Capítulo 12: Revelaciones II

Sin pensarlo dos veces, marqué el número del Inspector Rivera para decirle lo que me contó Victoria y él enseguida me respondió que se encargaría mientras yo conducía a toda prisa por la carretera, pensando lo peor. Un gran movimiento se veía cerca de La Puerta del Sol, la plaza cercana al apartamento de Victoria, con varias patrullas y una ambulancia. Ver aquello provocó que mis pies tomaran vida propia acelerando el auto para acercarme al lugar. No entendía que podría haber pasado, pero estando más próximo, los nervios se apoderaron de mi cuando vi a una mujer cubierta de sangre siendo atendida por los paramédicos. Sin importarme los ojos curiosos que me observaban, estacioné el auto al ver que se trataba de Victoria y corrí hasta ella sintiendo que la vida se me iba.

-Izan, ¿Cómo pasó esto? ¿Por qué...? -preguntaba perturbado al ver sus manos llenas de sangre presionando contra el estómago de ella. No podía creer lo que estaba pasando, era mi culpa por haberla dejado sola-. Vicky no me dejes, por favor tienes que ser fuerte, no te puedes morir, no ahora -le supliqué cerca de su hermoso rostro antes que fuera cubierto por una mascarilla de oxígeno.

-Fabián, tienes que calmarte, ahora no es momento para explicaciones, deben llevarla al hospital con urgencia para extraerle la bala.

- ¿Es usted su esposo? -cuestionó de repente una mujer que le daba los primeros auxilios.

-No, pero ella es alguien especial -respondí con total seguridad. A partir de ese instante muchas cosas cambiaron para mí. No sabía que me hizo para tenerme así, pero lucharé por ella.

-Entonces ¿quién de los dos se va con nosotros en la ambulancia? -insistió.

-Yo -respondimos al unísono. Nos retamos con la mirada por unos segundos hasta que Izan habló.

-Lo mejor es que vaya con ella, no podemos seguir demorando esto -asentí entendiendo que era lo más correcto.

-Yo los sigo en mi carro -se metieron en la ambulancia prendiendo la sirena. Arranqué el coche rezándole a Dios para que Victoria resistiera.

No conseguía sacarme su cuerpo ensangrentado de la cabeza, observarla ahí tendida sobre la camilla, dolía, dolía verla en ese estado y no poder hacer nada. En mi mente solo quería que esto fuera una pesadilla y que nada de lo que estaba pasando fuera real. Al hablar con mi madre, hizo que las cosas quedaran más claras para mí en cuanto a lo que comenzaba a sentir por ella. No supe en qué momento pasó, solo sabía que la quería proteger de todo y de todos, quería conocerla más, ser parte de ella. Necesitaba decirle todo esto y que estaba aquí para ella. Una vez en el hospital todo fue un caos, los médicos y enfermeros corrían como locos hasta llegar a una puerta en la que de ahí no podíamos pasar. Izan se veía atormentado hablando por teléfono exigiendo que los encontraran y yo aún sin estar al tanto de lo ocurrido.

-Izan, ¿Podemos hablar? -me acerqué a él que permanecía de pie con la camisa llena de sangre.

-Ya sé que quieres saber lo que pasó y la verdad es que no lo sé bien del todo. Cuando recibí tu llamada estábamos tras la pista de Barroso, un informante nos dijo que lo vieron a él y a dos hombres más, cerca de la calle Arenal. En el trayecto hacia ahí, recibimos un llamado por radio que unas personas con estas características, estaban por la plaza, pero jamás imaginarme que el objetivo era Vicky -tomó aire por unos segundos para continuar-. Al llegar, reconocimos la Van que usaron para escapar de la casa de Gonzalo, estacionada debajo del edificio de Victoria. Al entrar, el portero estaba tendido en el piso muerto cuando escuchamos el disparo proveniente del interior. Mis hombres y yo nos dividimos por cada planta para detenerlos. Sin dudarlo avancé hasta el apartamento de Victoria, la puerta se encontraba abierta con ella ahí, tumbada en el suelo con el pulso débil.

- ¿Lograron atraparlos? Dime que lo hicieron Izan -le exigí alzando mi tono de voz.

-Mis hombres hallaron el cuerpo inerte de uno de ellos, pero no el de Barroso, lograron escapar, te aseguro que no por mucho tiempo, ellos pagarán por lo que le hicieron a mi hermana. Nadie lastima a mi familia y vive para contarlo, eso te lo prometo -su gesto se tornó serio. Entonces fue cuando entendí, el cariño que existía entre ellos.

