☆♛☆ 11. "Buenas noches, Exionista" ☆♛☆

—A Lía le asustan los truenos —responde como si me acabara de leer la mente.

Salimos de la habitación para beber algo caliente, idea de la pequeña que disfruta su chocolate caliente.

—Así que Jack me ayudó a armar ese cuarto para que sea a prueba de ruido.

Asiento ante la resumida explicación. Observo a Lía mientras disfruta su bebida como si fuera un delicioso manjar, y aquella acción tan normal me resulta adorable en ella.

—¿Puedo quedarme esta noche? —Giro hacia su madre.

Se atora con el café y se limpia la boca ya que escupió un poco.

—¿Aquí? —Señala sus pies.

—Mañana vendrán a reparar su puerta. —Desvío la mirada hacia la entrada—. Y no puedo irme hasta que instalen la nueva, no cuando fui yo el que rompió la anterior.

Intercambiamos miradas y trato de leer su actual expresión. Noto una obvia sorpresa combinado con su modo pensativo, lo que significa que debe estar sopesando las opciones.

—A mí me haría muy feliz si Exionista se queda —agrega Lía con su tierna voz.

La señorita Thompson la mira y entorna los ojos, se nota que intenta ser fuerte y no caer ante los encantos de su hija, una misión que hasta yo considero imposible.

—Claro. —Me mira—. Hay una habitación disponible al fondo.

—No necesito una habitación —aseguro—, me quedaré en la sala.

Sus cejas elevadas muestras más sorpresa que antes, hasta diría que no cree lo que he dicho.

—¿Quiere... dormir... en la sala? —Enarca una ceja—. Usted. —Me señala.

Fallo en mantener mi rostro neutral, así de difícil me resulta el evitar que me afecten sus palabras. En lo que quiso decir con esa frase.

Me aclaro la garganta y aparto de un solo golpe cualquier tipo de pensamiento.

—Claro —murmura y tose—. Yo debo seguir trabajando. —Carga su taza y se acerca a la pequeña—. Lía, puedes jugar o leer o ver algo hasta que sea tu hora de dormir, ¿entendido? —Le acaricia la cabeza.

—Sí. —Asiente sonriendo—. ¿Puedo ver una película con Exionista?

La señorita Thompson me da un rápido vistazo, esperando mi respuesta, pero sin atreverse a preguntarme directamente.

—Solo si la señorita Thompson está de acuerdo.

Abre la boca, pero las palabras no le salen, se nota que no esperaba le diera la potestad de elegir.

Había olvidado lo divertido que era provocarla.

—Cla-claro. —Se me queda mirando por unos segundos para luego enfocarse en su hija—. Pero solo una.

—Síiiii. —La pequeña eleva los brazos—. Quiero ver Shrek. —Me mira.

Le doy un vistazo a su madre al recordar que es su película favorita. Sin duda Lía es una mini ella.

Se baja de su asiento, se para junto a mí y se sujeta de mi pantalón para darme una imagen en primera plana de su adorable rostro.

—¿Vamos?

Miro a su madre, quien en cuanto lo nota borra la media sonrisa que mostraba.

—Yo... estaré en mi estudio. —Y se va.

Observo la puerta que acaba de cruzar y recién soy consciente de lo que he hecho.

No importa qué tanto me inquiete el que estén sin puerta, no puedo quedarme en su casa.

Estoy cruzando una línea que me dije nunca cruzaría.

Noto que la pequeña me está jalando y al enfocarme en ella aprecio su notorio puchero.

—¿No quieres ver Shrek?

—Sí quiero —afirmo de inmediato.

Sonríe y enseña todos sus dientes. Me suelta y ofrece su mano, la cual no tardo en sujetar. Y soy llevado por la mini Thompson.

Con su mano libre agarra el control remoto y me libera para trepar el sillón y ponerse cómoda.

—Primero me aseguro que no esté el volumen alto porque no quiero que mamá se distraiga. —Aprieta los botones como toda una experta.

—¿Qué hace en su estudio?

—Estudia. —Se ríe por tres segundos y se pone seria—. Está escribiendo el cuento que va a regalarme para mi cumpleaños.

—¿Va a publicar un nuevo cuento? —La miro con más atención ante la exclusiva información.

—Sí. —Asiente—. Primero me lo lee a mí para poder darle mis propiedades.

Arrugo la frente sin comprender lo último.

—Apre... tones. —Frunce el ceño—. Premiaciones.

Encuentro admirable que conozca tantas palabras complicadas, pero sospecho que las conoce porque las ha escuchado de alguien más porque dudo en las caricaturas que ve usen esas palabras.

