capitulo 30

Vine lo más rápido que puede, por el simple hecho de que su voz se escuchaba ansiosa, pero desde que llegué a esta cafetería no ha dicho ni una sola palabra. Solo está ahí sentado viendo a la nada.

Al principio me sorprendió que me haya citado a esta cafetería cercana al área de videojuegos del centro comercial de mi familia, administro por mi madre. Karl odia estar cerca de éstos lugares, dice que los niños son muy ruidosos.

—¿Me dirás que pasa?—Disuelve el azúcar en el café—¿Le sucedió algo a Mael?—Sus ojos azules se ponen ansiosos.

—Es sobre eso de lo que quiero hablar—Su mirada busca algo ahí afuera.—Me gusta—En estos momentos sus ojos encontraron lo que estaba buscando.

La mirada de Karl está en Mael quién juega un videojuego virtual junto a Claudio y un adolescente más, ese era Camilo el amigo de Claudio.

El alfa adolescente quería un momento con su hermano mayor, pero Camilo llego sin previo aviso. No le toco de otra que invitarlo.

Pero el de ojos dorados no veía a nadie más que no fuera el sonriente omega que sostiene un arma para dispararles a los zombis. Mael sonreía de esa manera porque a sus ojos, esos zombies tenían el aspecto de las personas que más odia con toda su alma.

—¿Quien te gusta?—No había terminado de entender.

—Me gusta mi esposa, quiero que Mael me vea de manera diferente, no como su jefe el cual tiene aguardo su dinero....

—¡Cof, cof!

Por poco y termina quemando su garganta, karl le soltó esa confesión justo cuando estaba por sorber un poco de café.

—¿Desde cuando? ¿Que pasó con el amor que le tenias a Cade? ¿Que te hizo ver de diferente manera a Mael?

Tengo que sentir lástima por mi mejor amigo o felicidad porque por fin dejo ese irracional primer amor de hace años atrás.

—No sé en qué momento exacto caí por sus toscos e adorables encantos—Hasta cuando pide dinero a cambio de algo me sigue parecido lindo—Sobre Cade, medi cuenta que desde hace mucho dejé de sentir algo por él, necesitaba verlo para darme cuenta que solo me aferraba a unos sentimientos vacíos de hace años.

No quería aceptar mis sentimientos por Mael, él es una persona muy difícil de tratar, nunca se en que está pensado o cuando habla encerio y cuando no. Tiene sus sentimientos y pensamientos bien aclarados. Sabe muy bien cual es su objetivo y no lo pierde de vista, y si por un momento vacila, en ese mismo momento vuelve nuevamente en sí.

Es por ese motivo que no quería aceptarlo, si lo aceptaba era como tragar lo que escupí una vez hacia arriba, era yo, quién hablé de manera arrogante sobre no enamorarse de mí. Pero mirarme ahora aquí, sumamente derrotado por esos preciosos e indiferentes ojos color lila.

Perdí contra mi propia mentira, perdí mucho antes de que me diera cuenta. No puedo seguír mintiendo sobre lo que siento por él, pero tampoco puedo confesarlo porqué sé, que me verá fríamente con esos ojos que tanto me gustan. No quiero que se aleje mucho antes de poder tener una oportunidad...¿En verdad tengo tal oportunidad?

—Esto es una gran sorpresa, no puedo creer que seas la misma persona de hace casi dos meses atrás. Te estás tragando todo lo que escupió tu boca—Desde ahora tendré más cuidado a la hora de expresarme.

—Ya lo sé—Es bueno tener un amigo con el cual desahogarme, otra vez le toca escuchar mis inquietudes.—Eso es lo más frustrate, me estoy volviendo estúpido—Afloja su corbata—Me vuelvo idiota cuando lo veo y no logró controlar mis emociones, no quiero que él lo noté. No quiero que se entere.

—Te entiendo—Se recuesta en la silla—A los ojos de Mael, solo eres la caja de seguridad del banco donde aguarda su preciado dinero.

—“No lo sabía”—Frunce el ceño con molestia.

—Es la verdad, no te enojes por eso— También quería verlo molesto, es agradable verlo tan abatido—Pero dejado eso de lado. Mael no muestra su verdadero yo, lo que nos muestra es una personalidad que creó para que nadie lo lastime.

—Asi que, tu también te has dado cuenta de eso—Creí ser el único y eso me hace sentir más molestó. No quería que nadie lo supiera aparte de mí, pero Don a puesto mucho interés en Mael....—¡Te gusta Mael!—Su ojos se tornaron oscuros, Don se cubrió la nariz.

—¡Tranquilizarse! Estamos en un lugar público, deja de esparcir tus apestosas feromonas. No quiero tener las miradas de las personas en nosotros. Y no, no megusta Mael de la manera en la que estás pensando. Lo veo más como un hermanito menor.

