las posibilidades.
— No es de eso de lo que quería hablar contigo, es sobre Viktor ¿Sabías que tenía otra mujer y tuvo hijos con ella?
Me miró con sorpresa.
— ¿Hablas de Zara? ¿Zara Zotova?
— Yo... no sé su nombre, pero traje a una mujer que Viktor secuestró y necesito la historia completa ¿Podría acompañarme para ver si la conoce?
— Por supuesto, lo que necesites de mí.
Juntas entramos nuevamente a la casa, pregunté a mis hombres y me dieron la ubicación de la mujer, está a tres puertas de mi cuarto, junto al de Danika, recostada sobre la cama completamente vestida y con los zapatos puestos, mis perros respetuosos hasta el final.
— ¿La conoces?
Acercándome para quitarle los zapatos y descansara cómoda.
— Sí, ella es, es Zara, vivió en casa un tiempo, estuvo embarazada, varios años de eso, tuvo dos bebés, mellizos, Viktor y ella tuvieron una fuerte discusión, quizá hace unos cuatro años... no recuerdo bien... pero ese día Viktor la echó de la casa, los niños se quedaron, Zara tiene dinero, pero Viktor tiene dinero, poder e influencias, la mujer peleó por los niños y los perdió, Viktor se los llevó a su hermano sólo para hacer sufrir a Zara y que decidiera volver con él, claramente eso jamás pasó, Zara siguió intentando encontrar a sus hijos, siguió odiando a Viktor... Zara lo odiaba y a pesar de todo lo que le dijo a Viktor, todo el veneno que escupía en sus palabras, Viktor jamás le tocó un solo pelo a ella — Danika parece triste— Él... mató a su esposo para tenerla, se enfureció cuando Zara hizo desaparecer a su bebé para que él no le pusiera las manos encima, pero aún así... no la buscó de inmediato, dejó a Zara ser, la llevó a casa, nuestra casa y la hizo dormir en nuestro cuarto mientras a mí me enviaba a otro, él amaba a esa mujer, de manera enfermiza, pero la amaba.
Corrí las mantas y cubrí el cuerpo de... Zara hasta los hombros, quitándole el cabello del rostro, mirándola con lastima, ha vivido una pesadilla.
— Zara me estaba buscando en el convento, fui a... ver lo que quedó del lugar que fue mi hogar por tantos años y la encontré, ella buscaba a Jelena, la más joven de las monjas, su hija, porque estaba en peligro, Viktor la quiere ya que no la pudo tener a ella — Miré a Danika— Esta mujer al parecer es mi madre.
— Dios mío... — se llevó las manos a la boca— Dios mío, Jelena ¿Eres esa bebé que abandonó?
— Al parecer así es — suspiré— No me haré expectativas de nada, primero haré los exámenes correspondientes, viene un medico en camino para revisarla, no se ve bien — suspiré— Gracias por identificarla, Danika, por favor siéntete libre de ir por la casa como gustes, sal dónde quieras acompañada de escoltas siempre, tu tarjeta de crédito debería estar llegando entre hoy y mañana para que dispongas de tu propio dinero, aquí estás segura y eres libre, así que no te límites.
— ¿Dinero para mí? Pero si yo no hago nada para ganármelo.
— Eres parte de la familia y en esta familia adoramos gastar dinero, así que tú también lo harás... Tanya debe estarte buscando para darte su super helado especial de bienvenida.
Sonrió enternecida, asintiendo.
— Gracias, Jelena, otra vez.
— No es nada, yo cuido a quienes no me dieron la espalda, sólo devuelvo el favor.
La mujer salió y cerró la puerta tras de ella, dejándome a solas con la mujer que dormía cómodamente en la cama, y ahora que sabía el apellido, apunté el nombre en internet y vi la clase de mujer que podía ser mi progenitora.
