11. Victoria sin sentido.



Después de ese día Félix Grenford no volvió a meterse en mi camino, pero por alguna razón eso no se sentía del todo bien.

Los bares volvieron a aceptarnos, he reanudado la búsqueda con las disqueras e incluso pude volver a mi habitación, a pesar de los refunfuños de Flora y la casera. No entiendo por qué me regresó todo si no cumplí con mi parte del trato. Después de eso estaba lista para asumir la ira en mi contra, solo quería que él pagara por lo que hizo. Pero no hizo nada, al contrario, me devolvió todo y se aisló aún más. Pero no es eso lo raro. Aunque debería sentirme feliz porque el nerd se quitó de en medio, verlo es inquietante.

Las palabras pueden destruir a alguien para siempre. Eso lo sé mejor que nadie, las experiencias del pasado me lo enseñaron muy bien. Lo recuerdo constantemente, incluso a veces sueño con eso. No pensé que esa realidad volvería a darse en el presente, pero conmigo en la otra cara de la moneda.

Félix pasó a ser el chico con el que nadie se metía al ser con el que todos se meten.

Mientras fumo un cigarrillo lo miro de nuevo. Ha reemplazado sus gafas, aunque por lo visto no las necesita para ver. Soy bastante observadora, ese día no parecía desorientado mientras caminaba. Puede ver sin ellas perfectamente. Va caminando por el pasillo con las manos en los bolsillos sin alzar la mirada. Pero ahora sus ojos son diferentes. Son fríos e inexpresivos.

Como si estuviera muerto por dentro.

Es increíble que haya pasado un mes y no lo haya superado. Todos los de la banda se molestaron con él, excepto Tyler. Fue quien lo sacó de la piscina y por alguna razón entiende el dolor de Félix. Incluso Holly no quiere mirarlo, pero sé que en el fondo se siente mal por él. Más porque después de eso, el bullying empezó en su contra. Empezaron a atacarlo por redes sociales, se burlaban de él aquí en la universidad y su apellido empezó a darle mala reputación. A veces me da risa, no me quiero imaginar cómo sus padres debieron molestarse con él por haberlos humillado así. Es el pensamiento del típico niño rico, el apellido habla por toda la familia. Creo que alguien no podrá volver a salir.

Pero los chicos de la banda también se molestaron conmigo. Dicen que fui muy dura con él, que Félix solo quería salir y ser libre por una vez y que yo lo había humillado. Que probablemente Félix había llegado a esos extremos porque no lo quise escuchar. Una mierda, eso no justificaba lo que hizo. Pero a pesar de eso, por un pequeño instante me sentí mal por él.

Avanzo por el pasillo tratando de quitarle importancia al asunto, pero me detengo. Volteo la mirada hacia un lado y arranco uno de los volantes. Es una de las formas de burla contra Félix.

—Pff.

Seguro que yo podría inventar mejores insultos que estos.

Llego a clase, pero me encuentro de nuevo con una de esas escenas. Es como si se le hubiera metido el demonio, otra vez. Félix tiene encuellado a un tipo mientras otros le gritan insultos.

— ¡Suéltalo, nerd de mierda!

— ¡¿Vas a mandarlo a matar o qué?!

— ¡Mira qué miedo! ¡Igual de matón que sus padres!

Siempre pasa esto. Luego Félix lo suelta y se sienta en su lugar en silencio frente a los ojos de todos. Si antes casi no hablaba, ahora menos. No golpea a nadie, solo los quita de su camino. Él, por el contrario, no ha corrido con la misma suerte. Desde lo que pasó, muchos le perdieron el respeto. Tal como querías, niño rico.

Me siento en mi silla con desgarbo.

—Deja de mirarlo—me dice Lola, sentada al lado mío.

— ¿Cómo?

—Al nerd. Siempre lo estás mirando.

—Claro que no.

Suspiro con exasperación.

—Claro que sí. Lo haces más seguido de lo que piensas.

—Y dale con el mismo tema...

—A lo mejor es algo inconsciente—dice mi amiga, recostándose contra su pupitre—. Extrañas que esté a tu alrededor jodiéndote la vida. No es fácil ver como alguien pasa del amor al odio, ¿verdad?

La miro con rabia. No sabe de lo que habla.

—Cállate. Además tu estuviste en esa fiesta y estabas en su contra. No me digas que ahora lo defiendes.

—Sí, estuve ahí, y a lo mejor me puse en su contra, pero a fin de cuentas no soy la responsable —dice con burla, encogiéndose de hombros.

Ruedo los ojos y dejo de mirarla. Es mejor que deje de ponerle atención, le gusta jugar con mi cabeza. ¿Y qué si lo humillé? Él se lo buscó, y ahora toda la universidad sabe qué clase de calaña es. No son consecuencias que haya provocado yo, son consecuencias que él se buscó.