Es sorprendente como unas cuantas palabras pueden hacerlo cambiar de expresión tan rápido, de verdad que está perdido.

—¿Te hubieras rendido si dijera que sí?—Pregunta con curiosidad.

—No—Lo ve fijamente—No lo haría, lucharía hasta el final.

—Es agradable de que no sea así.

No quiero tenerlo de rival porqué perdería. A Mael le agrada mucho el cuerpo y aspecto de Karl, pero no sé lo diré. Que lo descubra por si sólo....¿Por qué mira tanto en esa dirección?

Don llevó su mirada en esa dirección izquierda solo para ver a la persona de la que estaban hablando, entonces entendió el por qué Kael, lo invitó a ese café.

—¿Lo estás espiando?—Preguntó molesto.

—No lo hago—Afloja aún más su corbata—Se te olvidó que en este lugar se iba a firmar un comercial de belleza dirigido por unos de los directores de nuestra empresa.

—Y tú, quién solo sales a supervisar cuando en verdad es necesariamente, tuvo que venir exactamente hoy, justo el día que tú esposa sale con su hermano—Arqueo una ceja.

Es más que obvio que vino a observar a Mael, este idiota no miente cuando dijo que no podía controlar sus emociones.

—Ve con él.

—¿Y si pregunta del por qué estoy aquí?—Cuando me volví temeroso, solo debería ir e actuar arrogante como suelo serlo.

—Dices la mismas excusa que me acabas de dar en este mismo momento.—Se cruza de brazos.

—No. No quiero interrumpir su día con mi cuñado... iré—Cambio de parecer cuando sus ojos vieron a una persona conocida uniéndose a la diversión de ellos tres.

—¿Que te hizo cambiar de opinión?

—Alden, ese tipo a acaba de llegar—Se levantó de la silla—Nos vemos después.

—Voy contigo—Don lo siguió.

Sus guardaespaldas al ver que sus dos maestros se alejaban del lugar, ellos tuvieron que seguirlos muy de cerca para evitar cualquier peligro.

—Tiempo sin verte—Expreso Mael.—Me enteré que fuistes al aeropuerto, me disculpo por no verte saludado—Sigue intentado sacar un muñeco de la máquina, Claudio y Camilo ya llevan dos.

—Era entendible—Sonrío al ver la pulsera en la muñeca de Mael, la que le regaló por la boda—¿Ya estás mejor?

—Sí.

¡Demonios! ¿por qué es están difícil sacar ese lobo negro de ojos dorados o el sol? Lo estoy intentando desde hace ratos.

—Gracias por el obsequio de boda, me gustó mucho.

—Me da mucho gusto que te haya gustado.

La escogí especialmente para ti, quería que tú muñeca se viera aún más hermosa de lo que ya es. Que cuando la vieras te acordarás de mí.

—¿Que te sucedió en el labio?—Se exaltó.

—¿Eh, esto?—Toca su labio—Un perro negro de ojos dorados y filosos colmillos e intentó comerme.—No estoy mintiendo, en la mañana intento devorarme.

—¿Un perro....?

—¡Mierda, otra vez perdí!—Quería destrozar esa máquina.

—Hermano, no te apresures cuando ya lo tengas sujetado—Claudio ya iba por el tercero.

—Encontrarle el truco, todas las máquinas tiene uno—Comenta Camilo.

—¿Quieres que te enseñe como hacerlo?—Se posiciona detrás de Mael—En mi adolescencia era muy bueno en esto.

—¡Un joven maestro como tú, salía a divertirse como un niño normal! Es muy difícil de visualizar. Agradezco tu ayuda pero....¡Karl!—Mael se sorprendió al ver que, detrás de él, estaba Karl en vez de Alden.—¿Que haces aquí?

Por poco salto de lo sorprendido que estaba, encontrarme con Karl, es lo menos que me esperaba. Según yo, él seguía en la empresa trabajando arduamente, ganado mucho dinero.

—Su empresa está realizando un comercial de belleza, Karl vino a supervisar que todos lo estén haciendo bien—Ayudo un poco a su amigo.

La mirada de Don se encontró con la de Alden, ambos se tensaron un poco, pero luego de sus miradas salen chispas.

Tanto Claudio como Camilo se miraron a los ojos para luego sentir en acuerdo, ambos se habían dado cuenta de lo que realmente sucedía ahí, y más la mirada de Karl en Mael.

—Entiendo, entonces sigan su camino.

—Ya termine—Se cerca a Mael—¿No les molesta si me quedo un rato?—Desde hace ratos siento que está corbata me está molestando, hace mucho calor.

