capitulo 13

En la mansión Quinn de felicidad pasaron a sofocación, la atmósfera en la sala era nauseabunda, no porque oliera mal, no, es por lo pesado que se siente el respirar ya qué Karl y Caden solo se ven como dos enamorados pero que uno traicionó al otro.

Mael ya se había ido a vestir con ropa casual, el no se metió en la conversación, solo se sentó en las escaleras para disfrutar del chisme, pero antes le había dicho a Claudio que mantuviera ocupado al señor Iker, Claudio no preguntó el porque el solo obedeció lo que su hermano mayor pidio.

—Marcello me dejó entrar, Kal—Juega con sus dedos—¿No podía entrar?—Puso una mirada lamentable—¿Cómo es eso que te casaste?—Mordio su labio.

Ese tipo si que sabe actuar, sabe en qué momento poner esa mirada triste, yo lo hago por dinero pero soy sincero con ello, ¿Pero este tipo que querrá? Es más manipulador que yo.

—¿Por qué debería de interesarte lo que haga con mi vida?

—Kal, me hiere que me hables así. Se que me fui sin decir adiós pero no fue porque yo lo quise, quería llamarte solo que perdí mi celular con todo los contactos y no recordaba el tuyo.

Si Karl creé en esa mentirá en verdad está estúpido, cuando te importa una persona lo primero que haces es memorizar el número de celular por si algún día no llevas tu celular, también puedes anotarlo en una libreta.

—Eso no responde a mi pregunta ¿Que haces aquí?

—Venia a explicarte el porque me fui por ese largo tiempo, ¿Podemos hablar en otro lugar?—La mirada de Cade de fue directo al rostro de Mael.

¿Por qué es tan guapo? Un Omega debería de ser lindo, el es al contrario de lindo, es una belleza. Ese cuerpo es fornido, a los hombres les gusta las esbeltas figuras no alguien que parezca varonil, a Karl nunca le gustará su nueva esposa. Eso me hace tener ventaja.

Mírenlo dándome una sonrisa burlona, de seguro esta pensando que un Omega de mi calibre no podrá enamorar a Karl, pobre iluso. Si quisiera ya lo tendría lamiendo mis pies, pero no estoy interesado en enamorar a alguien solo porque si. No cuándo yo no siento nada por el.

—Esta....

—Señor Quinn ¿Esta bien?—Preguntó Marisol, para ella Mael tenía una expresión triste lo cual no era verdad.

Al escuchar eso, Karl giro su rostro solo para ver a un somnoliento Mael, luego vio su Rolex; ya eran más de las diez.

—Kal...

—Si, solo tengo un poco de sueño, no quiero decirle a nada a mi esposo porque parece que ese joven es algo de el.

—Mi señor—Marisol lo miró con tristeza—Solo es un amigo de su adolescencia.

¿Por qué está señorita me ve como si yo estuviera celoso? O herido. No lo dije de esa manera, solo quería que me escucharán y que terminen con esa conversación, está tardando demasiado.

Cade mordió su labio, su rostro se frunció un poco, Karl no le estaba prestando atención.

—Kal—Volvio a nombrar su nombre.

Espera si este tipo llamado Cade apareció eso significa que nuestro viajé será cancelado, no podré ir a Bira Bira. No puedo permitir eso, voy a ir a mi luna de mí, después de todo es gratis.

No iba a meterme en la disputa de estos dos pero si mi viaje peligra debo de enseñarle a ese tipo quién es el que manda en esta relación y lugar.

—Ve a llamar al abuelo, dile que ya nos vamos—Me puse de pie.

Ya les di suficiente tiempo para que hablaran pero solo se quedaron como estatuas mirándose a los ojos, como un par de imbéciles, aparte solo es un mes, después tendrán todo el tiempo de mundo para que arreglen las cosas.

—Mi lingote de Oro—con sus manos desde atrás abrazó la poderosa cintura de karl, logrado que se vuelva a estremecer—Ya es tarde, nuestro vuelo nos está esperando. ¿No puedes hablar con tu conocido después de nuestra luna de miel? Estoy casando, te di el espacio suficiente. Ahora vamonos.

¿Conocido? ¿Lingote de oro? Se está burlado de mi, pobre estúpido cree que Karl le hará caso, por eso vine directo a este lugar para detener la luna de miel. Si tan solo no me hubiera ido, yo sería el que llevará esas argollas de matrimonio.

