Capítulo 53: "¿Qué está pasando?"


☆♛☆ 53. "¿Qué está pasando?" ☆♛☆


—Hola, espero no haberte hecho esperar demasiado. —Se sienta en el sillón unitario que tengo adelante y deja su cartera a un lado—. ¿Cómo has estado? —Sonríe, bastante encantada por verme—. Admito que me sorprendió un poco que me contactaras ya que creí que estabas saliendo con una mujer que tiene un hijo, pero luego recordé que tú no eres de los que mantiene una relación seria con alguien. —Cruza sus piernas y las gira ligeramente a su derecha—. Eres como yo. —Apoya sus manos en cada lado del sillón—. Alguien que le encanta divertirse y que le aburre lo cotidiano.

—¿Terminaste?

—¿Ah?

—El sobre que tienes adelante es para ti.

—¿Para mí? —Vuelve a sonreír, se inclina y lo toma de la mesita central—. Qué pena, yo no te traje nada. —Lo abre y la sonrisa se le evapora en un instante— ¿Qué es esto? —Su frente se arruga mientras mira el resto de fotos.

—Tu hermano Francis está engañando a su esposa con una colega suya. Se aseguró de cubrir su rastro con nombres falsos y personal que contrató para evitar cualquier sospecha. También se consiguió un doble creyendo que con eso podría negar cualquier acusación por parte de su esposa, quien lo ha mantenido bajo vigilancia ya que conocía muy bien la reputación de Francis, pero igual aceptó casarse con él porque creyó que podría mantenerlo controlado.

—¿Cómo...? —Me da un vistazo y continúa mirando las fotografías, como si quisiera buscar algún detalle que indique que son falsas.

—Francis sabía muy bien que, si su esposa descubría, con pruebas, que lo engañaba, estaría rompiendo una de sus cláusulas de compromiso, y que tendría que pagarle el triple de todo lo que recibió de ella. Claro, además de firmar los papeles de divorcio.

Sacude la cabeza, aún en negación, aun observando las fotografías de su hermano.

—Pero todo eso tú ya lo sabías.

Finalmente me mira. Y aunque intenta fingir compostura no puede ocultar la palidez de su rostro.

—Sabías que él no cambiaría, que seguiría saliendo con otras mujeres a pesar de estar casado, y quisiste usarlo a tu favor. Lo sobornaste con decirle todo a su esposa si no te daba dinero cada mes.

—¿¿Qué estás diciendo?? —Se levanta de golpe— ¡¿Has investigado a mi hermano?!

La miro de abajo a arriba, aburrido de su reacción tan predecible.

—Siéntate —le ordeno con molestia, que solo me hace perder el tiempo al comportarse así.

Obedece, controlando los gritos que quiere expulsar.

—Esas fotografías, además de otras pruebas que encontré sobre ustedes, desaparecerán al momento en el que salga de esta sala. Podrás seguir amenazando a tu hermano y Francis podrá seguir engañando a su esposa. Todo seguirá tal cual ha estado funcionando los últimos meses para ustedes.

Está más tranquila pero aún no se muestra muy confiada de lo que digo.

—A cambio de que firmes lo que hay en el otro sobre.

Desvía la mirada hacia el segundo sobre que recién nota estaba ahí. Lo agarra y saca los papeles que hay dentro.

—¿Me estás... sobornando? —Me mira.

—No me rebajes a tu nivel, estos son negocios. Yo me deshago de las pruebas que tengo en contra de tu hermano y tú me das algo a cambio. Negocios.

—¿Qué es lo que quieres? Dudo sea dinero ya que... —Bufa al leer lo escrito en la segunda página—. Debe ser una broma. —Vuelve a mirarme—. ¿Has hecho todo esto solo para pedirme algo así de estúpido e infantil?

Me pongo de pie y coloco ambas manos dentro de los bolsillos del pantalón.

—Tienes cinco segundos para firmar.

—¿Qué tiene de bueno esa mujer? —Continúa hojeando los papeles— ¿Tiene algo en tu contra o algo por el estilo?

Suspiro, decepcionado de la decisión que ha elegido.

