Capítulo 23: "Oh demonios"
☆♛☆ 23. "Oh demonios" ☆♛☆
Cargo su ligero cuerpo, demasiado ligero que me resulta preocupante, y me apresuro en llegar al estacionamiento.
La coloco en el asiento del copiloto, bajo el respaldar y la aseguro con el cinturón. Saco el teléfono y le marco a Jack, mientras timbra enciendo el auto y acelero.
—Jack, Amelia está inconsciente.
—¡¿Qué?! ¿¿Qué pasó??
—No lo sé, solo se desmayó. La estoy llevando al hospital Mercy, es el más cercano.
—Sí, te veo allá. Llámame cuando lleguen.
—Sí, date prisa.
Cuelga y me concentro en esquivar cada vehículo que me impide acelerar.
Mi corazón está a punto de explotar y no sé si estoy respirando con normalidad, lo único que me importa ahora es mantenerla a salvo.
De algún modo logramos llegar y la cargo hasta el interior.
—¿Cómo se llama? —pregunta el médico— ¡Una camilla!
—Amelia Thompson.
Otras dos personas uniformadas aparecen y la colocan sobre la camilla y me obligan a quedarme. Verla alejándose de ese modo es como recibir una patada justo en el pecho. No es algo que vaya a matarme porque lo que quiere es que viva con ese dolor.
Llamo a Jack y contesta de inmediato.
—La están atendiendo.
—Ya estamos llegando, ¿en dónde te encuentras?
—La entrada de emergencias.
—Te veo. —Se corta la llamada.
Me vuelvo justo para ser abrazado por mi hermano. Solo dura unos segundos, pero me ayuda a aclarar la mente.
—¿Qué pasó? —pregunta Rei, aterrada.
—¿Dónde está Lía? —La busco.
—Brenda y Maya se quedaron cuidándola —aclara Jack—. Ella está bien, seguía dormida cuando salimos.
Asiento y exhalo ante el consuelo de que no esté aquí, no soportaría verla triste.
—Frank, ¿qué pasó? —Rei insiste.
—Hablábamos y solo se desvaneció. —Niego con la cabeza ya que no cuento con mucha información—. Es todo.
—Ella estará bien, ¿verdad? —Empieza a temblar y Jack la rodea con sus brazos—. Am se repondrá, ¿cierto? —Se miran.
—Lo hará. —Acuna su rostro en su pecho—. Amelia es fuerte.
Esto es mi culpa. No debí contarle, yo hice esto.
Yo lo hice... yo lo hice.
Yo...
Me aparto de ellos y les doy la espalda.
Llevo la mano al pecho al sentir la presión. No. No ahora. Primero debo saber si está bien. No puedo...
«Respira.»
Abro la boca y me obligo a aspirar.
«Solo céntrate en respirar.»
Exhalo poco a poco hasta vaciar mis pulmones y vuelvo a empezar.
«Respira.»
—¿Familia de Amelia Thompson?
—Aquí. —Rei y Jack se acercan al doctor y me apresuro en llegar a ellos—. ¿Cómo... está? —se le rompe la voz y mi hermano se aferra a ella, temiendo se caiga.
El médico nos da un breve resumen de su estado, con la suficiente calma para asegurarnos que no está fuera de peligro.
Exhalo con tal fuerza que me siento más liviano. Creí que en cualquier momento sería aplastado, pero ahora pareciera que la gravedad ha desaparecido.
Amelia está bien.
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—Iré por café. —Rei se levanta de la silla que está junto a la cama en donde Amelia descansa—. Me llamas si Jack llega con Lía.
—Sí.
Sale de la habitación y me acerco a ella. Me acomodo en el asiento y observo su mano tan delicada como pequeña. Ahora me resulta tan obvio que esté así, me siento tan tonto por no haberlo notado antes.
—¿Frank? —la voz le suena rasposa— ¿Estoy soñando? —Frunce el ceño— ¿Qué haces en mi cuarto?
—Sigue durmiendo.
Dirige la vista hacia el resto de la habitación, y abre más los ojos al saber dónde está.
