Etapa 4. (Final)
Lo perfecto de lo imperfecto.
¿Alguna vez han tenido esa sensación de que no encajan en ningún sitio?
Que por más que se esfuercen en lograr simpatizar con los demás, siempre obtienen el mismo resultado amargo. Honestamente llegá a ser frustrante...
El ser diferente... El buscar entre la gente alguna voz intermitente que diga;
"Sé como se siente"
Ahora, imaginense tenerlo todo.
Ser "perfecta" y búscar encajar en una sociedad irreal que sólo aplaude la imperfección.
Pues bien, Aime Smith no tiene que imaginarselo ella lo vive día a día...
El rechazo, las miradas furibundas hacía su persona, eran cosas que con la llegada de Gabriel, pasaron a un segundo plano.
Oh si, por que esa hermosa y angelical chica que comenzaba a creer que estaba sola, pudó hallar esa pieza que le faltaba a su vida...
El amor.
El único e ironico detalle del asunto...
Es ¿Cómo aquel chico de carácter misógino... Se enamoró de aquella chica "perfecta"?
El amor es un dulce veneno que nos lleva hasta la cúspide de un hermoso y atipico cielo.
.....
Allí se hallaban ambos observando a la nada en total silencio, cada uno en su universo. El chico de cabellos negros apenas y estiró sus brazos, liberando un bostezo.
-Y... Gabo, ¿Cómo harás?... Rachel... Ehm ella quería...
Aquella chica carraspeó la garganta. Se sentía incomoda por el tema; una mezcla de curiosidad y celos... Si, Aime estaba celosa de la respuesta de aquel chico de mirada oscura, su amigo... El que secretamente era objeto de sus intrigas desde que lo conocio.
Aún recordaba aquel día de enero en que tuvieron que realizar un trabajo escolar juntos, casí le da un infarto al percibir aquella mirada penetrante y hastiada sobre ella.
Gabriel era un total misterio, siempre sólo, de pocas palabras y con una larga lista de chicas rechazadas.
Aime no formaba parte de aquella muchedumbre de chicas locas por capturar al chico más misterioso del Instituto Scarlet, ella solamente pensaba en maneras de como encajar allí, no tenía cabeza para chicos de mal carácter.
-Sabes mi respuesta "Smithy". No me interesa salir con ningúna de esas locas.
Aime bajó la mirada, sus largos cabellos eran agitados por el viento junto al palpitar de su corazón. En cierta forma el alivio se apoderó de ella, sin embargo le preocupaba aquella manía de su amigo. El repudiaba a las mujeres que intentaran acercarsele en plan romantico... A todas. A ella con mucho esfuerzo le tomó que él la aceptara como una amiga.
Gabriel, estaba encerrado en un cascarón, de donde esperaba jamás salir, él tenía claro el error que era dejar entrar a alguien al corazón. Y para él todas las chicas eran iguales; llenas de intereses, mentiras y egoismos. Todas excepto la que estaba a su lado, su voz era melodiosa y calmada no chillona ni melosa.
Ella no lo acosaba o interrogaba. Aime era la única chica en la cuál podía confiar, con esos ojos claros y una encantadora sonrisa le transmitía cierta paz. Lo único que aún no asimilaba era el raro concepto de Aime por cambiar lo que era, para él aquello era ridiculo.
-Smithy... No me jodas con querer meterme por los ojos a esas psicoticas chicas.
Aime soltó una carcajada nerviosa. Él le había puesto ese apodo por molestarla.
-Es que... Gabo, ¿No crees que te haría bien salir con alguien?
Él enarcó una ceja y posó su mirada oscura sobre la chica. Pensaba que Aime se veía realmente hermosa, como un haz de luz en medio de tanta oscuridad. No obstante, negó aquella idea y se dio la vuelta de nuevo, ignorando la pregunta de la chica, hasta que está le dijo que debían entrar a clases.
Desde ese día y los siguientes Gabriel comenzó a esquivar a Aime, él necesitaba pensar y tenerla cerca no lo ayudaba, desde que la conoció mejor, se sentía atraido hacía ella, y eso no era posible... Él se juro jamás sentir algo así de nuevo. ¿Cómo podía atreverse siquiera a pensar en Aime de una manera fuera de lo normal?
Ella era su amiga, su confidente... La única que sabía de su abversión hacía las chicas y la causa de ello. No, no podía permitirse arruinar aquello tan genuino... Su amistad.