Tres hombres ingresan por la puerta de la izquierda y una mujer de traje es la última en entrar.

—Briana. —La mujer que tengo adelante se levanta del sillón apenas la ve—. ¿Qu-qué haces aquí? ¿Dónde está mi hermano?

Camino hacia la mujer mejor vestida y me entrega los papeles ya firmados.

—Siempre es un placer hacer negocios contigo, Frank.

Recibo el documento y me retiro de la sala. Afuera en el pasillo me espera mi asistente, a quien le doy los papeles.

—¿Quién es el siguiente? —Avanzamos uno al lado del otro.

—Viviana Monntein la espera en la sala de conferencias de al lado.

—Llegó antes.

—Sí, y ya leyó y firmó el contrato apenas terminó de revisarlo, pero desea dárselo en persona ya que asegura tener información que podría interesarle.

—Tiene tres minutos.

—Entendido.

Los dos hombres parados a cada lado de las puertas dobles las abren en cuanto me ven. E ingreso para mi siguiente reunión.


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Ha pasado un mes desde el tiroteo. Desde que Amelia estuvo en peligro y fue salvada por el pintor.

Y no he vuelto a verla desde que fue dada de alta.

Hablamos ocasionalmente por teléfono, me cuenta lo que ha estado haciendo junto con Lía, a veces menciona al pintor y sus hijos, y finaliza su historia diciendo que me extraña.

Yo le respondo que aún me encuentro ocupado y que no podré regresar aún.

Ha empezado a sospechar que algo no anda bien, pero se esfuerza por ser comprensiva conmigo y asegurarme que me esperará hasta que termine de resolver aquellos asuntos que me mantienen alejado.

Lo que no sabe es que la única forma de resolverlos es mantenerme lejos de ella.

Mi cuerpo se tensa ante su nueva llamada. Suele llamar a estas horas de la noche, como si supiera que no estoy haciendo nada más que martirizarme por no poder tenerla a mi lado.

Hola, Frank, respondiste rápido.

¿Lo hice? Creo que por la emoción de escuchar su voz olvidé contar hasta diez.

¿Estabas sentado en algún rincón de tu habitación, a oscuras, mirando a la nada, esperando mi llamada?

Toco la lámpara que tengo a mi izquierda y esta se enciende.

—No.

Su risa me provoca un cosquilleo en el pecho, una sensación que se asemeja al de probar un platillo exquisito.

Estoy de buen humor, ¿sabes por qué?

—¿Ocurrió algo bueno hoy?

Sí, ¿quieres adivinar o prefieres que te lo diga?

Apoyo la cabeza en la pared y cierro los ojos para enfocarme únicamente en su voz.

—Prefiero que me lo digas.

Hoy estoy de buen humor porque solo falta una semana para que regreses.

Abro los ojos, sin comprender de dónde sacó esa información.

Porque dudo vayas a perderte tan importante presentación de las pinturas de Thomas.

Me esfuerzo por respirar hondo, aunque la presión en el pecho me lo dificulta.

Aún recuerdo el discursito que me diste cuando era tu inocente asistente que se atrevió a preguntarte por qué era tan importante que tú hicieras esas presentaciones. ¿Cómo fue que me llamaste? ¿Ser viviente indigno de realizar tal labor porque mi única destreza en el arte es comparada al de un hipopótamo ciego y sin extremidades?

Me toco la frente, lamentándome de que aún lo recuerde.

Ahhh, qué buenos tiempos —ironiza.

—Amelia.

El lado bueno es que gracias a tus ganas de tener el control y lucirte podré verte pronto.

—Yo no haré la presentación.

¿Qué?

—Brenda lo hará.

¿Brenda? Sé que es increíble como directora, pero tú no te perderías la oportunidad de-

—Ella está lista para lucirse.

¿Frank? ¿Qué está pasando? ¿No vas a venir a la presentación?

Toco la lámpara y la oscuridad vuelve a rodearme.

—No, no iré.

Frank.

Tenso la mandíbula y permanezco quieto, enfocándome únicamente en respirar.

