capitulo 28

Estoy tan cansado, ya olvide cuándo fue el último día que logré cerrar mis ojos por un largo tiempo. Desde que tome la corona y este asiento del emperador. No he vuelto a tener un día solo para mí, dónde pueda respirar un poco de aire o ver las flores del jardín. Tampoco es como si el aire me ayudara con todos estos problemas.

—Su majestad, descansé un momento—Deja una taza de té en el escritorio—Sus ojeras no podrán ocultarse con maquillaje.

Sigue viéndose atractivo e imponente sin importar las ojeras que esconde bajo esa capa de maquillaje, esa mirada lila es tan preciosa.

—No tengo tiempo para eso—Sigue revisado los documentos, le hacen falta dos torres de papeleo que revisar.—Falta poco para entrar a verano necesito organizar y dividir las raciones de comidas para las personas de más bajo recursos.

—Sobre eso, no debe de preocuparse. La Emperatriz ya se hizo cargo sobre ello.

—Mi Emperatriz es muy diligente—Deja la pluma hacia un lado, apoya su cabeza en el respaldo de la silla—Ella me ayudado mucho, las personas también la admiran. Admiran su bondad e amabilidad.

—Su majestad, ¿Puedo preguntarle algo muy personal y un tanto fuera de lugar?

—No pidas permiso y solo dilo eres mi asistente, confidente y mi mano derecha. Tienes libertad para hablarme sin honoríficos.

El joven de cabellos rubios y unos hermosos ojos verdes, sonríe disimuladamente. En su mirada puedes ver algo mas que solo admiración por su emperador, solo que trata de ocultarlo con todas sus fuerzas.

—Está por cumplir tres años de casados con su majestad, la Emperatriz.—Apreta sus puños—¿No cree que ya es hora de que tengan un hijo?

—Crees que no lo sé—Cierra sus ojos con cansancio—Lo he intentado un par de veces, el tener una agradable noche con ella. Pero, no puedo. A mis ojos ella es una gran amiga, no logró verla de otra manera y eso impide que mi cuerpo reaccione.

En su momento me cuestione si de alguna manera yo, tenía atracción sexual por el mismo sexo, algo que está muy mal visto por el imperio. A eso le llaman una enfermedad o que estás maldito por la oscuridad, que debiste de desobedecer a Dios.

Pero no, tampoco tengo interés en los hombres. No hay tal sensación de deseó o algo más cuando veo un cuerpo desnudo. Con mucho temor fuí a un lugar de esos donde puedes disfrutar de los placeres carnales, quería salir de dudas, fue un gran alivio de que no fuera así.

No sé que hubiese hecho sí resultaba lo contrario, no lo tomaría de la mejor manera. Eso le causaría mucho conflicto.

—Pero por el bien de la Emperatriz, debe de poner más esfuerzo. Ya qué si no hay un heredero esos animales dieran que hay un problema con ella o usted y querrán poner a alguien en el puesto de reina o derrocarlo a usted.

—Me estoy arrepentido de verme convertido en emperador—Abre sus ojos, son muy fríos—Aveces me preguntó que sería de mi vida si hubiese huido de las ambiciones de mi madre y la maldad de mis hermanos. ¿Hubiera sido feliz?

—Mael....

—Su majestad. La Emperatriz está entrado—Las puertas del despacho fueron abiertas.

El asiente del emperador no logró terminar de hablar. Baja su cabeza en respeto a la elegante Emperatriz. Su aura es tan cálida al igual que esa expresión dulce en su bello rostro de porcelana.

—¿Que te trae por aquí, mi Emperatriz?

—Solo quería ver a su majestad—Sonríe dulcemente—¿Que le parece si damos un paseó por el jardín? El clima está agradable, las Flores están empezando a florecer.—Camina hacia él—Descansa un poco—Con sus dedos frota suavemente las ocultas ojeras.

—Está bien—Se pone de pie—Vamos. An, te encargo esto por un momento—Señala los documentos.

—Disfrute su tiempo libre. Yo, me encargaré del resto—Mira a la Emperatriz—Gracias—Susurró.

Él le había dicho a la Emperatriz que viniera por Mael, no podía seguir viéndolo ahogado en un sin fin de trabajo. El emperador no podía estar quieto por un buen rato, era como si quisiera llenar un vacío con los problemas del imperio.

Carol tenía razón, el clima está estupendo. Las flores huelen muy bien, pero sigo sintiéndome perdido. Hay una sensación extraña en mi pecho.

—Carol, ¿Que es lo que amas de mí? ¿Cómo sabes si eso es amor?—Pregunta a la vez que se detiene enfrente de las hortensias, con las cuales se identifica. Ya qué tienen un significado de soledad.

