Capítulo 24: "¿Quieres que me vaya?"



☆♛☆ 24. "¿Quieres que me vaya?" ☆♛☆


—Mamá, ¿ya no iremos a visitar a papá?

Sabía que debí tomar un taxi por separado.

—Claro que sí, cariño, solo vamos a casa para cambiarnos y salimos.

Siento las miradas de Rei y Maya en la nuca, así que me concentro en la vista de la ventana.

El teléfono vibra y lo saco.


De: Rei

¿Estás bien?


Otro mensaje no tarda en llegar.


De: Maya

¿Cómo estás?


Bloqueo el celular y regreso mi atención a la calle que puedo apreciar a mi derecha.

Mi cuerpo se siente demasiado pesado, pero no puedo cerrar los ojos por más de tres segundos. Me han recetado medicina que se supone me ayudará a dormir, pero solo la usaré cuando sea realmente necesario. Y por el momento esto es soportable.

—Y llegamos. —Jack estaciona el auto— ¿Por qué no se adelantan? Mi hermano y yo tenemos que discutir algo importante.

—Paso. —Soy el primero en salir del vehículo y apresuro el paso para dejar en claro que no quiero que me sigan.

—Exionista. —Freno al instante.

La pequeña se coloca frente a mí, como si estuviera bloqueándome el camino.

—¿Nos vas a acompañar?

No puedo, estoy agotado y podría fácilmente sufrir otro ataque.

Me empino de una pierna para estar a su altura.

—Otro día será.

—Está bien. —Tuerce la boca, insatisfecha con mi respuesta, pero parece entender que en esta ocasión es mejor no insistir.

Acaricio su cabeza, agradecido de que lo haya comprendido.

Continúo avanzando y me detengo frente al elevador.

Ya que dudo vaya a poder conciliar el sueño, aprovecharé en pintar un poco. No me ayudará con el agotamiento, pero al menos podré despejarme por un rato.


☆♛♛♛☆


—Esto no funciona. —Me dejo caer en el sillón.

Me aburrí de estar encerrado en el estudio y creí que si trabajaba en la sala me sentiría mejor. Pero sigo igual de estresado que hace cinco horas.

Y no puedo pintar más porque mis manos deben descansar.

—No hay nada que me entretenga aparte de pintar o dibujar. —Exhalo ante la frustración.

Tampoco es que me apetezca hacer algo además de esto, y estoy muy cansado para salir.

Levanto la mano sobre mi rostro y aprecio la bendita con patrón de unicornios.

Suspiro ante la inoportuna nostalgia que me embarga. No tengo permitido extrañarla.

—No me iré hasta asegurarme de que esté a salvo.

Volveré al plan original de irme, pero solo lo pospondré hasta que la señorita Thompson supere su anemia.

Me levanto del sillón y me dirijo a la cocina por hielo para mis muñecas. Es una suerte que no se hayan inflamado o algo peor.

Escucho que la puerta se abre y cierra y voy para hablar con la señorita Rojas.

—¿Trajiste la crema...?

—¡Exionista! —Lía corre hacia mí y aprisiona mis piernas— ¿Me extrañaste? —Gira el cuello para mirarme.

Tardo en pensar una respuesta ya que me ha sorprendido ver a la pequeña y su madre entrando a mi departamento.

—Le pedí a Brenda una copia. —Enseña sus llaves.

Aunque solo responde una de la interrogativas, me limito a enfocarme en Lía. Acepto su pedido de que la cargue, aunque provocó que incremente la incomodidad en las manos. Aun así, la llevo a la sala y la acomodo en el sillón.

—¿¿Estás herido?? —su madre se escandaliza desde la cocina, enseñando la bolsa con hielo que había dejado sobre la encimera.

—No. —Me apresuro en recoger los borradores que recién recuerdo haber esparcido por toda la sala.

—¡Wow! ¿Esta soy yo? —Lía tiene en sus manos uno de los papeles.

—No. —Continúo recogiendo los que quedan antes de que...

—Mira, mami, esta eres tú. —Levanta el dibujo a medio hacer para que su madre pueda verlo.

—No. —Se la arrebato antes de que se la señorita Thompson acerque lo suficiente para que lo tenga en sus manos.

—Después limpias. —Se detiene frente a mí—. Toma asiento —ordena.

Noto que Lía nos está mirando así que no me queda otra opción más que hacer lo que me pide. La señorita Thompson se sienta a mi lado y me jala el brazo hacia ella.

