Capítulo veintiocho | Enfrentarla.
Skylier.
Mis dedos estaban aferrados a los de Thiago mientras esperábamos que su madre llegara, su madre pasaría unos días aquí en Miami con Thiago así que aprovechamos eso para poder hablar con ella.
—Estoy nerviosa. —Admití
—¿Porqué, preciosa?.
—No lo sé, me siento muy ansiosa.
Él besó mi mejilla y en ese instante se escuchó que el timbre de la casa había sonado, él soltó mi mano para después caminar hasta la puerta y abrirla. Su madre al verlo lo abrazo y beso su mejilla varias veces
—¿Pero quien es esta muchachita, Thiago?
—Mamá, te presento a Skylier, mi novia.
—Oh, mucho gusto en conocerte, soy Aileen.
—El gusto es mío, señora.
—Dime Aileen, si me dices señora haces que me sienta muy vieja.
—Esta bien, Aileen —Mencione tímidamente.
—Bueno, hijo, podrías llevarme a la habitación donde me quedaré, me urge descansar un poco, vengo muy cansada.
—Claro, pero, primero nos gustaría hablar contigo.
—¿Conmigo? Ah, si claro. —Respondió ella, sentandose.
—Mira lo que pasa es que.
—¿Ella está embarazada, verdad? —Yo abrí los ojos con sorpresa y me sonroje, pero negué sintiendo que mis mejillas iban a explotar.
—No tienen de que preocuparse, chiquillos. Yo los apoyaré.
—No mamá, Sky no está embarazada.
—¿Entonces de qué quieren hablar?
—Sobre mi verdadero padre.
El rostro de Aileen se puso pálido mientras comenzaba a mover sus dedos de un lado a otro
—¿Que dices?
—Que Theo Loughty no es mi padre.
—¿Quien te dijo esa mentira?
—Mamá, no lo niegues no es ninguna mentira, es la verdad. Sky es la verdadera hija de Theo.
—Esta bien, esta bien. —Ella suspiró—Tu padre y yo o mejor dicho, Theo. Nos casamos por obligación.
—¿Por obligación?
—Si, matrimonio por conveniencia, solo para que nuestros padres juntos tendrían más poder.
—¿Realmente eso puede pasar? —Pregunté yo y rápidamente me arrepentí.
—¿Que cosa?
—¿El matrimonio por conveniencia?
—Ya te digo yo que si puede pasar.
—Pensé que solo pasaba en los libros.
Ella soltó una pequeña risa.
—Tu verdadero padre al enterarse que me casaría con Theo, me dejó, no pude decirle que estaba embarazada de ti, así que tuve que mentirle a Theo, diciéndole que eras mi hijo, y el nunca sospecho nada.
—Has dejado que él me maneje a su antojo.
Ella bajo la mirada mientras miraba a su hijo.
—Lo siento mucho, hijo.
—No, mamá, me has mentido, me has hecho creer que él era mi padre, has dejado que haga conmigo todo lo que le plazca cuando no tenemos la misma sangre.
—Pero el te a criado
—¿Criado? ¿En la manera que lo hace para ti es criar, mamá?
Yo sentía que esa era una plática muy privada y creo que era mejor irme.
—Creo que es mejor que me vaya.
—No, amor. La conversación se ha dado por terminada —Thiago volvió a aferrarse a mis dedos mientras miraba a su madre, estaba muy enojado. —¿Por lo menos puedes decirme el verdadero nombre de mi padre, para poder buscarlo?
—Hace años me encontré a tu padre y le conté sobre tu existencia, creo que sería bueno que tuvieran contacto.
Mi novio me arrastró hasta la puerta y la abrió para que saliera y después salió él mientras salimos del edificio.
—Joder —Dijo pasando sus manos por su cabeza.
—Creo que yo también debo de enfrentar a mis padres, o bueno a mi madre.
—¿Quieres pasar tiempo con Theo?
