-Naruto cállate- este le soltó un coscorron al niño, shisui quería tirarse a reír al suelo, el Damyo tapo su rostro con un pañuelo pero se estaba riendo sin disimulo y Fugaku y su hijo, solo tenían una sonrisa de lado, al mayor le recordaba a su amiga kushina, seguro su esposa será feliz con el nuevo integrante de su familia.

-Jiji me dolió ya no diré nada sobre tus novelas…. A ver Ero jiji,- dijo esto viendo a Jiraiya- entiendo perfectamente, la gente cree que soy estúpido porque hago bromas y soy medio gritón, pero no es así, si soy el último muerto no es porque quiera sino por qué los maestros me dan exámenes más avanzados, he visto el de mis compañeros y son una papa, el hecho de que me meta en las instalaciones anbu y nadie se dé cuenta debería ser suficiente evidencia, si hago bromas es para llamar la atención porque ignoran mi existencia, y para vengarme de los que me molestan o lastiman, para concluir no soy idiota y entiendo perfecto lo que la gente me dice, si bien soy infantil, soy bastante maduro cuando quiero, ahora entiendo me dijiste que vengo de un clan poderoso que fue eliminado, mis padres son el cuarto y kUshina, soy su último desendiente, soy poderoso políticamente hablando, soy el jinchuriky del Kyubi el cuál fue manipulado por este tipo de la máscara,  la gente me odia por esto, les echaron la culpa aquí a los Uchihas con cara de si me miras mueres - esto les saco una gota a todos en la nuca- y finalmente me tengo que casar con este guapo joven de aquí, estoy correcto?- 

-Mocoso no me digas Ero jiji soy uno de los tres Sannin , el sabio de los sapos- esto lo dijo con pose vergonzosa-  Ero sennin quiérete tantito, no me hagas pasar vergüenzas, aquí todos saben que eres mi padrino, que dirá mi futuro esposo?- rojo de vergüenza se escondió tras Itachi- el Hokage y el Damyo no pudieron aguantar más y soltaron la carcajada, estaban bastante sorprendidos con la inteligencia del niño y su agudeza mental, así como su agradable persona, Itachi pensó que sería agradable tenerlo a su lado.

El Damyo por fin hablo- mucho gusto Naruto Kun, te agradezco todo el sacrificio que haz hecho por la tierra del fuego al contener al kyubi, y también por apoyarnos con esta nueva petición, aunque por lo que veo te agrada, cuéntame es así?- el rubio lo vio y le sonrió- si me agrada por fin podré tener una familia, y mi prometido se ve fuerte e inteligente y es bastante guapo- se volvió a esconder confianzudamente en la espalda del azabache, shisui estaba que se moría, tenía mucho material para joder al pequeño Uchiha.

Perfecto Jiraiya tienes que firmar por Naruto el compromiso, Fugaku lo harás por Itachi y Hiruzen por la aldea, Itachi puedes llevar a Naruto, para que puedan conocerse, recuerda Naruto el compromiso es un secreto hasta que seas gennin, solo la familia de este y los presentes tenemos permitido saber esta información, y además cuando llegues a esa edad Hiruzen te contará un secreto sobre tu clan, que a la mejor te hace felíz - el rubio asintió y tomó la mano de Itachi para salir de ahí pero antes de salir el rubio se giro a su jiji y le dijo- no hagas nada en la escuela que sigan creyendo lo que quieran, eso me dará ventaja después- salió corriendo de ahí con Itachi como corbata volando siendo jalado por el rubio.

Subió al monumento Hokage y se sentó, con la mano tocó su lado derecho indicándole que se sentara- mmmm no te pregunté antes pero, a ti te molesta el compromiso, ya sabes cómo me ve la gente- Itachi lo observó un momento - No, no me molesta, en mi clan se acostumbra esta situación, mis padres se casaron así y son realmente felices como matrimonio, y tampoco me molesta que seas tu, eres alguien interesante, inteligente y divertido por lo que pude ver- se quedó en silencio un momento y continuó- soy bastante reservado pero acabo de hablar más de lo que he hablado el último mes- sonrió ligeramente un instante, y el rubio sonrió en grande y feliz-

-Sabes me gusta venir aquí todos los días, me hace sentir tranquilo- volteo y le sonrió ligeramente con una sonrisa un poco triste, el Uchiha lo observó unos momentos, encontró en sus ojos bastante soledad, ahora entendía lo que dijo de querer una familia, ambos se quedaron a ver el atardecer y el azabache acompañó al pequeño hasta su casa.