Capítulo 3

Sentía que su mala suerte era más fuerte de lo que pensaba, tanto el viaje, su llegada a Seúl, un rebaño cubriendo las vías, una confusión con un supuesto asaltante, un intento de robo que terminó ocasionando el quiebre de la pantalla de su celular, y ahora no encontraba ningún taxi disponible, ni un mapa, ni la dirección a la que debía ir.

Se había sentado en la banqueta intentando dar —en  su celular– con la dirección de su nuevo apartamento, dónde quedaría viviendo durante su jornada de estudio. Pasaban las horas y no conseguía encontrar las indicaciones adecuadas, y terminó más decaído cuando sintió la primera gota de lluvia cayendo en su cabeza.

Su mochila, y para de maletas se empaparon, y mientras el temblaba de frío intentaba cubrir sus pertenencias del agua.

Siguió mirando el suelo con desdén, abrazando su mochila y recargando su mentón en ella. Ya era hora de que se rindiera, debió escuchar a su padre cuando hablaba sobre que era una estupidez que el se independizar por su cuenta.

De repente, sintió una mano en su hombro, y al no reconocer de quién era dió un pequeño salto del susto, no quería que lo intentarán asaltará, al menos no de nuevo. Pero si se confundió un poco al dejar de sentir la lluvia —ya que el chico detrás de él lo cubría con un paraguas—, pero nunca está de más desconfiar.

Pero apenas se dió media vuelta aún sentado, observó a un chico de cabellos oscuros, de perfil atrayente, labios rosados y gruesos, una mirada penetrante y llamativa. Definitivamente era del tipo de chicos de Taehyung, pero él no lo admitiría.

—¿Estás bien?

Taehyung estaba confundido, pero a los cuantos minutos reaccionó contestando y soltándose de su agarre en un movimiento brusco, no lo conocía, y no dejaría que lo tocase un extraño, por más atractivo que fuera.

—Uh. Sí. Lo estoy, ¿porqué la pregunta?

Seokjin se quedó perplejo ante tal conducta defensiva. Respiró y dió un pequeño suspiro, era un poco lógico ya que era un extraño, así que comprendió al muchacho.

—Es sólo que te ví debajo de la lluvia, y por lo que veo no estás abrigado, te puedes enfermar. Cómo verás, no te preocupes, soy confiable —le sonrió— yo trabajo en este lugar que se encuentra detrás de mí, es un pequeño restaurante, pero tiene buen renombre.

Taehyung relajó sus músculos al saber eso pero aún así no se sintió del todo seguro.

—¿Cuál es tú nombre?

Le preguntó el chico castaño al joven Jin.

—Mi nombre es Kim Seokjin, un gusto. ¿Cómo puedo llamarte?

—Taehyung —hizo una mueca—. Kim Taehyung. El gusto es mío.

—¿Necesitas que te ayude con algo?

Taehyung se mordió el labio.

—Puede que sí necesite un poco de tu ayuda.

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