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Distraction; Jack&Jack.

Kirishima y Bakugō se dejaban envolver por la melodía que salia de las bocinas del reproductor de Kirishima; besándose, acariciándose y amandose como se estaban acostumbrando en los cinco meses que llevaban de relación.

Las caricias eran ligeras, cálidas y un tanto nostálgicas.

Ambos se encontraban ebrios, el pelirrojo más que el rubio cenizo.

-Te amo tanto, Blasty-juraba Kirishima penetrando la entrada de su novio con ligereza y amor, disfrutando cada momento.

-Kiri~-Bakugō se abrazó a la espalda de su novio disfrutando de la calidez que le brindaba-, te amo-susurró sin dejar de abrazar a su novio.

Ambos pasaron la noche envueltos entre las sabanas y cobijas del pelirrojo disfrutando cada momento hasta que ambos se dejaron caer entre los brazos del otro para poder dormir una noche mas juntos.

×°×

Los párpados de Kirishima se alzaron dejando a la vista unos ojos rojos como el rubí.

Paso su mano por su cara despejando el sueño de su ser, se sentó en su cama para ver la hora en su reloj de mesa.

4:58 am.

Con un gruñido se levantó olvidando el sueño que había tenido. No le convenía tener a Bakugō rondando por su mente todo el día.

Camino hasta su cómoda y saco unos pantalones deportivos para al menos entrenar ahora que había despertado.

×××××°×××××

La respiración de Kirishima era acelerada; llevaba casi dos horas corriendo sin descanso.

Miro su reloj de pulso y confirmo que casi era hora de volver a casa.

Abriendo el cierre de su chaqueta deportiva, decidió hacer el camino de regreso a casa caminando.

La regularidad de su respiración llegaba de a poco y el temblor en sus piernas comenzaba a escalar con lentitud.

Decidió entrar a la pequeña tienda comercial cerca de si casa para comprar lo poco que recordaba -y ajustaba con en el efectivo que llevaba consigo- que hacia falta en su nuevo hogar.

Se había mudado hace apenas unos días al nuevo departamento -el tercero en esos seis meses- con la esperanza de dejar su pasado de lado.

-¿Sería todo, señor?-llamó una voz que él reconoció.

Alzando sus ojos del color del rubí, se topo con unos color carmín:-Bakugō-susurró

-Kirishima-comtestó el rubio con una expresión de horror.

-¿Q-Qué haces aquí?-preguntó el pelirrojo

-Trabajo aquí-contestó el rubio con hostilidad-¿Esto es todo?-volvió a preguntar señalando las bolsas del rubio.

-Si-susurró

-Serían, treinta y dos con cuarenta-dijo el rubio esperando a que el pelirrojo le entregara el dinero.

El pelirrojo saco dos billetes y se los entregó al rubio:-Dejalo así-dijo tomando las bolsas-, hasta luego, Bakugō.

-Hasta nunca, Kirishima-escuchó el pelirrojo a sus espaldas.

-Debería ser yo el que diga eso-reprocho y siguió su camino.

Avanzando por las calles, se sintió frustrado al ver al rubio y no .haber dicho nada.

Kirishima negó ligeramente y camino sin mirar atrás.

Él superaría Bakugō, así tengan que pasar otros ocho años.

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