Capítulo 4: "Me retracto"


☆♛☆ 4. "Me retracto" ☆♛☆


Nos sentamos en la mesa y desayunamos en silencio, pero solo dura un par de minutos.

—Lía, ¿sabes quién es él? —Rei, quien está sentada a mi derecha, me apunta.

Detengo la taza a medio camino de mi boca y dirijo la mirada a la pequeña.

Me mira por unos segundos para luego enfocarse en su tía.

—¿Un exionista?

Jack también mira a su socia ya que aún no parece entender a qué se está refiriendo la pequeña.

—No. —Le sonríe—. Él es... —Gira la cabeza para mirarme.

Tenso la mandíbula al temer que vaya a decirle lo que creo va a decirle.

—El hermano de Jack. —Señala a Jack.

—¿El tío Jack tiene un hermano? —La pequeña lo mira—. ¿Por qué? —Ladea su cabeza.

—Porque a mis padres no les bastó tener uno. —Jack le sonríe—. Y él es el mayor.

—¿Por eso tiene barba? —Lía me mira con atención—. No parecen hermanos.

Si otra persona me hubiera dicho eso me habría molestado. Pero es imposible cuando se trata de Lía.

Cada vez estoy más seguro que no importa lo que la pequeña diga, no hay forma de que llegue a fastidiarme.

—Se parece a mi abuelo.

Me retracto.

Los socios se carcajean tan fuerte que podría quedarme sordo. Me limito a beber lo que queda de mi café ya que no me apetece hablar.

—¿También eres mi tío?

Me quedo quieto al sospechar que la pequeña está hablando conmigo. Al alzar la vista compruebo que así es.

—No —me apresuro a decir.

Siento las miradas de mi hermano y su socia, pero no tengo ánimos para enfrentarlos. Así que me levanto para alejarme de ahí lo más pronto posible.

—Con permiso, tengo trabajo que hacer. —Me dirijo a mi habitación.

—No olvides nuestro trato.

Imposible olvidarlo.

Cierro la puerta tras de mí, camino hacia la maleta y saco la libreta negra. Me acomodo en la cama, apoyándome en la pared, y abro la libreta.

Paso los dedos por el boceto que he hecho incontables veces, tantas que ya no me hace falta la foto de referencia para dibujarla.

Se me hizo costumbre dibujarla ya que era la única forma en la que podía conocerla sin sentir culpa. Cada trazo me ha enseñado algo de ella y ya siento que la conozco con tantos bocetos inspirados en su persona.

Acepté que esta sería la única forma en que la conocería, que no era merecedor de siquiera desear algo más.

Pero ahora que la he tenido frente a mí no puedo evitar el tener curiosidad por ella.

Cierro la libreta y me levanto de la cama para caminar de un lado a otro por la habitación.

—Tengo que salir de aquí.

O enloqueceré.

Me detengo al notar otra presencia y me giro hacia la puerta para encontrar a mi hermano en el umbral.

—Luces inquieto —intenta bromear seguramente para aligerar el ambiente.

—Ya iba de salida. —Me acerco a él.

—Antes hablemos. —Se interpone en mi camino.

Empezamos una lucha de miradas para elegir el vencedor. Puedo notar más confianza en la suya, pero una diferente de la última vez que lo vi. Ha madurado.

—¿De qué quieres hablar? —Acepto mi derrota.

—Rei me contó que eres Santa.

No debería sorprenderme. Más bien me asombra que recién ahora se lo haya comentado. Debió ser duro mantener el secreto tantos años.

—¿En serio le has estado mandando regalos todos estos años haciéndote pasar por el barbudo? —Ladea su sonrisa.

—Solo han pasado tres años —le corrijo.

—Si has venido para cumplir su último deseo, ¿significa que te disfrazarás de santa para su cumpleaños? —Se nota que le divierte la situación y ni siquiera lo disimula.

—No.

—¿Cómo piensas cumplir su deseo de traer a Santa? —Se apoya en el marco de la puerta y se cruza de brazos.

Me quedo mirándolo ya que tiene un buen punto, pero es algo en lo que ya había pensado cuando acepté venir.

