5. Acorralada.
Es un hermoso día.
El sol brilla, los pajaritos cantan y promete ser un día productivo. Estamos componiendo una nueva canción que promete convencer a las disqueras de una vez por todas que nuestro talento vale la pena. Anoche envié una nueva propuesta a otra disquera que podría estar interesada en nuestra música. Puede que la música rock no sea precisamente lo que están buscando en este momento, pero tengo esperanzas. Si hay gente que lo logró antes, nosotros también podemos. Aún falta que nos contesten otras dos, pero tengo un buen presentimiento esta vez.
Holly ha estado algo deprimida por los rechazos de las disqueras. Aunque no lo quiera demostrar, la conozco lo suficiente como para saberlo. Aun me duele que no se sienta con la confianza suficiente para decir todo lo que piensa, o tal vez ahora eso se ha vuelto parte de su personalidad.
Aunque soy la que más adelantada va de todos nosotros en la carrera, todavía podemos coincidir en los horarios antes y después de clase para ensayar. Es una suerte que ese viejo garaje abandonado haya estado ahí. Fue como un gran descubrimiento cuando llegamos a esta universidad. Si no fuera por eso, no sé dónde podríamos ensayar.
No le caigo muy bien a las directivas de la universidad como para que me presten el salón de música.
—Estás muy alegre hoy—menciona Ashton con una sonrisita en sus labios.
—No es nada —sonrío—. Solo tengo un buen presentimiento.
—Mierda—dice alguien detrás de mí.
— ¿Qué?
—Cada vez que dices que tienes un buen presentimiento, algo malo pasa—menciona Tyler pareciendo algo asustado.
—No va a pasar nada malo—farfullo. ¿Por qué siempre es tan trágico?—. Van a ver que esta vez tengo razón.
Pues no, no tenía razón.
— ¡¿Qué mierda?!
Ashton se acerca a la puerta cerrada del garaje, tratando de leer el letrero que hay pegado en la puerta. Yo lo haría, pero estoy tan aturdida por el alarmante color rojo del anuncio que creo que ya se me olvidó como leer.
—Lo han clausurado—murmura Ashton, mirándonos.
— ¿Cómo que clausurado? —pregunta Derek, alarmado—. ¡¿Por qué?!
—Dicen que no tenemos permiso de usar este sitio.
Volteo la mirada con rabia, pero ver a Holly con el rostro más blanco que su cabello me preocupa. Esto es una mierda.
— ¿Por qué les importa ahora? —se adelanta Tyler. Es raro verlo tan alterado—. ¡Nunca les había importado que usáramos este lugar! ¡Simplemente nos ignoraban!
—No lo sé—dice Ashton, tan calmado como siempre. Se cruza de brazos—. Pero hay que pensar en algo.
— ¡Nuestros instrumentos están ahí! —grito de golpe. ¡Carajo, los instrumentos!
Es todo, voy a tumbar la puerta. No pueden hacernos esto. Es nuestro lugar, siempre lo ha sido. ¡Ni siquiera nos dijeron nada!
—A un lado —les digo, tomando impulso.
—Roxy, no—Ashton trata de detenerme—. No hagas otra tontería.
No me interesa. Solo quiero sacar los instrumentos. Es lo único que me importa.
— ¡¿Tontería?! —Le grito, sintiendo el pulso en las orejas— ¡Nuestros instrumentos están ahí!
Lo ignoro y le doy una patada a la puerta del garaje. ¡Maldita sea! ¡¿Podré tirarla a punta de patadas?! Si con eso puedo sacar los instrumentos, por Dios que lo haré.
— ¡Basta! Hay que pensar en algo—dice Derek, agarrándome del brazo—. Rox, no es por nada pero ya nos has causado suficientes problemas. No necesitamos uno más.
Me río con burla. ¿Yo, causar problemas? Por favor.
— ¿Cómo cuáles?
—Has arruinado dos de nuestras entrevistas con disqueras.
— ¡Porque se pasaron de listos!
—Desafiaste a Grenford, y quien sabe de qué es capaz ese tipo.
