Capítulo 40: "Uy qué descriptivo"


☆♛☆ 40. "Uy qué descriptivo"☆♛☆


—¿No deberías irte a descansar? ¿Mañana no tienes una reunión importante?

—Me iré cuando te vayas a dormir. —Apoyo mi cabeza sobre su hombro para pegarme más a su espalda.

—Pero yo planeaba quedarme despierta escribiendo.

—Entonces me quedaré despierto acompañándote.

—¿Qué hay de aquel trato importante que quieres cerrar? —Gira la cabeza para mirarme.

—Eso fue solo una excusa para viajar contigo. —La beso.

—Deja de bromear y ve a dormir. —Pellizca mi mejilla y me aparta de su rostro.

Cierro los ojos y continúa abrazándola.

—Bien. —Suspira—. Puedes quedarte un rato más. —Acaricia mi cabeza.

Carga su laptop y la lleva a su regazo para continuar trabajando. Escucharla teclear, sentir su respiración, sus balbuceos que indican lo concentrada que está en lo que escribe, toda esa combinación me produce una sensación de llenura. Me encantaría pasar el resto de mi vida de este modo, abrazándola y que cada uno de mis sentidos esté enfocado en ella.

—Te amo —murmuro arrastrando las palabras, como si acabara de suspirar.

—¿Mm? ¿Dijiste algo?

Ladeo mi boca y exhalo.

Parece que cuando mis sentimientos por esta mujer se desbordan lo hacen con palabras que deseo murmurar en su oído para que solo ella las escuche.


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Encuentro cierta ironía que haya elegido este lugar público para nuestra reunión cuando se ha asegurado de mantener un perfil tan bajo que son escasas las fotografías que pueden hallarse de su persona.

Tal vez se trate de un sitio que frecuenta y lo hace sentir cómodo, lo que me podría beneficiar en la negociación.

La campana de la entrada de la cafetería presenta al sujeto que he estado esperando los últimos minutos. Es más alto de lo que esperaba, y por su vestimenta casual pareciera que ha venido a desayunar con sus amigos.

—Espero no hayas esperado mucho. —Extiende su mano.

Su voz relajada y su media sonrisa me indican que está siendo amigable.

—Solo lo suficiente. —Estrecho su mano.

Nos sentamos a cada lado de la mesa cuadrada y se enfoca en leer la carta.

—Si no te molesta quisiera ordenar primero, necesito comer para poder tener una charla decente.

—Casualmente tenía curiosidad por probar sus emparedados. —Cruzo las piernas y descanso mis manos sobre en el regazo—. Gracias a ti podré saciar esa curiosidad.

—Te recomiendo las de jamón. —Sonríe ampliamente, más entusiasmado que antes.

Asiento y levanto la mano para llamar al trabajador que nos ha estado observando desde que esta persona se sentó. Él ordena un gran desayuno y hasta bromea con el joven, quien termina sonriendo.

Una vez quedamos solos, siento su mirada fijada en mí.

—Admito que me sentía algo nervioso mientras estaba de camino. —Ladea su sonrisa—. Aunque ya habíamos hablado un par de veces por teléfono, ahora que te he podido conocer en persona me doy cuenta de que tienes una impresionante presencia digna de alguien como tú.

—Lo sé.

Enseña casi todos sus dientes y desvía la mirada hacia el vaso con agua que reposa sobre la mesa, la que ha estado sosteniendo desde que se marchó el trabajador.

—¿Ya te había dicho que fuiste tú quién me inspiró a convertirme en pintor?

—Fue lo primero que dijiste la primera vez que hablamos por teléfono. —Bebo un poco de mi agua.

Soy consciente de que esa fue la principal razón por la que aceptó reunirse conmigo, así que quería aprovechar la idolatría que siente hacia mí para convencerlo de aceptar el acuerdo. No puedo ser impaciente y lo mejor es esperar a que él lo mencione primero.

Traen nuestros pedidos y nos enfocamos en comer en silencio por los siguientes cinco minutos.

Amelia debe seguir dormida, se acostó aún más tarde que yo, así que tal vez pueda llegar a tiempo para despertarla y llevarla a ella y a Lía por algo de comer.

—¿Está saliendo con alguien?

Levanto la vista hacia Thomas y me encuentro con su mirada animada.

Por más interesado que me haya mostrado para cerrar este trato no tengo ni una pizca de desesperación por mostrarme agradable o fingir algún tipo de amistad, así que no tendría ni qué pensarlo antes de negarme a responder esa pregunta. Pero...