—Me encargaré de ello en su momento.

—Aún no lo has pensado —no lo pregunta.

Me caía mejor el Jack despistado.

—¿Algo más de lo que quieras hablar? Porque estoy de salida.

—¿Realmente tienes que volver a irte?

No esperaba esa pregunta por parte de él, y que lo diga sin pizca de humor dificulta la tarea de ignorarla.

—Ya no soy el niño que le rogaba a su hermano que no lo abandonara cada vez que amenazaba a nuestros padres con marcharse, si tienes una buena razón para partir quiero escucharla, por más dura que sea ya soy lo suficientemente mayor para entenderla.

—Si crees que la razón por la que me voy es por ti...

—Como dije —me corta—, ya soy lo suficientemente para entenderla, y sé a leguas que no se trata de mí. —Avanza hacia mí hasta quedar a un metro de distancia—. Así que dime, hermano, ¿por qué tienes que irte?

¿Por qué tengo que irme? Si lo supiera se lo diría.

Solo sé que tiene que ser así. Por el bien de los demás...

No, por el bien de ella.

—¿Es por Max? ¿Te sigues culpando por lo que le pasó?

¿Por qué lo menciona? Esto no tiene nada que ver con él. 

No es por él. 

No es...

—Frank...

—Tengo que irme. —Salgo de inmediato del lugar.

Pero mi escapada es bloqueada por una personita que enfoca sus enormes ojos en mí.

No puedo moverme, ha aparecido justo en este momento en el que no deseo ver a nadie que mi cuerpo ya no reacciona.

Da pequeños pasitos hacia mí y abraza mis piernas.

—Todo está bien. —Me da suaves palmadas—. Llorar es bueno, llorar es necesario.

¿Por qué lo dice? ¿Acaso yo...?

Acerco la mano a mi rostro y palpo algo húmedo.

Froto ambos ojos hasta deshacerme de la evidencia.

Es imposible que sea eso. Debe ser algo más. Es imposible que yo...

—¿Ya se siente mejor? —Dobla su cuello para poder mirarme, pero sin soltar mis piernas—. ¿Quiere algo dulce? Eso siempre me anima.

Recién noto la presencia de Rei, quien, por la forma en la que me está mirando, deduzco que lo vio todo.

Parece entender mis intenciones y se acerca para cargar a Lía.

—¿Quieres hacer galletas? —Le sonríe.

—¡Síiiii! —Eleva los brazos al cielo.

Se aleja con la pequeña y se lo agradezco. He recuperado el control de mi cuerpo y me dirijo a la salida.

—Exionista.

Mi mano frena justo cuando toca el picaporte.

—¿Nos ayudas a hacer galletas?

—Exionista ahora no puede —Rei se excusa por mí—, tiene algo importante que hacer.

Te debo una grande.

—Pero yo quiero que Exionista nos ayude —se le apaga la voz.

—Tal vez otro...

—Lo haré —me apresuro a decir.

Rei me mira sin entender ya que se supone tenía que irme con urgencia.

Y eso quería.

Pero si Lía quiere que le ayude a preparar galletas no puedo negarme.

—¿En serio? —Su pequeño rostro se ilumina— ¿Sabe hacer galletas?

—No hay nada que no pueda hacer. —Remango mi camisa y avanzo hacia la cocina.

Voy a preparar las mejores galletas del planeta.


☆♛♛♛☆♛♛♛☆

¡Hola!

Ayer pensaba publicarlo luego de volver del doctor pero llegué tan tarde que terminé desmayada en mi cama T.T

Escribir desde la perspectiva de Frank me ha hecho entender que él es un hombre complicado y simple a la vez. No piensa tantas cosas como Amelia ya que prefiere mantener esos pensamientos muy lejos de su subconsciente u.u (Antes no era así, se los juro T.T).

Días  de actualización: Lunes y Viernes

♛PREGUNTAS♛

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☆¿Teorías del siguiente capítulo?


Nos vemos pronto 7u7

♡ Los adoro ♡

Vale Rie

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