capitulo 38

El penetrante olor azahar y para otros una hedor se encuentra impregna en cada rincón de esa estrecha sala. Tan penetrante que logra que tu nariz arda por la inmensa incomodidad.

Las personas atadas tiemblan y nos porqué lo quieran, sus cuerpos siente ese horroroso peligro, por lo que es inevitable el no sentir miedo y aún más con esa mirada color lila oscura, viéndolos sin parpadear. Esperado que sus presas hagan el primer movimiento para poder corta ya sea las manos delanteras o las patas traseras, de esa manera hacerles entender que, no tienen a donde correr. Porque están atrapados.

Sola una persona en ese lugar podía y veía con admiración al Omega, su mirada se encuentra idiotizada al ver como el omega infunde miedo con solo sus feromonas y mirada asesina.

En el atractivo rostro de ese hombre de ojos dorados, está pintada una deslumbrante y orgullosa sonrisa dirigida a una sola persona, a su esposa.

Francis solo niega con la cabeza al ver la estúpida, tonta expresión de su maestro. No comprendía del por que le encanta ver algo así.

¿No entiende la gravedad del asunto? ¿No le sorprende esa manera extraña de actuar del señor Mael Quinn? Es como si estuviera acostumbrado hacer este tipo de cosas, y no, no tiene nada de relación con su anterior trabajo en el club nocturno Apolo. Su aura es más extraña....de alguna manera....espeluznante.

—¿Quien demonios los envió?—Preguntó fríamente—¿Por qué querían llevarse a mi hermano?—Tengo mis sospechas.

—¡Puedes matarnos, no te diremos nada!—Han dicho lo mismo durante unos diez minutos, por más que los golpeen siguen si soltar ni una palabra. ¿O son leales a morir o pasaron por un estricto entrenamiento?

Veamos cuánto tiempo siguen resistiéndose, malditos bastardos....

—¡No los pises!—Karl se sobresaltó—Esos esperpentos no son dignos de si quiera tocar la suela de tus zapatos.

Hace unos momentos quien se había encargado de darles una paliza, fue Francis. Pero al ver que no lograba nada, el omega decidió hacerlo por si mismo.

—Yo me haré cargó de patearlos tanto como quieras—Acaricia el rostro frío de su esposa—De torturarlos hasta que me digas que estás satisfecho.

Mael se sorprendió al escuchar tales palabras, karl no estaba consternado, preocupado por su forma de actuar. Sino que, esta más preocupado por lo que su cuerpo pise o toque. El omega no sabia que sentir al respecto, su esposo es una persona muy peculiar y un poco difícil de comprender.

—Esposo—Aprieta ambas mejillas del alfa—Nunca interrumpas a tu esposa cuando esta trabajando—Sonríe, pero no es una sonrisa.

—No es necesario y tampoco quiero que ensucies tus preciosas manos con esa asquerosida—Besa las manos de Mael—Lo prometí, yo seré quien entre al barro mientras tu disfrutas de la vista.—Eso ojos dorados ven a Mael con un inmenso amor—Solo mírame, de como despedazado todo lo que se interpone en tu camino....nuestro camino.

Mael se estremeció al ver esa mirada dorada tan segura, tan llena de una inmensa determinación y devoción. Todo iba dirigido hacía su persona.

—Deja de ser tan cursi....haz lo que quieras—¡Mierda, este hombre sabe como hacerme caer!

Karl solo sonríe disimuladamente, al ver ese evidente sonrojo en las mejillas del omega. Aprecia mucho ese rojo porque Mael, no sé sonroja tan fácilmente.

—Siéntate—Le pone su abrigo—Terminare en unos minutos—Besa suavemente y con dulzura los labios del omega.

—Más te vale que solo sean unos minutos—Agarra el miembro de karl—Tenemos una charla pendiente—Con su mano libre hace una mueca obscena, saca su lengua y mueve su mano hacia adelante y atrás.

Karl tuvo la ligereza de cubrir a su esposa, eso era algo que solo el podía ver, esa caliente y sensualidad que emana su omega.

—¡Huh!—Sonríe ampliamente—Esta cosa se emocionó solo por algo como eso—Se burla.—Mi esposo es un pervert....

Karl devora sin dulzura los labios de su Omega. Sus largos y gruesos dedos se sumergen en los cabellos azul negro, estremeciendo al más joven. La manera en la que las llemas de sus dedos acarician el cuero cabelludo, le envía una grata sensación extraña y llena de satisfacción a todo su cuerpo.

Francis quería desaparecer de ese lugar, enterarse bajo tierra para no escuchar esos obscenos gemidos que de vez en cuando se escapan de la boca de su maestro. Quién está recibiendo un poco de cariño aún con la ropa puesta.