Aime por su parte, estaba contrariada ¿Acaso hizo o dijo algo malo?
Los días sin Gabriel le hicíeron comprender algunas cosas, ella conocía todos sus defectos y apenas había visto sus virtudes,ya que estas eran tan pocas o al menos eso creía Aime. Tal vez, ella y su odiada perfección lograron colmar a Gabriel, alejandoló como lo habían echo los demás estudiantes del "Instituto Scarlet" Eso la deprimió, por que significaría que había perdido a su mejor amigo... Al único chico que raramente aceleraba su corazón.
Ambos a penas se dirigían miradas, aunque en la lejanía permanecían abstraidos el uno por el otro. Ya habían transcurrido tres semanas, y Aime seguía envuelta en una nebulosa de pensamientos, la chica había llegado a una conclusión a su meláncolia y vació interno... Le gustaba... Gabo le gustaba y no como amigo, era algo más allá.
Con cierta tranquilidad veía el caer de las hojas, meditaba ¿Qué hacer con su nuevo descubrimiento? Gabo, ya no la quería cerca y ella sabía que él nunca la aceptaría.
"Ninguna chica vale la pena... Son manipuladoras y mentirosas..."
"¿No te cansas de hacer todo bien? de ser perfecta"
A su mente llegaron aquellas palabras que el chico de ojos negros le dijo la primera vez que hablaron, eso la sumergio más en sus dudas y miedos. Pero tomó una decisión...
Lo enfrentaría.
-¡Hey... Smithy!
La chica dio un respingo al oir la voz de Gabo a sus espaldas.
-¿Gabo?
Él le sonrio, estaba feliz de verla, tan hermosa como siempre, llevaba un gorrito que la hacía ver muy bien.
¡Dios! ¿hay algo que no le siente a Smithy? Con todo lucia hermosa, aunque su mirada antes opacada ahora resplandecia ¿Acaso era por él?
-¿Quieres caminar?
Aime se levanto algo dudosa y lo siguio. Ambos caminaron un rato hasta la parte trasera del instituto, la chica estaba sumamente nerviosa, pero decidida. Estaba a punto de hablar pero él le ganó.
-Siento haber estado tan raro contigo Aime.
Ella abrio los ojos con un deje de sorpresa, Gabriel nunca la llamaba por su nombre. Él suspiro y por primera vez lo veía ¿nervioso?
-Aime... yo...
Gabriel guardo silencio, y Aime sintio pavor de lo que fuera a decirle... Y si era algo como que ya no quería verla o que su amistad era un error. Su corazón se agitó y los pensamientos negativos la inundaron.
¿Quién la culparía? Si era una costumbre ser rechazada y estar sola. No sería una sorpresa que él hubíera cambiado su opinión con respecto a ella.
-Gabriel... Yo debo decirte algo.
Sentenció sin rodeos, estaba nerviosa, pero ya no podía seguir con "eso" guardado en el pecho.
Por su parte, Gabriel la observó consternado por aquel cambio de actitud tan serio.
¿Acaso ella estaba molesta?... No la culparía había sido un idiota y cobarde, por no aceptar algo tan evidente... Él odiaba a todas las chicas... Menos a Aime, por que ella no era cualquier chica.
-Gabriel... Tú... tú me gustas...
sé que es estúpido de mi
parte... No estas obligado a contestar...
Ella calló enseguida al sentir unos brazos alrededor de su cintura, para luego toparse con un par de pozos negros.
-¿Gabo?
Susurró pero las palabras se atoraron en su garganta al sentir la intensidad de aquellos labios que la llevaron al cielo.
Luego de aquel día ambos se prometieron permanecer como amigos... Confidentes y novios.
La perfecta Aime, sin querer se había enamorado de los defectos de Gabriel, desde su actitud de "odio a todo el mundo" hasta esa mirada perturbadora que a ella aún le encantaba. Por otro lado, Gabriel el chico con tantas imperfecciones y reacio ha volver enamorarse había caido ante la perfección de ella desde su "amor y compasión hacía todo" hasta esos ojos resplandecientes de vida.
Dentro de lo imperfecto ambos hallaron lo perfecto. El amor no distingue desigualdades, sólo envenena dulcemente nuestros sentidos hasta hacernos llegar al cielo.
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