—Sí, estoy saliendo con mi futura esposa.

He ansiado decir eso en voz alta.

—Vaya, eso es genial. —Acepto su genuina sonrisa como un merecido halago.

Aunque no me basta. Ahora que lo he dicho en alto tengo esta nueva sensación de querer recibir las felicitaciones de más personas. Algo demasiado extraño en mí ya que esa clase de gestos nunca me han interesado.

—Ahora me siento un poco culpable de hacerte venir hasta aquí y dejes sola a tu prometida.

—Por eso la traje conmigo. —Bebo un poco de mi café.

—¿La trajiste porque ibas a extrañarla demasiado? —Sonríe ampliamente.

—Sí.

—Puedo recomendarte los mejores lugares de la ciudad para que los visiten juntos. —Apoya los brazos en la mesa, bastante interesado en la conversación—. ¿Qué es lo que le gusta a tu novia?

—Yo. —Lo miro—. Le gusto yo —mi voz suena autoritaria.

Aunque no la conozca eso no le quita lo molesto a que muestre interés por Amelia.

—Parece que tengo algo en común con ella.

Le pediré a mi asistente que haga un listado de otros pintores, aquí solo estoy perdiendo mi tiempo.

—No viajaré ni iré a entrevistas o a cualquier otro evento que involucre demasiada gente a menos que yo mismo lo proponga. —Se levanta de su asiento—. Si añades esas condiciones en el contrato... lo firmaré.

Me pongo de pie y extiendo el brazo hacia él, lo que lo hace sonreír.

—Un placer hacer negocios contigo, Frank. —Estrecha mi mano—. Espero cuides de mí. —Inclina un poco la cabeza hacia adelante.

Sin soltar su mano, también inclino mi cabeza.

—Por hoy ya me retiro, pero mañana me gustaría almorcemos juntos para celebrar esta colaboración. —Ensancha su sonrisa—. Le pasaré la información del lugar de encuentro a tu asistente.

Da media vuelta y se marcha.

Saco el teléfono y llamo a mi asistente.

¿Cómo le fue, jefe?

—Te mandaré las correcciones que debes hacerle al contrato y lo tienes listo para mañana.

Sabía que lo convencería, por algo aceptó reunirse con usted después de rechazar las reuniones con los otros que iban tras él.

Salgo de establecimiento.

—¿Amelia sigue en su habitación?

Dijo que iría a pasear con Lía.

—¿Dónde?

Revise sus mensajes.

Corto la llamada, entro al auto que me esperaba y reviso mi bandeja. Tengo varios mensajes de ella.


De: Amelia

Lía se levantó temprano con ganas de ir al parque, Brenda mencionó uno que hay a unas calles así que iremos a pasear.

Bueno, Lía ya se cansó de pasear así que iremos de compras.

Qué caro está todo, se cancelan las compras.

¡Mira! ¡Aquí tienen mi cuento!


Ladeo la boca y amplío la última foto que ha enviado. Reconozco esa librería, está cerca.

Le indico al conductor a donde debe dirigirse y el auto arranca.

Aprovecho en llamarla.

Hola, Frank, ¿terminó tu reunión? ¿Cómo te fue? ¿Cerraste el trato? ¿Qué comieron? ¿Estuvo rico?

—Sí, fue bien, sí, emparedado de jamón y café, nada mal.

Wow... me han entrado unas enormes ganas de besarte.

—Espera un poco, ya llego.

¿Estás viniendo? ¿Cómo sabes dónde estoy? ¿Maya volvió a instalarme una aplicación de seguimiento?

—Lo deduje por la última foto que mandaste.

Wow... sí que tengo un novio impresionante.

Mi cuerpo se relaja con tan solo escucharla llamarme «novio». Una vez más confirmo que si proviene de Amelia me convierto en el ser más dichoso de la humanidad.

Espera un momento... Cariño, en esta tienda no aceptan animales, si sigues mugiendo tendremos que irnos... Sí, los monos también son animales... Bueno, que vengamos de los monos también nos convierte en animales, pero... Bien, sigue mugiendo... —La oigo suspirar—. Frank, ¿qué tan cerca estás?

—Cerca.

Uy qué descriptivo —ironiza.

El auto se detiene y bajo de este.

—¿Estás en el área para niños?

Sí, Lía no quiere irse porque ha hecho amigos así que espero tú puedas convencerla, don negociador.

Ladeo mi boca al reconocer su espalda y camino hacia ella.