—No—Responde Camilo en vez de los demás—Yo iré con Claudio por unas bebidas, tenemos mucha sed—Deliza su mano por el hombro de Claudio—Primo, cuida de nuestros peluches.

Claudio no quería ir, pero su amigo se lo llevó casi arrastras, Camilo entendió más rápido las intenciones de Karl. Pero con respecto querer bebidas, eso no era mentiras, y aprovecho el momento para sugerirlo.

—¿Por qué estás molesto?—Frota con el pulgar e índice el ceño fruncido de Mael.

Alden apreta sus puños, hace de todo para no mostrar sus celos en su rostro. Pero eso no pasó desapercibido para él perspicaz Donovan.

—Ya perdí la cuenta de cuántas monedas se ha tragado esa máquina—Lo dice con irritación—Perdi mi precioso dinero—Susurró.—Pero no quería dejar ganar a esa cosa—Quiso alejarse del alfa, pero Karl no lo permitió.

Karl intentó de todo para no reírse, a sus ojos, Mael se veía muy hermoso cuando se lamenta de la perdida de dinero.

—Te daré más—Puedo ver cómo ese color brilla—También te ayudaré a recuperar todas esa monedas perdidas con peluches de felpa.

—¿Puedes?...Alden también se ofreció a enseñarme.

—¿En serio?—Fulmino con la mirada a, Alden—El puede enseñarle a Don. Él si es muy pésimo.

—Estoy bien—"Que gran amigo"—Yo iré por allá—Señalo el puesto de dulces—Vamos—Jalo al otro alfa. Sintió pena por esa mirada que tanto intento esconder.

Karl giro con cuidado el cuerpo del Omega, deliza sus manos sobre las de Mael, este se estremeció un poco. Está acción le hizo recordar lo de hoy, en la mañana.

—Solo dejarme guiarte—Hablo normalmente, pero esa voz secar del oído de Mael, fue muy seductora para el Omega.

Si dejo guiarme por el alfa que sostiene mis manos, ¿sería confiar en él? No puedo confiar en nadie de este lugar, ni en Don, quién tiene la apariencia de mi hermano mayor, ¿Por qué confiaría en Karl?

—No es....

—Por favor—Suplico—No voy a lastimarte, solo por un momento puedes darme el beneficio de la duda.

—No se de qué estás hablando—¿A qué vienen esas súplicas?

"Darle el beneficio de la duda, se por todo lo que haz pasado. Por unos segundos solo olvídate de ese pasado" ¡Estás de su lado! "No, solo te estoy ayudando a decidirte para poder obtener esos peluches que tanto querías."

Mael suspira profundamente, nuevamente vuelve estar en conflicto. Para él es muy molesto en sentirse así, pero para quitarse esa molestia. Se dijo así mismo que todo lo que sea por vengarse de esa máquina.

—Está bien—Dejo caer su cabeza en el hombro de Karl—Si en el primer intento no saco ese lobo de ojos dorados, el beneficio de la duda terminara en ese momento.

—Bien—Sonrío.

Karl comenzó a mover con gentileza las manos de Mael. El Omega no sabía si su corazón palpitaba ansiosamente por el lobo atrapado o por la respiración de Karl, calentado su frío oído.

—¡Siii!—Dio la medía vuelta—¡Lo logramos!—Da pequeños saltos emocionado.

El alfa se quedó idiotizado viendo esa sonrisa más que solo genuina en los labios de Mael, está tan emocionado como si hubiese recibido un millón de dólares.

—He recuperado mi primera moneda, hoy vamos por el sol.—Vuelve a ponerse en la misma posición de anteriormente.

—Vamos por sol.

De manera inconciente beso la mejilla de Mael, cuando vino a reaccionar esperaba que el Omega le dijera algo, pero no fue así. Mael esperando que el alfa vuelva a tomar sus manos.

No hay nada mejor como ganar, aunque no quiera los demás peluches a parte de sol y el lobo, no pienso dejar los demás. Esa máquina a tragado muchas de mis monedas y como este alfa está de buena gente, lo haré que los recupere con su propio dinero.

Mientras ellos se diviertan jugando con esa máquina, las personas que los reconocían discretamente les tomaban fotografías, se emocionaban mucho el verlos de esa manera. Solo marcello es quien tiene una expresión fea, Naomi disfruta ver ese rostro fruncido y molesto.

—¿Karl?—Camino hacia él—¿Desde cuándo te gustan estsos juegos?

Él alfa instintivamente miró fijamente a marcello, esa fría mirada le indicó que había cruzado la línea y está vez no estará a salvo de su irá. Pero está vez el guardaespaldas en verdad no tenía nada que ver, no le había dado ninguna información a Cade.

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