3. Lecciones para metiches.
Roxy está furiosa.
No puedo dejar de pensar en eso mientras me tapo los oídos al igual que el resto de la clase, todo por culpa del sonido chirriante que hace con la tiza contra el pizarrón. Va a reventarme las orejas. Normalmente es agresiva, pero hoy está realmente molesta. Incluso la profesora está tapándose los oídos con fuerza sentada en su escritorio.
Después de la fiesta del viernes en la casa de alguien, no supe más de ella o de la banda. En realidad no supe nada más sobre el mundo exterior. Me quedé en mi habitación haciendo tareas, leyendo libros y tratando de pasar el tiempo. Prácticamente no salí de mi habitación y no pude evitar imaginarme que podrían estar haciendo las demás personas mientras me quedaba aislado.
¿Se estarían divirtiendo un sábado por la noche mientras yo leía sobre economía? Que patético era.
Eso no es todo. La cereza del postre es que Roxy no ha dejado de mirarme y no precisamente de forma amable. Debería estar emocionado porque la chica que admiro se está fijando en mí. Solo me gustaría haber llamado su atención de una forma menos agresiva.
Sin contar que me debe un favor.
Me ajusto las gafas sobre el puente de mi nariz mientras la veo terminar de escribir en la pizarra el título de su exposición.
—Este es el tema de mi trabajo—dice, mirándonos de frente y golpeando con la palma de su mano el título que acaba de escribir.
Todos miramos hacia las letras que están escritas con demasiada fuerza. Juraría que la cara de la maestra no puede estar más roja por la indignación.
Mientras tanto, los ojos de la mujer que ha ocupado mis pensamientos por los dos últimos días no se despegan de los míos. ¿Está tratando de decirme algo en clave o algo así?
—Es sobre los hijos de puta que se meten donde no los han llamado y crean estragos porque se les da la maldita gana. ¡Les voy a hablar de las divisiones sociales!
— ¡Señorita Knight! —se queja la maestra.
—Silencio maestra, que esto se pone más interesante—se mofa ella. Pone las manos en su espalda y comienza a caminar de un lado para otro, como si fuera una experta en lo que va a decir—. Desde el inicio de los tiempos han existido depredadores y presas, cazadores y cazados, activos y pasivos.
Varios en la clase se ríen con ese último comentario, pero a mí no me hace gracia. ¿Qué está buscando con esto?
— Eso ha mostrado desde el inicio de los tiempos una división que terminó traspasándose a la sociedad actual en forma de las divisiones sociales. Una división que debe ser respetada. Las diferencias entre los grupos sociales se hicieron tan marcadas que crearon una brecha que no se debe cruzar—Roxy levanta un dedo y sonríe, como si supiera de lo que está hablando—. ¿Alguien sabe por qué existen las divisiones sociales? ¿Por qué los nerds y los populares están separados? ¿Nadie?
¿Esto es una broma? ¿Qué trata de demostrar? Aunque admiro mucho a Roxy, comienzo a pensar que quiere empezar una clase de guerra. ¿Todo esto es por lo de la fiesta? No me arrepiento de nada de lo que hice, pero probablemente se convirtió en una noche muy mala para ella desde que yo aparecí.
Anna levanta la mano al fondo de la clase. Es tan reservada como yo pero tiene una adicción por el conocimiento. La miro, suplicándole con la mirada que evite su impulso de tener que responder a todas las preguntas que se formulan en la clase.
—Sí, ¡la del fondo!
Anna, tú odias a Roxy. ¿No puedes recordar eso justo ahora?
—Es porque la diferencia entre creencias y vivencias es tan grande que forma una brecha que impide a los diferentes círculos sociales convivir en un ambiente enfocado a un solo objetivo lineal.
—Sí... eh, no entendí lo que dijiste nerd, pero gracias—dice Roxy, con expresión de que le acaban de hablar en chino. Anna se sienta de nuevo con una cara extraña—. ¡Recuerden niños! Manténganse fuera de los límites.
Al decir esta última frase suena de repente más hostil de lo normal. Sus ojos se enfocan en los míos, con más rabia de la que soy capaz de justificar.
—Aprendan todos ustedes donde están su lugar. Quédense donde están seguros—Sus ojos no se despegan de los míos—. Encuentren para lo que vinieron a este mundo y sigan esa meta. Y por sobre todo... no se metan donde no los llaman.
Agacho la mirada hacia mi escritorio mientras escucho a gente aplaudir. ¿Por qué mierda aplauden? Todo esto es una broma para ella. El corazón me late a mil, las manos me tiemblan y la vista se me está poniendo borrosa. ¿Esto es un recordatorio? ¿Acaso hice algo mal al haber buscado libertad yendo a esa fiesta? ¿De verdad eso es tan malo? ¿Por qué? ¡Maldita sea, ¿por qué?!