— Veamos... millonaria, empresaria, dueña de la firma Zara, Jelena Zotova, Naia golds, Liam Vesmír, líneas de perfumería inspiradas en... sus hijos, combinando sus nombres con lo que ella compara tan valiosos como el oro y con un amor tan inmenso como el universo mismo, los herederos Zotova —miré de reojo a la mujer otra vez, me produce nostalgia saber cual es mi apellido después de tanto tiempo siendo nadie— Zara Zotova además de la perfumería, posee acciones en el mundo textil, habiendo presentado su línea de ropa de nombre always missing them en la semana de la moda en parís, pero eso no es todo, esta mujer multifacética también posee una larga cadena de restaurantes a lo largo de Rusia y el extranjero, el Zara's, restaurante cinco estrellas en los cuales la elite de la sociedad luce sus mejores galas y hacen sus reservaciones con meses de anticipación para lograr comer ahí, Zara Zotova, viuda, pero jamás derrotada, una mujer que nos demuestra lo que el poder femenino, la pasión, el amor por los suyos y la motivación es capaz de hacer.
Zara's... el ultimo hotel que estoy construyendo tiene convenio con el Zara's...
Era cuestión de tiempo para que esta mujer y yo nos reuniéramos.
Marqué el número de Delano en el móvil, esperando a que contestara, sorprendiéndome al escuchar su voz en cuanto marqué, como si me estuviera esperando.
— El doctor va subiendo con su equipo.
Avisó.
— Gracias... — sorprendida por la urgencia de su voz— ¿Pasó algo?
— No ¿Por qué debería pasar algo? Sólo pasa que me quieres muerto, conozco todas tus miradas y estoy aprovechando muy bien mis ultimas respiraciones antes de que me dispares en el culo, querida.
Irónico y cobarde como siempre.
— Delano, vamos a salir, tú y yo.
— ¿Dónde vamos? ¿A buscar un ataúd digno de un hombre cómo yo? Soy tu mejor amigo, quiero uno costoso de madera costosa, con diamantes, lo merezco.
Carcajee bajo, negando.
— Tonto, no te voy a matar ¿Por qué te mataría? Estoy enojada, sí, pero quiero ir al spa y te debo una salida ¿Recuerdas que dijimos que iríamos juntos? Pues quiero ir ahora, llama y reserva dos lugares, me teñiré el cabello también.
— A la mierda, esto sí es radical. Cuando una mujer dice que se teñirá el cabello ya es algo grave, ok, lo hago, pero ¿Qué hago con Ivanna? Es mi invitada hoy, sería descortés dejarla sola.
— Mmm... pregúntale si quiere venir con nosotros, si no quiere, te quedas con ella y voy yo sola, tú tienes tus planes y yo no voy a interferir en ellos.
Escuchando tres toques en la puerta.
Me acerqué para abrir, viendo al doctor y su equipo entrar al lugar.
— Sabes que tampoco puedo dejarte sola, Jelena. Además, conozco a Ivanna, jamás le diría que no al spa gratis.
— Pues entonces prepárense, yo termino aquí y ya podemos salir.
— Dalo por hecho, y en cinco minutos te llevo al pequeño príncipe, acaba de despertar, Alexander le está cambiando el pañal, es hora de su leche.
— Te espero en el cuarto de Zara entonces.
— ¿Zara?
— La mujer que parece ser mi madre.
— Oh... está bien, suerte, bonita.
— Gracias, Delano.
Corté la llamada y me acerqué al equipo medico para solicitar el examen de ADN con extrema urgencia, y según lo que el doctor me comentó, pueden tenérmelos en un plazo de ocho horas aproximadamente.
Reunieron muestras de cada una por separado, pusieron suero a Zara y un par de medicamentos endovenosos, está deshidratada y con el azúcar baja, pálida, pero por lo general, estará bien, sólo necesita descansar.
Dentro de ocho horas los resultados llegaran a mi correo, eso quiere decir que tendré el peor día de mi vida por los nervios de saber si tengo una madre que me quiere o no.
La vida es bastante irónica, mi supuesta madre me abandonó para protegerme y Viktor me encontró de todas maneras, incluso me casé con su hijo, a Zara le darán cinco infartos cuando se entere de que mi apellido es Volkova.
— Tierra llamando a Jelena... despierta...
