Capítulo 6: "Te oí"
☆♛☆ 6. "Te oí" ☆♛☆
—Exionista.
Presiento que voy a tener que hacerme a la idea de ser llamado así por ella.
Pero solo por ella.
—¿Sí?
—Tengo una mala noticia.
—¿Cuál? —La miro.
—No sabes hacer galletas. —Niega con la cabeza.
Me enfoco en los trozos de masa que he dispersado sobre la bandeja y, aunque me cueste aceptarlo, tiene razón.
—Tía Rei y yo las prepararemos, puedes ir con tío Jack y jugar juntos mientras esperan a que estén listos. —Enseña el pulgar arriba.
Rei sonríe demasiado amplio para mi gusto, pero aun así salgo de la cocina en silencio. Me dirijo a la sala en donde Jack está armando un rompecabezas y me siento en el sillón para revisar el teléfono. Noto que mi hermano luce concentrado en unir dos piezas que no deben ser unidas. Exhalo, guardo el celular y me acomodo en la alfombra a su izquierda.
—Esta pieza va aquí. —Le quito la de color morado para dirigirla a su grupo—. Y esta, aquí. —Le quito la de morado más oscuro para encajarla en el otro extremo.
—Eres bueno. —Sonríe, admirado por mi habilidad en armar rompecabezas que están hechos para niños de tres años en adelante.
—Te siguen dando fatal los rompecabezas.
—He mejorado. —Se encoge de hombros.
Tiene razón, al menos ahora ya sabe diferenciar los colores primarios y no los va uniendo como si todos encajaran con todos.
Vuelve a estancarse en dos piezas de distintas tonalidades de morado y le señalo los lugares en donde deberían ir. Me hace caso y celebra en cuanto logra encajarlas.
Sigue emocionándose por las cosas más pequeñas. Es una de sus mejores virtudes.
—Tú también has mejorado —comenta.
—Yo siempre fui bueno en los rompecabezas.
—No me refiero a eso. —Me mira—. Te has vuelto más cálido. —Sonríe.
¿Cálido? ¿Qué clase de halago es ese? Cálido.
Mi teléfono vibra sin cesar, por lo que me levanto.
—Debo contestar —digo antes de apartarme.
Me alejo lo suficiente para escuchar con claridad a mi asistente.
—Hola, Jefe, le tengo noticias.
—¿Se pudo concretar la compra?
—Sí, los dueños aceptaron el trato, les fue difícil negarse luego de ver el cheque.
—Bien, mantenme informado.
—Algo más, llegó el último reporte de los sujetos, debe estar recibiéndolo ahora mismo.
—Lo revisaré, gracias.
—Eso sería todo.
—Adiós.
—Espero esté disfrutando sus vacaciones. Adiós. —Cuelga primero.
Aparto el celular para abrir el correo que ha mencionado y descargo el documento. Solo tiene diez hojas, lo que es buena señal ya que significa que no ha ocurrido nada de lo que preocuparse. Vuelvo a leer un pasaje que llama mi atención.
«La señorita y su hija terminaron su visita al centro comercial. Nada sospechoso hasta el momento. A la señorita se le cayó su helado al chocar con una mujer de unos cincuenta, iba con su familia, se marchó luego de disculparse y no hubo indicios de haberlo provocado. La hija le entregó su helado a la señorita. La señorita se comió el helado de un bocado y la hija se puso triste. Fueron por más helado.»
Exhalo en relajo, algo que siento cada vez que leo estos reportes.
—Exionista.
Aparto la vista del teléfono para dirigirla a la personita parada frente a mí.
—Es para ti. —Me extiende una enorme galleta.
—Gracias. —Lo recibo, lo que la hace sonreír.
Se me queda mirando, como si esperara que lo pruebe. Le doy un mordisco y saboreo el intenso chocolate acompañado de más chocolate.
—Rico —le digo.
—Sí le gustó. —Sale corriendo.
Regreso a la sala y encuentro a los demás disfrutando de las galletas recién horneadas.
—Exionista. —Lía me llama con la mano—. Te guardé un asiento. —Se apoya en el puesto vacío a su derecha.
No tardo en llegar al sillón y sentarme a su lado.
—Empiezo a ponerme celosa —comenta Rei, mirándome con los ojos entornados desde la izquierda de la pequeña.
—Exionista es mi nuevo amigo.
—¿En serio? —Ni disimula la sonrisa—. Interesante.
—¿Me repiten qué significa exionista? —Jack sigue perdido.
—Quiero ir al parque —propone Lía.
Rei y mi hermano cruzan miradas y se levantan al mismo tiempo.
—Iré por la maleta de cambio. —Jack se aleja.