Parece que incluso a la profesora le ha terminado por gustar, y aunque dice algo, estoy demasiado abrumado para entender sus conclusiones sobre la exposición.
—Para que aprendas...
Alzo la mirada. Roxy me sonríe con maldad mientras camina de vuelta a su sitio de la forma más despreocupada del mundo. Aprieto los puños con fuerza. No soy capaz de describir el por qué, pero siento una rabia tremenda. ¿Quedarme en mi lugar? ¿Meterme donde no me han llamado?
Tiene que ser una puta broma.
Ha utilizado una tarea de la universidad para vengarse de mí. No, ella no puede estar haciendo esto, es el símbolo de la libertad, lo que me inspira a buscar cosas más grandes en este mundo, lo que me anima a creer en un futuro mejor.
Ella es mi símbolo de la esperanza. No puede estarme diciendo esto.
Que tonto soy. Roxy Knight es como ellos. ¿Por qué creí que sería diferente? Si me quedo atrás las cosas nunca cambiarán. De inmediato recuerdo todos esos días que he pasado encerrado, el silencio sepulcral de la residencia cuando todos van a fiestas y solo quedo yo. ¿Quiere que siga soportando eso solo para que no la moleste?
Estoy harto de ser quien soy.
Estoy harto.
A diferencia de otros, yo si me esmero en mi presentación hablando sobre la discriminación social. Durante todo el rato, ella no deja de abuchearme desde atrás o bostezar sonoramente. Aunque la profesora la regaña un par de veces, creo que termina por asimilar que ella es así y no puede cambiarla. Y aunque intento demostrar que soy más fuerte de lo que ella cree, los nervios me traicionan y termino tartamudeando como idiota.
Por su culpa, las personas se ríen de mí el resto de la clase.
Cuando llega la hora de salir soy de los primeros en cruzar la puerta. No quiero tener que verle la cara a mis compañeros quienes probablemente se burlan de mí ahora mismo. Veo a Holly recostada contra la pared con una expresión aburrida en su rostro. Probablemente esté esperando a Roxy. ¿Debería acercarme a saludarla? Me siento mal por haber tocado el tema de su madre en la fiesta. Ni siquiera lo sabía.
—Hola Holly —la saludo.
Ella solo asiente. No me devuelve el saludo, lo cual es raro. ¿Estará molesta conmigo?
—Esto... —Que incómodo—. ¿Cómo estás?
— ¡Hermanita! —Alguien me empuja hacia un lado con fuerza—. ¿Ya es hora del ensayo?
Acomodo mis gafas mientras trato de recuperar el equilibrio. Definitivamente Roxy está molesta conmigo.
—Sí—se limita a decir ésta.
— ¡Bien, vamos! —Roxy engancha el brazo de su hermana al suyo y comienzan a irse —. No perdamos el tiempo con perdedores.
Entonces las hermanas Knight se marchan y ninguna de las dos mira hacia atrás.
— ¡Mi pequeñín!
—Mamá.
— ¡¿Quién es la cosita más linda del mundo?! Tuuuuuuu.
Siempre he considerado que mi madre es algo inestable. Cuando siente algo lo hace con tanta fuerza que es capaz de llegar a las últimas consecuencias por ese sentimiento. Por ejemplo, cuando tiene rabia contra alguien, es capaz de hundirlo.
Hundirlo literalmente.
Observo la gran casa en la que crecí. Es increíble que haya pasado tanto tiempo en esta prisión de oro. Muchos pensarían que soy afortunado por lo que tengo. Me dirían que no debería ser desagradecido, que al menos tengo una familia que me quiere.
Debería ser agradecido por lo que tengo, ¿no? ¿Entonces por qué de un momento para otro dejó de ser suficiente?
Mi madre se divierte revolviendo mi cabello, como si no me hubiera visto en años. Vine la semana pasada a visitarla, siempre la visito una vez por semana como me dijo que lo hiciera. Es una de las ventajas de vivir tan cerca de la universidad. El que la universidad quedara cerca fue la única carta que tuve a mi favor para que me dejara asistir a una universidad más... común.
En cuanto a la residencia, creo que esa fue una batalla que gané por suerte.
—Ya déjalo Erika —le dice mi hermana menor, apareciendo al lado de mi madre—. ¿Qué hay, Félix?
—Hola enana.
—Enana tu abuela—entrecierra los ojos hacia mí.
Me rio mientras le paso un brazo por los hombros. Es una jovencita de quince años, así que mamá aún tiene excusa para tratarla como una niña. Bueno, en la mente de mi madre es una excusa.