—¿Apreciaciones?

—Eso. —Enseña el pulgar arriba—. Tengo la importante tarea de darle mis acreciones. —Eleva la barbilla, orgullosa por poder ayudar a su madre.

Entonces va a sacar un nuevo cuento. Con este serán catorce.

La pequeña le da a reproducir a la película y me quedo mirándola ya que me resulta más interesante ver sus reacciones que el dibujo en sí.

Algo más que tiene en común con su madre es lo transparente que son sus gestos. Verla pasar de la emoción al enojo y luego reírse a carcajadas se ha convertido en mi película favorita.

Sí, sin duda haría lo que sea por ella con tal de verla sonreír.

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—No quiero dejar solo a Exionista —balbucea.

Mantengo los ojos cerrados y finjo seguir durmiendo.

Esta ya es la segunda vez que me quedo dormido en su presencia.

—¿Cómo? —murmura.

—Exionista, no te vayas —arrastra las palabras.

Parece que Lía está hablando dormida.

—Mami, no quiero que mi amigo se ponga triste.

—Cariño, vamos a la cama.

Parece que Lía, aún dormida, se está aferrando al sillón.

—Mami, ¿odias a Exionista?

—Lía, ¿te estás haciendo la dormida? —susurra— ¿Otra vez tu tía Rei te ha estado dando clases de actuación?

—No quiero que mi amigo esté triste...

Escucho a la madre suspirar y ya no insiste más para que se suelte.

—¿Por qué piensas que está triste?

—Lo veo en sus ojos —ya no arrastra las palabras.

Su madre tenía razón, estaba fingiendo. Las cosas que le enseña Rei.

—Mami, ¿puedo quedarme a dormir aquí?

—No creo que sea una buena idea, está haciendo frío y podrías resfriarte.

—Usaré diez mantas.

—Lía...

—Veinte mantas.

Vuelve a suspirar.

—¿Tanto te agrada?

—Es mi amigo, y tú dijiste que a los amigos no se los deja solos cuando están tristes.

—Sí, es algo que yo diría.

—Mami, ¿a ti no te agrada?

—No es eso...

—¿Te agrada?

—Sí... me agrada.

—¿Como amigo?

Se quedan en silencio por largos cuatro segundos.

—Es complicado.

—¿Por qué?

—Haces demasiadas preguntas.

—Si respondes me iré a la cama.

—¿Eso también te enseñó tu tía Rei? ¿Hacer negocios?

—Tal vez...

—Digamos que yo no hago amigos tan fácil como tú lo haces.

—¿Por qué?

—Porque hacerse amigo de otros adultos es complicado.

—¿Por qué?

—Porque así somos los adultos, complicados.

—¿Por qué?

—El trato era solo por una pregunta.

—Pero no has respondido, mami.

Otra vez suspira.

—Te lo pondré así, es un candidato a ser mi amigo, pero no depende solo de mí el que lo sea.

—¿De quién más depende?

—De él.

—Aaaaaah. Exionista también debe aceptar ser tu amiga.

—Exacto, yo no puedo decidir por los dos.

—¿Y si acepta?

—Entonces... seguramente más adelante confirmaremos nuestra amistad.

—¿Cuándo?

—Cuando sea el momento.

—¿Por qué?

—Ya estamos viejos y no somos tan rápidos como los niños.

—Es cierto. —Se ríe.

—¿Ahora sí vamos a la cama?

—Primero me despediré de mi amigo.

Siento sus palmadas en mi cabeza.

—Buenas noches, Exionista. —Puedo sentir su respiración en mi oreja—. Ya escuchaste a mamá, si aceptas podrán ser amigos —susurra.

—Lía, cuidado no lo vayas a despertar —murmura.

—Yo sé que estás despierto —sigue susurrando a mi oído—, pero no se lo diré a mamá, será nuestro secreto.

Se aparta y escucho sus pasos alejándose.

Abro ambos ojos y exhalo.

Esa pequeña no para de sorprenderme.

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¡Hola!

Tarde pero seguro e.e

Por un lado estoy feliz con lo productiva que me he puesto este 2023, pero eso ha afectado mis tiempos para escribir o corregir u.u una vez pueda volver a acomodarme volveré con las actualizaciones regulares T.T

Días de actualización: Lunes y Viernes (a veces solo viernes u.u)

♛PREGUNTAS♛

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☆¿Teorías del siguiente capítulo?

Nos vemos pronto 7u7

♡ Los adoro ♡

Vale Rie☆