—¿Has estado pintando desde que llegaste? —Coloca la bolsa de hielo sobre mi muñeca.

—No.

—¿Descansaste un poco?

—No.

—¿Quieres que me vaya?

—No... sí.

Se ríe.

No es justo, no debería reír así frente a mí.

Lía se baja del sillón y se sienta junto a mis pies, con brazos y cabeza apoyados en mi rodilla.

—Lía propuso que al regresar vengamos directo a verte porque estaba preocupada por ti.

Acaricio la cabeza de la pequeña, y cierra los ojos mientras sonríe.

—Me gusta exionista.

—Sí, eso ya nos quedó muy en claro. —La señorita Thompson sonríe.

—La voz de exionista se siente muy cálida. —Suspira, parece estar tan cómoda que pronto se quedará dormida.

—Eso es nuevo. —Asiente—. Creí que solo te gustaba porque es guapo.

La madre de Lía y yo cruzamos miradas.

—Eso fue lo que ella dijo —se apresura a decir.

—Por eso estaba tan emocionada de poder conocer a exionista, porque sabía que me gustaría —Lía continúa con su narración sobre lo mucho que le gusto.

No es que me desagrade, solo me inquieta un poco recibir tantos cumplidos viniendo de la pequeña. Y la madre no ayuda al tener aprisionada mi mano.

—Estoy tan feliz de que santa vino para cumplir el deseo de cumpleaños que le pedí.

—¿Qué dijiste, cariño? —La señorita Thompson se inclina hacia ella.

Me obligo a levantar la cara al cielo para evitar todo lo posible la cercanía de la madre.

—Ya sé que exionista es santa... —Bosteza—. Mi tía Rei me lo contó.

La madre se petrifica, lo que no me ayuda en nada porque aún la tengo cerca y me dificulta digerir lo que ha dicho la pequeña.

—¿Pu-puedo llevar a Lía a tu cama? Quedó agotada por el viaje.

—Sí.

Al fin se aparta y veo cómo se aleja con su hija en brazos. Descanso la cabeza en el respaldar y vuelvo a enfocarme en el techo.

—¿Por qué siento que acabo de correr una maratón?

No sé si estar agradecido o molesto con Rei. Hizo lo que no me atreví a confesar, pero solo provocó que me ate más a esa pequeña que ahora conoce mi identidad.

Si solo hubiera quedado como un buen amigo de Lía iba a ser más sencillo el irme.

¿Es por eso que se lo dijo? ¿Este es su plan para retenerme?

—Otra vez lo estoy sobre analizando. —Exhalo con pesadez.

—Bueno. —La señorita Thompson regresa y la miro—. Mañana me aseguraré de golpear a Rei.

Se recuesta en el sillón y estira los pies en mi lado. Levanto los brazos para evitar ser golpeado y lo toma como una aprobación para que descanse sus pies en mi regazo.

—Al menos debió avisarme antes, ¿no? Además, ¿no sería mejor que yo se lo dijera?

—Señorita Thompson.

—Me las ingenié para responder todas las preguntas que hacía sobre santa, además de poner excusas cada vez que quería ver una foto tuya.

—Señorita Thompson.

—¿No merecía al menos estar presente para cuando se enterara de la verdad? Ahora nunca sabré la cara que puso cuando lo descubrió.

—Señorita Thompson.

—¿Sí? —Me mira.

—¿No estás poniéndote demasiado cómoda para ser una visitante que apareció por sorpresa?

—Me tuteaste. —Me señala con el índice.

—Señorita Thompson.

—Frank.

Presiono los labios para disimular la reacción que me provoca cada vez que dice mi nombre.

—Ayer hemos visto lados vergonzosos del otro, así que ya no tiene sentido tratarnos con tanta formalidad.

Rei no es la única que está dificultando mis planes. Debo hacer algo pronto o ya no podré...

—Frank, seamos amigos.

La miro fijamente, intentando descifrar el mensaje oculto. Por alguna razón presiento que lo que ha dicho es una trampa.

—No, gracias.


☆♛♛♛☆♛♛♛☆

¡Hola!

Frank haciéndose el difícil como siempre :v

Días de actualización: Lunes y Viernes

♛PREGUNTAS♛

☆¿Preguntas?

☆¿Frase favorita?

☆¿Teorías del siguiente capítulo?

Nos vemos pronto 7u7

♡ Los adoro ♡

Vale Rie

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