—Sería bueno conocerlo, después de todo de todo él es mi verdadero padre.
—Tiene sentido, pero ahora salgamos lo antes posible de aquí, no quiero hablar con mi madre, no aún.
—Vayamos por un helado —Dije mientras caminabamos hasta la plaza que estaba muy cerca de los apartamentos dónde Thiago vivía.
Thiago aún se notaba muy tenso y tenía sentido, había vivido en una mentira, su madre le había mentido, o bueno, a ambos nuestras madres nos habían mentido.
Otra cosa en común, me dijo mi cerebro y quise golpearme en ese mismo instante.
Él había estado haciendo algo que no le gustaba solo por tener satisfecho a su padre o bueno, mi padre.
—Mañana tengo un partido, y quiero que me acompañes.
—Por mi sería perfecto —Besé su mejilla.—¿Sabes algo?
—¿Que cosa? —Sus preciosos ojos me miraron con curiosidad, no sabía por qué mi novio era tan guapo.
—Puedes dejar arquitectura sin sentirte culpable.
—Tengo que buscar la beca para estudiar medicina.
—Trabajaremos en ella.
—Y mientras estudio para poder conseguirla, seguiré estudiando eso, no me voy a separar de ti, preciosa.
—Y no quiero que lo hagas.
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Al estar en mi apartamento entre a Skype, para poder llamar a mi madre y a mi padre o bueno a la persona que creía que era mi padre.
Él también merecía saber la verdad, mi madre nos había mentido, a los tres.
Arregle mi cabello y inicie la llamada, segundos después ellos respondieron.
—Pero si es la princesa ¿Cómo estás, Sky? —Dijo papá.
—Mamá te engaño —Bien, eso no fue sutil.
—¿Pero que cosas dices, niña? —Dijo mamá
—Digo que tú no eres mi padre, mi verdadero padre es Theo Loughty.
—Por dios Sky, no seas tonta.
—¿Tonta? No, no soy tonta, tengo las pruebas suficientes para que te des cuenta que ella lleva engañandonos a los dos desde hace veinte años —Mostré la prueba de paternidad que Harriet había hecho.
Mamá parecía molesta pero no me importaba en absoluto lo que había hecho no tenía perdón.
—Me mentiste —Papá susurró.
—Lo siento mucho, a pasado mucho tiempo y no sabes cómo me arrepientes.
—Sky no es mi hija. Pero dime ¿Lucas es mi hijo, al menos?
—Lucas si es tu hijo.
—Ya no sé si creerte.
—No estoy mintiendo.
—He amado a Sky desde que la tuve entre mis brazos y ahora vienes y me arrebatas a mi hija.
—Eh, por favor. —Llamé la atención de ambos
—Eso querías ¿No? Generar problemas entre tu padre y yo.
—Por dios mamá, deja de ser egoísta por lo menos una vez en tu vida, tu sola ocasionaste este caos, preferiste tu felicidad antes que la de mi padre y la mía.
—Sky.
—Sabes que tengo razón. —Ella se levantó molesta y salió de la habitación.
—Sky —Esta vez fue mi padre, lo mire con fijeza.
—¿Si?
—Sé que no he sido un buen padre, pero te amo, siempre te voy a amar, siempre he querido lo mejor para ti y para tu hermano. Lamento la ausencia de todos estos años y también lo siento si un día dudaste del cariño y amor que te tenemos. Puede que no tengamos la misma sangre pero siempre serás mi hija, serás mi pequeña y mi mayor orgullo.
—Gracias papá, también te amo y a pesar de que no somos muy unidos para mí siempre serás mi padre aunque no tengamos la misma sangre.
—Te quiero, hablamos luego.
—Hablamos luego, mi pequeña princesa.
Sabía que el matrimonio de mis padres había terminado y que era mi culpa pero ella nunca le contaría la verdad, él hubiera seguido viviendo en una mentira.