Se supone que eres el bueno cuando le das una lección al malo.

Me quedo mirando hacia el frente con aburrimiento hasta que una vocecita llama mi atención.

—Hola Félix...

Miro la escena con curiosidad. Es la nerd que mantenía persiguiéndolo hace un par de meses. Le habla con timidez mientras trata de llamar su atención, pero Félix ni siquiera la mira. Solo mantiene la cabeza agachada. Es sorprendente que ni siquiera a ella quiera mirarla, pero en parte es comprensible.

—Vaya—habla Lola de nuevo—. ¿También está molesto con ella?

—Seh—contesto.

— ¿Por qué será?

—Pues porque ella también lo traicionó.

— ¿Cómo? —eso la sorprende. Luego me mira con sospecha—. ¿Qué hiciste?

— ¿Por qué crees que hice algo?

—Pues porque la tipa básicamente besaba el suelo por donde el nerd pisaba—dice, señalando la escena—. Se me hace difícil creer que ella lo haya traicionado porque sí.

Bueno, puede que tenga razón. A lo mejor mis venganzas son demasiado elaboradas, pero la nerd era una pieza demasiado útil y sería un desperdicio no utilizarla.

Solo hubo ver cómo se puso en mi contra cuando fui a hablar con Félix. Ella creía fervientemente que yo era una mala influencia y no quería que él se acercara a mí, así que medí su odio contra mí y sus deseos de proteger a Félix. Sabiendo eso, solo hacía falta que usara eso a mi favor.

A lo mejor la engañé haciéndole creer que me interesaba el nerd y que lo iba a alejar de ella para siempre. Sabiendo eso, su lado psicótico salió e ideó un plan para demostrar lo mal partido que podía ser Félix ante los otros, para que de una u otra forma yo perdiera el interés. Fue un mal momento porque justo entonces empezó el bullying contra él. Entonces se juntó una cosa con la otra y sin saberlo, Anna había alimentado el bullying en su contra.

— ¡Ejem! —carraspea alguien. Salto en mi sitio. El viejo ya está frente a nosotros—. ¿Alguien puede prestarme atención?

—Señor Smith, Grenford nos ha estado provocando otra vez—se queja John al fondo de la clase, mirando a Félix con desprecio.

—Es verdad—dice Oliver—incluso me encuelló.

Los ojos del señor Smith vuelan hasta Félix y lo miran con sospecha pero también con confusión. Félix era considerado buen estudiante pero después de lo que pasó sus notas han bajado bastante. Es el digno ejemplo de pasar del cielo al infierno. No me quiero imaginar cómo lo habrán regañado papi y mami.

—Señor Grenford y señorita Knight, me esperarán al final de la clase.

Me señalo con confusión. ¿Qué? ¿Yo? ¿Acaso este viejo sabe algo?

— ¿Y como por qué yo? —Me río con cinismo—. Resuelva sus problemas con él y a mí déjeme en paz.

—Necesito hablar con usted también—se limita a decir.

Lo que faltaba.

Le mando un mensaje a Holly diciéndole que llegaré tarde a almorzar porque el viejo quería hablar conmigo. Ella solo pregunta si me he vuelto a meter en algún problema, me duele su desconfianza. No he hecho nada malo para que piense esas cosas de mí. Bueno, nada realmente malo.

Me dice que no tarde, porque hay una buena noticia. ¿A qué se referirá?

Minutos después, observo con envidia como todos abandonamos la clase excepto nosotros. Incluso nos ha hecho arrastrar sillas frente a él para que lo escuchamos.

¿Qué mierda quiere? Tengo cosas que hacer.

—Félix—comienza a decir—. Tus notas son bastante malas. Me preocupa. ¿Me puedes decir por qué? Antes eras el mejor de la clase.

¿El mejor de la clase? ¿Estamos en la secundaria?

—He notado que tampoco hablas con nadie. Y soy profesor, pero no estoy ciego. He notado el abuso en tu contra. Mi pregunta es por qué no has hecho nada.

—No es su problema—murmura.

Wow. El niñato tiene agallas.

Smith se echa para atrás y suspira con pesadez.

—La universidad tiene un buen psicólogo, y aunque se te han agendado citas, no has ido a ninguna.

Félix desvía la mirada hacia la ventana como si nada le importara. Me sorprende que alguien que se viste de forma tan ñoña pueda sacar tan malas notas.

—En cambio usted, señorita Knight—me mira con orgullo—. Me sorprende. Es de las mejores.

— ¿Eh? —me señalo a mí misma con una mueca rara.

—A pesar de su... aspecto— Wow, alto ahí viejo—, ha demostrado que puede ser una alumna excepcional.

Desvío la mirada con incomodidad.

—Tengo una beca que mantener—murmuro.