— ¿El nerd? ¡Por favor!
Ese tipo no tiene el valor ni de mirarse en un espejo sin ropa. Seguro que le tiene miedo hasta a su propio pene.
—Nos han echado de tres bares porque has iniciado una pelea—continúa Tyler.
—Eso... —Han sido por razones tan variadas que ya no recuerdo—. Eh... bueno, no tengo una respuesta para eso.
— ¿Quieres que siga? —pregunta Ashton, levantando una ceja.
—Mejor no.
No quiero saber de qué me van a acusar cuando vaya a la cárcel. El punto es que esa puerta está cerrada con llave. Ni siquiera sabíamos que existía una llave. Bastaba con ajustar un pequeño seguro en la parte inferior de la puerta. Ahora me doy cuenta de que fuimos demasiado confiados, pero en tres años nunca nos había pasado esto.
—Vayamos con el director—oigo decir a Holly.
Me volteo a mirarla. Ah, hermanita, que inocente eres.
—El director no nos va a escuchar, Holly—le digo, tratando de ocultar el miedo que siento tras una sonrisa.
No recuerdo la última vez que estuve así de asustada. Reponer esos instrumentos costaría mucho dinero y eso es algo con lo que no contamos ahora mismo. Tal vez si alguna de las disqueras decidiera aceptarnos podríamos conseguir el dinero para reponerlos, pero eso sería a largo plazo.
No podemos quedarnos sin tocar. No podemos detenernos por esto.
— ¿Por qué no? —pregunta Holly.
Porque el director no sirve para nada. Ahora Holly parece más preocupada que antes, pero sé que tampoco quiere resolver las cosas a las malas. Holly siempre quiere pensar lo mejor de las personas, cuando las personas son una mierda, y entre más poder tengan peor.
—No creo que nos ayude, Holly—murmuro.
—Deberíamos intentarlo.
— ¿Tú crees?
—Si ese letrero está ahí es porque alguien lo puso bajo aviso—dice ella.
— ¿Qué... qué quieres decir? —pregunta Ashton, acercándose preocupado.
—Que alguien le dijo que cerrara este lugar.
¿Quiere decir que algún maldito sapo nos echó al agua? ¿Pero quién? No muchos vienen hasta aquí y tampoco tengo enemigos. Bueno... a lo mejor yo si tengo unos cuantos, pero ninguno de ellos me da el miedo suficiente como para que me eche a temblar. Trato de pensar a toda velocidad mientras intento que el pánico no me nuble la vista. Mi guitarra está ahí dentro. Toda nuestra carrera está ahí dentro. Si no los recuperamos...
— ¿Y si fue él? —oigo susurrar a Tyler.
—Nah. A ese tipo se le cae la baba por Roxy. No creo que sea capaz de hacerle algo así—susurra Derek en respuesta.
Me doy la vuelta.
—Ey, ¿qué tanto están susurrando ustedes dos? Si piensan que un admirador pudo hacer esto, lo dudo mucho.
Ambos se miran. Odio cuando hacen eso de hablar telepáticamente.
—Sólo vamos con el director—Holly me jala de la manga—. Tal vez podamos hacer algo.
Suspiro con frustración, mirando la puerta cerrada del garaje. Me gustaría esperar a que ellos se vayan para tratar de derrumbarla, pero sé que no se van a ir de aquí sin mí. Al final termino dejando que me arrastren hasta la puerta de la oficina del viejo decrépito, pero eso sí, yo no voy a entrar. Los esperaré afuera mejor, por mi salud mental y por la salud del corazón del director.
No conseguimos nada.
Holly quiso intentarlo de nuevo así que los demás volvieron a entrar con ella. No tiene sentido. Ese tipo me odia, le he dado muchos problemas y mi aspecto también lo hace juzgarme con rapidez. Sería mejor encontrar otra solución más racional, como tumbar la puerta.
Aunque eso no suene nada racional.
Mastico un chicle mientras juego con el yoyo. Me gusta este lugar porque hay naturaleza y se respira aire fresco. Probablemente no me encuentren cuando salgan de la oficina del director, pero están acostumbrados a que me pierda de vez en cuando.
