44. Unión Pt. 1

NARRADOR

Brillan el sol y la luna en el claro cielo siguiendo por la mañana expectantes a un par de siluetas ingresar a otro hogar, mientras en el exterior acompañan el ajetreado movimiento que se lleva a cabo viendo ir y venir a individuos, desde aquellos que ahí habitan, invitados y humanos.


Si bien no es habitual, aquel día nada lo será mucho menos tras ser invitados cada habitante de la ciudad a la ceremonia que dará lugar en el reino, acto que no solo a ellos les sorprendió, pero es sabido ya que tanto príncipe como princesa poseen relaciones de amistad con ellos, además de que nadie esperaba que para dicha ceremonia fueran a estar presentes miembros de cada reino, incluso de un clan. Pero ahí han estado, conviviendo con los soberanos y allegados, incluso han visto a un joven lobo con el cachorro pasear en dicha forma por el reino, lo cual ha desconcertado y molestado a ciertos miembros, más nadie dice nada.


Pese a ello, a la sorpresa y los murmullos ante la noticia de saber que Akemi es realmente la princesa de Sol Saliente cada uno colabora llevando a cabo sus respectivos quehaceres, desde llevar a cabo la decoración con artículos en color plata, dorado y el uso de flores de la localidad para otorgar un aspecto natural, hasta colocar mesitas para el alimento preparado tanto para los humanos como para el clan invitado.


Mientras dichos preparativos se llevan a cabo en el exterior, frente al espejo un par de manos masculinas abrochan cada botón de la camisa negra que lo cubre, con un bordado plateado de dragón del lado izquierdo, acomoda el cuello de la tela y se mira al espejo, lleva un pantalón oscuro y sus habituales tenis. Al descender la mirada a su izquierda se encuentra con el par de iris blanco por lo que sonríe, su pequeño lleva un conjunto similar, baja a su altura y le acomoda el cuello de la camisa depositando un beso en su frente.


Una sonrisa se deposita en el rostro de una fémina al apreciar aquella imagen una vez ingresa, viendo a los varones con su apuesto atuendo, ella llevando consigo un sensual vestido azul turquesa de pliegues semitransparentes y algo de pedrería. Sus pasos son sutiles al andar, pero ambos voltean hacía a ella una vez el príncipe vuelve a colocarse de pie, dedos delinean el bordado en la camisa del ojiazul, admirando a su vez el trabajo que ha hecho en el negro cabello un día anterior, habiendo retocado su corte nórdico, agregando a su vez un diseño a base de líneas del lado izquierdo; contenta por lo que está por acontecer. Al descender su mirada se encuentra con el par de iris blanco en ella sonriéndole con dulzura, una vez a su altura le acaricia el pelo el cual igualmente ha retocado manteniendo ahora no solo un lado rapado, sino ambos, pero con un corte distinto con un degrado ascendente distinguiéndose a su vez un diseño del mismo lado que su padre, el izquierdo; un pequeño del cual, sin lugar a dudas, se ha encariñado.


Fuera de la habitación los tres hombres en la sala se diferencian únicamente por su cabellera, el mayor con su larga melena, trenzada en media cola, trenzas gruesas, otras delgadas y fragmentos sueltos dejando su cabellera lisa. Este si bien con su típica expresión seria, contento por su hermano, siendo de su conocimiento lo del reino, algo en lo que tanto él como el resto apoyaran a ambos en lo que sea necesario. Al dirigir su mirada al castaño le alegra que igualmente todo haya funcionado, antes toda la situación le molestaba, le causaba incertidumbre el cómo el resto lo vería al tratarse de un híbrido, una unión prohibida, ahora sabiendo que todos lo aceptan si bien se muestra más relajado, sabe cómo el resto, que el Reino de la Perdición tarde o temprano terminara actuando; sin embargo, ninguno de ellos permitirá que le hagan daño. Es un pequeño del cual se ha encariñado, de su fuerza, de su determinación, un pequeño que sin esfuerzo se ha ganado el corazón de todos.


