capitulo 16
Mi maestro no a pestañado ni un momento, su mirada esta fija en Mael, este está rodeado por un montón de gatos, sonríe de una manera tierna. Cómo si el no fuera la misma persona de hace dos días, él que casi le saca los ojos a mi maestro, todo porque se comió esa dichosa minuta.
Pero lo que mi maestro esta viendo, no es a Mael. Si no qué a ese gato negro, su mirada lila es tan inexpresiva como la de esa persona que lo sostiene, no mentira si dijera que es la versión gatuna de Mael. Podría jurar que me mira con odio.
Eso no es lo importante, lo importante aquí es, que mi maestro no ha dejado de verlos desde que llegamos a este lugar.
Se suponía que su destino es el ir a nadar con los delfines pero Mael prefiero entrar a esta tienda que se especializa en verde ropa, solo que el dueño le encanta los gastos, tanto que comparte un espacio para que los clientes que traen niños, juegan con ellos.
¿Esta feliz? Mis ojos no me engañan, puedo ver cuánto disfruta de acariciar ese pelaje suave de esos animales, a ellos no les desagrada, quizás sea por el olor. Mael está dejado salir sus feromonas pero no aún punto que sea abrumador, son casi nula a esta distancia y eso que solo estamos a dos metros de distancia.
Quiero tocar a ese gato negro, él que tiene un parecido con la expresión de Mael. "Odió el mundo". Eso dice su mirada.
—Tomar una foto—Pone el gato negra juntó a su rostro, Karl no sabía que ojos ver, los dos son hermosos—Darte prisa—El gato también maullo con impaciencia.
Karl no le quedó de otra que sacar su celular y hacer lo que le están pidiendo, tomo tres fotos. Una cuándo veían la cámara, las otras dos, distraídos.
—Fue un gusto conocerte, Hades—Acaricia el pelaje negro, a Mael le gusta más esté, todo porque no tiraba pelo por más que sus manos lo toquen—¿Señorita?
—¿Si?
—¿No lo dan en adopción?
—¡No, lo siento! Nuestro jefe atesora a cada uno de ellos, nunca los daría en adopción.
Una lástima, quería llevarlo conmigo. Tenemos mucho en común, comer mucho por ejemplo.
—Entiendo—Son afortunados de ser amados, no puedo insistir en llevármelo—Nos vemos Hades, te visitaré durante mi estancia aquí—Se levanta del piso, pasa un objeto para quitarse la pelusa de su cuerpo.
Hades frota su pelaje en los tobillos de Mael, como quién dice; no te vayas, entonces las ganas de robarlo se apoderaron de Mael, solo que Karl, lo jaló suavemente del brazo antes de que cometiera una locura.
—Gracias.
—¿Y eso?—Esta confundido.
—Por poco y me lo robó—Suspiro.
Karl no sabía si sorprenderse o solo ignorar las locas ideas de su esposo, pero no podía solo ignorarlo, le es imposible ignorar lo que Mael hace. Es como si el Omega, fuera un imán que atrae la mirada de Karl, a su cuerpo.
—Deja de decir tonterías y vayamos al lugar donde deberíamos estar—Caminan por la acera de ese esas calles un poco concurridas.
—No quiero ir a nadar con delfines, ¿mejor hagamos ciclismo?—Mira la tienda que alquila bicicletas.
—¿Puedes?
—Claro que puedo—Lo toma de la mano—Es como caminar para mí—Cruzan la calle.
Karl no podía decir nada por la repentina acción de Mael, volver sentir su mano, causo fricción en su alma. El omega siento lo mismo pero para él, eso es algo que no le interesa, algo que no era digno de su atención.
A marcello no le agrada para nada en la manera que Mael, toma de manera irrespetuosa a su maestro.
—Queremos rentar dos bicicletas—Mira a Marcello—Que sean tres.
Mael extiende su mano, karl le entregó la tarjeta crédito para que cancele. Mael, ni loco iba a pagar con su dinero.
—Gracias, que disfruten su paseo—Entrega la tarjeta de crédito—A seis metros de aquí, se desvían a la derecha, esa calle te lleva a la cima de una montaña. La subida es difícil pero la bajada más fácil.
El joven empleado les entrego la bicicleta y un bolso equipado con agua y algunas proteínas, eso venía incluido con la renta.
—Me encanta lo difícil, es excitante—Sonríe coquetamente.
El empleado se sonrojo, era imposible no hacerlo. Mael lo dice de una manera que cualquiera pensaría que el doblé sentido va incluido.
Solo basto eso para que karl, sujetará la cintura de su esposo, y darle una mirada asesina al pobre empleado.
—Gracias por la sugerencia—Suelta sus feromonas—Bebé, te ayudaré a subir.