Hago una maniobra con el yoyo y lo devuelvo a mi mano. Me llevo las manos a la cabeza, de repente siento un martilleo horrible. No quiero pensar pero es inevitable. ¿Y si no recuperamos los instrumentos? Aún no hemos logrado que una disquera se fije en nosotros, sobre todo por el hecho de que muchas de ellas consiguen su talento por recomendación de otras personas, o mejor dicho, por palanca. Nosotros no tenemos algo así.
¿Al menos escucharon nuestra música en la última solicitud que envié? ¿Cómo vamos a seguir tocando si no tenemos los instrumentos?
Mi celular suena en el bolsillo de mi pantalón por un instante. Lo saco y veo que me ha llegado un mensaje nuevo. Es una respuesta de la disquera. La abro con las manos temblorosas, pero el correo tarda en cargar. El internet en este lugar es terrible. Es extraño que me hayan respondido tan pronto, apenas mandé la solicitud anoche. ¿Y si es alguna de las disqueras que aún no nos han contestado?
El mensaje por fin carga. Suelto el aire que tenía contenido en los pulmones. Extrañamente hay dos respuestas más en la bandeja de entrada, pero cada mensaje va de mal en peor.
Si creía que este día no podía empeorar, estaba equivocada.
—No te desanimes Roxy —Tyler me palmea el hombro en señal de consuelo—. No es como si no haya más disqueras en Londres.
Aplasto mi frente contra la mesa. Este día no puede ir peor. Alguien de nuestro grupo debe estar trayendo mala suerte. A lo mejor es Ashton, ese idiota siempre nos mete en problemas con sus argumentos de pepito grillo.
—Es un asco lo que les pasó, chicos—menciona Mark, recostándose sobre la mesa. Trata de hablar de forma que le escuchemos, el comedor siempre es bastante ruidoso—. No puedo creer que les cerraran el garaje sin justificación. ¿Qué les dijo el director?
—Que no podía hacer nada—contesta Holly.
— ¡Que le vale mierda! —le digo yo. Y es la verdad—. Eso dijo.
—No dijo eso—refunfuña Holly.
—Que sí.
—Que no.
—Que sí.
—Que no.
—Que sí.
—Basta chicas, son adorables —dice Adam—. Me voy a desmayar.
—Vuelve a llamarme adorable y no vuelves a ver la luz del día— amenazo con una sonrisa macabra.
— ¿Por qué? ¿Me secuestrarías para hacerme tuyo? —parpadea muchas veces, tratando de parecer adorable.
Ashton revienta a carcajadas.
— ¡Qué bien me cae este imbécil! —exclama mientras se ríe.
Le gusta burlarse de mí. Si, debe ser él quien está trayendo la mala suerte. A lo mejor tengo que recurrir a alguna de esas mierdas espiritistas y purificarlo o algo así.
—Tenemos que hacer algo—dice Derek, con el codo recostado sobre la mesa—. ¿Nos vamos a quedar sin tocar?
—Les dije que no debíamos dejar los instrumentos ahí—nos regaña Ashton.
— ¿Qué quieres? —Se ríe Tyler—. ¿Que cargue una batería todos los días?
—Pero al menos las guitarras...
—Es el mismo asunto—farfullo—. Tal vez podamos ir de noche y-
—No—me interrumpe.
—Pero vamos bien tarde en la noche y-
—Que no.
—Pero es fácil. Cogemos algunos bates de metal y-
—Roxy, amor mío, no es por nada pero tus planes son terribles—se burla Adam. Están los fanáticos y luego está él—. A menos que quieras terminar en la cárcel deberías pensar en algo mejor.
Ruedo los ojos. Está exagerando. ¿Pero entonces qué se supone que hagamos? Esa guitarra es muy importante para mí y sé que los instrumentos también son importantes para ellos. ¿Por qué alguien nos lanzaría al agua de esta forma? No tenemos problemas con nadie.