Por otro lado, Jalil con su cabellera ahora un poco más larga muestra un peinado desaliñado con algunos botones sin abrochar dejando su pecho al descubierto, coqueto y divertido como suele ser. Mientras Walid lleva su cabello corto dejando ver un flequillo que cubre un poco su ojo izquierdo, los tres hermanos listos para la celebración que dará lugar, todos felices tanto por Zia, como por Akemi quien junto con Drake son ya parte de ellos.


La rubia se dirige hacia la puerta cuando esta resuena dando el paso a un par de jóvenes que en un momento plasmaran diseños tanto en el rostro del ojiazul como en el de Drake, en una línea gruesa que cruzara por su ojo izquierdo.


Por otro lado, en el hogar, se vislumbra una sonrisa al apreciarse a través del espejo donde un delicado vestido cubre su silueta, de cuello redondo, con encaje hasta la cintura dejando ciertas partes de su vientre al descubierto, más allá tela suave acaricia sus piernas con un diseño de falda con vuelos en blanco y rojo; su espalda, aunque descubierta es decorada con dos pequeñas, pero representativas alas siendo el único toque ornamental en todo el diseño. Su cabellera igualmente retocada por la rubia dejando a la vista un diseño del lado derecho, en lo que su peinado consta de una delgada trenza, pelo suelto ondulado, a su vez, con un diseño levemente recogido impidiendo este cubra su rostro más un decorado con flores pequeñas en color rojo.


Igualmente maquillan su rostro según las tradiciones, un diseño recto cruzando por su ojo izquierdo brillando a causa del color oro en representación al continente del cual proviene. El plateado cubrirá el rostro de Zia, mientras una mezcla de estos se impregnará en el pequeño castaño resaltando sus ojos.


Con nada más que mujeres en el lugar, tres reinas, dos princesas y la pareja de un futuro alfa, se muestran diversos colores, formas y diseños en sus atuendos, así como peinados. El relajo femenino en el interior aturde al adulto que ingresa desacostumbrado al parloteo que se escucha, pero que ha tenido que soportar durante el tiempo que han dado estancia a las reinas, mismas que han dejado a sus esposos en su respectivo continente con tal de estar ahí presentes. Cuando el par de orbes rojos lo detectan una sonrisa decora el rostro de ambos, de encontrarse sentada en el sillón en un santiamén termina en brazos del hombre quien cubre su cuerpo con sus brazos, las reacciones femeninas varían, algunas, entre ellas Susumu sonríen, Aurora Reina de Alba suelta quejidos ante la posibilidad de que arruguen el vestido, mismo que ha diseñado y confeccionado, la Reina Erea por su parte rueda los ojos ante la presencia de Artem, acto más que nada ante la sutil riña entre los soberanos ante el porte dominante de ambos.


Tanto Akemi como Artem ríen cuando Aurora prácticamente le alisa el vestido acomodando cada parte desaliñada producto del abrazo, una vez hecho, el hombre la hace girar sobre su sitio, admirándola para acto seguido halagarla y depositar un beso en su frente.



Una vez en el exterior Akemi sonríe siendo recibida por el sol y la luna en lo alto del cielo escuchando como una presencia se detiene a su lado, una pequeña de dos coletas que tras correr en su dirección se muestra sumamente emocionada con una sonrisa decorando su rostro, Akemi le corresponde a Misa quien se muestra encantada con el atuendo de la pelinegra. Repitiendo la acción que Artem hizo con ella, toma la mano de la menor haciéndola girar, apreciando el vestido negro y corto que lleva con falda de tul. Ambas ríen hasta que un grito a su izquierda las hace mirar en aquella dirección distinguiendo al castaño correr en su dirección con su atuendo negro, una camisa de manga corta haciéndolo lucir muy apuesto y con ese diseño en su rostro que prácticamente difumina sus cicatrices perdiendo estos el centro de atención. La menor lo recorre con la mirada embelesada percibiéndose repentinamente nerviosa colocando sus manos tras su espalda jugando con ellas. Drake por su parte tiene toda su atención en su madre admirándola con la boca abierta causándole reír producto de su expresión.