Poco después estamos en la gran mesa con alimentos exquisitos frente a nosotros. Tomo el tenedor que corresponde para la ensalada y comienzo a comer.
—Me gustaría ir a Yale —habla Lucy—. He oído que hay un muy buen plan de estudio allí.
— ¡Eso es fantástico cariño! Aunque aún te faltan algunos años para estar pensando en la universidad.
—Pero quiero estudiar derecho —sigue ésta—. Me gustaría mucho estudiar en una gran universidad.
No entiendo por qué Lucy si puede estudiar lo que le gusta.
—Me alegra mucho, hija. Siempre hay que apuntar lo más alto que se pueda. El éxito es uno de los pilares más grandes de la vida.
Desvío la mirada con incomodidad, porque sé lo que se viene.
—Deberías seguir su ejemplo Félix. Si quieres pasarte a una mejor universidad-
—Mamá—la interrumpo—. No voy a irme de la universidad.
—Pero podrías tener mejores oportunidades. ¿No has pensado en Yale? ¿Harvard?
—No me interesa... —farfullo.
—Es inaceptable —murmura, mirándome con rabia—. ¿Por qué no te das cuenta de las grandes capacidades que tienes? ¡Serás un gran empresario algún día!
Solo quiero ser una persona normal.
—Tienes que empezar a comportarte como tal—continúa—. ¿Hasta cuándo vas a seguir con este jueguecito estúpido?
Es como si las personas a mí alrededor se pusieran de acuerdo para planear mi vida. Mi madre me presiona para que siga en el mismo ciclo de siempre -o que lo empeore-, y también está Roxy quien me amenaza para que no salga de mi zona de confort.
Todo esto es ridículo.
Mike, uno de los mayordomos más antiguos de la familia, se acerca para susurrarle algo a mi madre.
Decido voltear la mirada. No quiero saberlo.
— ¿Y papá? —Le pregunto a Lucy— ¿No ha vuelto?
—No—me dice, concentrada en su comida—. Tardará en volver. Creo que está haciendo su último viaje antes de retirarse.
Trago grueso. En parte no me gusta la idea de que mi padre regrese. Así falte tiempo para que lo haga. Cuando eso pase, me obligará a tomar su lugar en las empresas Grenford. Conociéndolo, es lo más probable.
Y si de algo estoy seguro es que no quiero ser empresario.
Cuando Mike se retira, mi madre tiene una sonrisa radiante.
—Buenas noticias nena —dice mi madre con alegría—. Ya nos encargamos de ese estúpido instructor de baile que no quería recibirte en su academia.
Los ojos de Lucy brillan mientras me doy cuenta de lo que significa eso. Empujo mi plato lejos. De repente se me quitó el hambre.
— ¿De verdad? ¡Genial! ¿Cuándo puedo empezar?
—Mañana mismo. Iremos muy temprano a cuadrar tu horario para que no intervenga con las clases de piano y tus estudios.
Lo ha vuelto a hacer. ¿Que no entiende que esa reputación de matones me está empezando a afectar? No me importa todo el maldito poder que tengan, no quiero hacer parte de eso.
No puedo seguir aquí. Me siento asfixiado. ¿Por qué se siente como si no hubiera salida?
— ¿Ya te vas? —pregunta mi madre al ver que me pongo de pie.
—Sí, olvidé que tengo que entregar un informe para mañana.
—Qué raro. ¿Olvidaste hacer algo tan importante? Estás distraído.
—Sí, solo necesito descansar.
Mi madre intuye que algo va mal, pero no pregunta mucho al respecto. Es mejor así.
—Está bien cielo. Cuídate de camino a la residencia. ¿Quieres que te lleve el chofer?
—No, de verdad, estoy bien. Solo... me tengo que ir.
Recorro el sendero que me lleva a la salida y regreso a la calle. Saco mis audífonos y escucho Shadow of the past mientras camino. Cierro los ojos. Puedo sentir la fuerza en la voz de Roxy, la pasión con la que canta. Se nota que le gusta mucho lo que hace. Ella tiene opciones, puede ir a donde quiera y hacer lo que quiera. A donde quiera que vaya, siempre habrá alguien que la apoye.
«—Y por sobre todo... no se metan donde no los llaman.»
Volteo a mirar la mansión mientras me alejo. No puedo evitar preguntarme en qué momento esta vida dejó de ser suficiente.
El ciclo se repite una y otra vez.