Bueno... yo si tengo problemas con algunas personas, pero si ese fuera el caso, ¿por qué apenas actúan ahora? Ya no sé qué pensar.
Cuando encuentre al responsable de esto voy a hacer que se arrepienta de haberse metido conmigo, eso lo juro. Va a morder el polvo por haberse metido conmigo y con la banda.
—Ya lo tengo—Mark chasquea los dedos, como si se le hubiera ocurrido la idea del siglo—. El director no los quiso ayudar, así que necesitan a alguien que tenga el mismo nivel de influencia que el viejo para recuperar el garaje.
Alzo la ceja, intrigada.
—Cuéntame más.
—Verás...—Mark se inclina sobre la mesa—. Dicen que el heredero de la familia Grenford está en esta universidad.
Me echo para atrás, ofuscada. No puede estar hablando en serio.
—Mejor no me cuentes más—farfullo.
Los ojos de los demás se posan en mí de golpe, aunque Mark y Adam no parecen notar el cambio en el ambiente. Incluso mi hermana parece divertida con el asunto. No, no quiero saber cuál es el plan y menos si lo relaciona a él.
—No, sigue contándonos—dice Ashton, sonriendo con malicia—. Somos todo oídos.
Le doy un puño en el hombro con toda la fuerza que tengo. Él se queja pero sigue sonriendo. No, no quiero saberlo. ¡Si involucra a ese nerd prefiero romper la maldita puerta del garaje! ¿Además cómo nos podría ayudar?
—La familia Grenford tiene fama de matones por una razón—sigue Mark—. Es capaz de arruinar la vida de cualquiera si se interponen en su camino. Aunque no es público, he escuchado varios rumores sobre eso.
—Ah sí, yo también. Pero...—Adam mira hacia atrás por un momento y luego regresa la mirada a Mark— él no se ve muy intimidante que digamos.
Me echo a reír. Los demás me miran de forma extraña. ¿El pequeño gallina, un matón? No me hagas reír. Anoche parecía que iba a mojar sus pantalones porque no era capaz de pedirme su estúpido favor. Nunca debió salir de su ratonera, en primer lugar.
— ¿Un matón? ¿Ese nerd? Por favor.
—Él no, pero su familia sí—dice Mark.
Vaya asco de gente.
— ¿Y entonces? —murmuro, aburrida—. ¿Se supone que el nerd nos ayude a recuperar el garaje?
—Pues sí.
—Olvídalo. No voy a pedirle ayuda a ese tipo.
—Roxy—Ashton se sienta a mi lado—. Si Grenford puede ayudarnos, tenemos que intentarlo.
Claro que no. Si hago eso, ese nerd va a decirme que tengo que cumplirle su estúpido favor a cambio de su ayuda y eso significa que voy a tener que pasar tiempo con él. No quiero tener que pasar tiempo con alguien que evalúa cada una de sus palabras antes de decir algo. Si está jodido no es culpa mía. Debería haber reaccionado mucho antes si no quería terminar como es ahora.
—Paso.
—Roxy-
—No. Ya sabes de lo que opino de gente como él.
—Pero seguro no es mala persona—dice Tyler, sonriendo con malicia—. Y podrían conocerse muy, muy a fondo.
Le doy un puñetazo en el estómago. Él suelta un quejido y cae al suelo, pero se sigue riendo. ¡¿Qué está insinuando?!
—Valió la pena... —se ríe, casi sin aire.
—No lo hagas por él. Hazlo por nosotros—me pide Derek, pareciendo afectado—. Sabes que es nuestro sueño.
No, no pueden estarme pidiendo eso. No voy a relacionarme con el nerd, no voy a pasar tiempo con él y no voy a ayudarlo. Simplemente quiero que se mantenga lejos de mi vista. Recuperaremos los instrumentos de otra forma y hallaremos otro lugar para tocar. Solo me pregunto en dónde podríamos ensayar de ahora en adelante.
—Conseguiremos nuevos instrumentos—murmuro, ofuscada.
No voy a juntarme con él. No para que me arrastren de nuevo a ese hueco del que tanto luché por salir.