Es la verdad. Sin eso nunca habría podido estudiar, menos música. No me conviene que me vaya mal en las notas. Supongo que niño de papi si puede darse el lujo de perder materias. Lo cual es raro el hecho de que siga siendo el mismo nerd.

—En ese caso, he considerado que usted puede ser una buena influencia para el señor Grenford.

¿Perdón?

—Ah... creo que no estoy entendiendo—me excuso—. Y si me disculpa tengo cosas que hacer.

—Estoy seguro de que sí, pero escúcheme un momento, por favor—me detiene. Suspiro con aburrimiento, mirando al cielo. Dios, dame paciencia—. Usted puede ayudar al señor Grenford a mejorar sus métodos de estudio, darle asesorías sobre esta materia y ayudarlo a recuperar su rendimiento. Es una forma que utilizan varios estudiantes para ganar créditos extra, ayudando a otros.

— ¿Ah sí? ¿Y por qué la señorita Anna perfección no hace eso? —me inclino hacia adelante mientras Félix sigue mirando por la ventana.

—He puesto a Anna como tutora de otros estudiantes antes—me explica—. Los resultados han sido bastante malos.

Muy bien, eso es raro.

— ¿Y piensa que yo lo haré mejor? —me cruzo de brazos.

—Estoy seguro.

Me echo a reír. Primero piensa que voy a enseñar mejor que la nerd, y ahora quiere que le de clases a Félix. ¿Acaso este señor me toma del pelo?

—Señor, con todo respeto—lo miro—. Éste tipo de aquí es un perdedor. No importa quien le enseñe, seguirá siendo un perdedor.

Se tensa a mi lado como si fuera la cuerda de un violín, pero no reacciona. Por un momento siento que debería callarme.

—Paso—suspiro—. Si pierde la carrera es culpa suya.

Félix se pone de pie y sale sin mirar a nadie. ¿Qué mierda? ¿Me dejó aquí sola con el viejo? Me despido y salgo detrás de él. Parece que alguien aun no es consciente de su lugar. Vamos niño, se supone que me admiras. Que te esté prestando atención debería ser un privilegio para ti.

— ¡Oye, perdedor! —le grito antes de que se vaya—. Mírame.

Se voltea. No sé por qué, pero me hace caso. No levanta la mirada del suelo, solo está ahí, lamentándose como una niña. Me acerco a él y lo miro con superioridad.

—Eres una burla —sonrío con desprecio mientras lo empujo—. No importa cuánto lo intentes. Nunca podrás aspirar a nada más. Eso te pasa por meterte conmigo.

—Déjame en paz—farfulla.

— ¿Dejarte en paz? ¿Y cómo por qué?

A pesar de ser más alto que yo, veo como se contiene. Sus manos tiemblan con desenfreno y las aprieta en puños para tratar de contenerse mientras sus ojos agachados no muestran ningún sentimiento. Y entonces ocurre. El flashback. Ya no veo a Félix, sino que me veo a mí años atrás, en la misma posición. Con los puños apretados, la mirada gacha y el corazón destrozado. Y ahora yo soy Matt, humillándome frente a todo el mundo. Entonces la realidad vuelve de golpe.

Doy un par de pasos hacia atrás, aturdida. ¿Qué mierda?

—Porque a la próxima si te destruyo de verdad—susurra con desprecio.

¿Qué? ¿De verdad? ¿Acaso la última vez no era de verdad? Pero no puedo pensar más, porque Félix simplemente se da la vuelta y se marcha. Es entonces que me doy cuenta que no sé cuánto tiempo llevo llamándolo por su nombre.

Los chicos de la banda me saludan algo desanimados. Es raro, porque Holly me dijo que había buenas noticias.

— ¿Qué pasa? —pregunto, sentándome frente a ellos.

Holly me tiende un volante mientras Ashton se pone la cabeza entre las manos. Es un volante de Rock al aire, un evento muy importante que reúne a bandas en un enorme escenario con público de verdad. Por lo general este evento es bastante inaccesible por su gran prestigio.

—Este año aceptan bandas nuevas —me dice Holly, señalando el papel.

Miro el volante con atención.

¡Se aceptan nuevas propuestas! ¡Esto es increíble! ¡Con esto podríamos saltar a un contrato con una disquera directamente! Incluso tocaríamos en un escenario de verdad, con un gran público. ¡Todos nos escucharían!

— ¡Esto es! ¡Es nuestra oportunidad! —salto con emoción, pero Tyler me está fulminando con la mirada—. ¿Qué? ¿Qué no lo entienden? ¡Es lo que estábamos buscando!

— ¿Ya has visto quién patrocina el evento? —pregunta Tyler con cara de mustia.

¿Patrocina? Devuelvo la mirada al papel y me paralizo. No. No, esto tiene que ser una jodida broma.

— ¿La empresa Grenford? —me río—. ¿Es una broma?