En ese instante, los amigos de Victoria entraron a la sala de espera con el rostro desencajado. Al vernos, apresuraron los pasos quedándose espantados por el aspecto que tenía el hermano de Valeria.

- ¿Dónde está? ¿Por qué estás así? ¿Ella está bien? -gritaba Valeria con lágrimas en los ojos.

-Val, escúchame, va a estar bien, ahora la están operando -la estrechó en su pecho tratando de calmarla.

- ¿Cómo pasó todo esto? -cuestionó Diego alterado por toda esta situación.

-Lo único que tienen que hacer ahora, es calmarse y rezar mucho para que salga de esta porque va a salir, ella es muy fuerte, por lo demás me encargo yo -cada uno se sentó en los asientos ansiosos por tener alguna noticia. El tiempo de espera se hacía insoportable.
Varias veces me asomé a la puerta por donde se la llevaron para ver algo, pero fue en vano. La desesperación comenzaba a pasarnos factura, al no obtener referencia de ninguna de las personas que estaban ahí. Valeria se acercó a mí para conversar y agradecerme por estar ahí; eso era lo menos que podía hacer por ella, ojalá hubiera podido hacer más. Cansado de esperar sentado, me dirigí a una de las enfermeras que se encontraba atendiendo las llamadas en la recepción.

-Señorita, ¿me podrían dar alguna información de la mujer que entró al salón por herida de bala? -ella me miró seria y por un instante me asusté.

-Lo siento caballero, pero no estoy autorizada a decir nada, debe esperar a que el médico que la está operando, les diga.

-Ya han pasado tres horas, algo tienen que saber y no me diga que no -interrumpió Valeria acompañada de Diego. No supe cuando aparecieron detrás de mí; todos estábamos muy nerviosos.

-Yo entiendo su preocupación, pero no puedo decir nada. Así que por favor, regresen a su lugar -respondió cortante. Resignados, volvimos hacia donde estábamos y esperamos un poco más.

Pasada una hora, salió un hombre alto, rondando los cuarenta, con un traje azul de salón que se acercaba a la sala; a juzgar por su cara, no creía que trajera buenas noticias.

-Los familiares de Victoria Ramos -llamó. De inmediato nos pusimos de pie y nos encaminamos hasta donde estaba-. La operación fue bastante complicada, hicimos todo lo posible para que no hubiese complicaciones -bajó la cabeza como si se estuviese preparando para decirnos algo malo. Valeria agarró mis manos en señal de apoyo preparándome para lo que fuera; debía ser fuerte por ella. Tomó suficiente aire para concluir-: Está fuera de peligro, por suerte la bala no comprometió ningún órgano. Eso sí, va a estar en observación por varios días -todos gritamos de alegría. Diego se lanzó hacia los brazos del médico y yo no podía estar más feliz.

- ¿Cuándo podremos verla? -preguntó Izan a quién la cara le cambió por completo. Saber que Victoria tenía personas que la cuidaban y se preocupaban por ella, me reconfortaba.

-Ahora está sedada, pueden pasar a verla de uno en uno para no alterarla. Su cama es la 4B, al final del pasillo a la izquierda -Izan se llevó al médico a un lado mientras nosotros nos dirigimos hacia allí. Moría por verla, por sentir sus labios y abrazarla. La primera en entrar fue Valeria quien fue directo a la cama en donde se encontraba medicada.

- ¡La madre que te parió Victoria! ¿¡Cómo se te ocurre hacernos esto?! Tú eres mi hermana y por nada del mundo me perdonaría si te pasara algo, pero es que eres cabezota, mira a dónde viniste a parar por culpa de las armas -replicó Valeria que apenas podía hablar por los sollozos.

Dándole su espacio, me alejé unos cuantos centímetros de la puerta recostándome a la pared aliviado. Diego se acercó a mí para esperar su turno para entrar. La verdad era que aunque tenía muchos deseos de verla, no sabía si ella quisiera lo mismo después de escuchar las cosas que le dije a Emily.

- ¿Sientes algo por ella? -exclamó tomándome por sorpresa.

-Ella me atrae como hace tiempo nadie lo hacía, no lo digo solo por su belleza y esa forma encantadora de hacer las cosas por lo que lo digo, sino el hecho de cómo me siento cuando estoy con ella -confesé ganándome una sonrisa pícara de su parte.

-Es que Victoria es Victoria, no quieras saber lo testaruda que puede llegar a ser cuando se propone algo -ambos reímos por eso.

-Ya la voy conociendo y es lo que más me gusta de ella, pero creo que metí la pata -dije haciendo referencia a Emily.

-No pierdas las esperanzas, detrás de ese carácter, vive una chica adorable que da la vida por sus seres queridos. Solo di la verdad, con eso vas a ganar -aconsejó Diego.

