capitulo 2

El frío que entra por esa vieja ventana no me deja dormir cómodamente, es como estar allá afuera recibiendo esa tormenta de nieve qué pinta todo de blanco.

No me quedó de otra que levantarme a preparar algo caliente para cuándo despierten ellos, Claudio está a tres semanas de salir de la secundaria, y entrará a las secundaria avanzada, necesita estar lúcido para pasar los exámenes que realizará.

Que valga la pena todos los esfuerzos que su hermano realizó para que tenga un futuro con muchas oportunidades de tener un mejor vida que está.

Mael prepara unos panqueque y café, a la vez que lee el libreto, era cosas de como “disque se habían conocido con Karl y había surgido su dulce amor”

Ni siquiera lo conozco y tampoco me interesa, pero tengo que actuar como si de verdad estuviera loco por el, ni modo tendré que poner mis ojos brillantes cuando esté enfrente de mi futuro suegro. Todo por el bien de mis millones.

Mi vida ha sido un farsa desde hace décadas, actuar que amo a alguien no es problema para mí, soy tan bueno actuado que nadie sabría cuál es la verdad y que es mentira.

Mael se volvió a imaginar que nadaba en dinero, su gran sonrisa en sus labios es hermosa, resalta ese hoyuelo en su mejilla derecha pero lo más hermoso esa esa mirada color lila, es tan hipnótica.

—Hermano, ¿Ya estás despierto?—Froto sus ojos.

Claudio es muy diferente a Mael, el adolescente alfa tiene un bonito cabello cortó castaño. Sus pestañas son completas, gruesas y tupidas. sus grandes bonitos zafiros son de un color verde intenso, ragos distintivos, ver a Claudio es como estar viendo a su madre. Y ver a Mael es como ver a su difunto padre.

—Si, ve a lavarte la cara y los dientes para que vengas a desayunar—Apago la cafetera, acomodó cuatro panqueque es cada plato, les puso miel y unas fresas.

Puso el libreto en su bolsillo trasero, comenzó a poner los platos en la mesa.

—Ire enseguida, primero despertaré a mamá.

—No, déjalo que siga durmiendo, mejor arroparlo con una frazada mas peludita—Sirvio las tres tazas de café.

—No es necesario ya desperté.

—Mamá, todavía es luego. Debes de dormir un poco más—Mael le puso un abrigo.

—Estoy bien, hijo—Se acercó a la mesa—Darte prisa, Claudio.

—Si—Corrio al baño, lavo su cara. Limpio sus dientes, volvió a la mesa—Ya estoy aquí.

Los tres comenzaron a desayunar panqueque, aunque esa pequeña casa es andrajosa y el frío se cuela a todo el lugar, ellos eran felices compartiendo un momento así de agradable.

La verdad no siento nada por esta familia pero tengo que ver por su bienestar, voy a ponerlos en una nueva casa, cuando ya estén bien protegidos y sin que nadie que los moleste. Yo me voy a marchar.

Con eso cumpliré los deseos de este cuerpo, es lo menos que puedo hacer después de tomar posesión de el.

Al terminar mi matrimonio y me divorcie me voy a comprar una isla lejos de las personas, quiero vivir en un lugar donde no tenga que convivir con nadie, sere un ermitaño, solo comeré, dormiré, comeré y volveré a dormir hasta que muera.

¿Podré gastarme todo ese dieron en cinco años? ¿En esta vida volveré a vivir solo 30 años? No lo sé, tampoco le tengo miedo a la muerte.

Mael un joven de 25 años ya había visualizado cómo sería su vida después de que termine el contrato, tenía muy clara sus mentas, y eso era irse muy lejos todo el mundo.

El corazón de Mael, está Muy dañado. Para el el mundo solo es un lugar al que está encadenado por la fuerza, una cárcel que no lo deja escapar por más salidas que el haya intentado crear.

Toc, toc, toc.

—¿Quién toca la puerta a las seis de la mañana?—Preguntó Alin.

—Ire a ver—Comento Claudio

—No, quedarse donde están, iré yo.

No vaya hacer de nuevo esa Vieja porque no se librará de lo que haré. Abrí la puerta.

—No Compro lo que venden, y soy ateo...¿Que hacen aquí?—Era el mismo nerds y ese guardespaldas que parece un oso.

—Buenos días Joven Alaya, perdone nuestra repentina interrupción pero le llamé y no contesto mis llamadas—Acomodo sus lentes.

