Shi-juu hachi | 48.

Preparación, amenaza y el juego de manos.

La iglesia en que se llevaría a cabo la ceremonia, consistía en un inmueble bastante grande, y decorado a la perfección para la boda dentro de una hora, lucía espectacular a los ojos de cualquiera, incluso, aunque el compromiso era falso, Rai se vio realmente sorprendida cuando arribó junto con Osamu y Chuuya para verificar que todo estuviera en orden. Las flores, listones y sobre todo los colores de estos en turquesa, rosa y anaranjado suave. Ahí, el pelirrojo les mostró la organización de los invitados y como era que ellos tenían que acomodarse en el altar; a pesar de los nervios, hicieron caso al que tenía que cambiar de oficio, porque realmente tenía talento para ser un organizador de bodas.

—Bien, entonces vayan a cambiarse, falta una hora —mandó el pelirrojo cuando los observó en sus lugares sin hacer ni decir nada después de acabar con las explicaciones.

Soltando unos alterado "¡oh, bien!" y "¡por supuesto!", aquellos dos se separaron sin darse palabra ni de error y se dirigieron hacia las habitaciones que servían de vestidor para el novio y la novia. Dichos lugares evidentemente estaban muy alejados uno del otro para no generar algún tipo de accidente que conllevara supersticiones, como que Dazai no podía ver a Rai con su vestido antes de la ceremonia, pero eso allí a nadie le importaba; así, avanzaron en dirección contraria y se perdieron detrás de las puertas.

Por su parte, Chuuya acompañó al castaño para ayudarle, y Rai, ella entró en la habitación y lo primero que hizo fue llamar a Ritsuko, pues así como al novio le ayudaría su asistente, a ella le ayudaría su mejor amiga, puesto que a los dos por igual les incomodó la idea de contratar a alguien que les ayudara con el peinado y maquillaje, claro que el traje y vestido estaban ya justo ahí en sus respectivos lugares.

Llegué, no te preocupes. —Al teléfono, la mesera confirmo su llegada, y pocos minutos después, entró por la puerta con su maletín listo—. ¡Vamos a transformarte en la novia más bella que ha tenido Yokohama! ¡Quedarás como una princesa!

La joven confiaba en ella, pero no quitaba el hecho de tenerle cierto temor, pues la última vez que le ayudó a arreglarse, que fue el día de la cena-baile de su graduación, Ritsuko se comportó extremadamente profesional y no le tuvo piedad. Ahora que el evento era más importante, supuso que la escena se volvería a repetir, y lo comprobó cuando comenzó por peinarle y maquillarle; su cabello era puesto en diferentes posiciones, jalado con el cepillo, etc, y su rostro fue tapizado de maquillaje, que al final no le agradó mucho a la que se hacia cargo y le dejó la mitad de él, quedando la novia un tanto natural.
Luego vino lo peor, cuando después de halagar el vestido con las correcciones que pidió a la dependienta de la tienda, se vio a ella misma aguantando la respiración al momento de estarlo poniendo en su lugar.

—Tiene... que... estar... perfecto... —justificó la mayor tirando de los cordones del cierre de corset en su espalda, y Rai, se estaba poniendo morada.

Solo unos detalles más, y la novia estaba perfecta, que cuando ella misma se observó en el espejo completo que había en la habitación, le sorprendió el hecho de verse tan diferente. El vestido era hermoso, más de lo quiso aceptar, le encantó su peinado y maquillaje y por ello agradeció mil veces a Ritsuko.

Con los hombres de parte del novio, Chuuya y el recién llegado mejor amigo, Fyódor, en cuanto este salió con el traje y supuestamente preparado, los dos se quejaron en voz alta.

—Estás como siempre —Chuuya alegó.

—Quítate esos lentes —mandó el ruso.

Osamu suspiró un tanto molesto por los mensajes de "aliento" que le habían dado las dos personas en quienes más confiaba.

