3.
Yeonjun camino por largos minutos junto al rey admirando el pulcro palacio. Después de la vergonzosa situación con el emperatriz, yeonjun supo que su estadía no sería nada fácil.
Su madre le había dejado dos tareas sencillas:
1. Cuidarse del emperatriz Choi Beomgyu.
2. Seducir tanto pueda al rey.
Pero ahora no podía evitar temblar bajo el tacto del mismo. Ambos caminaron hacia lo que parecía ser el comedor principal. Las mesas eran servidas por alrededor 10 mayordomos. Todos con una elegancia sin mirar a Yeonjun o al emperador a sus ojos.
Soobin tomó su mano y lo guió hacia una de las sillas al costado de su extremo, donde se sentó el mismo. El rey le miró por largos segundos donde yeonjun se sintió nervioso y apretó su falda. Era de esperarse, el rey tenía una gran sed de lujuria sobre él. Su madre le había dicho. El primer día perdería su pureza como tal. Ya no sería más aquel yeonjun joven, ahora se convertiría en un concubino.
En cuanto los platos fueron puestos sobre la mesa, Soobin fue el primero en tomar un tenedor y un cuchillo para apretar elegantemente el trozo de carne recién hecho. Yeonjun solo observó pasando saliva pues era tradición de que se esperara tres minutos después del rey para empezar a comer. Como acto de sumisión.
Un Omega no podía tomar utensilios como cuchillos y espadas, así que su carne ya estaba finamente cortada para pasarla fácilmente a su tracto digestivo. El tiempo concluyó y empezó tomando un tenedor entre sus dedos y clavandolo en la carne. Su velo no le dejaba ver bien ni siquiera comer y era tan incómodo pero hizo todo lo que podía para con una de sus manos levantar el velo un poco y devorar el pedazo de carne suavemente.
Ambos comieron en silencio hasta que soobin terminó. Yeonjun no lo hizo de esa manera y su plato quedó casi como al principio. Pero no pudo tomar otro bocado más. Las reglas del imperio de Ansan impedían a los omegas seguir comiendo después de los alfas, así que con un movimiento elegante dejó el cuchillo a lado del plato, y el rey se levantó y le dirigió su mano la cual yeonjun tomó como muestra de respeto y ayuda.
Ambos en silencio salieron del comedor y recorrieron un camino corto hacia uno de los pasillos bastante desolados del castillo. Yeonjun sintió como su cuerpo se tensaba al darse cuenta de lo que haria y su mirada se dirigió hacia las pinturas sobre la pared, tratando de distraerse.
Su mente no ayudó mucho cuando las figuras en las pinturas parecían mover sus ojos con desaprobación hacia él. Apretó sin querer la mano de su rey y rápidamente se arrepintió y aflojó el agarre. Soobin se dio cuenta pero no dijo nada y siguió caminando hasta llegar al final del pasillo frente a una puerta pulcra de color rojo con dorado en las esquinas.
“Esta es mi habitación“ Comento el alfa con voz penunmbrosa mientras acercaba su mano a la perilla y abría la puerta.
Soobin guió al omega hacia sus aposentos y rápidamente el rey pareció cambiar sus actitud. Tan drástico, pensó yeonjun al mirar como el rey tiraba de su brazo y lo dejaba sobre la cama.
Yeonjun estaba aterrado.
Podía ya oler las feromonas de excitacion del alfa haciendo que su pobre omega joven agitara su cola con emoción. Pero yeonjun, el humano racional sentía su corazón latir desesperadamente. Su ritmo cardíaco hizo que su garganta se cerrará y sintiera más que ansiedad.
El rey quito su corbata y luego su chaleco tirando ambos al suelo. Solo con su camisa desabotonada se dirigió hacia yeonjun y lo acorralo en la cama nupcial. Yeonjun soltó un grito pequeño de sorpresa y escucho la risa de soobin en su oreja.
Sin tenerlo previsto soobin tomó sus caderas y levantó su vestido de la mitad inferior para simplemente retirar parte de su lencería y follarlo.
Fue follado sin piedad mientras las sábanas exponían el abuso de los fluidos sangrantes que recorrían sus piernas. El semen caía de su entrada y soobin seguía metiendo aquel pedazo de carne dentro de él desgarrandolo aún más sin ningún remordimiento.
Escucho palabras como <puta> <zorra> y sabía que ese era su lugar. Su lugar jamás sentiría lo que es amor verdadero.
Ni siquiera su lugar sería como aquellos cuentos que inventaba de pequeño con un alfa que le amara mucho, cachorritos que adoraria y un reino donde el seria el monarca...
Nada de eso existía.
Nota: Yeonjun sufrirá mucho en este fic así que... Traten de soportar. <:
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