-Estas bellísima -expresa encantado causándole una vez más reír a la pelinegra, descendiendo a su altura, acunando su rostro.

-Tú eres el más guapo -dice tomándolo de la mano haciéndolo girar, causando reír al menor.

Cuando queda de nuevo frente a ella se lanza a sus brazos proveyéndole de su característica calidez, apretujándolo Akemi disfrutando de tenerlo para ella.

Mientras tanto a su lado Misa eleva la mirada sonriéndole al ojiazul, quién además del mismo vestuario que el castaño, lleva una oscura gabardina arremangada dejando al descubierto sus brazos, él corresponde a su sonrisa antes de cargarla en brazos elevando sus cejas en una expresión divertida que la hace reír, la menor acaricia un poco la silueta del diseño que lleva en el rostro, mezclándose el color plateado con su tez blanquecina, contrario a sus oscuros ojos. Ella deposita un beso en su mejilla y se abraza a su cuello cerrando sus ojos disfrutando de aquel contacto, pues Misa se encuentra sumamente apegada al príncipe, así como a Walid, más a ellos que a cualquiera de su edad.

-Te quiero -le murmura.


En el momento en que madre e hijo se separan la vista de la pelinegra recae en Zia recorriéndolo en un movimiento ascendente, relame sus labios para acto seguido morder el inferior hasta encontrarse con sus ojos donde él igualmente la observa, repitiendo su acción en el momento en que ella se pone de pie. Una mano se posa en su mejilla, incapaz de despegar la vista de ese par de orbes que tanto le encantan, sus frentes se unen y Akemi sonríe encantada.


Olvidándose de absolutamente todo, siendo tan solo ellos y nada más a su alrededor una de sus manos viaja al cuerpo frente suyo deslizándose por sobre la tela a la parte central donde un par de dedos se cuelan entre los huecos de los botones, acción que hace sonreír al pelinegro. Ríe cerrando sus ojos cuando un suspiro y un par de palabras se escuchan a su costado, girando la cabeza para mirar al causante de las burlas.

-Babeas papá.


Tanto Akemi como Misa ríen ante las palabras del castaño escuchándose a la par otro par de risas a tan solo metros de ellos.

-¡Akemi! -gritan su sombre llamando su atención, para cuando se percata se encuentra entre los brazos de uno de los trillizos elevándola en un abrazo girando en su sitio, haciéndola reír.

Con los pies en el piso Jalil la toma de ambas manos alejándose unos pasos para admirarla de pies a cabeza, acto seguido la hace girar.

-Enserio, solo dime y dejamos a este -Hace un gesto despectivo hacía el ojiazul quien niega con una sonrisa en el rostro. -Estoy guapísimo -agrega girando para que lo aprecie alegrando aún más a la pelinegra, posteriormente deposita un beso en la mejilla de Akemi.

A su derecha aparece Walid con una sonrisa tomando su mano, acción que ella no rechaza.

-¿Les parece si damos una vuelta? -sugiere Mayida, negando con la cabeza divertida cuando un par de ojos verdes la recorren con la mirada, apreciando el atuendo que lleva, un vestido semitransparente de la parte superior con encaje y tela suave cayendo hasta sus pies en un tono rosa pastel.


Tomando valor la menor de coletas se acerca a Drake invitándolo a tomar su mano, él gustoso la acepta permaneciendo juntos durante el trayecto, el menor de los trillizos al lado de Akemi ambos compartiendo una que otra mirada en complicidad. Detrás de ellos los ojos curiosos tanto de Zia como de Sirina los analizan, aunque esta última sabe un poco de lo que el par frente a ella ocultan.

-Hermanos -expresa Assim colocándose a su lado, Zia tan solo sonríe, riendo ambos al distinguir más enfrente a Jalil coqueteando con la princesa Mayida.