Dos ovejas se alejan de la granja, sin saber que más allá de la serca se encuentra un inminente peligro.....ya no puedo seguir escuchando, Dios. Ni siquiera puedo concentrarme en la historia de las ovejas para no escuchar a mis maestros... Agh, ganar dinero es tan difícil.

—Cof, cof—finge toser, pero no lo escuchan—COF, COF—Tosio más fuerte, hasta su garganta dolió un poco.

Francis deseó que en estos momentos estuviera el entrometido de Marcello, para que hablara él y recibiera las represalias de su maestro. Por ver interrumpido.

—Maestro, lamentable interrumpir pero estos tipos están por perder la conciencia.

Debe de ser difícil para esos pobres diablos el inhalar tantas feromonas tan potente como las de mis maestros. En estos momentos agradezco ser beta. Es irritante si, pero soportable. Aparte no estan dirigidas a mí.

—Mírame—Ve ese color lila, se puede ver la excitación en sus ojos—No partes tu mirada de mí, ¿Sí?

—Solo muévete y deja de hablar—Lo empuja con el pie—Espero que seas despiadado. Nadie se mete con las personas que me importan y salen ilesos.

Busca una posición cómoda en ese sofá, para poder disfrutar del show, al encontrarla. Cruza sus piernas, cambiando por completo su aura. Era como estar viendo a un emperador mirándote con desprecio y aún así te sentías emocionado por tener aunque sea esa mirada por parte de él.

Karl se siente como el caballero real escolta, que está por cumplir las órdenes dadas por su majestad, el emperador. Tenía que dar buena impresión para recibir un halago.

—Francis, pasarme ese tubo de hierro—Desabrocha los dos botones de su camisa azul para subirla hasta sus codos.

Mael siento un pequeño espasmo al ver cuan seductor fue ese movimiento, se emociono todavía más al ver las venas azules en esos troncos gruesos que tiene cómo brazos, su esposo.

—Me preguntó—Balancea de aquí para allá ese tubo de metal, justo enfrente de lo ojos de esos hombres con tez pálida por el terror y perdida de sangre—¿Cuánto dolerá unos cuantos golpes dados por este objeto?—Sonrío fríamente—¿Explotarán sus órganos? Vamos a comprobarlo, traten de no gritar. Porqué el que grite primero, ese recibirá dos más.

Francis disimuladamente mirá a Mael, esperando ver miedo en su rostro, después de todo, Karl está mostrando una versión despiadada. Una expresión diabólica y oscura. Para sorpresa de Francis, en el rostro de Mael no había reacción alguna, sus ojos son tan claros sin agitación.

Sirvo a dos personas con locura extrema, como dicen; siempre hay un roto para un descosido. Creó que mi maestro quiere coser las piezas rotas y las dolencias del señor Mael, con los hilos sueltos de su descosido ser.

—¿No van hablar?—Solto el primer golpe directo en el abdomen—Por lo visto son resistentes al dolor—Ya había golpeado a cada uno y ni siquiera hicieron ruido.

De igual manera no se detuvo y siguió golpeado sin piedad, balancea ese tubo como todo un profesional. Los ruidos que hace cada vez que toca su cuerpo, es tan aterrador. Pero ellos seguían sin hablar y sin hacer ningún sonido de dolor.

—Despedaza esa cosa entré sus piernas—Sugiere Mael.—Estan apunto de irse al infierno. Ya no podrán usarla de todas maneras, y para ir a ese lugar no es necesario el ir completo.

Hasta el mismísimo Karl, se estremeció y cubrió por instinto su miembro mientras veía esa sonriente expresión de esposa.

—Karl, deja de estar sorprendido y solo házlo—Chasquea su lengua—Ya pasaron tres minutos, ¿quieres que lo haga yo?

—Las palabras de mi esposa son la ley—Levanta el tubo listo para estrellar un par de huevos. Francis cierra sus ojos, no está listo para ver esa atrocidad—Arrepentirse en el infierno....

—¡Les...Les diremos!—Protegen sus partes privadas con toda la fuerza del mundo, recibir ese dolor sería peor que la muerte misma.

—Justo en el mejor momento—Se queja Mael. Él quería verlos sufrir por intentar llevarse a su hermano y arruinar su momento con karl.—¡Hablen malditos bastardos!—Demanda con su voz de Omega.

—No sabemos exactamente de quién se trata—Me estoy empezando asentir extremadamente mareado, mis oídos zumban—Solo recibimos una órden anónima con la dirección y la foto del joven. En nigún momento nos hicieron saber que, ese joven es cuñado de alguien como él maestro Quinn.

Descubrieron quien es Karl, hace unos segundos atrás. Cuando Mael lo llamo por su nombre, fue entonces cuando entendieron la gravedad del asunto.