Delano movió su mano frente a mí, llevo al menos media hora alimentando a mi pequeño cachorro sin moverme de mi posición, sentada junto a la mujer que duerme tranquila en la cama, una enfermera esperando para quitarle el suero y revisar sus signos vitales posterior al retiro.
— ¿Decías?
— Alexander —señalando la puerta— Debe seguir paseándose por el despacho, comiéndose la cabeza por la discusión que tuvieron— ¿Puedes al menos hablarle... un poquito? Para que se deje de inventar escenarios ficticios en esa cabeza suya, incluso está lanzándole la pelota a Sasha el león y bien sabes que no le agrada porque le pusimos su apodo ¿Puedes tenerle piedad?
— Pero si le dije que no estaba molesta.
— Alexander es muy inseguro cuando se trata de ti, él cree que sí estás molesta y no te cree nada el que no te mandes a cambiar cuando confirmas que esta mujer es tu mamá — señalando a la mujer— Habría que ser imbécil para no reconocer tu nariz y tu boca en ella, la misma forma de los ojos, el mismo mentón... son iguales, Jelena.
La miré por al menos cinco segundos antes de volver a mirarlo.
— No me voy a ir.
— No es a mí a quién debes decirle eso.
Puntualizó.
— Estoy casada, tengo hijos, él es un idiota, pero lo amo ¿Qué más pruebas quiere?
— Bueno, estaba muy decepcionado cuando te tomaste la pastillita, él quería otro bebé.
— Pues que siga decepcionándose porque más hijos no tendremos, suficiente con dos, sobre todo ahora que más putos Volkov's están respirándonos en la nuca — bufé— Odio el maldito apellido.
— No te divorciarás ¿Cierto? Eso a Sasha lo mataría.
Bufé rodando los ojos.
— Que no, Delano, que no lo haré ¿Cómo se los explico a ustedes dos?
— Es que Sasha sufriría mucho y no me gusta que sufra.
Bienvenido Delano sobreprotector... otra vez.
— Mejor ve por Ivanna, ya nos vamos, Alex se está durmiendo, se lo llevaré a Alexander.
— ¿Hablaran? Habla con él, aunque se aun poco, para que se calme.
— Ve. Por. Ivanna.
— Sí, señora.
Dando media vuelta, dejando el cuarto con rapidez.
— Mi número de teléfono está en su ficha — le hablé a la enfermera— Llámeme si sucede algo, mis hombres estarán rondando por aquí, si necesita algo, ellos se lo solucionarán.
— Sí, Koroleva, estará todo bajo control.
Asentí y salí del cuarto acomodándome el pecho, cargando a Alex contra mi pecho sobre su pañal de tela para sacarle los gases mientras recorro los pasillos, bajo las escaleras, doblo a la derecha y entro al despacho de mi pobre león, viéndolo caminar de un lugar a otro con la pelota de Sasha en la mano, siguiéndolo de extremo a extremo, saltando de vez en cuando sin querer arañarlo para recordarle que tiene que tirarle la pelota.
— Alexander, dale el juguete al león, mira su carita, te la está pidiendo.
Mi marido giró el rostro de inmediato al escucharme, soltando la pelota que Sasha tomó en el revote, saliendo del despacho corriendo y perdiéndose por el pasillo.
— Lena ¿Te vas?
Bufé.
— ¿Cómo te hago entender? — acercándome— No me iré, bueno... lo haré ahora, pero por un rato, voy al spa con Delano e Ivanna, necesito un cambio — señalándome— Vuelvo más tarde, cuida a los niños.
Entregándole a Alex para que siga en la labor de sacarle los gases.
— ¿Un cambio? Pero si así te ves hermosa...
¿Cómo le digo sin que suene patético que sólo quiero... parecerme a mi mamá y el negro no me ayuda?
Sólo quiero mirarme al espejo y encontrarme en ella.
Quiero saber que pertenezco.
— Gracias por el cumplido, pero de todas maneras quiero el cambio, regreso pronto.
Asintió mirándome no muy convencido.
— ¿Qué? Ya pregunta antes de que te dé algo.
— ¿Vas a... volver?