—Si me los quito no voy a ver nada —se defendió—. Además, no importa como me vea, esto sigue siendo una boda falsa.

Los dos torcieron el gesto cuando pronunció lo último y negaron al mismo tiempo en que hacían unos ruidos extraños con la boca, Fyódor incluso novio su dedo señalador de un lado a otro denotando molestía.

—Boda falsa o no, tienes que verte bien, ¿para que invitaste tanta gente sino? —habló el azabache acercándose y quitándole los lentes cuando los tuvo al alcance.

—Tu amigo tiene razón, además ese traje blanco fue hecho por Shibusawa-san y se esmeró, en todo caso hubieras comprado uno genérico o incluso usado uno de los que ya tienes. —El menor también se acercó—. Tenemos que hacer algo con tu peinando.

Segundos después, ellos eran los profesionales de la talla de Ritsuko y Shūji sufrió unos minutos hasta que también quedó perfecto.

A veinte minutos antes de comenzar con la ceremonia, la señorita Fujiwara, a casi nada de convertirse en la señora Tsushima, le sucedió lo mismo de siempre, los nervios le jugaron mal, y sentada en un sillón dentro del vestidor totalmente lista, aguardó con el celular en la mano a la espera de Ritsuko arreglándose, y en eso, un mensaje de Atsushi llegó a su bandeja de entrada.

Atsushi: hemos llegado. Akutagawa y Kyoka también están aquí.

Evidentemente Rai no tenía muchos conocidos en Yokohama, por lo que solo era su familia de Miyzaki y su otra familia del Yellow Cake's quienes estarían presentes por parte de la novia, y decir conocidos en común entre los dos celebrados, era quedarse con nada en las manos, porque además de Fyódor y Chuuya, no había nadie.
Por ello, el lugar repleto de conocidos de Osamu, era una puesta terrorífica a la que no deseaba enfrentarse, sin embargo, era un poco tarde para arrepentirse, porque a la iglesia ya habían llegado la mayoría de los invitados.

—Eres una novia preciosa. Joven y bella, como debería ser —halagaron desde la entrada del lugar.

Rai no escuchó el sonido de la puerta siendo abierta, sin embargo, poco contenta quedó con el halago viniendo de cierta persona que se había colado, pues ella optó por no conversar con sus familiares hasta después de la ceremonia, ya que temía empeorar si ellos llegaban a hacer preguntas de cualquier tipo.

—Dije que no quería ver a nadie. —Se mostró sería, dejando el móvil en paz.

—No seas así, Fujiwara-san, solo venía a decirte lo bonita que estás. Que Shūji sea mi exmarido no quiere decir que tengamos que llevarnos mal —se burló, entrando en la habitación.

Rai miró la puerta donde Ritsuko se estaba cambiando y rogó porque saliera rápido para evitar el encuentro.

—¿Se le ofrecía algo, Oyama-san? —preguntó con respeto, y la otra volteó los ojos al mismo tiempo en que se cruzaba de brazos y le miraba con sorna.

—¿Estás nerviosa?... —Quisó jugar con su estabilidad, pero Rai saltó enseguida de su lugar e interrumpió.

—No tengo tiempo para hablar con usted, señora, si quiere hacerlo, por favor que sea después de la ceremonia —habló, caminando con dificultad por la prenda hasta la puerta para correrla.

Tenía motivos para comportarse de esa manera, pero solo pensó en el hecho de aquel día en que ella misma no le dejó despedirse de Satoko cuando se iban de la ciudad y Dazai volvió a,quedarse solo. No era que la odiara, porque de ello no tenía tampoco tiempo. Mientras menos problemas, era mejor.

Cuando tomó la perilla, fue Hatsuyo quien la interrumpió a palabras:

—Claro, llámame "señora" —echó en cara la palabra—. Estás a punto de convertirte en una, pero por supuesto que no te molesta porque sigues siendo joven.