-Gracias. Voy a por café, ¿les traigo uno? -asintió. Me perdí en los desiertos pasillos hasta llegar a la máquina de café. Tomé par de vasos de papel fuerte para llevar, vertiendo el delicioso líquido que salía de la expendedora en ellos, para luego ponerle una tapa de plástico.

La bebida se diluyó en mi boca después del primer sorbo sentándome de maravilla, después de tanta presión nada mejor que eso para estar activo el tiempo que fuera necesario. Recordé a Victoria que siempre se lo tomaba con leche porque decía que ese sabor no le gustaba mucho, así era la única forma en la que lo bebía. Saber que estaba bien me daba nuevas esperanzas para reconquistarla, para hacerle ver lo cómo me hacía sentir. Con esa idea en la mente, regresé a la habitación. Le entregué a Valeria el café, mientras Diego conversaba con su amiga. Izan llegó en ese instante indicándome que lo acompañara a otro lugar para conversar conmigo. Valeria como siempre armó su berrinche porque quería estar al tanto de las cosas, pero un gesto firme de su hermano la hizo desistir.

-La bala que extrajeron del cuerpo de Victoria, corresponde a la misma arma que se usó en casa de Gonzalo, lo peor de todo es que se confirma que es uno de los miembros más importantes del Cártel "Las Cobras" -hizo una pequeña pausa-. Temo que regresen a buscar lo que los conecta al caso.

- ¿Qué sería...? -pregunté confundido ante lo que me decía.

-Al parecer en el forcejeo, Vicky le arrebató el anillo que lo relaciona con el cártel -confesó.

- ¿Han podido dar con él?

-Toda la policía está detrás de él, es cuestión de tiempo para que aparezca. Por ahora Victoria va a tener a dos de mis mejores hombres aquí en la puerta, no quiero correr ese riesgo.

-Yo tampoco pienso moverme de aquí.

-Voy a entrar a verla por unos minutos, me necesitan en la Unidad -asentí, ya tendría oportunidad de estar con ella a solas.

Cuando finalmente entré a la habitación, ahí estaba ella con la piyama de color rosa dormitando como si todo lo que sucedió fuese una horrible pesadilla de la que pronto despertaría. La luna que se colaba por la ventana de vidrio, iluminaba su rostro revelando la hermosura de sus gestos. Me ubiqué en el asiento próximo a ella sosteniendo su mano, sonreía nervioso sin saber qué decir o hacer. Lo que si quedaba claro para mi, era que solo le explicaría ciertas cosas de mi vida cuando estuviera despierta, aunque de esta manera sería más fácil, no quería que me sucediera como en las películas románticas donde la protagonista escuchaba la conversación completa y luego se despertaba. Opté por mantenerme callado mientras le acariciaba la cara admirando cada facción que la hacían única. Después de Laura no había vuelto a tener sentimientos por alguien, creí que ya el amor no era para mí.

No supe en qué momento me quedé dormido cuando escuché mi nombre a lo lejos.

-Fabián, la enfermera necesita revisar a Vicky, tienes que venir afuera con nosotros -comentó Valeria.

- ¿Aún no despierta? -pregunté exaltado.

-Los medicamentos que le estamos dando son muy fuertes, puede demorar un poco más en despertarse, pero no se desesperen, es normal -contestó muy educada la enfermera.

Salí acompañado de Valeria encontrándonos con un Diego que lucía horrible con esas ojeras, pero que como yo, no se moverían de aquí. La mañana llegó y con ella la algarabía de médicos, pacientes, enfermeros por todo el pasillo. Valeria recibió una llamada urgente de la Clínica veterinaria y tuvo que irse, no sin antes atosigarnos a Diego y a mí que la llamáramos en cuanto despertara. Aproveché para decirle que cuando regresara, trajera algo para entregarle a Victoria. En el poco tiempo que conviví con ella, he conocido lo insistente que puede ser cuando se lo propone, eso sin quitar el hecho de cuán importante era Vicky para ella. Un poco hambrientos, decidimos bajar a la cafetería Diego y yo. Nos sentamos en las sillas de la barra para que fuera más rápido irnos en caso que Victoria despertara. Mientras degustábamos de unos deliciosos huevos revueltos, tostadas y jugo de naranja, Diego recibió una notificación de Izan diciéndole que Ramos despertó. Sin tiempo que perder, tomamos el elevador hacia el tercer piso y los pies se nos iban solos. Diego me hizo una seña con la mano para que esperara a decirle que estaba ahí; eso me dio a entender que Victoria le contó lo que sucedió. Podía escuchar la contagiosa risa entre ellos desde afuera y como de repente era opacada por el sonido de la puerta al abrirse. Izan y Diego abandonaron la habitación juntos indicándome que me esperaba. Al entrar, ella miraba por la ventana sentada en la cama, volteó a verme, pero no me dejó verle los ojos y lo entendía.