¿Cuándo vas a volver?

—Cuando termine de resolver algunos asuntos.

Frank —suena más seria, más molesta—. ¿Cuándo vas a volver?

—No lo sé.

¿Por qué no lo sabes? ¿Qué es eso tan importante que te mantuvo lejos por más de un mes?

—Algo que debí hacer desde el principio.

¿Y eso sería...?

—Cuando termine te lo diré.

¿Y no puedes venir al menos un día? O Lía y yo podemos ir a visitarte...

—No.

¿No puedes? ¿O no quieres? Porque dudo que estés tan ocupado.

—Es mejor así.

¿Es mejor para quién? Lía no deja de preguntar por ti, te extraña.

Guardo silencio y me concentro en inhalar y exhalar. Solo respiro y pongo mi mente en blanco mientras aquel cúmulo de emociones va siendo comprimido hasta que dejo de ser afectado por este.

Inhalo una vez más, preparándome para decir lo que he practicado.

—No lo hará por mucho tiempo, los niños a esa edad olvidan con facilidad.

Resopla con fastidio.

¿Eso es lo que quieres? ¿Que te olvide?

—Es lo mejor para ella. Para ambas.

¿Por qué parece que no planeas volver?

—Es lo mejor para ambas.

¡Deja de decir eso! —Exhala y no dice nada por los siguientes segundos.

Escucho la puerta, probablemente salió de su departamento para no despertar a Lía o Maya.

Solo dime qué es lo que pasa y seguro encontraremos una solución... juntos.

—Están mejor sin mí.

Frank, creí que había sido muy clara cuando regresaste la primera vez que fue una decisión muy estúpida el que te hayas marchado de ese modo. Así que no me digas que es lo mejor para nosotras cuando no lo fue la primera vez.

Me quedo en silencio, sin saber cómo objetar. Se ha vuelto muy buena debatiendo. O yo me he vuelto muy tonto dando excusas.

Quisiera que esta fuera solo otra excusa, que fuera algo sencillo de descartar ya que hay infinitas formas de evitarla.

Y lo llegué a creer cuando empezamos a salir. Todo parecía marchar tan bien que me convencí que aquello era solo una estúpida excusa.

Pero la verdad... la realidad es que yo pongo en peligro a Amelia.

Todo lo que hice en el pasado, las personas con las que me relacioné, los errores que cometí, vuelven como una advertencia de que no puedo bajar la guardia.

Lo había entendido perfectamente con lo ocurrido con Charlotte, solo que la idea de tener un futuro con Amelia me hizo entrar en negación.

Bien, si así quieres hacer las cosas yo también puedo hacerlo. Lía DESEA que vayas a la fiesta de Halloween que Rei y Jack están organizando en su empresa. Depende de ti si vienes o ni. Depende de ti si cumples este deseo o no. Buenas noches, Frank. No te quedes despierto hasta muy tarde, luego te quita el apetito por las mañanas. —Corta la llamada.

Bajo la mano que sujeta el teléfono y lo dejo en el suelo, a mi costado.

—Amelia —murmuro con anhelo, como si esperara que apareciera en cuanto dijera su nombre—. Renunciaría a todo lo que tengo solo para estar contigo, pero renunciaría a mi propia vida con tal de mantenerte a salvo.

Tal vez en otra vida pueda ser feliz a tu lado.

Tal vez.


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¡Hola!

VOLVIIIIIIIIIIIII.

Hay mucho que decir y poco que explicar. En resumen, la vida adulta me mantuvo alejada de la vida de escritora.

Y luego de muchas pero MUCHISIMAS versiones de este capítulo, al fin conseguí una con la que me siento más a gusto.

Prontito empezamos cuenta regresiva del finaaaaal.

PD: Si quieres leer antes los caps de "Conde herpes" en mi instagram hay información que podría interesarte :3

Días de actualización: Lunes y Viernes

♛PREGUNTAS♛

☆¿Preguntas?

☆¿Frase favorita?

☆¿Teorías del siguiente capítulo?

Nos vemos pronto 7u7

♡ Los adoro ♡

Vale Rie

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