Euphoria suena con fuerza, indicándome que es hora de despertar. Puse esa canción porque la voz de Roxy es más enérgica de lo normal, lo que aumentaría las posibilidades de despertarme rápido. Cuando abro los ojos, sé de inmediato que otro día vacío me espera por delante. Pero al observar el poster de Danger Knight en mi pared, no puedo evitar pensar que esta realidad es peor aún. Roxy me amenaza indirectamente para que vuelva a mi ratonera, Holly no me habla y mi madre sigue firme en su idea de que podría hacerlo mejor. Todos quieren lo mismo: que siga aquí, haciendo exactamente lo que he venido haciendo por años. Ser obediente, centrado... y no buscar problemas.
Pero mientras escucho al maestro hablar sobre temas de administración, no puedo evitar pensar en que hay algo mal con todo esto. ¿Qué hay de lo que yo quiero? No importa a quien se lo cuente, ¿a alguien le importará? Realmente no creo.
Es la primera vez en mucho tiempo que no pongo atención a una clase.
Cuando salgo de clase, Anna se apresura para alcanzarme.
— ¿Qué te pasa, Félix? —Me pregunta mientras mantiene un libro bajo su brazo—. Te ves distraído últimamente. ¿Estás preocupado por los resultados del examen?
—No. Sé que me fue bien. Estudié lo que debía—comento.
— ¿Entonces? ¿Estás pensando en entrar al grupo de estudio?
—Ya te dije que no estoy interesado.
— ¿Por qué no? —Me mira con el ceño fruncido—. Podemos elevar nuestras calificaciones aún más, aumentar nuestros conocimientos y retroalimentar. Eso nos dará mucha ventaja sobre los exámenes futuros y nos hará mejores profesionales. Incluso podríamos aspirar a becas para postgrado.
La miro con tristeza. Antes habría dicho que sí sin pensármelo mucho. Antes de que apareciera Roxy. Pero ahora que he visto que hay otra forma de vivir...
Anna y yo llegamos al comedor. Lo primero que me llega a los oídos es su risa. Está sentada en una mesa con los miembros de la banda. El pecho me duele con fuerza al verla tan feliz por razones que no entiendo. Al parecer se están riendo de algo. Holly no se ríe, pero tiene una pequeña sonrisa entre los labios.
¿De verdad esto es todo lo que puedo ser?
—Es sólo que... —me meto las manos en los bolsillos sin dejar de mirar a Roxy—. Creo que hay cosas más importantes en la vida que el estudio.
Anna sigue la dirección de mi mirada y su nariz se arruga en desagrado. No le agrada Roxy, pero aun así contribuyó en su burla contra mí sin darse cuenta. La observo en silencio. Ella es como yo, pero no pareció molesta por las palabras de Roxy. ¿Acaso está de acuerdo con todo lo que dijo?
—Ugh, es ella de nuevo. ¿Te parece que vayamos a otro lugar? Conozco un café con unos pastelitos deliciosos cerca de aquí.
Observo a Roxy con frustración. Quiero acercarme, hacer parte de ese mundo. Pero si me acerco ella solo me rechazará.
—Vamos.
Es mejor que no esté por aquí. Si me ve va a ser peor y ella no quiere verme. Camino junto con Anna al café que mencionó, donde nos sirven té en tacitas muy delicadas y pastelitos finamente decorados. Anna comienza a hablar sobre los temas vistos en clase, pero no le sigo la conversación. En el pasado habría sido interesante, pero ahora eso me parece vacío.
El día termina sin muchos contratiempos. El incidente de la fiesta había quedado en el pasado para la banda. Había sido devuelto al punto inicial. Pero no quiero permitirlo.
Mientras observo el techo tirado en mi cama me doy cuenta de que tendré que enfrentar a muchas personas si quiero cambiar. Tendré que sacrificar muchas cosas, pero si no lo hago, esto seguirá eternamente y no creo que pueda soportarlo. Pienso. ¿Hay alguna forma en la que pueda cambiar el rumbo de todo esto? ¿Cómo puedo salir de esta prisión? No conozco nada del mundo. Necesito a alguien que me enseñe todo lo que no sé. Alguien que se defienda bien en el ambiente y que pueda mostrarme como vivir.
Tomo un impulso para sentarme. El poster de Danger Knight es lo primero que veo. La imagen de Roxy me tortura porque es mala conmigo, pero a pesar de eso no puedo evitar sonreír al verla tocar la guitarra y cantar con esa energía que tanto la caracteriza. ¿Cuál será su pasado? ¿Qué tantas cosas tuvieron que pasar para convertirse en la increíble persona que es hoy? A pesar de su agresividad tiene un magnetismo increíble que hace que todos quieran hablarle. Bueno, todos menos Anna.
Ella es capaz de hacer todo lo que yo no puedo.
Es entonces cuando recuerdo que me debe un favor.
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