—Cuantas veces te he dicho que no me llames bebé en publico—Frota su cuerpo contra el del mayor—Cuando te diriges a mi de esa manera—Sonríe con maldad—Quiero cabalgar sobre ti mientras pones esa expresión y gim....—Karl cubrió la boca de Mael.
El rostro del alfa era todo un hermoso poema, su cuello rojo casi llegado al carmesí. Mael sonrió para sus adentros, luego pasar su lengua de manera obscena en la palma de karl.
Adorable, este cubito de hielo tiene una parte adorable, quiero molestarlo. Sigue llamándome bebé, y te haré ponerte peor que una remolacha.
Karl retiró su mano para llevarla tras su espalda, Marcello logró ver que estaba más que roja, su ceño se frunció por ese acto vulgar de Mael.
Lo que no sabia es que a su maestro, eso le había causado una emoción desconocida, para alguien que es muy puro tanto de mente como corazón, era como corromper su pureza.
—El perdedor le cumplirá un deseó al ganador.
Mael subió a la bicicleta, seguido de un alfa furioso por la pequeña vergüenza que le hizo pasar frente a casi dies empleados.
Mael no sabía que mañana la foto de él, abrazado a un tímido karl, saldría en primera plana. Con un título de "Me inclinó ante el señor Quinn, solo el puede lograr que un rotro frío se vuelva tímido. ¿Que le diría? No lo sé, no estuve lo suficientemente cerca para escuchar.
En este lugar sí habían personas que los reconocían y con ello su luna de miel ya no será tan discreta.
—Si vuelves hacer algo como eso—Karl rebasó a Mael—¡Te descontare dinero!—Advierte.
—¿Es así?—Vuelve a tomar la delantera
Los redondos glúteos y esas piernas se contraen a la hora de hacer movimientos, resaltando su firmeza como belleza. La mirada de karl no le obedecía y se iba justamente a ese lugar.
—Si tú, me tocas sin permiso cuando no es necesario hacerlo, tendrás que poner mil dólares a mi cuenta—Patalea rápido.
Ahora entiendo del porqué tiene ese cuerpo, han da en bicicleta como todo un profesional. Debió poner horas en ella, tanto que moldeó esas caderas.
Esto no estaba en su información personal, no decía nada de aficiones o disgustos, con el Mael que me casé, es una persona totalmente diferente, ¿quien es en verdad Mael Ayala? Ahora Quinn. No lo sé y tampoco debería de interesarme, pero tampoco debería estar aquí, subido en una maldita bicicleta. Suspirar.
Karl patalea más rápido para poder alcanzar a Mael, no iba a perder contra él como hace un momento, tenía que ganar esta vez, quitarse ese disgusto.
En cambio Marcello los sigue a una distancia donde pueda tomar fotos y vídeos que serían enviados al anciano Iker. Fotos de karl a Cade.
—Mi maestro está actuando de una manera extraña, en lo competitivo no me sorprende, solo que es más de lo usual, es como si en verdad quiere ganar y obtener ese deseó que se le ha prometido al ganador.
Marcello observa esa sonrisa en Karl, Sonrisa que había olvidado como era desde hace casi cinco años atrás. Karl en verdad se estaba divirtiendo por más que lo negara.
Eso no le gusto al guardaespaldas, no porque esta feliz, si no que es gracias a Mael. Eso es lo que no le agrada, para él la única persona que tiene que hacer feliz a su maestro, es Cade. Solamente Cade.
Mael sintió esa mirada penetrante en su nuca, con solo eso sabía que Marcello lo estaba maldiciendo en sus adentros, odia que alguien se atreva hacer eso.
—Karl, ¿puedes detener un momento?
—¿Que pasa?—Hizo lo que Mael pidió—¿Te lastimaste?
—Nada de eso—Acerca su rostro al de karl.
Lamento usarte para hacer enojar a tu maldito oso guardián, que le pasa todo a ese Cade.
Mael besa los labios de un alfa que transpira un olor a sudor y respiración agitada. Esta vez no tardo ni un segundo cuando movió sus labios con demanda, esto si tomo desprendido a Mael, pero ni aún así perdió la oportunidad de manosear al alfa que besa sin piedad.
Para mostrarle a Cade que no se meta con él o su alfa terminará comido por él. Mael dejo una mordida visible en los labios de karl.
—Mmm~
Había gemido sin poder evitarlo, ese pequeño sonido logró que Mael, quisiera llavarlo al límite pero se detuvo, sabía que si hacia enojar a karl, nada bueno saldría de eso.
Se que ese tipo llamo Cade, llama a karl casi siempre por videollamada, aunque rara vez le contesta. ¿Que cara pondrá cuando mire la sorpresa que le dejé en los labios de Karl? Tal vez así deja de joder, se que Marcello le pasa todo. Maldito lamesuelas.