Volteo la mirada. Mi hermana me mira con tristeza.
—Holly, tú entiendes, ¿no?
De repente ella se pone de pie y se va sin decir nada.
—Mierda—Ashton se tensa de repente a mi lado. Se pone de pie y la sigue.
— ¡Espera! —le grito. Él frena—. ¡¿Cuál es el maldito problema?! ¡Podemos encontrar otro modo!
Se voltea y me mira con demasiada seriedad.
—Tú eres la del problema. Entiéndelo de una vez.
Tras decir eso sigue su camino de perseguir a Holly. Los demás se quedan mirándose entre ellos. No pueden estar de acuerdo con esto. ¿Se están enojando sólo porque no quiero pedirle ayuda al nerd? ¿Es una broma? ¡Simplemente no se me da la gana! ¡No tengo la culpa de que Grenford esté encaprichado conmigo!
— ¿Me estoy perdiendo de algo, cariño mío? —pregunta Adam, haciéndome ojitos.
Lo miro con fastidio.
—Vuelve a llamarme así y-
— ¿No vuelvo a ver la luz del día? —se pone coqueto.
Qué idiota.
—Roxy, creo que Ashton y Holly tienen razón. Deberías considerar hablar con Grenford—dice Derek, mirándome con seriedad.
— ¿Me estás jodiendo? ¡Tendré que pasar tiempo con el nerd!
—Hazlo... por mi memoria... —gime Tyler desde el suelo.
No puedo con esto. Necesito aire.
—Primero muerta.
Me pongo de pie y me alejo de ellos lo más rápido que puedo. No voy a pedirle ayuda. No voy a hacerlo. Sobre mi cadáver.
— ¡¿A dónde vas?! —pregunta Derek, gritándome desde atrás.
Lejos de todos ustedes. Manada de locos.
Odio a la gente débil y a los nerds mucho más.
No es algo que haya decidido, tampoco algo que me enorgullezca, pero soy así. Sé que está mal. Pero después de lo que pasó, de repente sentí repudio de todo aquello que pudiera acercarme a mi debilidad. Que pudiera recordarme lo estúpida que era. No quiero tener nada que ver con ellos, pero Grenford me desagrada mucho más desde que se apareció en la fiesta y se metió donde no lo llamaban. Todos los nerds que conozco simplemente se hacían a un lado cuando me veían, y eso estaba bien porque es el orden natural de las cosas.
No entiendo por qué ese niñato de Grenford intenta desafiar eso. ¿Dicen que tiene poder? ¿Es peligroso? No me hagan reír. Es obvio que no tiene la misma madera que sus padres.
Me sujeto el cabello con desesperación y respiro hondo. Tengo problemas más grandes que él. Como el hecho de que toda la banda piense que nuestra supervivencia depende de ese tipo porque es el único que podría ayudarnos a recuperar el garaje.
Es el primer día en el que no hay ensayo, el primero en mucho tiempo. Y tengo miedo de que no vuelva a haberlos hasta que encontremos una solución.
Las clases se acabaron por hoy, pero ninguno de los chicos me quiso esperar. Probablemente están molestos conmigo ahora mismo, pero yo no pedí esto. ¿Por qué Grenford no le pide eso a cualquier otra persona? ¿Por qué tengo que ser yo?
Ni siquiera tengo ganas de festejar. El camino está algo vacío, por primera vez en varios días voy a irme a la residencia después de clase. No voy a ayudar a Grenford. No me pueden obligar.
El atardecer frente a mí se oscurece de repente y puedo sentir dos figuras a mis lados. El corazón se me dispara cuando me ya no veo nada, y un par de manos fuertes y grandes me tapan los ojos con brusquedad.
— ¡¿Qué mierda?!
Alguien me fuerza un pañuelo contra la nariz con tanta fuerza que creo que me la va a romper, hasta que ese olor penetrante y nocivo me llega hasta el cerebro y pierdo noción de la realidad.
.................
Lol, ¿y si Félix tal vez si fuera peligroso? ¿O no? D:
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