Bufé.
— Que sí Alexander, acabo de decir que regreso pronto, te estoy dejando a los niños ¿En qué cabeza cabe que me iría y los dejaría atrás?
— Bueno... si quisieras comenzar de nuevo, sería más fácil si lo haces sola, entonces yo pensé...
— Pensaste mal — lo corté— Jamás dejaría a mis hijos atrás, jamás.
— ¿Y a mí?
— Joder, Alexander, eres peor que un niño de preescolar.
— ¿Me dejarías o no?
Insistió.
— Nunca, mi pobre león, por más molesta que esté contigo, porque lo estoy — puntualicé— No te dejaría. Más tarde seguiremos hablando ¿Entendido?
— Te contaré todo lo que quieras.
— Comenzarás con la mujer que descansa arriba y los años que vivió en tu casa, así que fortalece esa memoria que Danika ya me contó que Zara vivió ahí y era la favorita.
Lo dejé con las palabras en la boca, mirándome con pánico sin dejar de golpearle suavemente la espalda a nuestro hijo, parado en medio del despacho.
De seguro la historia tampoco es bonita, pero luego de todas las atrocidades a las que he sobrevivido, no creo que nada más pueda perturbar mi paz.
— Supe las buenas nuevas — dijo Ivanna enganchando su brazo con el mío— No te preocupes que yo me encargo de que olvides todo, preciosa.
— ¿Y eso cómo?
Sujetó mi rostro y me besó en la boca, sonriendo traviesa.
— A punta de besos, soy deliciosa, lo sé, no te enamores de mí.
Delano la golpeó en la parte trasera de la cabeza, negando a modo de desaprobación.
— Ya medícate, mujer ¿Cuántas veces te han dicho que no hagas eso?
— ¿Celoso, blanquito? Las amigas que se besan son la mejor compañía ¿Cómo no sabes eso? Además, dicen por ahí que, si no es con la chica, es con el amigo, mis besitos especiales en el pito son sólo tuyos.
Rodé los ojos caminando más rápido en dirección a mi auto, ya los estoy viendo enrollándose en el siento trasero todo el camino al spa, debí ir sola, ahora voy a tener que aguantar su constante fornicación en el nombre de la amistad, según ellos.
Ivanna y Delano nos hacen la competencia a Alexander y a mí, y sabiendo el pitote que Delano se carga, Ivanna está comiendo más que bien ¿Quién en su sano juicio elegiría a otro teniendo ese pito y ese hombre? Mi amigo es el hombre perfecto luego de mi propio hombre perfectamente idiota.
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BUENAS BUENAS BBCITAAAS
HE REGRESADOOOOO
Y CREANME QUE NO SOY LA UNICA QUE REGRESÓ QUE LA COSA SE VA A IR PONIENDO CADA VEZ MÁS INTENSA
ESTO SÓLO ES LA PUNTA DEL ICEBERG
DANIKA SIGUE DANDOME PENA:C A PESAR DE TODO, ELLA SÓLO QUERÍA SER AMADA
TANYA TODA FELIZ CON SU ABUELA, AMO
LENA Y ALEXANDER.... TUVIERON UNA DISCUSIÓN MÁS O MENOS
DELANO SUPO INTERFERIR ANTES DE QUE SE DIERAN DE BALAZOS
CLARO QUE EL COBARDE DE DELANO YA ESTABA ELIGIENDO SU CAJÓN, TODO EXIGENTE, LO QUERÍA CON DIAMANTES JAJAJAJAJA
Y ZARA? ZARA TIENE HISTORIA EN LA CASA VOLKOV DANIKA LA RECUERDA
Y ZARA NO ES CUALQUIERA, ES UNA MUJER BASTANTE IMPORTANTE
ALEXANDER SABÍA DE LENA ¿QUÉ MÁS SABRÁ?
LO AVERIGUAREMOS
YYYYYY COMENZARÉ A TRABAJAR EN LO QUE ESTUVIMOS HABLANDO POR EL GRUPO DE WSP JAJAJAJAJA LAS AMO
BESITOS EN LA COLA
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