- ¿Cómo te sientes? -pregunté rompiendo el silencio.

-Estoy viva que es lo importante.

- ¿Puedo sentarme? -asintió. Me hice un lado en el asiento del acompañante tomando un poco de aire para organizar mis próximas palabras-. Me da mucho gusto que te estés recuperando, no te imaginas lo preocupado que estábamos todos.

-Siento mucho haberles hecho pasar por esto -aproveché para tomar sus manos.

-Shh, no es tu culpa, solo espero que acaben de encontrar al que te hizo esto. Hay algo que debemos hablar -fui interrumpido por ella.

-No me tienes que dar explicaciones de nada, tu eres libre de hacer lo que quieras.

-Pero yo preciso decirte que lo que escuchaste no significa nada, no existe un Emily y yo, nunca más. Por favor solo escúchame -confesé mientras le colocaba un mechón de pelo detrás de la oreja y ella lo consintió.

Tomé un largo respiro para contarle la relación entre Emily y yo. Ambos estudiábamos en el mismo colegio hace unos años atrás cuando íbamos a elegir una carrera universitaria. Nuestros padres eran amigos cercanos permitiéndonos acercarnos más. Delante de mí ella se mostraba amorosa, tierna, pero con el tiempo descubrí que eso no era más que una máscara. Emily era caprichosa, la consentida de papá, a la que nada le faltaba y por tal motivo se creía mejor que los demás. Un día me cansé de todo decidiendo terminar a las buenas, pero ella armó todo un lio. Precisamente en ese tiempo, conocí a Laura, una chica de quien me enamoré, eso fue un golpe muy fuerte para Emily; nunca se recuperó de aquello.

Sentí que al pronunciar el nombre de Laura, dirigió su mirada hacia mí. Para nada estaba cómodo, hablar de ciertas cosas dolía.

- ¿Qué pasó con Laura? -me preguntó.

-Eso es un tema difícil para mí.

-Tranquilo, no me tienes que contar si no quieres -bajó la mirada hacia el piso un poco avergonzada.

-Quiero contártelo, necesito hacerlo -levanté su mentón con delicadeza perdiéndome en sus ojos-. Laura fue el gran amor de mi vida, la relación más duradera que tuve. Al graduarme en derecho, decidimos vivir solos, alejados de nuestros padres. Con ella me sentía el hombre más feliz de la tierra, un día decidí que era tiempo de dar el siguiente paso, ambos nos amábamos o al menos eso era lo que yo creía -un suspiro se escapó de mi boca; era la primera vez que hablaba con alguien que no fuera mi madre de esto, aún así proseguí-. Tenía todas las cosas listas para pedirle matrimonio, cuando ella entró por la puerta quejándose de un dolor, acompañado de lágrimas, de inmediato me dispuse a ayudarla. No lograba entender qué sucedió, cuando de repente los sollozos cesaron confesando que cometió una locura, pero que no se arrepentía de ello. Victoria, ella mató a nuestro hijo, no me lo consultó, simplemente se limitó a decirme que esa era decisión suya y que me amaba, pero que aún le faltaba mucho por conocer. En ese momento, me sentí humillado, traicionado y desde entonces no he vuelto amar a otra mujer, ni mucho menos la perdoné. Emily al enterarse de eso, se aproximó a mí, continuaba con la esperanza de tener otra oportunidad conmigo, aunque si reconozco que en ocasiones la utilicé; yo nunca la he amado.

Al confesarle todo eso, noté que no podía articular palabra, sin saber que decir.

-Fabián yo, yo no sé qué hablar, esto...-por un instante me sentí bien. Decirle todo eso a Victoria me hizo darme cuenta de muchas cosas.

-Te entiendo, es normal, tu eres la tercera persona que conoce mi historia y si te digo esto es porque quiero que entiendas de una vez, que Emily no significa nada para mí.

-Siento mucho que hayas pasado por eso, yo en tu lugar hubiera hecho lo mismo y te pido disculpas por remover todo ese doloroso pasado, no tenía derecho.