—Kal, tu esposa tiene razón, podemos hablar cuando vuelvan, te estaré esperando—Sonrio con tristeza.

Esto me está causado náuseas creo que voy a vomitar, ¿el vuelo se cancela? TKS, que le podemos hacer. Este cubito de hielo esta loco por está urraca.

Suavemente Mael deslizó sus manos de la cintura de Karl, el iba a dormir tenía demasiado sueño para seguir de pie con ese par pero el alfa no dejo que se fuera, sujetó las manos de Mael en su cintura, logrado que el Omega se sorprendiera un poco.

—Bebé, lamento hacerte esperar—Se giró para ver a los ojos de Mael—Solo me sorprendió ver a un conocido después de unos largos años, ¿me disculpas por hacerte esperar?

—Si, solo si nos vamos ya, encerio tengo sueño—Froto su rostro en el pecho de Karl.

Tanto que se estremece este alfa, no le estoy haciendo nada obsceno, ¿Entonces por qué? ¿Será que es tímido aunque no lo aparente? Esto se está volviendo divertido.

Mael sonrio ampliamente, mueve sus manos de arriba abajo en la espalda de Karl, el Omega logro ver cómo las mejillas de Karl, se sonrojaron un poco. Esto hizo qué Mael quisiera mostrarlo mucho más.

Este maldito lo esta haciendo a propósito, ¿Por qué Kal no le dice nada? Se que están fingido pero no al punto de tocarse de esa manera. No creas que te la dejaré fácil.

—Kal....

—Mael, Karl, ¿Por qué no se marchan aún?—Marisol hizo lo que su señor le había pedido.

—Ya nos vamos abuelo, solo que mi esposo tuvo una visita inesperada, pero ya terminaron de hablar.

—Abuelo—Cade quiso abrazarlo pero Iker lo evitó.

—Joven Jefferson, ¿Qué hace aquí y a estás horas?—Francis se fue hace mucho, no creo que fuera el quien lo dejara entrar.

—Abuelo, solo quería darle mis felicitaciones a Kal, pero llegué tardé—Sonrio con algo de rigidez.

—¿Karl?—El anciano lo veía muy detenidamente esperando ver alguna emoción en el por volver a ver a Caden.

Pero no tenía oportunidad de pensar en otra cosa que no fueran en esas mano qué aún no dejan de manosear su espalda.

—El ya se va, abuelo. Sebastián, llevarlo a la salida.

—Si, maestro.

—Ya es de noche, abuelo es peligroso que deambule por las calles, que se quedé está noche. Después de todo es amigo de mi esposo.

Señor es demasiado amable, ¿Que pasará cuando se enteré que fue el primero amor de mi maestro?

Marisol miro con más odio a Caden, no queria que se quedará a dormir en la mansión Quinn.

—Mael, eres tan amable—Iker lo sujetó por los hombros—No seas tan amable ¿Si?

Esa es la idea, verme como un santo a los ojos de todas las personas, asi que cuando haga cosas malas, nadie creerá que yo soy capas de hacerlas.

—Lo tendré en cuenta, abuelo. Cuidé mucho su salud—Lo abrazo, ahora son con su familia—Claudio cuídarlos muy bien, tu también. Suerte en los exámenes finales.

No me preocuparé por el dinero ya qué Karl ya cumplió parte del contrato, la considerable suma de dinero fue depositada a la cuánta de Alin, Alden también dijo que los cuidaría mientras no esté.

—Tu también cuidarte mucho, envías fotografías de los lugares que visites.

—Asi lo haré.

Karl hizo lo mismo se despidió de todos, Caden fue ignorando peor que un vagabundo, estaba contenidose el no gritar.

—Que tengan un buen viaje—Que tengas una fuerte diarrea para que no disfrutes de ese viaje.

Caden está maldiciedonme, yo lo sé, puedo verlo atraves de esa fachada dulce.

—Gracias señor—A ti que se te quiebren los dos pies.

¡¿Señor? Me dijo señor! Soy un adorable joven de tan solo 28 años, ¡¿Cómo puedo llamarme señor!?

Los presentes querían reírse pero se contuvieron, sería de mala educación reírse de una manera escandalosa.

Los recién casados jalaron las maletas que llevan en sus dos manos, Karl no se despidió de Caden, solo se marchó sin mirar atrás. Marcello metió las maletas en el maletero, Mael Subió al auto el solo quería quedarse un rato dormido mientras llegan al aeropuerto privado.

