ii. an old and not so dear friend


MIA SE HIBA CON UN SABOR AMARGO A SU CASA, y no era de esperarse, había dejando a su hermano solo.

Pero cuando llego a su casa, quito esos pensamientos de su mente para así no preocupar a su madre, cuando entro a su residencia el exquisito olor a comida recién hecha había inundado su nariz.

Se dirigió a la cocina y observó a su madre con un vestido gris bastante escotado, maquillada y arreglada.

—¿Mama? ¿Por qué estás tan formal? Hay algún evento o cena de la cual no me entere — pregunto Mía de pronto hacia su madre.

Rachel se giró para mirarla y dedicarle una sonrisa.

—Hoy es nuestra cena con los Wells, cariño, así que ve a cambiarte y nada de sacos — le ordeno su madre a Mía

—¡Mama! No es justo — se quejó en respuesta — sabes que ya ni siquiera soy amiga de Addison y tú quieras que la soporte una cena entera, me estas pidiendo demasiado.

—Anda, ve a cambiarte, además su madre es candidata a ser presidenta y yo soy parte de su campaña — le recordó Rachel a su hija

—Si claro, sin contar que su esposo es el responsable de crear a la patrulla z — respondió Mía sarcástica

—Por cierto ¿cómo está tu hermano? —  pregunto su madre mientras seguía preparando la cena.

—Bien, me iré a cambiar, pero no esperes que use un vestido — admitió Mía mientras se dirigía a las escaleras para subir a las habitaciones

—Con que estés elegante me conformo — respondió su madre con una sonrisa

—Jajaja, que graciosa — respondió del mismo modo Mía

Mía entro a su cuarto y cerró su puerta de golpe, tenia exactamente una hora imedia para encontrar algo elegante y presentable en el peor de los casos.

Hasta que finalmente encontró un vestido de su cosplay de Annabeth Chase, no lo pensó dos veces y se lo puso, luego buscó sus Converse negros y bajó junto a su madre.

Cuando Rachel la vio así nego con una risa.

— ¿Vas a usar eso? — cuestionó divertida mirándola

—Si Alicia usó un vestido totalmente ridículo para ver a la emperatriz viuda de China y a los Ascott, entonces esto es muy por encima de los Wells — anuncio triunfante hacia su madre.

—Y eres igual de testaruda que ella — le recordó

—No, esque así nos divertimos más — hablo Mía rendida dispuesta a poner la mesa. Minutos después de que terminara se escuchó como el timbre de la casa era sonado.

—Mía, ve y abre por favor — pidió su madre mientras se arreglaba

A regañadientes lo hizo y antes de que abriera la puerta puso una de sus mejores sonrisas falsas.

—Hola, bienvenidos, pasen — les informo a los Wells mientras les hacía un ademán con la mano para que entraran rápido.

—Muchas gracias querida Mía, tu vestido está hermoso — cometo Missy observándola de arriba abajo

—Gracias, ustedes también se ven muy bien, em pasen por aquí — respondió mientras los guiaba al comedor donde su madre los esperaba.

Su madre saludo a cada uno de la familia para después tomar asiento en la mesa.

—La comida estará lista en algunos minutos, mientras tanto Mía, cariño, ¿puedes traer el vino y la ensalada por favor? — pregunto amablemente su madre hacia su hija, quien solamente asintió con la cabeza para ir en busca de las cosas.

—Yo te acompaño — se ofreció rápidamente Addison, pero Mía la detuvo.

—¡No! Esta bien, tu siéntate, yo puedo con ellos — le respondió lo más educada que pudo y sin esperar respuesta por parte de la rubia fue en busca del vino.

Mía se quejaba a regañadientes, pues no le quedaba de otra más que hacer eso por que si hubiera recordado que los Wells hiban ir a cenar a su casa sin duda alguna habría aceptado la oferta de su hermano, cuando regresó se encontro con la mesa servida y los platos repletos de comida, antes de sentarse fue a la cocina por tres copas, una para su madre y los padres de Addison, no llevaba una para ella ya que su madre la dejaría beber después de que se fueran los Wells, si es que se hiban claro.

—Aquí esta el vino — informo una vez que había regresado y había tomado asiento junto a su madre.

—Muchas gracias querida Mía — agradeció Missy a lo cual la rubia solo le dedico una sonrisa forzada.

Sin embargo no espero y más y empezó a servirse de lo que quisiera que había el mesa, se sirvió ensalada y pure de papas, además de una gran porción de carne asada que ahí había.

La cena había transcurrido en silencio para ella y Addison, sin embargo, sus padres no dejaba de hablar de cualquier trivialidad, por lo que cuando Mía estaba por acabar se apresuró para así irse a su habitación.