-Victoria, no te sientas mal, yo fui quien quiso sacarlo todo porque hay una razón poderosa para ello -
-me aferré a sus manos intentando encontrar las palabras exactas-. Después de Laura, la vida me arrebató lo que más quería, mi padre. Me encerré en mi propio mundo, mientras me repetía una y mil veces qué hice para merecer eso. Fui y soy el apoyo de mi madre, por ella luché para salir adelante hasta convertirme en quien soy ahora, pero llegaste tú y has puesto mi mundo de cabezas. Yo no sé cuando pasó, no sé lo que hiciste para traerme así, pero quiero seguirlo descubriendo, porque hoy cuando creí que te perdía, descubrí que sin ti no soy nadie. Me estoy enamorando de ti Victoria Ramos y quiero saber si tú sientes lo mismo. Créeme cuando te digo que me ha costado muchísimo reconocerlo, estaba tan cerrado a los sentimientos que no te vi venir. Es que tú eres distinta a todas las mujeres con las que he estado, tu personalidad arrolladora hace que me vuelva loco, me desespera que seas tan cabezota y disfrutes llevarme a la contraria, pero a la vez eres noble, entregada, apasionada y tantas cosas que no me alcanzaría el día para continuar. Has despertado en mí ese sentimiento que creí perdido a pesar de tu autosuficiencia. Sé que puede ser muy pronto para sentirme así, pero no me quiero arriesgar a perderte -desnudé mi corazón ante ella, ni yo mismo supe cómo me llené de valor para decirle aquello.

En ese instante reaccioné e hice lo que anhelaba desde que estaba fuera de peligro, besarla. Nuestros labios se fundieron en un beso sincero, un beso apasionado, un beso de esos de los que no quisieras que terminara.

-Perdóname por ser tan tonta, me volví como loca cuando te escuché decirle aquello, pero no más. Yo también me siento así contigo, creo que a diferencia de ti, yo nunca me había enamorado de nadie, ni siquiera con el gilipolla de mi ex. Creo que nos merecemos una oportunidad, no te vas a librar tan fácil de mi Licenciado Duarte -ambos reímos por esa manera de llamarnos.

Unos pequeños toques en la puerta nos hicieron salir de ese mágico momento. Valeria entraba justo en ese minuto con un hermoso ramo de rosas que yo le encargué.

-Mmmm me gusta verlos tan juntos -se abalanzó encima de ella mientras Victoria se quejaba porque la lastimó--. Lo siento, lo siento, yo espero que hayas aprendido la lección, porque vaya susto el que nos hiciste pasar. Para que veas que tenía razón -le guiñó un ojo con cierta picardía que ya me imaginaba por donde venía-, mira lo que me hicieron traerte.

- ¿Cómo está eso que tenías razón? -increpé poniendo ojitos y ellas se morían de la risa.

-Veamos que dice la nota -se carraspeó la garganta sin hacer mucho esfuerzo y leyó en voz alta--: ¿Me dejas cuidarte? -un Ohh hizo eco en toda la sala incluyendo a Diego que se incorporó.

-Dile que sí mujer -comentó Diego.

-Soy bastante exigente, así que después no digas que no te lo advertí -
-dijo Victoria.

-Tranquila cielo, yo soy muy paciente -le di un pequeño beso en los labios y nuevamente sus amigos chillaron.

-Siento aguarles la fiesta, pero esta señorita y yo tenemos que hablar -indicó Izan que entró en ese instante-. Sabes que me da mucha alegría que estés bien, pero hay un criminal suelto que debemos atrapar y tu declaración es importante.

-Lo que más quiero es eso -maldijo Victoria en un tono nada agradable.

-Fabián puede quedarse, ustedes dos vayan a trabajar y luego vienen -les ordenó a su hermana y a Diego ganándose una mirada asesina.

-Solo porque eres mi hermano no te mando a freír espárragos, porque de lo contrario te ibas a enterar -depositó un beso en la frente de Victoria y desaparecieron del cuarto. Mientras tanto Vicky le contaba con lujos de detalle lo sucedido.

-La buena noticia es que hemos liberado a Sandoval, no teníamos nada en su contra, todo era cosa de Barroso para quitarlo del camino, aunque si nos aseguramos de llevarlo a una casa de seguridad en caso de que quieran desquitarse con ellos -comentó Izan.

-Esa es la mejor noticia que hemos podido recibir. Espero que ese malnacido pague -exclamó Victoria a quien la cara le había cambiado.

El médico que operó a Victoria, dio muy buenos pronósticos en cuanto a su recuperación informándonos que en pocos días le daría el alta. Después de ese día, tanto Carlos, Vanessa y Martha no dejaron de visitarla, algo que sin dudas era bueno para ella.

🔥Hola a todos🔥
No olviden comentar y votar.

¿Qué les ha parecido hasta ahora mi historia?

Con cariño
Tory Lim 💝👍

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top