La novia no entiendió a qué quería llegar con sus palabras, en vez de ello, quiso reír por lo exageradas que sonaron. Rai ni siquiera pensaba en las diferencias de edad entre la mujer de las joyas y ella misma, porque no era como si Hatsuyo fuera una "vieja", todo lo contrario, sabía mantenerse fresca a pesar de sus treinta y dos años.

—Oiga... —Definitivamente iba a correrla a palabras claras, pero de nuevo, la mayor habló.

—¿Por qué Shūji está a punto de casarse contigo? A mi ni siquiera me pidió matrimonio de manera formal y no me dio una joya tan cara como la que luces a todas partes —señaló.

Hasta ese momento, la menor se vio la joya. Le había ignorado por un buen tiempo, incluso está había sido invisible, no obstante, al comprender a qué quería llegar la mujer, sintió de nuevo el peso del pequeño diamante.

—¿Por qué estás viviendo sus mejores momentos, cuando yo viví los peores? —Fijó la mirada sobre la muchacha y le deseó el mal con ella—. Eres una linda muñeca de porcelana en sus manos, mientras yo fui la de trapo. No lo entiendo.

A pesar de que Rai sentía las malas vibras, por un momento también sintió pena por la mujer resentida, debido a que recordó la historia que Osamu le había contado antes sobre su problema con el alcohol, su familia y la inseperada noticia de Satoko en su juventud. No podían culparla de sentirse así, porque lo mencionado era algo por lo que la exmesera nunca querría pasar, de hecho era algo que siempre quiso evitar como ya se sabía desde el inicio.

—¿Cuántas veces, Rai?... —inquirió, pausando luego, dejando en incógnita—. ¿Cuántas veces te ha hecho el amor?

<<Dios mío, no ande preguntado ese tipo de cosas como si nada... >>, se quejó internamente, desviando la mirada. Pues bien, de comprender, dejó de hacerlo. Ir en círculos no servía de nada.

—Ninguna, ¿no es cierto? —adivinó y la novia bajó las cejas al escucharle reír—. Es porque su falso compromiso no se los permite y tú todavía amas a ese chico con el que te besaste en aquel parque —presumió saber.

Al ver cómo Rai soltaba la perilla, Hatsuyo se sintió ganadora, luego, sacó el mismo sobre naranja de aquel día en la cafetería y se lo lanzó al suelo.

—Vete Rai, déjalo plantado en el altar, como no se aman no lo harás llorar, pero allá fuera Kosei te está esperando...

Era suficiente, se dijo Rai, no le dejaría seguir hablando, porque la muchacha que Dazai conoció en el Yellow Cake's, no era una cobarde.

—No te daré tan fácilmente la custodia de mi hija —amenazó por fin, aunque enseguida, Rai abrió la puerta.

—Vayase ahora mismo. No tiene derecho a saber nada de mi relación con Osamu y mucho menos venir a chantajearme. —Señaló hacía fuera, tratando de verse como si lo último no le hubiese importado, porque era claro que lo hacía.

Hatsuyo había descubierto las condiciones de ese compromiso falso, y suponía que todo había sido su culpa, salvo que no sería tonta y consultaría con Dazai antes de meter la pata. Eso era lo más conveniente.

—Eres una hipócrita, vendiéndote por dinero. —Antes de abandonar la sala, la señora le insultó.

Cuando cerró la puerta nada más la otra salió, pegó la espalda en la madera y notó como sus manos temblaban.

Justo, Ritsuko salió del vestidor y se mantuvo en la puerta observando como Rai no levantaba la mirada. Había escuchado todo, por supuesto, y no sabía cómo acercarse a su amiga.

—¿Rai, estás bien? —preguntó casi audible y luego se sorprendió.

A diferencia de lo que se esperaba, la novia no se echó a llorar como las veces a anteriores cada que algo salía mal, sino que está vez, cuando levantó la mirada, echaba fuego por todas partes. Hatsuyo le había hecho enojar con su actitud tan rastrera.