—Amo todo de ti, hasta tus gustos como disgustos. Al principio no lo sabes, pero con el tiempo lo vas descubriendo. Empiezas extrañarlo sin importar que hablaron hace unos segundos, tu mente se va llenando de solo pensamientos sobre esa persona, te emocionas cuando te mira o te dedica una sonrisa. Hasta el punto donde no puedes de imaginarte un día sin estar junto a él o ella.

Carol decía esas palabras con una gran sonrisa en sus labios mientras veía la expresión neutral del emperador. Esté tiene la mirada fija en las hortensias.

—Eso suena muy complicado como peligroso, entregar tu mente y corazón a una sola persona es una muerte asegurada—Mira a Carol—No creo que pueda sentir eso por ti, mi Emperatriz. Mi corazón ha estado muerto desde hace mucho tiempo.

—Como lo dije anteriormente, no me voy a rendir. Esperaré a que me ames—Lo toma de las manos.—Estoy segura que me ganaré tú corazón antes de que aparezca él. Yo te conocí primero.

El viento soplo con furia, los grandes cabellos plateados son elevados por los aires. Impidiendo que el emperador escuchará la confesión de Carol, la Emperatriz.

—¿Qué?—Pregunta confundido.

—¿Por qué tienen que gustarte sus ojos? Si quieres puedo volverlos del mismo color, ese dorado que tanto te gusta.

—¿De que estás hablando? ¿Que tiene que ver el color dorado?

—Ese color es quien te hará perder tanto la cabeza como el corazón...

Otra vez soñado con mi primera vida, ¿Por qué ahora? Durante mis largas años de vida, rara vez soñaba con mi primera vida, las pesadillas que siempre me han torturado han sido las de mi tercera vida y las demás.

Mael abre muy lentamente sus ojos, solo para encontrarse con un escalofriante escenario, que para él es muy aterrador. Está oscuro, al parecer Karl apagó la lámpara de noche.

El Omega se volvió tensó, su corazón empezó a latir rápido y tan ruidoso como un tambor. La respiración se está volviendo muy pesada, quiere mover sus manos pero no lo logra, hay miles de escenarios en su cabeza. Uno de ellos, es cuando está siendo torturado en una oscura habitación.

Su rostro está comenzando a sudar de manera a normal, Karl frunce un poco su nariz, el olor a desesperación está invadiendo su olfato. Aquellos ojos dorados se abrieron de golpe. Causado preocupación y a la ves un tremendo miedo al escuchar los Jadeos y tos reseca que salía de los labios de Mael.

—¡Mael!—Enciende la luz—¿Que pasa?...—Su expresión se volvió horrible al ver la sangre que escurría de los labios y palmas de las manos del joven, que está acostado en la cama, un tanto desorientado.

Al ver la luz su desesperación se fue calmado gradualmente, esa mirada color lila se había tornado un poco roja. Esos recuerdos eran los que más quería olvidar, el su quinta vida fue secuestrado, cuando vino s recordar sus vidas pasadas, fue entonces cuando pudo liberarse. Pero, las torturas se quedaron gravas en su alma.

—No intentes respirar rápido porque solo se volverá mas asfixiante—Lo sostiene de la mano—Hazlo despacio, nadie te va persiguiendo—Habla lo más relajado que puede—Cuidadosamente impacta su frente sobre la de Mael.

Esos ojos dorados están tan cerca de los de color lila. Ambos se miran fijamente sin parpadear, Mael sintió una cálida sensación invadir todo su ser, era como si un ladrón está intentado llegar a ese lugar para robarle su corazón y hacerlo arder en felicidad o dolor.

—¿Mejor?—Susurra con un tono preocupado—¿Llamaré al médico?

—N-No—Respondio.

—¿Eh?—

Mael había subido arriba de Karl, su mirada es tan filosa. Por razones desconocidas, eso causó una sensación extraña en él. Tragó grueso mientras su mirada observa la parte descubierta del pecho de su esposa.

—¡Cómo te atraves a pagar la lámpara!—Apreta con fuerzas el miembro de Karl.

—¡Uhg!...¿De que hablas?

—¡Te lo advertí ese día en Bira, Bira.—Lo toma por el cuello de la pijama—Te lo dije! ¿Cómo pudistes olvidarlo?

El corazón de Karl, se estrujó al ver la expresión de Mael. ese color lila está cristalizado sin que, el Omega se de cuenta de ello.

—Pero, veo que no pusiste la suficiente atención. No es tu culpa, fue la mía por decírtelo mientras hablabas con él—Se baja de Karl y de la cama, toma una almohada. Camina hacia la puerta.