Después de haberme enterado de la verdad sentía que algo me asfixiaba al no contarle la verdad a quien creía mi padre pero ahora que le había soltado todo me sentía tranquila, porqué sabía que era lo mejor.
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Eran las ocho de la mañana cuando escuché que el timbre de mi apartamento había sonado, talle mis ojos y peine mi cabello con mis dedos, recién me había levantado y no tenía ni la más mínima idea de quién era quién había llegado pero esperaba que no le importara en la forma que lo recibiera, en mi defensa estaba muy tranquila descansado.
Al abrir la puerta bostece y me di cuenta que mi novio traía café en una de sus manos y en la otra traía lo que parecía el desayuno.
—Buenos días mi bella durmiente —Me dijo sonriendo.
—Buenos días —No pude evitar volver a bostezar.
—Bonita pijama.
—Y eso que aún no vez la de ositos, pasa.
Se acercó a mí y dejo un beso sobre mis labios, puse mis manos sobre su cuello atrayendolo más a mi.
—Por cierto —Dije al instante que me separé pero mis manos seguían en su cuello, mientras yo lo observaba con fijeza.
—¿Por cierto, que, chica anónima?
—Te miras muy guapo. —Admití volviendo a besarlo, sentí como él sonreía contra mis labios y cerraba la puerta con su pie.
—Ayer me dijiste que entrabas a las diez de la mañana pensé que podríamos desayunar juntos y irnos juntos.
—Es una idea excelente.
—Entonces, novia preciosa, ven acércate y desayunemos juntos.
—Primero me daré una ducha, necesito revivir.
—Ve, pues —Sonrió, divertido.
Camine hasta mi habitación y me mire en el espejo, realmente mi cabello estaba hecho un asco, mis ojos estaban un poco hinchados de tanto dormir y aún así thiago me dijo preciosa.
Bien dicen que el amor es ciego, tome ropa y corrí hasta la ducha, al estar lista regrese con mi novio a la cocina que se encontraba sirviendo el desayuno.
—Esto es todo tuyo.
—Gracias —Respondí comenzando a desayunar.
—¿Hablaste con tus padres?
—Si
—¿Y que sucedió?
—Que mi madre dijo que estaba mintiendo, creo que no se esperaba que le soltara toda la bomba a mi padre pero el no podía seguir viviendo en esa mentira, Thiago.
—No, no podía, está muy bien lo que hiciste.
—¿Y tu, hablaste con tu madre?
—Si, pero las cosas siguen un poco tensas con nosotros.
—Debe de darte tiempo, debes de procesar el cambio en tu vida.
—Ambos tuvimos un cambio en nuestra vida, al enterarnos que nuestros padres no son nuestros verdaderos padres, preciosa.
—Eso tiene mucho sentido, siento como si todo fuera un sueño.
Al terminar de desayunar nos sentamos en el sofá y nos acurrucamos un rato, esperando que diera la hora de nuestra clase.
—¿Sabes que te quiero mucho?
—También te quiero mucho —Murmuré dejando un beso sobre sus labios, él acomodo un mechón de mi cabello atrás de mi oreja.
—Estoy tan feliz de que seas mi novia.
—Puedo imaginarlo —Respondí, sonriendo.
—Tenías que decir que tú también estás feliz de que sea tu novio. —Me reprochó.
Comencé a reír.
—¿Y tu reputación de chico malo que odia a toda las chicas y que las trata como si tuvieran una enfermedad mortal?
—Shh, eso sigue, pero contigo no, así que es nuestro pequeño secreto.
Volví a reir y lo volví a besar.
—Deberíamos de irnos, o llegaremos tarde.
—No has dicho que estás feliz de que sea tu novia.
—Anda, vamos. —Me levanté y lo hale, él rodó los ojos.
—Eso me hace pensar que no me quieres.
—No seas dramático, Thiago.
—Dame un besito.
—Me gustaría que todo el mundo viera y escuchará esto, es decir el chico que odia a todos realmente es un pastelito de azúcar.