—¿Son gánsters o que?—Karl esparce sus feromonas, unas muy violentas.—¿Quién demonios están valiente para querer tocar a mi familia.

Mael ve a su esposo, esa palabra "familia" en la manera que lo dijo, con ese tono protector y cariño había logrado agitar de una manera extraña y cálida a su corazón.

—Mas bien como mercenarios, hay un cierto sitio web dónde podemos envíar nuestra especialidad y habilidades. Recibimos ciertos trabajos que van desde recuperar objetos de gran valor a rescatar a personas secuestras.

—¡¿Les dijeron que Claudio fue secuestrado?!—Mael aprieta sus puños, estába seguro que esto tiene que ver con su “familia” querido sacar provecho de él, ahora que está casado con una gran figura importante y millonaria.

—Sí.

—Sus jefes son personas estúpidas—Expresa Karl—Como puede enviarlos sin siquiera investigar si es verdadero o no—Niega con su cabeza.

—¿A dónde tenían que ir a dejar a Claudio luego de atraparlo?—Mael se levantó del sofá.

—En la estación de tren de la ciudad "C"

—¡Esa persona o personas pertenecen a esa ciudad!—Exclama Francis—Esta algo legos de aquí, es la tercera ciudad más rica de este país.

—Mael—Karl lo ve con preocupación.

—Tengo una idea de quienes pueden ser, solo que no esperaba que tuvieran dinero—Mira a esos sin casi cadáveres—Encerrarlos, podemos utilizarlos después para llegar a la mete maestra.

—Ya escuchastes, llama a los demás para que se encarguen—Le ordena a Francis.

—Como ordené—Se despide de sus maestros, quienes están saliendo de la sala con unas expresiones negras.

La vida que creí que sería pacífica se ha vuelto tediosa, tengo que protegerlos, no tienen a nadie más quien lo haga. Al parecer la vida, destino, no lo sé, solo se que no quieren que tenga una vida despreocupada donde solo me preocupé del que comida sabrosa comeré mañana.

—Nuestra charla emocionante se cancela, por el momento—Apoya su cabeza en el hombro de Karl—Tengo que ir hablar con mi madre, él a de saber del porqué la familia de mi difunto padre, quieren llevarse a la fuerza a Claudio.

¿Como se que es la familia de él? Porque según los pocos recuerdos que tengo de está vida, que vivió este cuerpo antes de que llegara. Mi padre vivió 15 años en esa ciudad antes de que sus padres vinieran a vivir a este lugar. Eso quiere decir que algo sucedió con los viejos desgraciados de mis “mis abuelos o bisabuelos” creo que aún siguen vivos.

—No te preocupes—Abraza la cintura de Mael—Todo saldrá bien, te protegeré y a todo aquello a lo que aprecias—Besa la coronilla del Omega—Solo confía en mí.

—¿Quién te protegerá a ti?—También abraza la cintura de Karl, caminan por los pasillos del centro comercial, con un aura rosa a su alrededor.—Eres lo más importante...para mí—Susurró.

—Puedo hacer ambas cosas, protegerte y protegerme—Asegura con convicción.—Tu esposo es alguien muy fuerte, y no, no es narcisismo ni arrogancia.

—Lo creó—De igual manera, yo voy a protegerte.—Hagámoslo mutuamente—Mi corazón se siente tan cálido—Hay que protegenos mutuamente, ¿Sí?—Podria volverme adicto a su desbordante calidez y al ruidoso pero agradables latidos de su agitado corazón.

—Bien. Lo que mi Omega diga—Entrelazan sus manos.

Karl vendría siendo a lo que llaman tu media naranja, de alguna extraña manera ambos nos completamos el uno al otro.

Con su inmenso cariño lame todas mis cicatrices sin siquiera preguntar del porqué las tengo, y no es por falta de interés, curiosidad, es porque no quiere incomodarme. Esta esperando que yo, me anime hacerlo sin ponerme incómodo en el proceso.

—Conduce, iremos donde mi suegro—Le informa Karl, al chófer.

—Entendido—Se pone en marcha.

—¿No tienes frío?—Mael abriga el cuerpo de su esposo.

—Mucho, me sentiré mejor si te sientes aquí—Palmea su regazo. Sube la ventanilla de enmedio del auto.

—Solo por hoy voy a recompensarte, porqué hicistes un buen trabajo—Subio.—Te veías tan caliente balanceado ese tubo.

—Trabajare más diligentemente para seguir recibiendo más recompensas—Cubre el cuerpo de Mael, con su mismo abrigo. De esa manera parecen una gran bola de nieve.—Tu te veías más seductor—Besa la mordida en el cuello de Mael.

Mael permitió que el alfa, tocará todos los lugares que quisiera tocar. Él disfruta con placer las caricias provenientes de su esposo.

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