—Iré por la comida. —La ex modelo se aleja.
Lía sonríe mientras saborea la nueva galleta que ha agarrado.
—Exionista. —Me entrega la mitad al darse cuenta que es la última que queda.
—¿Sí? —Le doy un mordisco a la galleta.
—¿Conoces a mi mamá?
Me atoro con la galleta.
—Mi mamá escribe cuentos y todos los niños son sus fans.
Ladeo la boca mientras la escucho hablar de su madre.
—Mi mamá es la mamá más genial del planeta. Me tranquiliza cuando me lastimo, se lleva a las arañas, pero no las mata porque no es su culpa que se pierdan. Yo nunca me he perdido, debe ser tenebroso.
Elevo las cejas ante el repentino cambio de tema.
—Una vez se me perdió mi cerdo, pero mamá lo encontró rápido. —Sonríe—. Aunque mamá se lastimó buscándolo y se puso triste. —Baja la cabeza.
Acaricio su cabeza.
—No me gusta que mamá se ponga triste. —Hace un puchero.
Su boca tiembla y las lágrimas no tardan en caer.
—Quiero a mamá —solloza.
—¿Qué pasó? —Aparece Rei y se arrodilla frente a Lía—. Solo nos fuimos cinco minutos. —Me acusa con la mirada.
—Quiero a mamáaaa —solloza con más fuerza.
—Ahora mismo la llamo, ¿sí? —Intenta que la mire a los ojos—. Mira, la estoy llamando. —Le enseña su teléfono.
Lía asiente, aun enseñando el puchero.
Saco mi pañuelo y se lo entrego a Rei, quien lo usa para limpiarle los mocos y ayudarle a que expulse los que tiene atorados en su nariz. Y me lo entrega de vuelta.
Lo recibo y lo llevo al tacho más cercano.
—¿Aló? ¿Am? ¿Estás ocupada? Lía quiere hablar contigo.
—Mamáaaaaa —solloza al teléfono.
Me acerco para entregarle otro pañuelo. Rei lo deja tan inutilizable como el anterior.
—Sí —dice bajito—. Estamos yendo al parque. No. Sí. ¿En serio? —Su rostro se ilumina—. Síiiiiii. —Sonríe—. Adiós.
Le devuelve el teléfono a su tía.
—Vamos al parque. —Se baja del sillón.
—Ya tengo todo. —Aparece Jack.
Lía le toma de la mano y van juntos a la salida.
—Tío, ¿crees que veamos patos?
—Tal vez, podemos pasar por el lago.
—Ojalá veamos patos, son bonitos.
Y salen.
Rei exhala y se levanta del suelo.
—Iré por la cesta. —Se dirige a la cocina.
¿Qué acaba de pasar?
—Bienvenido a la paternidad —grita ya estando allá.
¿Todos los niños son así de volubles? ¿O solo Lía?
—¿No vienes? —Me mira desde el umbral de la salida.
Camino hacia ella y sonríe al verme más de cerca.
—Ya te acostumbrarás. —Me palmea la espalda de paso que me apresura en avanzar—. A mí me tomó un año.
—Solo me quedaré hasta su cumpleaños.
—Claro, claro, como digas —ironiza.
La miro por encima de mi hombro para comprobar que se está riendo del chiste que no entendí.
—Iluso —murmura.
—Te oí —le advierto.
—Esto será divertido.
Freno y me vuelvo hacia ella.
—¿Hay algo que no me estás diciendo? —la enfrento, sin paciencia para sus indirectas.
—¿Hay algo que tú no me estás diciendo? —Me reta con la mirada.
—No cambies de tema.
—No lo hago. —Se encoge de hombros—. Solo me alegra que te lleves tan bien con Lía. —Enseña su sonrisa profesional.
Frunzo el ceño, sospechando de sus palabras. No estoy seguro de si intenta provocarme o si lo dice en serio.
Porque no importa lo que pase, me estaré marchando el día siguiente de su cumpleaños.
Solo debo resistir cuatro días más.
Y todo volverá a ser como antes. Volveré a mi vida en donde finjo que nunca la conocí.
Es lo mejor que puedo hacer por ella.
☆♛♛♛☆♛♛♛☆
¡Hola!
Iba a actualizar antes pero me dio malestar u.u pero luego de un buen descanso hoy ya puedo sentarme a subir el cap :3
Gracias de corazón por seguir aquí a pesar de que no actualizo a tiempo u.u ojalá y pronto pueda subir más seguido T.T
Días de actualización: Lunes y Viernes
♛PREGUNTAS♛
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Nos vemos pronto 7u7
♡ Los adoro ♡
Vale Rie☆
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