—Dame un besito —Dijo frunciendo los labios—¿O me harás rogar por un beso, preciosa?
—Que desees rogar por un beso, uhm, suena tentador.
—Un besito y nos vamos.
Besé su mejilla y lo volví a halar haciendo que se levantará del sofá.
—El beso no era ahí y lo sabes.
—No aclaraste dónde era, así que ya vámonos
—Sky mala.
Al entrar al ascensor Thiago me acorraló contra la pared mientras ponía sus manos sobre mi cintura.
—No quisiste besarme, está bien, pero yo si quiero besarte
Relami mis labios y sentí como su aliento abanicaba mis labios mientras sentía sus dedos en mi cintura, las luces del ascensor se apagaron haciendo que entrara en pánico
—Se atoró —Hablé paranoica.
—Ey, tranquila, ahorita vendrán a sacarnos.
Empecé a sentir que el aire comenzaba a faltarme y no era por la cercanía de Thiago si no porque estaba comenzando a tener un ataque de pánico
—Nos vamos a morir
—Amor, respira. —Puso sus manos sobre mis hombros
—Nos vamos a morir —Repetí sin aliento—Moriremos afisxiados, Thiago —Casi me ponia a llorar.
—A ver, tranquila. Respira y mírame a los ojos.
Intenté respirar pero sentía que el aire no llegaba a mis pulmones haciendo que eso me desesperara mucho más.
—No puedo respirar —Exclamé al punto del llanto.
Sus manos tomaron mi cara mientras sentía como acariciaba mis mejillas, mis labios y mi frente
—Si puedes respirar, no, nos vamos a morir.
—¡No puedo, Thiago!
—¿Que pensaste de mi cuando me conociste? —Acarició mi cabello, mientras me abrazaba, cerré los ojos, suspirando su olor.
—Que eras un odioso, no me dejaste sentarme contigo el primer día que nos conocimos y te portaste muy grosero.
—Si, lamento eso pero estaba nervioso porque la chica más bonita del salón me había hablado
—Y a mí me había llamado la atención el chico que parecía un príncipe y quería sentarme junto a él.
—¿Parecía un príncipe? —Podía jurar que él estaba sonriendo.
—Si, pero al momento que hablaste parecías un ogro, uno muy feroz.
Aún seguía sentintiendo la pesadez en mi pecho, sentí como Thiago se aferraba más a mi.
—Tiene sentido, me porte muy mal contigo, preciosa, pero sabes que en mi defensa estaba muy nervioso.
Solté una risita y intenté respirar, está vez llegó un poco de aire a mis pulmones.
—Pero aún seguías comportandote grosero conmigo, después de años.
—Sé que lo hacía, pero aún me ponías nervioso, y nunca pensé que llegarías a ser mi novia, o bueno, creí que solo serías mi novia en mis sueños.
—Nada es imposible, Thiago.
—Sé que nada es imposible, pero yo si miraba imposible conquistarte.
—En serio yo creía que me odiabas.
—Nunca te he odiado.
El acensor había vuelto a funcionar, abrí los ojos y miré a mi novio, quien me miraba con una preciosa sonrisa, dejo un pequeño beso sobre mis labios y tomo mi mano mientras salíamos del acensor.
—¿Puedes respirar mejor?
—Si, ya puedo respirar mejor, ahora nunca más en mi vida utilizaré el acensor, nunca había pasado eso y sentía que el acensor cada vez se hacía más pequeño.
—Entraste en una especie de pánico.
—Vayamos a la universidad —Susurré, tomando su mano, fingiendo que no había sucedido nada en el acensor cuando realmente me sentía muy apenada, por la forma tan vulnerable en al que él me había visto.
✨✨✨✨
Hola, hola.
Para quienes no estén enteradxs hay un nuevo libro.
105 días para conquistarte es libro de nuestra queridísima Grace, por si quieren pasar a darle un vistazo❤️
Por cierto espero que les guste el capítulo, sin más nos leemos en un rato <3
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