Cada uno en lo suyo repentinamente Jalil se detiene elevando sus cejas al apreciar a la joven frente suyo.

-¿Qué hiciste con Terumi? -expresa causando la risa de prácticamente todos los hermanos causando que ella frunza el ceño, molesta por su comentario y sus reacciones.

-Groseros, si se ve hermosa -les reprende Mayida

-Solo tápese ahí -agita la mano el trillizo haciendo referencia al escote frontal en la melliza.

Aún más molesta Terumi se cruza de brazos tragándose los innumerables insultos que le gustaría lanzarles, agradecida cuando las chicas a cada costado de uno de ellos terminan asestándoles un golpe por ella lo que la hace sonreír.

-Está bien, lo siento -se disculpa el ojiazul, -es que te ves diferente.


Justo en ese momento hace acto de presencia el mellizo con una chica de su brazo, al verlo su similar frunce el ceño poniendo nervioso a su hermano.

-Ella es Naia, mi pareja -explica pasmando a la mayoría de los presentes.

A su lado una joven de tez más oscura a la de Karim y su melliza, castaña de cabello grifo por debajo de sus hombros, sus ojos oscuros y con un vestido verde esmeralda con encaje en la parte superior cubriendo la transparencia de la tela, más un decorado floral del lado izquierdo.

-¿Cómo que pareja? -Se exalta Terumi colocando ambas manos a cada lado de su cadera, Naia sonríe esperando aquella reacción de parte de la hermana del mayor, él rasca su cabeza con nerviosismo al ser el centro de atención.

-¿Se siente bonito verdad? -se burla el ojiazul vengándose tras haber soportado las innumerables burlas de parte de sus hermanos, como de su padre y tíos ante su nerviosismo y vergüenza a con Akemi, Karim prefiere desviar la mirada de él.

-¿Entonces, hermanito?

-¿Desde cuándo? -pregunta asombrado Jalil.

-Hace poco en realidad -responde Naia dirigiendo su mirada a la castaña antes de continuar. -Ya hemos pasado donde sus padres, así que ya es oficial.

-¿Hace cuánto se conocen? -vuelve a preguntar Terumi.

La risa de la nueva resuena causando que el ceño de la castaña se frunza, no muy contenta de que su hermano le haya ocultado su relación.


Tras el dramático momento las burlas no se demoran hacía el castaño mientras los menores que siguen al grupo miran de un lado a otro divertidos y curiosos con lo que acontece, en lo que las féminas charlan entre sonrisas mostrándose una enfurruñada melliza.

-¡Celicia! -grita Akemi al distinguirla, corriendo en su dirección, no demoran en abrazarse causando una sonrisa en los varones que acompañan a la mujer.

-Estas preciosa mi niña.

-Una princesa sin lugar a dudas -expresa Toya regalándole una sonrisa, apenándola.

-Afortunado el jovenazo que estará a tu lado -halaga el señor Jordan causándole reír.

Satish por su lado tan solo le sonríe, lo que ella agradece, desviando toda la atención de ella al escuchar la voz de Jalil.

-Exquisita, cuando quiera tan solo dígame y nos escabullimos por ahí -expresa guiñándole un ojo a la mujer.

La señora Celicia niega con la cabeza mientras el alfa y su esposo fruncen el ceño ante las palabras del joven, Akemi divertida muerde su labio, acostumbrada a las ocurrencias del trillizo.

Celicia sonríe al desviar la mirada, al captar a Satish babear al posar sus ojos en Sirina quien lleva un largo vestido de seda con escote tanto frontal como al reverso, más una apertura que de vez en cuando le permite visualiza una de sus desnudas piernas al caminar. La rubia sonríe al mirar a su moreno deleitándose con la vista que le ofrece su atuendo formal junto a su castaña cabellera sujeta en una coleta.

-¡Envuélvanmelo para llevar! -expresa antes de lanzarse a los brazos de su chico degustando sus labios.

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