Venimos hasta aquí ya qué teníamos miedo que se haya arrepentido y huido, aunque aún no le damos el dinero pero este joven es muy complicado.

—¡Oh! creó que se está cargando, no lo sé—Peino su cabello hacia atrás—Hablaremos cuando termine de desayunar, ¿Esperan aquí a fuera o entran? ¿Decidan?

—Entraremos—Hablo el nerds, el frío a fuera no es agradable.

—Buenos días, lamentamos la interrupción.

—No hay problema, disculpé si no me levanto a saludarlos—Hablo el Omega mayor—Soy Alin Alaya, mucho gusto.

—Estamos bien no se preocupe, Francis Gu. Y el es Marcello Gu, el gusto es nuestro—Se dieron un saludo de manos. Luego se sentaron en unos pequeños bancos que estan frente a la puerta.

¿Son hermanos? No se parecen en nada, uno es bueno fingido ser dulce y el otro es todo un volcán andante.

—Mael, ofrecerles algo de beber o comer.

—No es necesario madre, ellos no comen comida de gente pobre, crees que el cuerpo de ese sujeto lo mantiene a si solo por comer verduras—Apunto al guardespaldas.

Marcello frunció el ceño, era obvió que Mael tenia riña con el. No iba a dejar pasar tan rápido la manera en la que lo vió ayer.

—¡Mael no seas mal educado!—Reprendio su madre.

—Esta bien, por favor únanse a la mesa les serviré de desayunar—Fruncio su rostro, esa expresión decía no es una petición es una orden.

Iban a negarse pero esa sonrisa que no es sonrisa les hizo callar y se unieron a la mesa.

En verdad provoca tanto miedo como nuestro maestro, la primera vez que lo conocimos su aura era tan dócil, sin signo de maldad a su alrededor, fácil de manipular pero esta nueva versión es distinta, no sabes en qué momento te va a tacar si lo haces enfadar.

—¿Con azúcar?—Pregunté.

—Una cucharada, por favor.

&El mío que sea con dos—Respondió Marcello.

Mael le puso cuatro por no verle dicho por favor y porque aún no deja de verlo con despreció.

—¿Con quién de ustedes se casará mi hermano?—Solto sus feromonas. Ese olor a almendras con chocolate negro, son amargas.

—Con ninguno de ellos—Mael sirvió dos platos con panqueque y café—Mi futuro esposo prefiere espiar que verme de frente, TKS, aun ni nos casamos y ya descubrí su primer fetiche—Nego con la cabeza.

—Joven Alaya, deje de expresarse a si de mi maestro—Hablo Marcello—El es la persona más digna de este mundo, no voy a permitir que..

&¿Digna? Que chiste, que persona digna compraría una esposa. Tks si muy digna—Bufó Claudio.

Mael choco su Palma con la de su hermano menor, no quiera ofender a Karl pero es que ese guardespaldas no les caía nada bien.

__Joven Alaya, recuerde que aún podemos cancelar el contrato__Observo todo el lugar—Sus condiciones también podrían empeorar__Sonrio con burla.

—¡Marcello!—Mierda si este tipo sigue hablando todo el plan se vendrá a bajo—Callate—Joder, por eso no quería venir con él—Me disculpó, es solo que el admira mucho a mi maestro.

—No voy a poder llevarme bien con este tipo, creo que mejor será cancelar el contrato y buscarme un mejor prospecto, no importaba si es un anciano, si, creo que esa idea está mejor—Sonrio ampliamente.

Malditos es obvio que quiero dinero pero tampoco voy a soportar sus estupidezes, a demás fueron ellos los que me buscaron, mejor dicho casi me llevaron a la fuerza para disque háblar.

—Marcello no sabe de lo que habla, asi que no le presté atención, mejor aún, finga que no existe—Pisotee el pie de Marcello. Idiota gorila, que no ve que no hay tiempo para buscar otro Omega.

—No se qué trato hicieron—Hablo Alin—Tampoco puedo entrometerme en la decisión de mi hijo—Apreto el tenedor con impotencia

—Pero al menos espero que lo traten bien durante su estación en ese lugar, dígale a su maestro que aunque no se quieran no le haga la vida imposible a mi niño, después de todo fue el quién lo busco primero. Merece respeto sin importar qué este comprando el matrimonio, Mael acepto porque quiere lo mejor para su hermano y yo.

Alin tus palabras son tan profundas pero no podías estar más esquivado, principalmente acepté por mi bienestar, luego por ustedes ya qué se lo debo al anterior dueño de este cuerpo.