—Lo que sucedió hace rato fue...—Callé, Mael ya había caído dormido, en verdad estaba cansado.

Ni siquiera le importa sobre lo que sucedió, el no me reclamo nada, debería estar feliz pero ¿entonces que ese este malestar?

—Maestro, lo siento. Solo no podía dejar a fuera con este frío al joven maestro Caden.

—Entiendo—Con una mirada complicada miro hacia fuera, la nieve aún caí como pétalos de rosas.

¿Por qué apareciste justo ahora? Espero casi cinco años para volver y justo el día que me voy de luna de miel, ¿Debí quedarme con el? ¿Por qué el hormigueo en mi corazón ya no puedo sentirlo?

—Marcello—Tengo que volver, necesito volver.

—¿Si? maestro.

—Mm—Mael frunció el ceño, el viento que entrá por la ventanilla esta logrado perturbar su dulce descanso.

¿En qué estoy pensando? Se me olvida que todo esto es para hacer feliz a mi abuelo, solo quiero que sea feliz antes de partir, si voy tras Caden eso solo acelerará la mal salud de el.

Le explicaré todo a Caden, espero que el entienda, solo sera un año, escucharé sus explicaciones y después veremos qué pasa. Acaso son estúpido, no le debo explicaciones a nadie, más a Cade que se fue sin decir nada.

—¿Maestro?

—No es nada, solo conduce con cuidado.

Karl subió las ventanillas del auto para que Mael no sientiera frío, el rostro del Omega dejo de estar fruncido, se volvió a relajar.

Esperó que los días pasen rápido, no sé si podré estar tanto tiempo junto a este joven que parecer un cerdo, solo come, duerme, volve a comer.

Para tener ese cuerpo se cansa rápido, o solo es su pasatiempo el dormir, en la información que leí lo pintaban como un niño trabajador. Sus manos un poco ásperas me lo confirmaron.

Karl llevo su mirada a sus manos, el momento en que bailaron invadió su mente, cuando sus manos se unieron al igual que sus pegados cuerpos moviéndose en sintonía.

La mirada de Mael en ese entonces era dulce pero más haya de esa mentira podías ver una frialdad escondida querido pasará desapercibida ante tus ojos.

Por un momento sentí qué estaba tocado una rosa con espinas que me advertía si te a cercas más saldrás con algo peor que un pinchazo y no me haré responsable.

Solo fue unos segundos por lo que no sé si vi mal, y el pensamiento que invadió mi menté fue un tanto absurdo por lo que preferí darle cero importancia.

Entre más avanza el auto más cerca puedes ver las luces del aeropuerto privado, es enorme. Francis estaba frenado a los paparazzis que seguían a la recién pareja, no quieren que nadie llegué a enterarse a donde pasarán su luna de miel.

El piloto y la aeromoza suspiran profundamente al ver qué el auto entraba al recinto, estaban cansados de esperar pero no podían ir o su joven maestro los castigaría. Y también porque van con gastos pagados para que disfruten durante ese mes de estancia.

—Mael—Lo llamo pero no responde—¿Mael?—¿Cómo lo despierto? Si lo intentó será como la última vez, me dirá que no lo toque mientras ve con esa mirada de te quiero cortar el cuello.

Karl salió del auto para ir abrir la puerta donde está dormido Mael, iba a sacudirlo sin importar qué lo viera feo pero detuvo su movimiento cuando lo vio.

El alfa dejo salir un poco sus feromonas, se quitó el abrigo para arropar a Mael. Tal vez así no se ponga violeto a lo que hará acontinuación.

Karl levantó en sus brazos a Mael, el Omega al instante reaccionó pero al inhalar las feromonas reconoció que no era ningún enemigo, su tensó cuerpo se volvió a relajar. Hundió su rostro en el pecho del Alfa, estaba tan relajado que dejó salir sus feromonas. Karl se estremeció, sus ojos se volvieron más dorados.

Por primera vez Karl inhaló el fuerte olor a azahar, un aroma fresco y embriagador que te transportar a una dulce primavera con los naranjos en plena floración.

—Bienvenido Maestro Quinn....¿Se encuentra bien?..¿Que es ese olor? es delicioso, huele como a—El capitán de medida edad, bien parecido. Comenzó a olfatear todo el lugar.

Karl frunció el entrecejo, sus furiosas feromonas golpearon la nariz del piloto, causado un poco de ardor en ella. Solo así entendí que ese olor pertenecía al esposo de Karl.

—Me disculpo—Hizo una reverencia.