—No es muy descabellado—se excusa Holly—. Han patrocinado el evento todos los años.

—El filtro para entrar es muy selecto y los Grenford hacen parte del filtro de selección—dice Ashton, enfadado—. Pero Grenford está en tu contra y a lo mejor su familia también. No hay forma de que nos permitan entrar. Te van a reconocer enseguida.

Mierda. Mal momento para ganarme un enemigo.

Miro al papel con frustración. No, no puede ser, de verdad quiero esto, es lo que hemos estado esperando toda nuestra vida. No podemos perdérnoslo solo porque el niño de mamá está molesto conmigo.

—Hablaré con él—suspira Ashton—. Puede que sea comprensivo.

— ¿Hablar con él? —me río—. ¡Ni siquiera puede decir más de dos palabras!

Aunque a mí me dijo más de dos. Acabar conmigo. Hm.

—Félix no es malo—lo excusa Holly. Todos lo miramos—. Sólo está herido.

La miro con sorpresa.

—Creí que estabas molesta con él, hermanita —le digo.

—Lo estoy. Pero me siento mal por él.

Buf.

— ¿Y ahora qué? —pregunta Derek, mascando un chicle—. ¿Nos jodimos? Si hubieras sido más amable con él nada de esto estaría pasando.

—Es porque no puedes evitar ir por ahí sin ganarte problemas—dice Ashton, mirándome con enfado—. Como si fuera la primera oportunidad que nos perdemos por tu culpa.

Genial, otra cosa por la cual sentirme culpable. ¿Y entonces qué se supone que haga?

—Deberías disculparte con él—me dice Derek.

¿Ja?

— ¿Perdona? ¿Y qué quieres que le diga? ¿Discúlpame por humillarte, pero es que tú también te pasaste de cabrón?

—No hay caso contigo—contesta, fastidiado.

Maldita sea. ¿Por qué siento que toda la banda está en mi contra?

—A-Ah, por cierto—habla Holly, tratando de reducir la presión—. ¿Para qué te necesitaba el profesor?

Joder.

—Para... —agacho la mirada. ¿Debería decir la verdad o inventarme algo? Ya he tenido suficiente de rollos mentales— para pedirme que ayude a Félix con sus notas.

Los chicos se echan a reír mientras Holly me mira con diversión.

—El universo te lo está poniendo en la cara—me sonríe.

—Ya sé—me cruzo de brazos.

— ¡Ya hasta lo llamas por su nombre! —Se burla Tyler—. Pero que ternura.

Admito que no sé en qué momento empecé a hacer eso.

—Cierra la boca—farfullo.

Ashton deja de reír poco a poco y me mira.

—Entonces Grenford está sacando malas notas.

—Al parecer.

— ¿Y por qué el viejo te pide eso a ti?—pregunta Derek.

—Oye, me tomo los estudios muy en serio, aunque no parezca—me quejo—. Si bajo mi rendimiento puedo perder la beca.

—Pero puede que podamos sacarle provecho a esto—dice Ashton con una sonrisa maliciosa.

Insisto en que es una mala idea, pero ellos insisten en que se han ganado muchos problemas por mi culpa. Se están desquitando conmigo, eso es lo que están haciendo. ¡Esto es injusto! Pero es Rock al aire, una oportunidad que solo se presenta una vez al año, y a la que nunca tendremos acceso a menos que Félix deje de odiarme.

Esto es una pesadilla.

— ¿Señorita Knight? Que sorpresa—dice el señor Smith cuando llego a la sala de profesores—. Siéntese.

Lo hago con fastidio. ¿De verdad tengo que ponerme de su lado?

—Y dígame. ¿Qué se le ofrece?

Tomo mucho aire y busco valor para encontrar las palabras.

—Acepto. Seré la tutora del señor Grenford.

—Extraño—sonríe con malicia—. ¿Ahora si lo vas a ayudar?

—Es que esa pobre alma—dramatizo— necesita que alguien le enseñe cómo estudiar para mejorar su rendimiento.

Ja, como si meras técnicas de estudio pudieran ayudarlo.

—Muy bien. Es una gran decisión, no se arrepentirá. Serás de muchísima ayuda— ¿Por qué siento que tramas algo, maldito viejo?—. Necesito que cuadres un horario de estudio con él.

Suspiro. He ahí la parte más difícil.

Hablar con él.

......................................................

¡Buenas noshes mis amigos! Bueno, puede que ya sean días o tardes desde donde sea que me estén leyendo, ¡pero ahora mismo son noches para mí! Sí, eso te incluye Maria del futuro, ¡te estoy viendo! >:v

Baia baia, ahora resulta que Roxy necesita algo de Félix. Él la admiraba antes de que lo humillara, ¿podrá convencerlo de que lo ayude? Lo sabremos... algún día :3

¡Muchas gracias por leerme! <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top