—¿Cómo se atreve? Ella es la que vive tras el dinero... pero yo misma me voy a encargar de que Satoko regrese con Dazai-san, señora —Se prometió a sí misma y en honor a Shūji.

—Al parecer ya están todos dentro esperando —decia Ritsuko mientras le ayudaba a caminar a la novia sosteniendo la cola del vestido.

Los nervios se habían ido, ahora solo había una Rai decidida a cumplir con su palabra, y esa boda era un paso importante para ello, por lo que siguió su camino hasta salir de las instalaciones por una puerta trasera. La mayor seguía hablando, pero tuvo que callar cuando la otra se detuvo al ver quienes le esperaban en la puerta de la iglesia.

Las niñas en hermosos y curiosos vestidos jugaban algun tipo de juego de manos mientras decían "me, me, me". Era una tierna escena que Rai no esperó encontrar.

—¡Rai! —exclamaron las dos cuando notaron su presencia.

—Yuji, Satoko... —Ni bien pudo decirles hola, cuando las niñas ya le estaban abrazando, y claro, ella devolvió el abrazo con ganas.

—Papá nos dijo que debíamos acompañarte, para que no te tropezaras con la cola de tu vestido —anunció emocionada la castaña y la otra solo asintió.

—Oh, me alegra que vayan a ayudarme —les soltó con una bella sonrisa.

Había olvidado ese detalle, de hecho, hasta que vio a su padre observarla unos pasos más allá con un ramillete de mismos colores de la decoración, también recordó sobre ello. En una boda, no tenían que faltar los "pajes", y sobre todo, quien la entregara al novio, en ese caso, Fujiwara Renzo.

—Te ves hermosa —halagó el mayor cuando caminó hasta ella, y luego la envolvió entre sus brazos cuando las nenas se alejaron a recibir instrucciones de Ritsuko—. No puedo creer que mi pequeña vaya a casarse. No pensé que al irte de mis brazos hace cinco años, abriría pasó a esto.

—Solo no vayas a llorar —advirtió divertida Rai, aunque a ella ya los ojos le picaban.

—Ahora entiendo cuando los padres de tu madre no querían que ella se fuera, pero yo fui terco, espero que Dazai-san también lo sea.

Después de esas palabras, aunque a la mesera le hubiera gustado que ellos siguieran en ese abrazo tan lindo, era hora de comenzar con la ceremonia.

Así que una vez listos: Rai con el ramo, su padre sosteniendola por un agarre de brazos en jarra y las niñas tomando la tela del vestido, las puertas se abrieron y una tranquila melodía se escuchó en toda la iglesia.

Era hora de la tan esperada boda.

¡Buenas! Hoy vengo a aclarar unas cuantas cositas que tal vez muchas veces algunos se habrán preguntado.

Lo primero, es acerca de la vestimenta de Rai. Cómo sabrán ella sigue siendo Rayita-sensei, así que por ello no me tomo la libertad de dar explícitamente una explicación acerca del vestido de novia ni de sus aspectos físicos, porque el objetivo es que ustedes lo imaginen a su gusto, a diferencia de Dazai, a quien en varias ocasiones si le he puesto ropa jsjs.

Otra cosa, se que muchos se sacaron un poco de onda con la actitud de Rai en esta parte, porque juas, nadie puede cambiar tan rápido en solo un par de día, así que bueh, aclarando, está Rai es la misma de los primeros capítulos con sus debidos cambios, así que ya no está confundida con Kosei.

Si habrá lemon.

Y por último, los adoro mucho por leer esta historia, así que cuídense en estos tiempos que siguen siendo difíciles, no conozco el contexto de todos, pero para los que si estén pasando por esto, échenle ganas con la escuela, ya no falta nada para que queden libres, pero no sé me vayan a presionar demás. 💕

Oh, y encontré una perfecta foto para la parte siguiente, muchos ya la han visto, pero me encargaré de meterla como de debe. La que sigue no es, jsjsjs.

¡Muchas gracias por leer!

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