Creo que los padres de estos niños me han visto cara de cuidadora porque se han esfumado en segundos...

Me detengo a un paso de distancia para observarla unos segundos más. Se ha atado el cabello, lo que me permite apreciar su apetitoso cuello que despierta mis ganas por mordisquearla.

—No sé de quién sacó Lía lo sociable porque sé que no fue de mí. —Guardo el teléfono y sigo avanzando— ¿Sabes? Yo era muy tímida de... —La abrazo de la cintura—. Niña... —Beso su cuello—. Sí que estabas cerca. —Acaricia mi cabeza mientras lleno su piel de besos.

—No deberías atarte el cabello en público, haces verdaderamente difícil la tarea de contenerme.

—Pues contrólate que hay niños presentes. —Me codea en el estómago.

Exhalo y detengo los besos a regañadientes. No puedo culpar a los niños de interponerse en mi camino al cuello de mi novia, son sus padres los verdaderos culpables.

—¿Nos vamos? —Tomo su mano.

—Antes debemos separar a la vaca del rebaño. —Señala con la barbilla a los niños que dan vueltas alrededor de otro niño.

Doy un paso hacia adelante y fijo mi objetivo en la pequeña que no ha dejado de mugir desde que llegué.

—Lía.

Se detiene en cuanto me escucha y voltea a verme.

—¡Exionista! —Corre hacia mí con los brazos abiertos.

Me empino de una pierna y la atrapo. Su risa me provoca cosquillas en los oídos. La cargo como se debe y me levanto para mirar a su madre.

—Estoy muy ofendida —vocaliza de mal humor.

—Exionista, Exionista. —Me pincha el hombro con su diminuto dedo—. Hice un amigo, se llama Draco y es bueno mugiendo.

—¿Cuál es Draco? —pregunta su madre mientras mira a los niños.

—Ya se fue, vinieron a recogerlo hace rato. Mamá, ¿mañana también nos leerás un cuento? A Draco le gustó tanto que dijo que mañana también vendría.

—Eeeh... no lo creo, cariño. —Sacude la cabeza, notoriamente nerviosa—. Es más, mejor vámonos rápido antes de que aparezcan los padres de estos niños. —Me va empujando a la salida.

—¿Tu mamá les leyó un cuento? —Miro a la pequeña mientras somos guiados a la puerta.

—Dos cuentos. —Enseña el índice y dedo medio—. Iban a ser tres, pero mamá casi se queda sin voz.

Asiento al comprenderlo. Me lo perdí por culpa de esa tonta reunión. ¿Será esta otra señal para no seguir con el trato? Que desde que salí de esa cafetería he tenido este mal presentimiento sobre aquel pintor, como si hubiera algo en su persona que me advirtiera que debo alejarme.

—Mami. —Lía se sujeta a mi hombro para mirar a su madre que sigue empujándome desde atrás—. Ya sé qué quiero para Navidad.

—Creo que es algo pronto para hablar de tu regalo de Navidad...

—Quiero un hermanito.

Tanto los empujes como mis pies se detienen.

Lía, te amo, pero... al menos espera a que nos casemos.

No hay que adelantarnos.


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¡Hola!

FELIZ PRIMER ANIVERSARIO DE "CONDE HERPES"

No puedo creer que ya haya pasado 1 año. Ha sido un año duro lleno de bloqueos, además de superar la muerte de cierto personaje que aún a la fecha me sigue doliendo T.T

Solo quiero agradecerles, en serio agradecerles por seguir aquí a pesar del duro final de MVDS, entiendo que varios no la hayan seguido porque yo también me di un descanso de la saga varias veces u.u

Gracias por acompañarme en este libro cuyo inicio fue amargo pero que ahora me llena de cursis momentos debido a Frank :'3

Como ustedes lo eligieron, lo celebraremos con una mini maratón e.e

El 2do cap lo subiré en unas horitas :3

Y si alguien aún no me sigue por instagram los invito a que se pasen por ahí porque es donde ando más activa hablando de la saga, dando avisos y chismeando un poco sobre los personajes (ig: haruviolette)

PD: Si quieres leer antes los caps de "Conde herpes" en mi instagram hay información que podría interesarte :3

Días de actualización: Lunes y Viernes

♛PREGUNTAS♛

☆¿Preguntas?

☆¿Frase favorita?

☆¿Teorías del siguiente capítulo?

Nos vemos pronto 7u7

♡ Los adoro ♡

Vale Rie

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