—Mael...

—Dormiré en la habitación de a lado, no tengo ánimos de compartir la cama ni mi espacio personal contigo—Sale de la habitación.

Te daré una advertencia—Acomoda sus cosas en la cama.

—¿Sobre que?—Toma asiento, mira el celular en su mano. El cual estaba vibrado.

—No apagues la lámpara junto a mi cama, sin importar que me haya dormido. ¿Entendiste?

—¿Por qué? A mí me molesta la luz, no puedo dormir si no está apagada.

—No es porque me guste, solo te diré esto una vez—Suspira un par de veces antes de decirle el motivo.—No me preguntes el por qué, pero no me gusta la oscuridad, me hace sentir asfixiado....

En el momento en que Mael le estaba confesado algo importante, Karl había respondido la llamada. Mael no quiso repetirlo y creyó que él alfa había escuchado ya qué, este asintió con la cabeza. En todo el transcurso de la luna de miel, no apagó la lámpara porque habían dividido las habitaciones para no verse el uno al otro.

¿Cómo puede olvidarme de eso? Soy un imbécil—Caye sentado a la cama.—Debió ser terrorífico el sentirse perdido en la oscuridad y no poder moverse..

¿Que hubiese pasado sí no recuerdo? Seguiría así, de asustado y recordado algún trauma. ¿Ese miedo se debe a eso?

Karl recordó que Mael se había lastimado los labios y las palmas de las manos. Fue por el botiquín a su walking-Closer. Salió de la habitación, tenía que curar al Omega sin importar que lo golpe por desobedecer sus deseos.

—Mael—Entro a la habitación.

—Dije que no quería verte, ¿Eres sordo?—Esta arropado con la frazada con la espalda hacia la puerta—Vete antes que rompa tu cara.

No me iré hasta que desinfecte tus heridas—Se sienta en la cama—Déjame ver las palmas de tus manos.

No quiero, lo haré mañana. Tengo sueño—Sigue sin darse la vuelta.

Lo lamento, lamento haber apagado la lámpara de noche.

—Ya no importa, ahora vete—En verdad tengo mucho sueño, apenas son las dos de la mañana. Mis ojos se siente muy pesados como para preocuparme por estas pequeñeces.

—Agregare mil dólares más a tu cuenta...

—¡Dos mil!—Se giró. Haciendo contacto visual con esos ojos dorados—Mil por cada mano—Muestra sus palmas.

—Bien.

Al tener su rostro inclinado hacia abajo, Mael no vio la sonrisa en los labios del alfa. Limpió las manos del Omega con sumo cuidado, tenía temor de lastimarlo o causarle incomodidad.

—¿Por qué le temes a la oscuridad?—Pregunta con cautela, aunque sabía que no le respondería. Bueno, es lo que él creía.

—Es complicado de explicar—Bosteza, sus ojos están empezando a cerrarse—He vivido tanto pero sigo sin poder superar ese miedo...¿Cómo superar vivir toda una vida en oscuridad y siendo torturado constantemente hasta que pierdes la sensibilidad? Es imposible. Y aunque me haya vengando despiadadamente, las secuelas son difíciles de olvidar.

Karl no entendía del todo las palabras de Mael, pero la furia en él, creció inmensamente al escuchar tortura. Pero tenía algo bien en claro. Él quería destruir todos los miedos, preocupaciones y los fantasmas de ese pasado que persiguen a Mael.

—¿Puedes contarme más sobre tu vida? Todo lo que sé de ti, al parecer no es la verdad...Está vez no voy a olvidar nada... ¿Mael?—Levanta su rostro, solo para ver a ese hermoso joven bien dormido.

¿Cuando volverás a tener la guardia baja para poder penetrar tus escudos? Por un momento tuve la oportunidad de poder adentrarme a ese espacio que mantienes protegido. Lastimosamente te quedastes dormido.

—Mmm—Frunce el ceño al sentir lo húmedo del algodón en su lastimado labio. Karl no quería despertarlo por lo que se detuvo.

—Descansa y nuevamente lo siento—Rozó sus labios por unos segundos con los del Omega.

No iba a dejar que durmiera en esa habitación, lo levanta en sus brazos para volver a la de recién casados. Estando ahí. Karl deja con cuidado al Omega. Antes de subir a la cama enciende la luz de toda la habitación, pero dejándola un tanto tenue.

Acomoda la cabeza de Mael, en su fuerte abrazo. Cuando llegará el amanecer lo tendrá dormido, pero no le importo mo iba a desperdiciar ninguna oportunidad que le permita estar así, de serca a Mael.

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