—¿Qué hago en el hospital? —se la nota asustada.
—Te desmayaste.
—Demonios. —Se lleva la mano a la cara, pero la aparta al sentir la aguja clavada en su brazo—. Oh demonios.
Sí, yo también estoy molesto con esa aguja, pero es lo único que la ayuda a mejorar.
—¿Ahora por qué estoy aquí? —Exhala sin paciencia.
—Tienes anemia.
—¿Ah? —Me mira—. Aaah. —Desvía la mirada para fijarla en el techo—. Tienes razón, mejor seguiré durmiendo. —Cierra los ojos.
—No es la primera vez que estás aquí por esa razón.
—Bueno... —Abre un ojo—. ¿Tal vez?
—Jack y Rei no lo sabían, creían que venías por un chequeo.
—Bueno... —Abre el otro ojo.
—¿Ya te habías desmayado antes?
—No no —niega de inmediato—, esta es la primera vez.
—¿Por qué?
—¿Por qué qué? —Entorna los ojos.
—¿Por qué ocultaste que tienes anemia?
—¿Por qué ocultaste que tienes ataques de pánico?
Eso fue bajo.
—Y no es que no lo he estado tratando. —Suspira con fuerza—. Por eso es que venía seguido, para recibir vitaminas por intravenosa por recomendación del doctor.
—Si fuera así no estarías aquí.
—Es que... —Se muerde la boca, indecisa si decirlo—. Parte del tratamiento era seguir una dieta.
—Y no la seguiste.
Asiente, sin mirarme, mostrando culpa por haber sido tan descuidada.
—No tengo apetito, me sentía llena con solo ver a Lía comiendo. —Sonríe débilmente, lo que significa que aún no está bien.
—¡Mami! —La pequeña corre a la cama, pero como está muy alto no la alcanza— ¿Estás enferma? —Las lágrimas bajan por sus tiernas mejillas.
Jack la ayuda a subir y ambas se abrazan.
—No te enfermes, mami, prometiste que no te enfermarías.
Solloza tan fuerte que me aparto antes de que me destruya. Salgo de la habitación y apoyo la mano en la pared mientras me concentro en respirar.
—¿Estás bien? —Jack aparece a mi lado.
Presiono los párpados con fuerza y consigo asentir.
—No estás bien, buscaré un doctor.
—No. —Lo retengo del brazo—. Estoy bien —murmuro ya que la voz no me quiere salir.
—Igual es mejor si te revisan.
Respiro hondo y exhalo. Lo suelto para poder apoyar la espalda en la pared.
—Eso no será necesario —consigo hablar con normalidad—. Solo fue uno pequeño.
—Frank...
—En serio. —Lo miro—. Ya me siento mejor.
—¿Qué pasa? —Rei llega y se enfoca en mí— ¿Estás bien? —Se aferra a mi brazo.
—Solo estoy agotado.
—¿Seguro? —Me revisa de pies a cabeza.
—Amelia ya despertó —intento cambiar de tema.
—Iré a verla. —Me suelta—. Jack, vigílalo. —Me apunta.
Entra a la habitación y descanso la cabeza en la pared.
—Vamos. —Toca mi brazo—. Debes estar hambriento.
—No tanto.
—Igual comerás algo, que con un anémico en el grupo es suficiente.
Asiento y lo sigo.
Al pasar junto al umbral logro ver a Amelia sonriendo mientras charla con Rei. Seguro está contando alguno de sus desubicados chistes, le encanta bromear en los peores momentos.
—Frank, deja de contemplar a Amelia y sígueme.
Cruzamos miradas por un segundo, y me apresuro en alcanzar a mi hermano. Le doy un golpe en el brazo y me adelanto.
—¿Qué? ¿Lo vas a negar? Oye, espérame.
De repente me siento hambriento.
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¡Hola!
Ya saben, coman bien, tomen vitaminas, o estarán como Amelia u.u
Días de actualización: Lunes y Viernes
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Nos vemos pronto 7u7
♡ Los adoro ♡
Vale Rie☆
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