—No te molestes—Se pone en marcha antes de que karl, lo tire de la bicicleta—Es para la foto que enviaremos—Sonrie con descaro.
Eso hizo que la última cuerda de autocontrol para su enojo, se rompiera. Karl estaba decidido a ganarle ha su esposo.
En esa desolada calle con una espléndida naturaleza, iban dos personas luchando en subir la última cuesta que lleva al centro de la montaña.
No puedo permitir que mi lingote de oro, gane este apuesta. Tengo que ganar yo, si permito que Karl gane. A ese alfa se le subieran los sumos y no lo voy a permitir.
Mael rebasó a su esposo pero no fue lo suficiente rápido para mantener su posición, por dos segundos más rápido, el ganador había sido Karl. Mael solo suspiró con molestia, pero no permitiría que este desagradable derrota, impidiera disfrutar de la vista maravillosa.
Hermoso, es por algo como esto que quiero vivir lejos de la civilización, para poder disfrutar de un aire limpió y apreciar de está vista hasta que muera.
—Maestro, tome un poco de agua—Marcello le entrega una botella.
—Mael.
Karl no la bebió en cambio se la paso a su esposo, Mael no la iba a tomar pero lo hizo, sonrió con arrogancia. Marcello solo apretó la botella que sostenía su mano.
—Gracias "Mi lingote de oro"
No tenía el aliento para responde a su sarcasmos por lo que lo deje pasar, prefería poner mis energías en recuperar mi aliento, así podré mojar mucho mejor mi garganta.
—Maestro, el joven maestro Cad...
—¡Mael, no te acerques más!—Karl ignoro a Marcello, camino hacia su esposo, está muy cerca del risco—Es peligroso—Lo toma del brazo, jalandoló hacia él.
—¿Estás preocupado por mí?—Mael fue conmovido un poco al ver la mirada sincera de Karl, mostraba preocupación.
—Si te pasa algo tengo que darle la cara a tu familia, eso seria algo tedioso.
Mael se alejó de Karl—¿Es así?—Da medía vuelta para correr hacia el frente, saltó.
—¡Mael!
Karl se quedó en shock con sus manos en el aire, recupero los sentidos. Corrió hacia la punta de ese lugar, su corazón latía a mil por horas.
El color dorado que se había vuelto rojo por la impotencia, se volvió a poner dorado al ver qué Mael estaba bien, que no era un risco donde podías quebrar tus huesos si caías.
¿Mi broma fue demasiado? Karl tiene una expresión que no puedo leer, ¿Me gritara? No debí jugar con Karl, este alfa no tiene sentido del humor. Quería vengarme por lo de hace unos días, pero creo que estuve muy mal.
—Me disculpo...¡Uh!
Mael fue abrazado por Karl, el cuerpo del alfa tiembla pero no sé sabía si por molestia o por otro motivo.
—¡Eso no es gracioso señor Quinn! Sabe lo que esto provoca o hace sentir a mi maestro, sus padres murieron....
—¡¡Marcello, cállate!!—Intenta alejarse de Mael.
¿Sus padres cayeron de algún lugar alto? Entonces no murieron de causas naturales.
—No lo sabía—Abraza al alfa—Encerio me disculpó...No quiera hacerte recordar nigún mal recuerdo—Pone más presión a la hora de abrazar la cintura del alfa.
¿Por qué siento que soy yo, quién lo está reconfortado en vez de él a mí? Esta dejado salir sus feromonas, es melancólico, eso expresa su olor.
Karl soltó las de él, marco a Mael más de lo que el podía imaginar, no eran solo feromonas de reconfortación.
Estaban pasado por un momento un tanto dulce y raro a la vez, solo que fue interrumpido por el sonido de un celular, ese era el de Karl.
Mael estaba a punto de mostrarle un poco de vulnerabilidad al alfa con el que se casó, ese sonido impido que el frío corazón del Omega, se descongele un poco, es más, se volvió más, y más frío.
—Estamos a mano—Suelta a Karl—Queria vengarme por lo de hace dos días—Vulve a subir con facilidad—Solo que no salió como quería, TkS—Camina hacia su bicicleta.
Karl mira el celular en su mano, apreta con furia, quería aplastarlo. En esa mirada dorada solo puedes ver irritación, enojó. Habían arruinado otro momento agradable con su esposo.
Nota🤍
Algo así me imagino a Mael, bien enojado 🥺 lastima que la aplicación no trae para crear en versión adulta, solo chibis. También me faltó el lunar bajo el ojo🥺
Quiero ponerla de portada ¿Que opinan?
Hecho por mi, su servidora. Yessi.A
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