—¡Dioses! Estoy llena, bueno creo que me iré a dormir, solo llevaré my plato a la cocina y después me iré a la cama, ya saben, es el primer día y todo eso — respondió sarcásticamente e intentado que se viera de lo más natural posible.

Los adultos accedieron y le desearon las buenas noches, por lo cual Mía pudo retirarse tranquilamente a la cocina para lavar su plato y después irse a su habitación, pero cuando regresó, la propuesta que le tenia su madre fue algo inesperada.

—Mía, cariño, ¿por qué no sube Addison contigo? Estoy segura de que tienen mucho de que hablar — respondió Rachel, aunque por la forma en que lo dijo, no había sonado como una pregunta.

Ambas se miraron y Mía no tuvo más remedio que acceder, ella sabía el por qué su madre se lucia tanto, era para tener un mejor trabajo o que la subieran de puesto, aunque claro como si trabajar en la alcaldía no fuera suficiente.

Ambas subieron a la planta de arriba en silencio sin decir nada, por qué no había nada que decir en realidad, cuando Mía habrío la puerta de su habitación rápidamente ella y Addison entraron.

—Sientate donde gustes, puedes tomar un libro si asi lo deseas, yo estaré termiando algo — respondió sin mirarla Mía mientras hiba a su escritorio.

—No, Mía, necesitamos hablar — respondió Addison exaltada.

—No necesitamos hablar, Addison ¿sí? Tu elegiste lo que querías y yo también, discúlpame, pero no a todo el mundo les gustan las animadoras, como agitar pompones estupidos en la cara de la gente y sonreír como boba fingiendo ser jodidamente perfecta todo el maldito tiempo, perdóname por no querer ser como tú, yo no quiero ser perfecta, Addison nadie puede ser perfecto, por mucho que te esfuerces tarde o temprano te darás cuenta de que es verdad — Mia simplemente la observaba, esperando su respuesta.

—Sabes lo que hiciste Mía, o lo que no hiciste — respondió finalmente Addison, ignorando todas las palabras de la chica.

—¿No querer ir a un campamento de animadoras es decir que ya no quieres mi amistad? Por favor Addison, sabes que ese no fue el problema — pregunto Mía irónica

—No, no por supuesto que eso no es lo que yo quería decir, Mía. . .— Addison trataba de excusarse pero Mia se lo impidió 

—Tienes razón, las cosas empeoraron desde que descubriste que mi hermano era un Zombi — admitió Mía al punto del llanto.

—Tu sabes que mi cabello es blanco y no se lo dijiste a nadie, ambas guardamos el secreto de la otra — respondió Addison del mismo modo 

—No soy una soplona, además no había motivos, no tenia por qué decirlo — respondió banalmente Mía mientras volvía a hacer lo de antes en su escritorio.

—Pero pudiste hacerlo. . .— susurró Addison.

—¿Quieres solo dejar el tema por favor? No lo dije, tu no lo dijiste, ninguna lo dirá ¿puedes vivir con eso? — pregunto Mía cansada de la situación.

—Mía por favor, solo quiero arreglar las cosas — admitió Addison con lágrimas resbalando por sus mejillas.

Mía suspiró al ver a la rubia así.

—Yo también, encerio, aunque no lo creas Addi, pero no solo es base a comunicación si no también a la comprensión, por qué puedes comunicar todo lo que quieras, solo depende de la otra persona si está dispuesta a escuchar y ahora en este momento, ninguna de las dos está dispuesta a hacer eso, no ahora — respondió finalmente Mía

Addison no dijo nada más, simplemente la escuchó y asintió, hasta que finalmente el grito de su madre de que tenían que irse las sacó a ambas de su burbuja.

—Te veré mañana en la escuela, supongo — respondió mientras sorbia su nariz y se limpiaba el rastro de lágrimas.

—Talvez — aseguro Mía mientras observa a la rubia irse, pero antes de que atravesara el marco de la puerta, Addison se detuvo para mirar a Mía

—Dime. . .¿cuando será ese "dispuesta a escuchar? — pregunto con una leve sonrisa

Mía también hizo lo mismo

—Cuando las dos estemos listas para comprendernos la una a la otra, escucha Addi, no te diré que las cosas entre nosotras están bien, por qué no lo estan, pero siempre es bueno dar el siguiente paso — respondió Mía con una leve sonrisa que fue más que suficiente para Addison.

Después de escuchar aquellas palabras, ella se fue, dejando a una Mía con sus pensamientos que la carcomian por dentro.

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