—El joven Alaya no pasara penurias, mi Maestro entiende perfectamente todo.

—Eso me tranquiliza un poco.

Después de esa chalar medió emocional, ellos comieron sus últimos pesados de panqueque.

¡Que demonios, esto está rico! ¿Que le podría? He comido muchos panqueque en restaurantes de renombre pero ninguno tan rico como estos, hasta la miel se sienten tan pura.

Francis quién no tenía hambre al principio devoro esos deliciosos panqueque como si no hubiera comido en años. En cambió Marcello estaba batallando en beber su café sin escupirlo, demasiado dulce.

&Muchas gracias, estuvo rico—Limpie mi boca con la servilleta de papel.

—El señor Gu tiene razón hermano, ¿cómo es que pusiste crear algo tan delicioso?—Mael siempre ha sido pésimo en la cocina.

—No me lavé las manos—Sonrio dulcemente, los demás a aparte de su familia, están consternados—Solo miren sus caras, ¿no saben lo que una broma?—Recogio los platos, Claudio las tazas, entre los dos los lavaron.

—¿Encerio es una broma?-—Preguntó Francis.

—Si, soy pobre pero con un sentido de la limpieza un poco obsesiva—Mintio, la verdad es que quería darles explicaciones de porque soy bueno.

—Entiendo—Suspire por un momento creí que era verdad, este niño es demasiado aterrador.

Arman alboroto por una simple broma ¿Acaso no comieron tierra cuando eran niños? Que tristeza.

—Joven Alaya, no quiero apurarlo pero debemos marcharnos—Comento Francis.

—Mael, vé. Yo terminaré de acomodar los platos—Hablo Claudio.

—Esta bien—Fui a mi habitación por el celular el que encendí porque estaba apagado, puse la cartera en mi bolsillo, tome el abrigo más nuevo, cuando digo nuevo me refiero que está sin agujeros—Regresaré más tardé.

—Ve con cuidado—Sonrio, pero por dentro esta preocupado.

—Mamà, estará bien. Mi hermano es más fuerte que cualquier alfa.

—Lo sé, pero su corazón puede volverse vacío.

Ya lo es, el corazón de Mael no bombea sangre, bombea sangre fría.

—¿A dónde vamos?—Abroche el cinturón.

—Ahora mismo a comprarle nueva ropa, sin ofender pero no puede conocer al señor Quinn en ese estado.

—Entiendo—Mael sacó el libreto, siguió leyendo esas palabras como si de un cuestionario para un examen se tratará—Me avisan cuando lleguemos, no me hablen.

Es un alivio que esté cuerpo tenga menté fotográfica, con solo leerla una vez puedo aprenderlas a la perfección. Solo espero que ese anciano no sea un dolor de cuelo.

                                                  [••••••]

Frente al espejo está un hombre con el aura de un emperador, su elegancia es distintiva. También se puede apreciar su piel de porcelana.

Su corto cabello es azabache. Sus cejas pobladas en forma de espada fueron cincelada con delicadeza y perfección, esas precisas largas pestañas son dos abanicos que se mueven de una manera seductora, ver sus ojos almendros es como estar viendo dos deslumbrantes lingotes de oro, ese dorado de sus pupilas es hipnótico. Nariz respigada tan fina como esos apetecibles labios.

Podías ver cuan anchos y sexi podía ser sus hombros, espalda, su fornido, poderoso, cuerpo, es tan seductor como caliente.

—Maestro ¿Esta seguro de seguir con esto?—Le ayudó a ponerse el saco negro.

—Ya hablamos de esto, Sebastian—Abrocho un botón de su saco—Solo será un año, si es por hacer feliz a mi abuelo estoy dispuesto a casarme con ese joven—Se puso un Rolex dorado.

—¿Que hay del Joven Jefferson?

—¿Qué hay con el?—Lo vio con una expresión más fría de lo habitual.

—Me disculpo—Hizo una reverencia el anciano mayordomo.

—Prepara todo, ellos no tardan en llegar. Iré a la habitación de mi abuelo—Salio de esa lujosa habitación.

Te gusta lo que vez, Eso fue lo que dijo cuando vio al espejo, dudo que haya sabido que estaba detrás. Deseguro solo estaba subiendo su narcisismo.

Solo será un año luego todo volverá a la normalidad, no quería casarme, mucho menos un Omega, lo bueno que tiene claro sus metas y por lo visto el amor es una de ellas y está bien, así sera más fácil de tratarlo.

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