—Ayuarle a Marcello a subir las maletas—Subio al Jet privado.

Deje a Mael en el asiento, lo cubrí más con mi abrigo para que las feromonas se camaflujen con las mías.

Karl corrió al baño, cerró la puerta con seguro. Su respiración se volvió pesada, los colmillos afilados lastiman un poco su labio, es como un animalito salvaje enjaulado, esa mirada es una que dice quiero márcalo, hacerlo mío.

El alfa está teniendo una lucha consigo mismo, está luchado para no salir y morder a Mael, pero si sigue así sería un problema para el mismo ya qué hay riesgo de que se lastime para calmar a su alfa.

Mm~ ¿Qué es ese olor? ¿Esta luchado? ¿Quién? Solo es mi imaginación, ya estamos en el Jet.

Mael abrió sus ojos, solo para ver qué el capitán, aeromoza y Marcello subían todo el equipaje pero no veía a Karl.

—¿Mi esposo?....No suban aún—Ordenó—¿Alguien anda un supresor para alfa?

—Aqui—La aeromoza se lo entrego, ella volvió a bajar. Solo fue un momento pero su cuerpo sudo frío—El maestro Quinn entro en celo—Le informó al capitán.

—¡Tengo que ayudarle!—Sera un problema si muerde al señor Quinn.

—Quedarte ahí, yo lo haré—Mael camino en dirección a Karl.

Cada vez más cerca era difícil el respirar, es como tener una daga en tu cuello querido cortarte pero eso es lo que huelen los demás, para Mael es diferente, el solo sienten tranquilo, la fragancia de menta y romero de alguna manera le sabe a un dulce amentolado.

—Karl—Hablo atraves de la puerta.

¡Vete! No podré controlarme, solo vete!!Se puede escuchar que está sufriendo.

Te ordenó que me dejes entrar alfa de mierda—Ordenó.

Karl no quería pero no le quedó de otra, no quería que Mael soltera sus feromonas y las cosas se compliquen.

¡Dios, pareceré un tigre salvaje querido encajar esos colmillos en mi cuello! puedo sentirlo. Mi cuello está ardiendo, ¿Por qué? Me pondré a pensar el porqué despues.

Mael iba ponerle el supresor cuándo fue acorralado, Karl empezó a oler ese hermoso cuello blanco, el Omega se estremeció, el ardor solo se intensificó más. A Mael no le estaba gustado nada eso. A él no le quedó de otra, con su mano izquierda jalo el cabello azabache de Karl.

Beso los labios del alfa, Karl correspondió el besó a la vez que sus manos se apoderada de la cintura de Mael, el Omega al ver qué tenía su atención le administro la dócil requerida para apagar su celo.

El celo fue inducido por las feromonas de Mael, por lo tanto con solo un supresor podía calmar ese fuego en el.

Gradualmente las feromonas y los colmillos de Karl fueron desaparecido, estaba volviendo en si, el calor del celo dejo de nublar su mente. Pero aún así no dejo de besar los labios del Omega, Mael lo jaló más fuerte para que lo soltará.

—¿Ya estás bien?—Lo soltó del cabello, salió de ese espacio reducido—Por poco arruinas mi viajé, si vas entrar en celo hazlo en un rincón lejos de todos—Ya podemos despegar—Mael se acostó en el suave asiento.

De quien fue la culpa, no es como si hubiese querido entrar en un estado de frenesí, de mi auto control del cuál estaba tan orgulloso fue aplastado sin piedad.

Todos subieron, dejaron el equipaje donde debe de ir, el piloto fue a la cabina.

—¿Ya nos vamos?—preguntó.

—Deberias de despegarte de ese celular, casi surge un desastre y tú ni enterado—Nego con la cabeza.

—¿Esta bien?—Preguntó Marcello.

—Si, estoy bien—Se sentó junto a Mael, sus asientos parecían uno sólo.

—¿Aquí también debemos de actuar?—Susurró—Después de todo está bella aeromoza puede chismear. Karl asintió con la cabeza—Cielo, abrázame tengo frío—Lo cual es verdad.

—Ven aquí—lo envolvió en sus brazos—¿Mejor?

—Si, mucho mejor—Cerro sus ojos.

Este será un largo vuelo, dormiré otro rato porque cuando toque tierra voy a divertirme hasta cansarme.

Ambos actuaron como si nada paso, pero solo uno no puede dejar de pensar en lo sucedido, y ese era el alfa.

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